Lo único urgente es esperar

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¿Qué es lo urgente hoy y qué es lo importante para mañana? Cada persona y cada sociedad podrá hacer una lista de lo que parece crucial en estos tiempos. En principio, en lo que probablemente todos coincidamos es en que frenar al COVID-19 y todos sus satélites consecuenciales aparece como una tarea común para toda la humanidad. Ahora bien, el enclaustramiento en que nos encontramos, que no es, desde luego, sólo espacial, sino también mental, nos ha venido mostrando cada semana que transcurre, con mayor nitidez, nuestra falta de capacidad para estar solos, de suspendernos y observar. 

Salir del ritmo cotidiano de acontecimientos y procesos en que las sociedades se desenvolvían, está resultando particularmente complejo para la mayoría de la población. Durante décadas se funcionó con un movimiento relativamente constante. Más allá de los diversos eventos que aparecían en el camino, el tren en que nos encontrábamos sostenía su paso. Claramente existía un ritmo, una cadencia subyacente que permitía que la actividad continuara, se tenía la percepción que las distintas metas que nos proponíamos se iban alcanzando de un modo u otro y, que, si no se podían lograr, podían ser reemplazadas por sucedáneos que nos otorgaban una sensación de contentamiento parcial. Desde luego, esto no significaba que no existiera una frustración asociada; de hecho, una buena parte del manto de malestar, insatisfacción y rebeldía que venía cubriendo a cada vez más naciones en los últimos años daba cuenta de ello. 

urgencia de esperar
Ilustración: @giuliajrosa.

Pero todo lo anterior se daba desde el movimiento y en movimiento. En cierto sentido, vivíamos y funcionábamos en modo gerundio. Estábamos y no estábamos en la acción al mismo tiempo, teníamos percepción de lo que hacíamos y nos ocurría, pero no nos sentíamos en control real de nuestro devenir. Sin embargo, nos desplazábamos y transitábamos de estación en estación; eso nos calmaba ya que reconocíamos normalidad en esa cotidianidad

El momentum lineal (momento lineal) o ímpetu es una magnitud física que describe el movimiento de un cuerpo en cualquier teoría mecánica. El momentum, que es un número definido, es el producto de una masa por su velocidad en un instante determinado. Este valor se mantiene constante debido a una ley de conservación que indica que la cantidad de movimiento total en un sistema cerrado no puede ser cambiado y se mantiene constante en el tiempo, a no ser que se ejerza una fuerza externa o fuerzas internas disipadoras lo alteren. 

Si aplicamos este concepto a la forma en que vivíamos hasta hace algunos meses, nos damos cuenta de que el COVID-19, actuando como una fuerza externa, ha obligado al tren de nuestra cotidianidad a alterar su marcha y a detenerse de un modo completamente imprevisto, lo que nos está haciendo percibir de pronto y sin previo aviso todo el peso de lo que hemos venido cargando en el tiempo. Como pasajeros nos hemos resistido, sintiendo el empuje de la inercia que quiere mantener su movimiento, arrojándonos hacia adelante. Aturdidos, desorientados y hasta agobiados, buscamos respuestas y fórmulas para recuperar la normalidad, para volver a estar en movimiento pronto. 

urgencia en esperar
Ilustración: Raquel Feria Legrand.

No reconociéndonos en esta suspensión, algunos se declaran esperanzados que algo nuevo y mejor surgirá cuando volvamos a entrar en actividad; otros plantean que estamos obligados a repensar la globalización y el capitalismo liberal, que estamos en un punto de inflexión histórica; hay también quienes suponen que esto es sólo un paréntesis, como el producido tantas veces en la historia de la humanidad por guerras y grandes pestes y que, más allá del esfuerzo y dolor que suponga, el sistema se reorganizará y volverá a ordenarse y a autoconservarse.  

Llevamos semanas tratando de entender qué pasó y haciendo cálculos de cuándo y cómo esto terminará. Las respuestas están aun construyéndose. ¿Qué es lo urgente hoy y qué es lo importante para mañana?, no está muy claro; tal vez pese a lo arriesgado que nos pueda parecer, vale la pena aceptar el quiebre de nuestro momentum y aceptar que, por ahora, lo único urgente es esperar.


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Mafalda

Totalmente de acuerdo, con más o menos teorías de por qué y para qué ha ocurrido esta pausa en el movimiento, creo que lo inevitable es la detención que nos obliga, aún con resistencia, a volcar nos hacia el interior y a re mirarnos, aunque veamos o no en lo que nos hemos convertido en esa vida de la aceleración que llevábamos
Interesante tener valor de ubicar en la realidad un espejo que no nos devuelva la imagen acomodada o deformada sino que nos permita, fundamentalmente dialogar con eso que somos…

G. Rojas-May

Muchas gracias por su comentario, saludos cordiales.

Anónimo

Muy interesante Gonzalo! Esperar … sin desesperar supongo.Habitar el silencio es un gran desafio! Gracias!

Veronica Edwards R.

Muy interesante Gonzalo! Esperar … sin desesperar supongo.Habitar el silencio es un gran desafio! Gracias!

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