Estamos viviendo una crisis integral que está guiando a la humanidad hacia un nuevo paradigma para rediseñarse.
El mayor reto que enfrentamos va más allá de lo que ya sucede frente a nosotros como experiencia física. Es momento de pasar de la era de la supervivencia a la era de la consciencia. Hoy contamos con la oportunidad de pasar del piloto automático hacia las acciones conscientes que nos permitan reconstruir nuestro ambiente.
Cuando vivimos una experiencia disruptiva, como lo que enfrentamos hoy, es una señal de que debemos parar y dejar de “descargar” los patrones del pasado. Si no lo hacemos, estamos construyendo una realidad predecible y cíclica de nuestras experiencias. Pasamos por lo mismo una y otra vez, por lo que no existe transformación alguna que nos permita acceder a nuevas posibilidades.
Tenemos el poder de elegir si avanzamos con voluntad, abiertos de mente y corazón, o si nos alejamos de la posibilidad de transformarnos al actuar por ignorancia, odio y miedo. Cuando logremos rescatarnos en lo individual, entonces podremos hacerlo en lo colectivo. Es una decisión de querer pasar del estado inconsciente de separación en que nos encontramos, hacia un reconocimiento consciente para vivir interconectados.
¿Para qué llegar a este estado de consciencia? ¿Realmente podremos rediseñar un mejor sistema de vida en nuestro planeta? Aunque parezca simplista, si vivimos en la consciencia de la interconexión con el planeta y los seres vivos que lo habitamos, seguro cambiaríamos las prácticas auto-destructivas que hoy tenemos.
Podemos iniciar observando el daño que nos hemos hecho como un ente integral. El impacto y huella ecológica que hemos ido dejando en nuestro caminar por el consumismo es un ejemplo claro, al igual que la guerra del racismo que hoy sigue en pie en el mundo o la desigualdad humanitaria que promueve el hambre y la pobreza. Si realmente nos sintiéramos interconectados seguro nada de esto sucedería.
Lo más importante es que esto ya comenzó. De alguna forma la crisis que vivimos ahora nos ha permitido voltear a ver a la persona o familia que está pasando por peor momento que nosotros para tenderles la mano. Hemos visto la valentía de los que se han lanzado a enfrentar las mentiras de los que hoy tienen el control del planeta. Se ha mostrado el desacuerdo por el racismo después de haber gritado por el maltrato a la mujer. Se empieza a construir una consciencia colectiva que, si queremos, puede llegar a ser la próxima súper potencia mundial.
Esto no sucederá de la noche a la mañana, pero si no lo aprovechamos hoy, se nos estaría desvaneciendo la oportunidad real para transformarnos y re-humanizarnos de una vez por todas. Es momento de tomar consciencia de las reglas que rigen nuestro comportamiento colectivo y darles la vuelta. Al tomar acciones desde lo individual en el día a día, podremos hacer surgir un nuevo patrón de acción colectiva que opera desde una consciencia del todo.
Vienen tiempos aún más severos para todo el planeta que tendremos que enfrentar. Éste es el futuro predecible que podemos observar por nuestros comportamientos. La única forma de crear un nuevo futuro no proviene de lo que hemos hecho antes para salir de las situaciones que hemos vivido, sino de una ruta alterna que no depende de lo que ya sabemos. Unámonos a esta nueva aventura con la conciencia como nuestra guía.
No hay excusas para seguir separados viviendo en la competencia por la supervivencia. Empecemos contestando individualmente la pregunta: ¿Estoy dispuesto a despertar y abrazar un nuevo futuro para la humanidad?
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Yo creo que si podemos cambiar el futuro de nuestra Historia, hay que reinventarnos a una nueva era tomando conciencia de lo que vemos a nuestro derredor…