Pocas veces en la historia de la humanidad enfrentamos problemas que pongan en vilo la existencia del hombre y el futuro de la sociedad como la conocemos, trascendiendo fronteras, ideologías, riqueza, en fin, todas las condiciones y cualidades que apreciamos. Habiendo cruzado el meridiano de un año que señala el inicio de una década, no podemos sustraernos del pensamiento optimista que marcan los comienzos. Sin embargo, en esta ocasión el 2020 está siendo retador, por decir lo menos.
Un año del cual no podríamos haber imaginado nunca cómo se ha desarrollado, con situaciones comunes para todo el mundo y una falta de unidad para resolverlos; cada nación, cada estado, cada ciudad y cada hogar viendo para sí mismo, sin entender que la solución se encuentra en la adecuada coordinación de Estado y sociedad.
Enfrentamos tres sucesos que se están agravando por la interconexión que tienen:
*Salud.
*Economía.
*Seguridad.
En los próximos 18 meses tendrán deferentes comportamientos y resultados, dependiendo de las decisiones que se han tomado durante los últimos 90 días.
Salud
El gran reto mundial de la salud lo encabeza la pandemia de COVID-19 y aun cuando no es la única enfermedad que nos asola, sí es la que representa el riesgo más grande de corto plazo. No es posible prever lo que sucederá con su evolución, todas las esperanzas están puestas en una vacuna efectiva, pero sabemos que éstas no son muy eficaces cuando se trata de enfermedades virales, la respuesta autoinmune de nuestro organismo sigue siendo el factor crítico para resistirla y superarla. La falta de información clara y precisa sobre lo que podemos esperar, provoca que las reacciones de las personas sean diversas y aumenten los factores de riesgo… La incertidumbre prevalece.
Economía
El mundo ha entrado en una crisis económica de proporciones descomunales, el desempleo y el cierre de negocios han sido los factores más importantes que han impactado. La pandemia fue el elemento que la desencadenó, sin embargo, ya existían muchas voces que alertaban sobre la inminencia de su llegada. No sabemos la duración que tendrá, tampoco la profundidad que alcanzaremos, pero sí podemos estar seguros de que aquellos elementos económicos que hoy no producen, no formarán parte de la recuperación, esto sólo provocará que sea más lenta. Cuando no se toman las decisiones adecuadas para proteger las bases de la generación de la riqueza, ésta se consume. Cuando existe riqueza hay posibilidades que de ésta se distribuye, si no existe, no hay nada que distribuir… La incertidumbre prevalece.
Seguridad
En todas las sociedades en toda la historia de la humanidad ha existido siempre el crimen, los factores que lo provocan son diversos y las caras que tiene son infinitas, pensar en extinguirlo es un sueño imposible. Por eso cada gobierno elige el punto en el cual puede sentirse cómodo para que la sociedad no se sienta desprotegida, pueda maniobrar y desarrollarse, pero el crimen es un ente que tiene comportamientos que no se ciñen a las formas y normas que conocemos, ellos tienen sus propios intereses, reglas que no son necesariamente consistentes con el resto de nosotros. Cuando las crisis se presentan el crimen se fortalece, porque se convierte en un refugio o porque no son prioridad de solución. Hoy la inseguridad en la sociedad está en vilo, se ha salido de control y tratar de ordenar esta medusa va a requerir un esfuerzo descomunal, pero el tiempo para iniciar este trabajo ya debería haber comenzado y no parece que así sea… La incertidumbre prevalece.
Hoy se abren espacios en los liderazgos mundiales fallidos que serán ocupados por visionarios de la oportunidad, no quiere decir que las personas que vayan a ocupar estos limbos sean estadistas proclives al bienestar social, el poder ausente va a ser arrebatado y peleado palmo a palmo. Los líderes que acechan estas oportunidades parecen pertenecer a corrientes nacionalistas y populistas que se van a presentar como redentores de nuestros miedos y refugio de nuestras esperanzas. Es nuestra responsabilidad como sociedad participar en la construcción de aquello que perdimos en los últimos meses y encontrar esas formas nuevas, cuidando a nuestro prójimo y nuestra libertad.
Cada día en nuestro futuro próximo es crítico para resolver estos tres grandes retos, si nos mantenemos al margen el camino será en declive, porque siempre se puede estar peor.
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