El epidemiólogo Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, pasó de ser una estrella a un funcionario basado en las contradicciones, la desestimación y la ineptitud. Aunque no es el único responsable —cada mexicano lo es un poco— de los casi 160 mil decesos por COVID-19, sí es la cabeza de una estrategia ineficaz y más política que sanitaria.
Y es que con 1 millón 874 mil 92 contagios acumulados del virus SARS-CoV-2 y 159 mil 533 fallecimientos —según datos de la misma Secretaría de Salud (Ssa)— el país es uno de los más afectados y criticados a nivel internacional. Sin embargo, el asunto no es menor si se toma en cuenta que las autoridades mexicanas han sido confusas, opacas y desestiman la magnitud de la actual contingencia sanitaria.
A lo largo de la pandemia, López-Gatell Ramírez, médico epidemiólogo, investigador, profesor y funcionario público, parece seguir más los intereses del presidente Andrés Manuel López Obrador que de la salud de más de 126 millones de mexicanos. En este sentido, ha tenido que recurrir a contradicciones que confunden y a desestimaciones que en lugar de generar confianza, hacen surgir incertidumbre. Pero, ¿cómo un virus supuestamente menos grave que la influenza se convirtió en la segunda causa de muerte en México?
López-Gatell: el epidemiólogo que desestima
Desde que el coronavirus llegó a territorio nacional, el subsecretario de Salud emprendió una campaña de desestimación hacia todo: la gravedad de la enfermedad, la necesidad de hospitales especializados, la realización de pruebas rápidas, el uso del cubrebocas y una larga fila de etcéteras. En este sentido, pese a los dichos de la autollamada Cuarta Transformación, la estrategia fue tardía y a medias.
Como prueba de lo anterior se encuentra la conferencia matutina del 11 de febrero del 2020 cuando López-Gatell expresó que la COVID-19 es menos grave que la influenza. Incluso, el funcionario aseguró que su nivel de riesgo va de moderado a bajo y que ni siquiera se requieren hospitales especializados para la enfermedad. ¡Hace algunas semanas la Ciudad de México (CDMX) estaba explotando en su ocupación hospitalaria!
“El coronavirus nuevo 2019, como lo hemos dicho desde el inicio y sigue siendo vigente esta realidad, se comporta como una enfermedad respiratoria de moderada a baja gravedad, es más leve que la influenza estacional”, dijo el médico.
Más tarde, el 4 de junio del 2020, el también investigador descartó el uso de pruebas rápidas para diagnosticar casos de COVID-19. Medidas como ella, ocasionaron que el país se convirtiera en una de las naciones con menor número de exámenes en la búsqueda de personas contagiadas. ¿Cuál fue la consecuencia? un desmedido crecimiento de la pandemia.
De forma reciente, Ramírez se atrevió a decir que las personas enfermas generalmente no viajan y por ende, negó la importancia de solicitar pruebas del SARS-CoV-2 a viajeros internacionales. Asimismo, calificó la acción como un mecanismo de bajo rendimiento para la detección del virus.
“Está muy documentado que las personas viajeras generalmente son personas de bajo riesgo de baja probabilidad de tener enfermedad activa, precisamente porque en general las personas no viajan estando enfermas”, apuntó el funcionario este martes.
Quizás sería oportuno recordarle a López-Gatell que el nuevo coronavirus llegó a México y a todos los países afectados por medio de traslados internacionales. A través de esos viajes que parecen inofensivos, el mundo ya registra más de 103 millones de infecciones y 3 millones de pérdidas humanas.
López-Gatell: el epidemiólogo que se contradice
Sumado a su cúmulo de desestimaciones, el subsecretario de Salud ha sido el protagonista de múltiples contradicciones que además de confundir a la población, restan credibilidad a las autoridades mexicanas. Y es que el epidemiólogo se cree tan imparable que se ha ido contra lo dictaminado hasta por la misma Organización Mundial de la Salud (OMS).
En junio del año pasado, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, expresó que México nunca logró domar la pandemia de COVID-19 tal como lo dio a conocer el primer mandatario. Ante ello López-Gatell sacó la casta y aunque reconoció que el virus seguía activo, aseguró que ya se contaba con estabilidad.
Ahora bien, otra de las discrepancias más notorias del funcionario han sido las que protagoniza con el mismo López Obrador. Además de la confusión que causó con relación al correcto uso y efectividad del cubrebocas, los servidores públicos se contradijeron al hablar de la autorización para que gobiernos estatales y organismos privados adquieran por su cuenta, la vacuna contra el SARS-CoV-2.
En este sentido, mientras el subsecretario negó la conveniencia de que las entidades federativas compren de forma independiente el remedio, el jefe del Ejecutivo anunció que tendrían el permiso de la Federación para hacerlo.
Finalmente, López-Gatell acaba de demostrar que habla según la conveniencia del momento. Resulta que ahora que la revista The Lancent informó la gran eficacia de la vacuna Sputnik V, la calificó como una de las revistas científicas más reconocidas a nivel mundial. No obstante, cuando la publicación criticó el tratamiento de la pandemia en México, hasta la invitó a asistir a sus conferencia para información con veracidad. ¡Así su descaro!
