Encerrado en un Círculo

Innovando en las empresas mexicanas

Lectura: 5 minutos

No hace falta defender el postulado de que la innovación es, en el mundo, uno de los diferenciadores que conducen al éxito empresarial. En tiempos de crisis, la generación de diferenciadores de mercado y de nuevas soluciones marca el ritmo en todos los segmentos. La “tecnología adaptativa”, propia de economías emergentes, convoca a todos para enfocarnos en crear y crecer. Hoy, poseer grandes infraestructuras orientadas a la innovación deja de ser un imperativo para el éxito.

Pensemos en cada unidad productiva, centro de investigación y universidad, en la manera de impulsar nuevos productos y procesos. Aquí, algunas ideas simples que espero ayuden a repensar la estrategia:

Desarrollo de la cultura de Innovación y Protección Jurídica

Muchas empresas asumen que se encuentran “al día” en sus campos de actividad, porque siguen publicaciones especializadas o asisten a ferias o congresos internacionales. Desde luego, ésa es parte de las tareas que deben ser contempladas, pero de ninguna manera agotan el objetivo.

Implantar en la cultura de la compañía los principios de la innovación continua requiere de un trabajo calculado, de estrategias, metodología y resultados medibles. Cuando la empresa cuenta con un departamento de investigación y desarrollo estas prácticas suelen ser parte ya del vocabulario normal de los empleados y los directivos, pero aun así, es necesario que esa cultura pueda permear a todos los integrantes. Las buenas y novedosas ideas suelen provenir de donde menos se espera, o bien, de quienes tienen experiencias en áreas de ventas, logística, etc. No hay que olvidar que, para muchas empresas, una campaña exitosa de marketing o de publicidad puede hacer la diferencia en sus logros a lo largo de los años.

Una empresa que ha introducido estos principios en su cultura, en forma recurrente, discute proyectos, conceptos y propuestas y dispone de los canales necesarios para darles trámite hasta documentar sus resultados, sean buenos o malos. Lo que tal vez en cierto tiempo no dio resultado, más adelante puede ser muy exitoso.

Desde luego, uno de los puntos esenciales en la creación de esta cultura es la continua comunicación que la empresa procure de los temas y logros relevantes en materia de innovación.

innovacion e ideas
Ilustración: Pinterest.

Revisión y protección de creaciones propias

La práctica demuestra que, muchas veces, la ceguera de taller impide ver lo que es obvio hacia el interior de la empresa, pero que, para un competidor sería novedoso y muy valioso. Ese efecto lleva a que, por formar parte de los procesos cotidianos, una ventaja competitiva protegible en forma de secreto industrial o patente, se pase por alto; o que un elemento de distintividad protegible bajo alguna de las nuevas figuras como las marcas olfativas o la imagen comercial, se ignore.

Implantación de esquemas de recompensa

Partiendo del hecho de que la mayor parte de las invenciones de empresas japonesas proviene de los empleados que participan en la línea de producción, resulta imperativo implementar mecanismos de recompensa a los grupos de trabajo que logran innovaciones aprovechables para la corporación.

Para ese fin deben incluirse en el reglamento interior las políticas explícitas que se diseñen para premiar económicamente a quienes aporten nuevas soluciones, definiendo las formas y montos de regalías que podrán trasladarse a los protagonistas. Además, esto permite dar cumplimiento a la obligación legal que existe para estos supuestos.

Como parte del sistema de innovación de la empresa, es recomendable contar con procesos bien definidos para reportar los hallazgos, valorarlos, y en su caso, dar seguimiento para lograr su protección legal.

Prever en los contratos de trabajo y con terceros, cláusulas de cesión de derechos

La ley laboral en México contiene ciertas previsiones orientadas a regular el tema de las invenciones de los trabajadores, reputando como propietario al patrón, siempre y cuando el trabajador hubiere sido contratado para fines de investigación y desarrollo, al que, además, debe pagarse una remuneración proporcional.

A fin de dar certeza a ambas partes, es recomendable definir el monto o pago proporcional respectivo, pero además, es aconsejable que también los contratos con empleados de otros departamentos o áreas, incluyan cláusulas de cesión a favor de la empresa, ya que la posibilidad de innovar no se limita al departamento de investigación y desarrollo.

innovacion en empresas
Ilustración: Expansión.

Asimismo, debe incluirse una referencia contractual a la información relativa a secretos industriales, que de la misma manera el empleado puede generar en el desarrollo de su trabajo, y que conviene asegurar como activo de la corporación a través del contrato.

Finalmente, en este punto es también aconsejable que la empresa revise y perfeccione sus contratos con proveedores, maquiladores y con terceros que desarrollen innovación por encargo, a fin de asegurarse de que los derechos resultantes de cualquier avance técnico serán de su propiedad.

Difundir entre empleados los resultados de inteligencia competitiva

No sólo resulta esencial que la empresa contrate servicios de monitoreo de patentes gestionadas por competidores a nivel global, sino que los resultados sean conocidos, discutidos y aprovechados por empelados y funcionarios de la empresa. Exponerse a este tipo de información es altamente inspirador para los equipos que trabajan en innovación.

No existe un mecanismo más efectivo para estar informados de las tendencias de vanguardia en producción de tecnología que los bancos de patentes, y al mismo tiempo, ofrecen oportunidades concretas de negocio a través de la contratación de licencias, o aprovechando soluciones técnicas del dominio público.

Realizar vinculación con centros de investigación y universidades

Una de las mejores formas para impulsar la generación de innovación en las empresas, consiste en acercarse a universidades y plantearles la problemática que se enfrenta para resolver ciertos aspectos específicos de determinadas industrias. Las mentes de los investigadores de los centros académicos están entrenadas para encontrar, desde los modelos científico y de experimentación, alternativas que suelen sobrepasar, por mucho, los escasos recursos de las propias corporaciones. Al pasar de ingeniería básica a ingeniería aplicada, las soluciones se vuelven patentables y los resultados para la empresa pueden ser extraordinarios.

Como siempre, es necesario contar con un contrato adecuado que prevea cómo y quién obtiene los derechos de Propiedad Intelectual, a fin de evitar situaciones de conflicto. Para las universidades, muchas veces el estímulo de formar parte de estos proyectos es la de publicar los resultados, lo que, si no se regula adecuadamente, puede poner en riesgo la novedad que se requiere para patentar.

pymes exito
Ilustración: El Heraldo

Aplicar para financiamiento y tratos fiscales favorables

Existen múltiples fondos y recursos que las empresas pueden aprovechar para impulsar proyectos tecnológicos novedosos, de manera que no graviten sobre sus propias finanzas. Además, los apoyos pueden también incluir asesorías especializadas, patentamiento mundial, y otros rubros del proceso que facilitan escalar y comercializar la tecnología.

También las empresas debe buscar asesoría experta para identificar el tipo de exenciones o subsidios que la ley fiscal suele otorgar para estimular la inversión en innovación. En nuestra experiencia, sorprende que normalmente son empresas de origen extranjero las que optan por obtener financiamiento de fondos públicos, o para aprovechar los beneficios impositivos que las leyes mexicanas ofrecen.

Difundir casos de éxito

Una de las mejores formas de crear cultura de innovación e inspirar nuevos proyectos, consiste en divulgar las historias de éxito de conceptos, productos o procesos desarrollados por la empresa. Esos casos crean una especie de tradición juglar dentro de la compañía, trasladando de generación en generación los principios que promueven atreverse a crear nuevas soluciones.

Este tipo de comunicación no sólo debe procurarse al interior de la compañía, sino que se puede convertir en una acción explícita de comunicación hacia clientes y competidores.

Son sólo algunas ideas. Cada persona, en su área particular de actividad tiene capacidades inexploradas para imaginar soluciones novedosas. Muchas simples, muchas prácticas, todas protegibles.

Se avizora finalmente la Ley para Protección de Folclore

Lectura: 3 minutos

Entre la andanada de proyectos, reformas y dislates legislativos del nuevo Congreso federal, hay una buena noticia. Se trata de la iniciativa para la Ley de Salvaguardia de los Conocimientos, Cultura e Identidad de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanos; lo que en el mundo se conoce como ley de protección de expresiones del folclore y conocimiento tradicional. El texto, presentado e impulsado por los senadores Ricardo Monreal y Susana Harp, pretende poner fin a los muchos años de carencias y omisiones en el tema.

Así, después de más de 12 proyectos fallidos en más de dos décadas, todo parece indicar que en un plazo muy breve contaremos en el país con una ley orientada a la protección de las llamadas “expresiones de folclore”, y que hoy son entendidas, en un sentido más amplio, como derechos colectivos de las comunidades indígenas. Tuve que presentar el caso de Carolina Herrera para que, por fin, los sentimientos heridos de los legisladores se convirtieran en tinta negra.

De momento, la iniciativa ha pasado ya por Cámara de Senadores, quienes aprobaron el texto en forma unánime. Considerando el origen del proyecto, es predecible que los disputados avalarán abrumadoramente la iniciativa, dotando a este tipo de creaciones de un marco normativo completo. Hasta hoy, todo lo que se tenía era una pálida referencia en la Ley de Derechos de Autor, que limitaba sus alcances a la obligación de señalar la etnia de la que procedía el diseño u obra copiada.

folclore y moda.
Imagen: Univisión.

A partir de la nueva ley, el cambio será radical, partiendo del reconocimiento pleno de la potestad que los pueblos y comunidades indígenas de nuestro país, poseen respecto de sus creaciones, sin importar que las mismas hayan sido elaboradas en épocas pretéritas. En un balance general, podemos decir que el texto tiene más buena fe que técnica jurídica; más pretensiones que facultades y más sustancia que estructura; sin embargo, es claro que, a partir de estos postulados, al convertirse en ley se podrá construir un reconocimiento que, desde la deuda histórica y la justicia primaria, permita repensar el valor intelectual de las creaciones de los indígenas de nuestro país.

La ley propone la creación de un sistema nacional orientado a la salvaguarda de estas manifestaciones culturales, definiendo atribuciones en los diferentes niveles de gobiernos e instituciones, así como un registro nacional para mantener actualizado el catálogo de manifestaciones culturales y de identidad objeto de la protección. Resumiendo de forma apretada los ejes centrales de la ley, podemos decir que el ordenamiento pretende reconocer el derecho de los pueblos y comunidades indígenas a decidir sobre el uso de sus conocimientos, cultura e identidad, incluyendo las expresiones materiales e inmateriales de su patrimonio cultural, sin necesidad de que exista ningún acto registral específico. A pesar de ello, se crea el mencionado Inventario Nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial Indígena y Afromexicano, asignando al Instituto Nacional de Antropología e Historia su operación.

En el renglón de sanciones se prevén consecuencias drásticas para el uso no autorizado, que pueden llevar a multas superiores a los 4 millones de pesos, y penas de prisión de hasta 10 años.

folclore
Fotografía: El Universal.

Lo que parece poco asequible para la aplicación cotidiana de la legislación es el largo listado de creaciones amparadas bajo el concepto de “bienes inmateriales de las comunidades indígenas”, que igual contempla danzas, artesanía, textos, íconos y códices, que rituales, procedimientos curativos, procesos de manufactura de joyería y utensilios, y hasta procedimientos para elaboración de alimentos, entre muchas más. Otro rubro en el que el documento debe ser mejorado es el de las definiciones de infracciones y delitos, que adolece de fallas jurídicas evidentes en su andamiaje normativo.

La aparición de la ley es coincidente con la promulgación de la Ley del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, que crea todo un sistema de nuevo entendimiento de las bases constitucionales para el reconocimiento, la defensa y el financiamiento de estas comunidades.

El objeto y efecto principal de la iniciativa de ley para la protección de folclore, se concentra en impedir la apropiación y uso sin autorización, por parte de terceros, de esas creaciones inmateriales que se reconocen como propiedad de las comunidades en que se originan y preservan. Bajo esta premisa podrán impedirse importaciones de artesanías chinas que suplantan a las nacionales, como cestas y alebrijes, así como la “reinterpretación” de vestidos y textiles por parte de intrépidos modistos internacionales.

Aun así, se trata de una pieza de legislación que tendrá carácter fundacional para la protección de las expresiones de folclore y el conocimiento tradicional en el país, y como tal, merece atención, apoyo, recursos y gestión expedita. Es ésta, creo, la primera vez que celebraré la existencia de un congreso unicolor.

El daño moral de “Zapata después de Zapata”

Lectura: 5 minutos

La controversia suscitada por la exhibición en el Palacio de Bellas Artes, de la pintura de Fabián Cháirez es todo menos simple. Comentaristas y comunicadores diversos han descalificado la postura de quienes cuestionan la exposición de la pintura en el máximo recinto cultural del país, calificándolos de intolerantes. La paradoja es que, no entender la naturaleza del conflicto, hace que esa descalificación sea intolerante.

Con sus debidos matices y estándares técnicos, buena parte de la labor de los legisladores en un país, sean de la jurisdicción y nivel que sean, consiste en interpretar los valores y sentimientos imperantes en la sociedad y representarlos, defenderlos y mejorarlos a través de leyes que sigan esa orientación. Propósito que, entre más cercano es a temas socialmente vivos, es más difícil de cumplir. En asuntos como éste, estamos ante visiones enfrentadas, unas que nacen como el nuevo signo de los tiempos, otras que han campeado por años y que se resisten al cambio. Pero unas no pueden imponerse a las otras simplemente por ser vanguardistas o políticamente correctas. Digamos que, se vale, estar de un lado o del otro, y en cada bando hay argumentos atendibles.

Juguemos a ser el Juez al que someten el caso, y así entenderemos la dificultad que la complejidad del asunto supone. Tenemos a una parte, agraviada, que demanda la supresión de la exhibición del lienzo del recinto cultural; y por la otra, un pintor, y una institución que defienden su libertad de expresión al plasmar la obra y exponerla en un evento conmemorativo del prócer de la patria. Resulta singular que, para pronunciarse sobre este conflicto, se recurra a la ley, cuando tendría que ser la primera fuente de consulta y apoyo.

moral zapata
Fabián Cháirez, pintor mexicano (Fotografía: Abstracto Noticias).

Lo que inicialmente debe citarse es la existencia de una legislación, de la Ciudad de México, olvidada y no replicada en otras entidades, que contiene las claves para la resolución del conflicto. Una legislación denominada: “Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el Honor y la Propia Imagen”. Según reza el articulado de la misma, ésta tiene por finalidad regular el daño al patrimonio moral derivado del abuso del derecho de la información y de la libertad de expresión. Hay que subrayar este primer concepto que la ley crea, el denominado “patrimonio moral”.

La ley inicia su discurso señalando que se reconoce el derecho a la información y las libertades de expresión e información como base de la democracia instaurada en el sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo que tiene como presupuesto fundamental la defensa de los derechos de personalidad de los mexicanos. Éste es un excelente concepto que, de entrada, parece crear la plataforma normativa, amplia y suficiente, para que expresiones como el cuadro controvertido pueda existir y ser exhibido.

La problemática empieza a extender sus tentáculos cuando define que el ejercicio del Derecho de Personalidad es la facultad que tienen los individuos para oponerse a la reproducción identificable de sus rasgos físicos sobre cualquier soporte material sin su consentimiento y el respeto a la valoración que las personas hacen de la personalidad ético-social que se identifican con la buena reputación y la fama. Claramente, un tema que la ley no resuelve, es el planteamiento de si tales derechos de oposición los pueden ejercer los familiares de un personaje fallecido, o si, inclusive, corresponde a la autoridad hacer su defensa tratándose de figuras destacadas de nuestra historia. Bajo ese argumento, resultaría un contrasentido que la propia autoridad convocada para la defensa de los derechos de personalidad de Emiliano Zapata, sean vulnerados por ésta.

Siguiendo con la parte conceptual, la ley determina que el honor es la valoración que las personas hacen de la personalidad ético-social de un sujeto y comprende las representaciones que la persona tiene de sí misma, que se identifica con la buena reputación y la fama. El honor es el bien jurídico constituido por las proyecciones psíquicas del sentimiento de estimación que la persona tiene de sí misma, atendiendo a lo que la colectividad en que actúa considera como sentimiento estimable. ¿Ah verdad? Ya sobre esta línea las cosas no son tan simples como parecen, partiendo de que el umbral legal del honor se define por la idea que la persona tiene de sí misma.

Si queremos aderezar la discusión otro poco, es el límite que la ley define para la libertad de expresión al establecer que, para sobrepasar el límite de lo tolerable, las expresiones deberán ser insultantes, insinuaciones insidiosas y vejaciones, innecesarias en el ejercicio de la libertad de expresión y derecho a la información. Por lo tanto, la emisión de juicios insultantes por sí mismas en cualquier contexto, que no se requieren para la labor informativa o de formación de la opinión que se realice, supone un daño injustificado a la dignidad humana.

moral y zapata
Ilustración: Pinterest.

La imagen de una persona, dice la ley, no debe ser publicada, reproducida, expuesta o vendida en forma alguna si no es con su consentimiento, a menos que dicha reproducción esté justificada por la notoriedad de aquélla, por la función pública que desempeñe o cuando la reproducción se haga en relación con hechos, acontecimientos o ceremonias de interés público o que tengan lugar en público y sean de interés público. Cuando la imagen de una persona sea expuesta o publicada, fuera del caso en que la exposición o la publicación sea consentida, con perjuicio de la reputación de la persona, la autoridad judicial, por requerimiento del interesado, puede disponer que cese el abuso y se reparen los daños ocasionados.

En conclusión, según la ley, el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a informar se debe ejercitar en armonía con los derechos de personalidad. No se considerará que se causa daño al patrimonio moral cuando se emitan opiniones, ideas o juicios de valor sobre cualquier persona, siempre y cuando no se utilicen palabras, frases o expresiones insultantes por sí mismas, innecesarias para el ejercicio de la libertad de expresión. Las imputaciones de hechos o actos que se expresen con apego a la veracidad, y sean de interés público, tampoco podrán ser motivo de afectación al patrimonio moral.

Respecto de las expresiones artísticas, ninguna ley en el país las excepciona de este marco general, de modo que los criterios apuntados son aplicables a toda clase de manifestaciones realizadas bajo el gran paraguas constitucional de la libertad de expresión. Lo que aquí se cuestiona no es el derecho del pintor a plasmar lo que quiera en el lienzo, sino la difusión que Bellas Artes le da al exhibirlo.

En resumen, el caso confronta dos derechos de la máxima jerarquía en nuestro sistema normativo. La libertad de expresión, por el lado del exhibidor de la obra de arte, y el derecho a la reputación, el honor y la propia imagen, agrupados todos bajo el rubro del derecho a la privacidad.

De mi parte, celebro la discusión abierta, no la violencia para hacer valer los argumentos. Si concluimos que la ley es obsoleta o imprecisa habrá que reformarla, pero es claro que ésta será la única forma civilizada de definir los derechos y resolver las diferencias. Todo lo demás es justicia por propia mano.

Espero sinceramente que estos conceptos te ayuden a dictar el fallo.

Emprender en tiempos de caos

Lectura: 3 minutos

Tengo la fortuna de sentarme cada semana con una amplia diversidad de empresarios de todos los tamaños, giros, experiencias y orígenes. Trato también con empresas extranjeras que tienen muchos años en México o que, en contraste, apenas hacen planes para arribar a nuestro país.

Ese mosaico de intereses me otorga la privilegiada posibilidad de cotejar visiones sobre este novedoso y desafiante “contexto”, que hoy se construye con materiales muy diferentes de los que en otras épocas construyeron la realidad. En el nuevo vocabulario, expresiones como “lavado de dinero”, “crimen organizado por facturas falsas u outsourcing” o “extinción de dominio”, son los nuevos derroteros de la incertidumbre.

SAT y pago de impuestos
Imagen: El Contribuyente.

Un común denominador, presente y constante, es la incertidumbre. Para un empresario, la inexistencia de certezas es el territorio natural de sus tareas. Ser empresario es tomar riesgos, apostar, perseguir objetivos donde otros sólo ven obstáculos. Pero hoy no hablamos de “esa” incertidumbre, la de hoy es una mezcla compleja que conforma una espesa capa de bruma continua.

Esta incertidumbre causa miedo y ansiedad porque, de tan densa, no deja despegar los aviones. Incertidumbres odiosas, que no permiten planear, ni presupuestar, ni proyectar, porque generan cambios súbitos de reglas, movimientos aleatorios de voluntades, amenazas legales de proporciones bíblicas.  

Pagar impuestos puntualmente es premisa del correcto quehacer empresarial, pero tener que implementar un costoso aparato de supervisión interna de la contabilidad, para asegurarse de no cometer errores y no exponerse a sanciones draconianas, carga sobre la espalda de las empresas lastres excesivos.

inversión a la baja
Imagen: haycanal.com.

Tener que sufragar, mes con mes, gastos exorbitantes en seguridad, para reducir robos de mercancía, contratar más empleados improductivos en áreas de protección, invertir en sistemas de monitoreo, subir el presupuesto de seguros y otras amenidades con la misma vocación, inevitablemente sobrecarga a la empresa con costos extraordinarios. Los ciudadanos cumplen su parte pagando impuestos al día, pero no reciben a cambio la primera prestación que el Estado debe corresponder: seguridad.

No hay discusión sobre el punto de que, en materia de creación de riqueza, el Estado debe sólo enfocarse en proveer las condiciones para que la iniciativa privada ocupe los espacios y pueda con facilidad impulsar el crecimiento. Las experiencias de nuestro país como Estado emprendedor han sido y siguen siendo francamente malas.

En ese renglón, todas las iniciativas oficiales se orientan a programas sociales para brindar apoyos a ciertos sectores, pero escasean los recursos para nuevos emprendimientos. Instituciones como el Instituto del Emprendedor, ProMéxico y el Fondo de Promoción Turística desaparecieron, y fondos empresariales de diversas secretarías y recursos del Conacyt han sufrido reducciones notables. La ecuación final es simple; sin la riqueza que generan las entidades productivas, más temprano que tarde, los programas sociales dejarán de tener recursos suficientes, y la tentación simplista del gobierno podría llevar a la peor decisión: subir los impuestos.

seguridad y dinero
Ilustración: Nexos.

Muchos de los empresarios con los que discuto el futuro pretenden convertir la incertidumbre en plan de fuga. Dejan sus empresas operando en México, pero miran ya hacia otras jurisdicciones para realizar nuevas inversiones. ¿Malos mexicanos? ¿Traición a la patria?

Podríamos sólo catalogarlos con algún “descalificativo” bajo la condición general de que “no los necesitamos”, pero la realidad dice lo contrario. Necesitamos de todos, pero particularmente, de aquellos que tienen los conocimientos y experiencia para conducir esfuerzos colectivos empresariales que generan riqueza, impuestos, trabajo y confianza. Sin estos protagonistas el plan de vuelo está incompleto.

El VAR y la extinción de dominio del balón

Lectura: 3 minutos

Como fanático desmesurado del balompié, me he adherido a todos los juegos, a todas las ligas, a todas las repeticiones y a todos los programas con reiteradas discusiones sobre lo vivido. En efecto, me desvelo, pero por una justa causa. Como dice mi esposa, me habita un sentimiento de desconsuelo y pérdida si algún gol importante no fue parte de mi devenir por el fin de semana. Claro, si algo se escapó podemos recurrir al material grabado, y si aún así hay alguna anotación evasiva, se le puede rastrear en YouTube y testimoniarla para siempre. Definitivo, ya no hay gol inalcanzable.

Los mortales no pueden dimensionar lo que significa escuchar a los amigos descifrar el fenómeno Messi a través de sus últimos dos goles de tiro libre, y no ser parte de esa historia. No, no y no. Al menos ese último reducto permanecerá en un escondrijo en nuestros corazones, fuera del alcance de reyes, profetas, novias y esposas.

La bendita tecnología trae hasta nuestros dedos la Premier, la Bundesliga, la Liga, y partidos varios de todos los confines de la tierra. Hace unos días, en una conducta compulsiva que raya en la imprudencia, me vi mirando un partido de la liga china. Fue demasiado, eran malos y peores y, además, todos se parecían. Hice un alto en el camino, pensé, medité, reflexioné… y le cambié al tenis.

arbitro.
Ilustración: iStock Photo.

Entrado en esos avatares me vi inmerso en la final de la Copa del Mundo Sub 17. Otra vez México, otra vez los chavos, otra vez una final. Contra Brasil y en Brasil. Sólo en esas edades trascendemos, jóvenes y sin miedos, luego, por algún artilugio maligno nos pasamos a descomponer.

Cuando corría el minuto 82 sobrevino la tragedia. El árbitro levantó un brazo para suspender las acciones, y luego, con ese movimiento que pinta un recuadro en el infinito, como desafiando al destino, ¡invocó al VAR! A su movimiento siguió el parsimonioso camino del colegiado hacia la pantalla, para verificar el pasado reciente. Reproducir, cuadro por cuadro, el comportamiento de los protagonistas para juzgarlos desde el palco de la intimidación y el prejuicio.

Cuando la tele nos pasó la jugada cuestionada era claro que ¡NO ERA PENAL! Nuestro defensa se había barrido a la pelota, y por pura inercia con el pie residual había tocado al jugador brasileño. Nada de que preocuparnos, jugada normal de área, no era penal. Pero, ¿y si el árbitro se deja influir por el peso de la camiseta amarela?, ¿y si hay consigna para que pierda México?, ¿y si quieren que gane Brasil por ser local?

Claro, al final, defenestración y muerte. El regreso del nazareno dio pasó a señalar, con gesto dramático, el punto penal. Una final de Copa del Mundo convertida en obra teatral. Otra vez no, ¡por favor! ¡No era penal! ¡No era penal!

El resto de la historia ya la sabemos, la supimos siempre. El golpe siniestro de la injusticia abrió en tiempo de compensación un agujero en nuestra defensa central y Lázaro, revivido después de tres días, anotó el de la victoria para Brasil. La verdad, pinche Var.

futech.
Imagen: mrHouston.

Cuando esa nueva herramienta tecnológica llegó al futbol, muchos celebramos la inauguración del nuevo reino del futbol justiciero. No mas abusos arbitrales, no mas componendas, no mas corrupción, no mas dudas. La objetividad de la repetición a cámara lenta puesta al servicio de la verdad. Por fin, nos libraríamos de los extraños “off sides”, de los goles que no entraron, de los injustificables penales, y de toda suerte de subjetividad y discriminación.

Pero no, claro que no. Ahora, el VAR se ha convertido en la nueva herramienta del poder, el medio idóneo para justificar decisiones parciales y desafortunadas, pero que ahora ingresan a la impunidad por via de la pureza tecnológica. Ahora, el árbitro se equivoca, ya no por la velocidad de la jugada, sino porque quiere.

Así, el otrora mágico juego, que pasaba por la futilidad del “error humano”, ha evolucionado para convertirse en error del sistema. Ahora, la consigna tiene nombre. Si quiero reviso, y si no, pues no. Por eso digo, que no hay peor ejercicio autoritario que el que se basa en un presumible sistema normativo, diseñado para dirigirse selectivamente a los que “deben perder”.

Culiacán, Sinaloa… ¿y ahora qué?

Lectura: 2 minutos

Estaba escribiendo un largo artículo analizando las propuestas de regulación para el nuevo etiquetado en alimentos procesados, cuando de pronto me quedé sin ideas. La relevancia del tema se desvaneció cuando empecé a recibir información, videos y comentarios sobre los sucesos del pasado jueves en Sinaloa. Me quedé expectante, esperando saber qué explicaba los hechos, y más aún, qué pasaría con los presuntos capos detenidos.

Las escenas de camiones incendiados, de armas letales manejadas por civiles, de extrañas escenas de convivencia entre soldados y civiles armados, me puso en alerta. A pesar de que nuestra capacidad de asombro en temas de violencia ha sido neutralizada progresivamente por la constante exposición a situaciones de extrema violencia, éstas, rebasaban los límites.

Nadie culpa al actual gobierno de la situación imperante. Todos sabemos que es una herencia de décadas enteras de corrupción, negligencia y complicidad de gobiernos de todos los niveles con el crimen organizado, y que cualquier solución requiere tiempo, estrategia, inteligencia, recursos y determinación. Lo que asusta son las decisiones atropelladas, ingenuas o inexistentes que parecen propiciar la agonía definitiva del estado de derecho en nuestro país.

Liberar a un criminal horas después de ser detenido ante las amenazas de ataques a la población civil, evidenciando al mismo tiempo las enormes carencias de organización, estrategia y armamento de nuestros soldados, es absolutamente perturbador. Y al correr de las horas, escuchar las explicaciones de parte de las autoridades alegando la falacia de evitar el “mal mayor”, quita el aliento.

¿Puede haber mal mayor que rendirse ante la delincuencia? El monopolio de la violencia, postulado del Estado como orden coactivo de la conducta, nos fue arrebatado, ¿cuándo?, seguramente desde hace mucho tiempo, pero el jueves pasado se hizo burdamente manifiesto. A esto ya lo podemos denominar como insurrección. Ésta es, posiblemente, la jornada de mayor violencia en nuestro país desde la Revolución, o que sólo compite con la matanza de Tlatelolco.

He revisado todas las columnas periodísticas que tuve a mi alcance sobre el tema y parece haber una coincidencia plena en que el operativo fue improvisado e ingenuo. Hay algunas discrepancias sobre lo que se debió o no hacer una vez que la violencia estaba desatada. Son más quienes opinan que bajo ningún escenario se debió soltar a Ovidio Guzmán, aún a costa de vidas de civiles. La escena, transportada a la delincuencia común, es mirar a un gobierno pagar rescates para resolver un secuestro.

Llevamos años, muchos años, diciendo y oyendo que basta ya de omisiones con la delincuencia. ¡NO más! Pero no sólo no hay avances, la situación, mes con mes, se agrava hasta niveles brutales. La búsqueda de soluciones nos convoca a todos, no es suficiente con seguir enjuiciando a los torpes o a los omisos, necesitamos un plan de rescate, un programa de reconstrucción y muchos líderes que los conduzcan.

Ojalá el gobierno federal reconozca que con mercadotecnia o justificaciones no se evitarán más fosas clandestinas; ojalá la sociedad entienda que con “memes” únicamente encubrimos con humor una realidad asfixiante. Como primer paso debemos exigir al gobierno que, contra las viejas costumbres arraigadas, nos hablen con la verdad.