No hace falta defender el postulado de que la innovación es, en el mundo, uno de los diferenciadores que conducen al éxito empresarial. En tiempos de crisis, la generación de diferenciadores de mercado y de nuevas soluciones marca el ritmo en todos los segmentos. La “tecnología adaptativa”, propia de economías emergentes, convoca a todos para enfocarnos en crear y crecer. Hoy, poseer grandes infraestructuras orientadas a la innovación deja de ser un imperativo para el éxito.
Pensemos en cada unidad productiva, centro de investigación y universidad, en la manera de impulsar nuevos productos y procesos. Aquí, algunas ideas simples que espero ayuden a repensar la estrategia:
Desarrollo de la cultura de Innovación y Protección Jurídica
Muchas empresas asumen que se encuentran “al día” en sus campos de actividad, porque siguen publicaciones especializadas o asisten a ferias o congresos internacionales. Desde luego, ésa es parte de las tareas que deben ser contempladas, pero de ninguna manera agotan el objetivo.
Implantar en la cultura de la compañía los principios de la innovación continua requiere de un trabajo calculado, de estrategias, metodología y resultados medibles. Cuando la empresa cuenta con un departamento de investigación y desarrollo estas prácticas suelen ser parte ya del vocabulario normal de los empleados y los directivos, pero aun así, es necesario que esa cultura pueda permear a todos los integrantes. Las buenas y novedosas ideas suelen provenir de donde menos se espera, o bien, de quienes tienen experiencias en áreas de ventas, logística, etc. No hay que olvidar que, para muchas empresas, una campaña exitosa de marketing o de publicidad puede hacer la diferencia en sus logros a lo largo de los años.
Una empresa que ha introducido estos principios en su cultura, en forma recurrente, discute proyectos, conceptos y propuestas y dispone de los canales necesarios para darles trámite hasta documentar sus resultados, sean buenos o malos. Lo que tal vez en cierto tiempo no dio resultado, más adelante puede ser muy exitoso.
Desde luego, uno de los puntos esenciales en la creación de esta cultura es la continua comunicación que la empresa procure de los temas y logros relevantes en materia de innovación.
Revisión y protección de creaciones propias
La práctica demuestra que, muchas veces, la ceguera de taller impide ver lo que es obvio hacia el interior de la empresa, pero que, para un competidor sería novedoso y muy valioso. Ese efecto lleva a que, por formar parte de los procesos cotidianos, una ventaja competitiva protegible en forma de secreto industrial o patente, se pase por alto; o que un elemento de distintividad protegible bajo alguna de las nuevas figuras como las marcas olfativas o la imagen comercial, se ignore.
Implantación de esquemas de recompensa
Partiendo del hecho de que la mayor parte de las invenciones de empresas japonesas proviene de los empleados que participan en la línea de producción, resulta imperativo implementar mecanismos de recompensa a los grupos de trabajo que logran innovaciones aprovechables para la corporación.
Para ese fin deben incluirse en el reglamento interior las políticas explícitas que se diseñen para premiar económicamente a quienes aporten nuevas soluciones, definiendo las formas y montos de regalías que podrán trasladarse a los protagonistas. Además, esto permite dar cumplimiento a la obligación legal que existe para estos supuestos.
Como parte del sistema de innovación de la empresa, es recomendable contar con procesos bien definidos para reportar los hallazgos, valorarlos, y en su caso, dar seguimiento para lograr su protección legal.
Prever en los contratos de trabajo y con terceros, cláusulas de cesión de derechos
La ley laboral en México contiene ciertas previsiones orientadas a regular el tema de las invenciones de los trabajadores, reputando como propietario al patrón, siempre y cuando el trabajador hubiere sido contratado para fines de investigación y desarrollo, al que, además, debe pagarse una remuneración proporcional.
A fin de dar certeza a ambas partes, es recomendable definir el monto o pago proporcional respectivo, pero además, es aconsejable que también los contratos con empleados de otros departamentos o áreas, incluyan cláusulas de cesión a favor de la empresa, ya que la posibilidad de innovar no se limita al departamento de investigación y desarrollo.
Asimismo, debe incluirse una referencia contractual a la información relativa a secretos industriales, que de la misma manera el empleado puede generar en el desarrollo de su trabajo, y que conviene asegurar como activo de la corporación a través del contrato.
Finalmente, en este punto es también aconsejable que la empresa revise y perfeccione sus contratos con proveedores, maquiladores y con terceros que desarrollen innovación por encargo, a fin de asegurarse de que los derechos resultantes de cualquier avance técnico serán de su propiedad.
Difundir entre empleados los resultados de inteligencia competitiva
No sólo resulta esencial que la empresa contrate servicios de monitoreo de patentes gestionadas por competidores a nivel global, sino que los resultados sean conocidos, discutidos y aprovechados por empelados y funcionarios de la empresa. Exponerse a este tipo de información es altamente inspirador para los equipos que trabajan en innovación.
No existe un mecanismo más efectivo para estar informados de las tendencias de vanguardia en producción de tecnología que los bancos de patentes, y al mismo tiempo, ofrecen oportunidades concretas de negocio a través de la contratación de licencias, o aprovechando soluciones técnicas del dominio público.
Realizar vinculación con centros de investigación y universidades
Una de las mejores formas para impulsar la generación de innovación en las empresas, consiste en acercarse a universidades y plantearles la problemática que se enfrenta para resolver ciertos aspectos específicos de determinadas industrias. Las mentes de los investigadores de los centros académicos están entrenadas para encontrar, desde los modelos científico y de experimentación, alternativas que suelen sobrepasar, por mucho, los escasos recursos de las propias corporaciones. Al pasar de ingeniería básica a ingeniería aplicada, las soluciones se vuelven patentables y los resultados para la empresa pueden ser extraordinarios.
Como siempre, es necesario contar con un contrato adecuado que prevea cómo y quién obtiene los derechos de Propiedad Intelectual, a fin de evitar situaciones de conflicto. Para las universidades, muchas veces el estímulo de formar parte de estos proyectos es la de publicar los resultados, lo que, si no se regula adecuadamente, puede poner en riesgo la novedad que se requiere para patentar.
Aplicar para financiamiento y tratos fiscales favorables
Existen múltiples fondos y recursos que las empresas pueden aprovechar para impulsar proyectos tecnológicos novedosos, de manera que no graviten sobre sus propias finanzas. Además, los apoyos pueden también incluir asesorías especializadas, patentamiento mundial, y otros rubros del proceso que facilitan escalar y comercializar la tecnología.
También las empresas debe buscar asesoría experta para identificar el tipo de exenciones o subsidios que la ley fiscal suele otorgar para estimular la inversión en innovación. En nuestra experiencia, sorprende que normalmente son empresas de origen extranjero las que optan por obtener financiamiento de fondos públicos, o para aprovechar los beneficios impositivos que las leyes mexicanas ofrecen.
Difundir casos de éxito
Una de las mejores formas de crear cultura de innovación e inspirar nuevos proyectos, consiste en divulgar las historias de éxito de conceptos, productos o procesos desarrollados por la empresa. Esos casos crean una especie de tradición juglar dentro de la compañía, trasladando de generación en generación los principios que promueven atreverse a crear nuevas soluciones.
Este tipo de comunicación no sólo debe procurarse al interior de la compañía, sino que se puede convertir en una acción explícita de comunicación hacia clientes y competidores.
Son sólo algunas ideas. Cada persona, en su área particular de actividad tiene capacidades inexploradas para imaginar soluciones novedosas. Muchas simples, muchas prácticas, todas protegibles.