Ocio y Negocio

Recuerdo y futuro

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Poco a poco, con asistencia limitada se empiezan a celebrar festejos en varias partes del mundo y se anuncian corridas –dependiendo de las condiciones futuras– hacia abril y mayo con carteles de tronío, como es el caso de Sevilla.

En México, en Huamantla, Tlaxcala, se ungieron triunfadores Jorge Sotelo y Calita con toros de Coyotepec y de Zacatepec, respectivamente, el fin de la semana pasada. El lunes 1 de marzo en Apizaco, un muy buen encierro de José Arturo Huerta propició el triunfo de Sergio Flores, Luis David y Diego Silveti. Los dos primeros ungidos en hombros en función de los trofeos conseguidos en el festejo.

Así se mueve el cotarro y eso es positivo, aunque el impacto de la pandemia en el mundo taurino, además lo que venimos arrastrando antes de ella, lo veremos en los próximos años.

Mientras tanto, los recuerdos nos nutren, y curiosamente el 16 de febrero de este año pasé por una cirugía y recordé en mi camino al quirófano que, en esa misma fecha en 1946, Silverio Pérez en mano a mano con Manolete, obtuvo por una gran faena a Barba Azul de Torrecilla, el primer rabo que se otorgó en La México.

recuerdos toreo
Imagen: México en Fotos.

No había nacido cuando aquel día –pero sí el mismo día el 16 de febrero de 1975–, fecha en que el toro Bermejo de Xajay le propinó una cornada pavorosa al valiente diestro Antonio Lomelín, cuando en los medios del ruedo citó al astado para ejecutar un par al quiebro.

La plaza quedó estupefacta al ver al torero tomarse los intestinos y encaminarse a la enfermería de La México, donde lo atendió el doctor Campos Licastro y su equipo. Posteriormente, el doctor Hernán Cristerna, famoso gastroenterólogo, lo atendió para que reapareciera alrededor de dos meses más tarde, el 20 de abril, en Durango.

Toño era un torero muy arriesgado, ya había pasado por una cornada semejante en Tijuana en el segundo tercio, pero siguió en la brega por dar una gran tarde de muestra. En los ochenta en mano a mano con Manolo Martínez recibió los máximos trofeos de Luna Roja de Xajay, ganadería que, por cierto, es la que mayor número de toros ha lidiado en La México en sus 75 años de historia.

El español Antonio José Galán el 16 de febrero de 1975, tuvo que matar cinco toros. El primero de Lomelín y en el primero de su lote cumplió. En su segundo recibió aplausos. En el tercero, pitos. En el cuarto fue ovacionado con el capote, faena por naturales y derechazos, rematados por el de pecho y el de la firma. Media estocada. Una oreja y vuelta con el ganadero. En el último salió del paso, en lugar de Rafaelillo, quien sufrió una cornada. Rafaelillo en el tercero fue ovacionado con el capote, llevando a cabo una magnífica faena de muleta y, entre ovaciones, media estocada. Una oreja.

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Antonio José Galán Casero, toreo español (Imagen: Getty Images).

El traje de aquella infausta tarde quedó en manos de quien recientemente se fue a la Gloria y gran amigo de Toño, Gonzalo Martínez.

Toño siguió su trayectoria hasta 1996. Ese año, el 18 de febrero, se despidió triunfalmente con Segador de Rancho Seco en La México. Su apoderado por mucho tiempo fue el gran torero Rovira, quien lo acompañó en sus tardes aciagas y de triunfo. Fue un ejemplo de pundonor.

Espero como Toño recuperarme bien, y deseo que el movimiento y la vacunación nos lleve pronto a que nuestra querida fiesta siga adelante. ¡Un abrazo y muchos recuerdos!


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¿Quién fue Pepe Faroles?

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Mi esposa Lorena Canto está escribiendo sobre mujeres mexicanas y hace unos días me sorprendió cuando me preguntó “¿Conoces a Pepe Faroles?”. Y ustedes saben que un aficionado a los toros una pregunta de esa naturaleza es un reto a la memoria.

Recordé que en alguna Revista de Sol y Sombra de los cuarenta del siglo pasado había visto ese pseudónimo y eso le comenté pensando que ya había resuelto su duda y, sin embargo, me repitió la pregunta y agregó: “¿Sabes cuál es su verdadero nombre?”. Y ahí mejor le dije, lo desconozco.

Ella entonces me lo dio, se trata de una mujer, no de un hombre; fue Josefina Vicens, gran aficionada que comienza su labor como escritora de crónicas taurinas a principios de la década de los 40, y para 1943 ya escribía en su propia revista Torerías.

Su carácter rebelde y de lucha continua la llevó a fundar en sociedad, su propio espacio periodístico, donde con el de nombre “Pepe Faroles” dejaría huella en los lectores de la época, creando controversias, polémicas y disputas, tanto entre los aficionados como entre los empresarios de la época, uno de ellos, Antonio Algara del Toreo de la Condesa.

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Firmaba con sus pseudónimos: Pepe Faroles, José García y Diógenes García (Imagen: Isla Minerva).

Curiosamente en el periódico español El Mundo, hace años, el periodista Raúl Rivero apuntó: “Uno de los críticos taurinos del siglo XX mexicano se llamaba Pepe Faroles” –y agregó– “era contemporáneo de un comentarista político que no brillaba demasiado, pero era incómodo y escribía bien”. Firmaba como Diógenes García. En términos taurinos, pinchó en hueso el colega español, pues ése era su pseudónimo de la actualidad política de Josefina, quien dejó dos libros para la posteridad: El libro vacío y los años falsos.

Josefina Vicens solamente acabó sus estudios de primaria, para posteriormente estudiar una carrera comercial de dos años de duración que ella concluyó en uno solo. A pesar de que Vicens considerase no tener cultura académica, no sólo tuvo acceso a los libros en su ámbito familiar; también tuvo una gran voluntad autodidacta para aprender de su experiencia y establecer diversos vínculos con la escritura y con la lectura.

Hija de Sensitiva Maldonado Pardo, maestra tabasqueña, y de José Vicens Ferrer, comerciante español originario de las Islas Baleares, Josefina Vicens nació en Villahermosa (Tabasco) el 23 de noviembre de 1911.

Josefina Vicens firmó con su propio nombre en artículos sobre cine y podía suceder que sus diferentes firmas coincidieran en una misma publicación, averigüé qué otra de sus actividades literarias fue la de los guiones cinematográficos.

Obtuvo el Premio Ariel dos veces, gracias a dos guiones: Renuncia por motivos de salud en 1975 y Los perros de Dios, 1979. Por este último también ganó un reconocimiento de la Sociedad General de Escritores de México, la Diosa de Plata y El Heraldo.

Josefina Vicens
Josefina Vicens, novelista, periodista, guionista de cine y feminista mexicana (Imagen: Anchor).

Muy crítica consigo misma, de todo su trabajo en el cine sólo rescataba tres textos: los ya mencionados y el de la exitosa película Las señoritas Vivanco de 1959, cuya anécdota surgió de la colaboración hecha por otros dos sobresalientes escritores, Elena Garro y Juan de la Cabada.

Sin embargo, la autora forjó amistades con no pocos artistas, como los pintores Pedro Coronel, Juan Soriano, José Luis Cuevas y Antonio Peláez, así como con los escritores Sergio Fernández, Pita Amor, Octavio Paz y Juan Rulfo.

Esta interacción con renombrados artistas se vincula también a sus visitas al “Café París”, en el rumbo de Reforma de la Ciudad de México, que era un espacio común de reunión para muchos artistas de la época.

En aquel entonces, en la crónica taurina sobresalían junto a ella, Esperanza Arellano “Verónica” y Carmen Torreblanca Sánchez Cervantes. Es imposible preguntarle por qué decidió usar un pseudónimo masculino en la crónica taurina.

Sirva como anécdota la de Pepe Faroles, mientras que recordamos la fecha mágica del 5 de febrero, en la que se cumplió 75 años de haberse inaugurado la plaza más grande y cómoda del mundo, La Plaza México.


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Los primeros 50: escalafón de La Plaza México en 75 años

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En 75 años de historia de La Plaza México, es imposible designar al torero más importante de ese tramo y por ello acudo a los números de actuaciones que reflejan el interés del cónclave y en ese escalafón en los primeros 50; el número uno es Manolo Martínez con 91, pero además es también el primero en trofeos máximos, con 10 rabos en su trayectoria.

En faenas de dos trofeos Jorge Gutiérrez y Manolo Martínez comparten el primer sitio con 17 veces.

Las cifras fueron calculadas gracias al trabajo acucioso de quien fuera presidente de Bibliófilos Taurinos de México –a la que orgullosamente pertenecí y estoy en sabático–, Humberto Ruíz Prado; hijo de mi querido Humberto Ruíz Quiroz y en gran parte al trabajo estadístico de mi querido tocayo, ya en la Gloria, Luis Ruíz Quiroz, su recordado tío.

Le sigue Jorge Gutiérrez con 86 corridas y protagonista en los noventa de grandes rivalidades principalmente con David Silveti, quien a su vez, con 28 actuaciones ocupa el lugar 27 en el escalafón y en el tercero se ubica Mariano Ramos con 84 corridas, que contendió en esa época con los dos anteriormente mencionados y también en los finales de los setenta y los ochenta, con Manolo, Curro Rivera y Eloy Cavazos, quien con 71 corridas ocupa el séptimo sitio.

En el cuarto sitio se encuentra El Zotoluco con 79 corridas y va por delante de Miguel Espinosa Armillita en el 5, con 78 corridas, y Curro Rivera con 77 corridas ocupa el sexto lugar, siendo el octavo Manolo Mejía quien renació después de la faena de Costurero de Garfias, el jueves 7 de octubre de 1993 –curiosamente actuando con Manuel Capetillo hijo– cuando el papá de Manuel ocupa el lugar 9 y fue denominado como el mejor muletero del mundo. Capetillo padre actuó en 50 festejos.

Los alternantes de Mejía en el jueves taurino lo fueron; además de Capetillo hijo, el torero a caballo Octavio Sánchez y Germán Garza.

El primero en el escalafón entre los toreros españoles es Enrique Ponce con 49 corridas y ocupando el lugar número 10 en La Plaza México.

El queridísimo Capea ocupa el 16 con 38 corridas, mismas que Manolo Arruza.

El Juli va en el 23 con 31 corridas; Manolo Dos Santos, el Lobo Portugués en 43 con 23; Sebastián Castella con 23 en el lugar 41, mismas que Juan Silveti; sorpresivamente el año pasado anunció su retiro de los ruedos el francés.

Eulalio López "Zotoluco"
Eulalio López “Zotoluco” (Fotografía: Plaza México).

En el 47 con 21 actuaciones Morante de la Puebla, mismas que Diego Silveti y Polo Casasola, El Conde y Alfredo Gutiérrez.

Manolete actúo tardes en La México, 9 ocasiones entre 1946 y 1947, la última el 2 de febrero de 1947 al lado de Silverio y en la despedida de los ruedos de David Liceaga con toros de Coaxamalucan (Tlaxcala).

Uno de los toreros españoles consentido de México, Paco Camino, alcanzó 10 corridas entre los sesenta y los setenta, siendo la última con Manolo y Eloy con toros de San Miguel de Mimiahuapan (Tlaxcala), el 1 de abril de 1978, y no ocupa un sitio entre los primeros cincuenta.

En resumen, entre los 50 que más han actuado en La México solamente seis son extranjeros; cuatro españoles, un francés y un portugués.

En rabos, el número uno entre los matadores a pie foráneos, es El Capea con tres.

El primero en los de a caballo, mexicanos y extranjeros, es Pablo Hermoso de Mendoza con cuatro.

Pablo Hermoso de Mendoza
Pablo Hermoso de Mendoza (Fotografía: El Sol de Toluca).

Los números son fríos y se pudieran aderezar con el número de trofeos que lograron, sin embargo, sirvan de base para que cada uno saque sus conclusiones, entendiendo que en gustos se rompen géneros y dependen de la época. Por ejemplo, la rivalidad del toreo de angustia, de Antonio Velázquez y Rafael Rodríguez en los cincuenta, llevó a Rafael al onceavo sitio en número de actuaciones con 47 y a Toño al lugar 18 con 35.

Alguna vez que entrevisté a Joselito Huerta en el cincuentenario de la Monumental y con el celo que tienen las figuras, cuando enfaticé que Manolo consiguió 10 rabos en su historia, comentó: “yo 8, pero con la mitad de festejos que Martínez”, Joselito ocupa el lugar 13 con 42 corridas, por cierto, un lugar arriba de Antonio Lomelín, con 40.

Eloy y Joselito comparten número de rabos en la espuerta.

Números que ubican, pero prefiero en lugar de inducir el que cada uno opine, aunque los del uno en el escalafón: Manolo Martínez; quien revela lo mucho que en La México representó para sus leales y todavía algunos le gritan “¡Manolo, Manolo y ya!”. Grito de guerra, que, al segundo del escalafón, Jorge Gutiérrez, alguna vez también lo auparon.

Sirvan pues las cifras puntuales de Humberto Ruíz Prado a los aficionados al toreo y agradecerle la atención de compartir tan valioso trabajo.


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El Toreo de la Condesa

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Celebramos el Aniversario de Platino de la inauguración de La México y con tres emotivos videos se significó la fecha del 5 de febrero, por parte de la empresa en los que las imágenes nos transportaron a su historia en espera de que, con el transcurrir del tiempo y sin pandemia de por medio, se abran sus puertas.

Y aprovecho el momento recordando que por aquellos días cerró sus puertas el Toreo de la Condesa, mismo que se ubicaba en donde hoy se encuentra El Palacio de Hierro Durango.

La estructura metálica del coso se trasladó a Cuatro Caminos en el Estado de México y hace algunos años desapareció la plaza, con lo que se cerró un capítulo importante de la tauromaquia mexicana.

Por unos meses, hace 75 años convivieron en la Ciudad de México dos plazas que tantos recuerdos nos provocan al evocar su memoria.

El 31 de agosto de 1946, empezaron los trabajos de demolición del coso de la Condesa –que en 1907 había sido inaugurado– y en cuyo ruedo se tejieron muchas faenas que han llegado a nuestros días a través de imágenes y textos, como el monumental trabajo de Guillermo E. Padilla.

toreo cuatro caminos
Albañiles trabajando en la demolición del Toreo de la Condesa (Imagen: Mediateca INAH).

Una de las tardes más mencionadas por quienes la vivieron, fue la celebrada el 17 de febrero de 1946 y en la que alternaron Manolete, Pepe Luis Vázquez y Luis Procuna; con un extraordinario encierro tlaxcalteca de Coaxamalucan.

Manolete con el segundo de su lote de nombre Platino, realizó una faena estrujante y culminó con la suerte suprema de su trasteo, recibiendo los máximos trofeos, que en aquella época eran una oreja y un rabo.

El sevillano Pepe Luis Vázquez no se quedó atrás y como escribe Don Guillermo: “hizo poemas con el capote y la muleta entre el delirio de toda la plaza”. Rotundo en la suerte suprema, recibió los máximos trofeos.

Luis Procuna con Cilindrero prendió la mecha a su estilo, en el que toreó por alto; ése era su sello, estructuró una faena preciosa de capote y muleta, bien rematada con la suerte suprema, con máximos trofeos.

El esplendoroso conjunto valió para que con los integrantes del cartel y el ganadero Felipe González dieran varias vueltas al ruedo, con el cariño del público, y quien sabía que en unos meses más cerraría sus puertas uno de los cosos más entrañables y memorables de nuestra capital.

El adiós se concretó el domingo 19 de mayo de 1946 y los alternantes fueron Andrés Blando, mi padrino de bautismo Edmundo Cepeda y Miguel López El Colombiano; con toros de San Diego de los padres propiedad en aquella época de Juan de Dios Barbabosa y su hijo el doctor Agustín.

toreo condesa
Imagen: Mediateca INAH.

La presencia de Rodolfo Gaona fue recibida con el coro de ¡Torero, torero! Provocando una vuelta al ruedo entre el cariño del emocionado conclave, quienes daban el adiós al recinto.

Samuel Solís actuó en la inauguración del coso en 1907 y fue anunciado como fin del festejo con un becerro de Heriberto Rodríguez; al terminar su lidia muchos de los presentes derramaron lágrimas y abandonaron el coso, relata Don Guillermo, nostálgicos y melancólicos.

Así concluyó la historia del Toreo de la Condesa, dando pasó a La México con ahora 75 años de existencia, que pronto se dice, abarca muchos momentos de la historia personal y colectiva de nuestra capital.

Y para cerrar me preguntan quién fue el primer torero en ungirse matador de toros en el coso monumental, y tal honor con merecimiento le correspondió a José Luis Vázquez, el 23 de noviembre de 1947 con un toro de Lorenzo Garza procedencia San Mateo.

El padrino del potosino fue El Espartero y el testigo, Ricardo Balderas; asimismo recordemos que Pepe Luis –quien también fue juez de plaza posteriormente– sería el primer novillero en obtener un rabo en La México.

Ya vendrán tiempos mejores, pero por lo pronto recordar es vivir y la memoria taurina nos ayuda a tener presente lo que aconteció hace 75 años en nuestra capital, con el cierre y apertura de dos cosos que en conjunto y por más de un siglo han sido escenario de grandes instantes de arte efímero que es el toreo.


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La Plaza México, aniversario de platino

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En febrero fue inaugurada la plaza de toros más importante del continente americano, la más grande y cómoda del mundo como diría su eslogan.

Contra viento y marea, el proyecto de la Ciudad de los Deportes de Neguib Simón y otros inversionistas –además de levantar un recinto taurino– en su plan se incluía el estadio de futbol –hoy en día casa del Atlante–, boliche, cines, restaurantes, arena de box y lucha, alberca, playa con olas, ferias y exposiciones.

Finalmente, la plaza de toros y el estadio quedan como muestra incuestionable del tesón del empresario yucateco de ascendencia libanesa. Con gran ingenio Modesto Rolland fue el ingeniero capaz de interpretar las ideas de Neguib.

La construcción de La México se inició el 1 de diciembre de 1944, en un sitio donde se ubicaba una ladrillera en la colonia Nochebuena, obra colosal monolítica de concreto premezclado.

plaza mexico
Imagen: Pinterest.

Las estatuas que la adornan de aquella época son diseño del valenciano Alfredo Just, quien contó entre sus ayudantes al genial yucateco Humberto Peraza.

Por aquellos años recién había fallecido Maximino Ávila Camacho –hermano del Presidente de México, Manuel– y en algún momento así se iba a denominar en su honor la Monumental Plaza México, pero prudentemente el homenaje quedó en una calle lateral del contorno.

En el planeta taurino ningún coso tiene cabida para más de cuarenta mil asistentes.

El primer lleno no fue de personas, sino de costales de arena para verificar la resistencia del coso y de ese hecho ya se cumplieron 75 años, el 27 de enero, y la primera vuelta al ruedo la pegó el arzobispo Luis María Martínez, cuando bendijo con agua bendita el ruedo y, por aquellos días, él comentó: “que conste que yo di la primera vuelta al ruedo”.

La primera corrida se celebró el martes 5 de febrero de 1946 con Luis Castro “El Soldado”, Manuel Rodríguez “Manolete” y Luis Procuna, con toros de San Mateo, propiedad por aquellos años de Antonio Llaguno –hoy en día propiedad de Nacho García Villaseñor–, y contra la costumbre de empezar puntual, por el tumultuoso lleno, ese día la corrida empezó minutos más tarde.

plaza mexico
Imagen: Horatio Tacuba.

El primer toro fue el número 33, “Jardinero” que le correspondió a Luis CastroEl Soldado”; el primer capotazo lo pegó El Chato Guzmán, peón de la cuadrilla del matador, así como el primer par de banderillas y el primer puyazo corrió a cargo de José Noriega “El Cubano”. El primer trofeo lo conquistó Manolete, con el segundo toro de la tarde llamado “Fresnillo”, y Luis Procuna fue el primer mexicano en llevarse un trofeo, con el tercer ejemplar de nombre “Gavioto”.

El primer rabo lo consiguió días más tarde Silverio Pérez el 16 de febrero de 1946, en la segunda de las cuatro corridas de las que constó el serial inaugural. En esa fecha actuó mano a mano con Manolete, y el texcocano obtuvo la oreja y un rabo de Barba Azul de Torrecilla. Por cierto, el 13 de marzo de 1949 cambió el reglamento taurino capitalino y, desde entonces, los máximos trofeos son dos orejas y rabo.

Los empresarios actuales del coso son el licenciado Alberto Baillères y el arquitecto Javier Sordo –Don Alberto varias veces lo ha sido exitosamente en su historia–; los propietarios son los herederos de Moisés Cosío, quien después de la primera temporada de novilladas la adquirió.

Virtualmente a través de su página, La México celebra su aniversario ante la imposibilidad de hacerlo en vivo como hubiéramos deseado.

En esa temporada Pepe Luis Vázquez, torero potosino, ratificó su sitio ganado a ley en la plaza de toros de El Toreo de la Condesa –hoy El Palacio de Hierro Durango–, pues conquistó los máximos trofeos por primera vez en La México –en esa categoría– el 16 de junio de 1946 con un novillo de Atlanga; y en la misma tarde el peruano Isidoro Morales recibió los segundos.

La primera oreja para un novillero en La México se otorgó el 2 de junio de 1946, a Pablo Tapia, de un novillo de Lucas González Rubio.

pepe luis vazquez
Pepe Luis Vázquez, torero mexicano (Imagen: Pureza y Emoción).

Genaro Núñez, director de la banda de música, instituyó desde la época del Toreo de la Condesa, la costumbre de alegrar el paseíllo con el pasodoble “Cielo Andaluz” de Rafael Gascón, acompañado por el ¡Olé! popular, único en el mundo en el desfile de cuadrillas. El maestro Núñez, por cierto, fue quien arregló la versión de “La Macarena” en la que el trompetista solista se pone a prueba y nos llena de euforia su interpretación.

Recuerdos hay muchos y más cuando se han pasado tantos años en su interior desde niño, viviendo a su público que le ha dado vida a sus localidades. Desafortunadamente, por la pandemia no será posible celebrar –como lo hubiera deseado la empresa– por todo lo alto, el aniversario de platino de su inauguración.

Uno de sus iconos recientemente partió a la Gloria, Gonzalo Martínez de la Fuente, querido amigo quien desde el primer festejo asistió y fue testigo del transcurrir de los 75 años del coso monumental, ocho con ocho.

Le deseamos al coso de Insurgentes –como también se le conoce– muchos más y que cuando sea posible las cuerdas de la emoción y la pasión den rienda suelta a tardes de gloria –y, por qué no, de fracaso–, y que siga siendo el lugar donde se exprese, a través de la tauromaquia, el deseo de vivir de un país acostumbrado a celebrar aun en los momentos más difíciles.

Por sentirlo así, en ella, para los que somos taurinos, respira México.


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Pensando en el futuro del toreo

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En el momento que vivimos tan álgido es importante lo que están haciendo algunas instituciones en aras de mantener vigente las aspiraciones de quienes algún día pretenden ser figuras del toreo. Proyectos como “México busca un torero” de Espectáculos Taurinos de México y la AMTAC con festejos con toros, el más reciente en Aguascalientes con éxito.

En las siguientes semanas se celebrarán los próximos festejos del anterior, en busca de los actuantes de un lugar en próximas corridas de toros a celebrarse, tal vez a partir de febrero, en el formato de los anteriores –literalmente han tomado al toro por los cuernos– y vale la pena encomiar su esfuerzo.

Ahora se anuncia la puesta en marcha del CART en Jalisco y se han anunciado los participantes de México, Ecuador, España, Colombia, Portugal, Perú; quienes en marzo estarán conviviendo en Guadalajara y en el país con la ilusión de lograrse un sitio importante en el toreo.

Futuro de la tauromaquia
Imagen: Infotauro.

Novilleros de diferentes nacionalidades de entre 18 y 25 años de edad asistirán al Centro de Alto Rendimiento, donde vivirán por dos meses en distintas ganaderías, en las cuales tendrán una serie de pruebas buscando su formación personal y profesional.

Recientemente han nombrado a Juan José Padilla su director artístico y me parece un acierto, por las cualidades que ha demostrado el jerezano a lo largo de su carrera y su capacidad, además de comunicar con claridad, sinceridad y elocuencia.

Padilla, cual ave fénix y en contra de la lógica, emergió de sus propias cenizas, luchó con agallas contra la adversidad después de la brutal cornada en Zaragoza en 2011 y soportó con paciencia franciscana las penurias de una dolorosa rehabilitación.

Reapareció en marzo del año siguiente en Olivenza en 2012, para el 16 de diciembre de 2018 cerrar su carrera en La México con el cariño del público, que después de las Golondrinas, le gritó “¡Torero, torero!”. Y le cantó “Cielito Lindo”.

Dejó una lección de fortaleza, de cómo encarar la existencia y cómo sacarle alegría a la vida, en su despedida con el toro “Guitarrista” de Boquilla del Carmen, brindó por el micrófono de la transmisión de televisión a su esposa Lidia, a quien conoció convaleciendo de una grave cornada en 1989, cuando novillero en la femoral y safena, teniendo que dedicarse dos años a repartir pan al estar en dique seco.

Futuro de la tauromaquia
Imagen: La Puente.

Estoy seguro de que tiene las cualidades de liderazgo para encauzar a los prospectos.

Por esto último es atinada su elección, cuando lo he escuchado siempre tiene el entusiasmo propio de quien ama lo que hace y su transmisión a los que empiezan, junto con todos los demás maestros seguramente será de vital importancia en los resultados finales.

Es importante que ambos proyectos caminen positivamente en aras de un futuro que recogerá los frutos, de lo que surgió en medio de una de las crisis más graves de la humanidad. Gran alegría será comunicar sus resultados, así como de otros más que vayan surgiendo con la finalidad de mantener viva la llama encendida del toreo. Enhorabuena.


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Carta a un amigo

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En estos días en que Don Carlos Orozco Ibarra fue requerido en la Gloria, se unieron nostalgia y cariño; se adelantó en el viaje eterno un hombre leal, generoso quien seguramente llegó en hombros de los ángeles al infinito. Acompañado por las buenas vibras de muchos que le conocimos y queremos.

Al respecto, escribí en El Universal que la amistad es una de las relaciones más agradables en la vida y afirmé que un verdadero amigo es aquél que se adhiere a veces más estrechamente que un hermano, es constante en su lealtad, siempre acude en ayuda de su compañero angustiado, y lo aconseja con fidelidad.

Agrego que como amigo uno vive como propio, los momentos de felicidad del otro, el gusto de compartir actividades, ideas, experiencias, gustos, lo que implica el interés por pasar tiempo juntos.

Se dice que un amigo es aquél que no está solo cuando las cosas van bien, sino también en momentos de dificultad y utilicé a Los Tres Mosqueteros y D’Artagnan como un ejemplo de amistades profundas.

Recordé así, a uno de los más cercanos colaboradores del Licenciado Alberto Baillères, a quien en varias ocasiones y a través de la nomenclatura de sus toros le comunicó públicamente a Don Carlos, el sentir de muchos años de trato continuado, de enfrascarse en resolver los galimatías y alegrías del corto, mediano y largo plazos en todos los rubros en los que invierte Don Alberto, incluyendo por supuesto el taurino.

Don Alberto leyó el artículo y amablemente me dirigió una emotiva carta en la que  manifestó la sensación que le produjo cuando se adelanta el amigo de muchos años, en el paseíllo de la vida, y expresó su reconocimiento hacia Don Carlos.

La reproduzco porque su contenido es muestra palpable de sentimientos que, en época tan aciaga, leerlo nos reconfortan:

Tu artículo publicado en El Universal sobre la partida de este mundo de Don Carlos Orozco es verdaderamente afortunado, así como tu descripción de la amistad y su significado en relación a lo que significó la vida de Carlos.

En estos tristes momentos que experimento un profundo dolor por la partida de mi entrañable y queridísimo amigo y colaborador, tus palabras me han conmovido y llegado a lo más profundo de mi corazón.

Bien sabes lo que Carlos te apreciaba y también conoces la íntima y profunda relación que teníamos Carlos y yo. Para mí fue un ser sumamente especial en mi vida, ¡nos identificamos como amigos, colaborados y mosqueteros! Compartimos nuestras vidas intensamente por más de 60 años, desde que éramos unos críos.

El Grupo Bal que me honro en presidir, le debe muchísimo a Carlos, sin él no hubiera sido posible el crecimiento exitoso del Grupo.

A mi querido Carlos nunca lo olvidaremos.”

Y esto último es cierto, nos deja Don Carlos un recuerdo imborrable en quienes tuvimos el privilegio de estrechar su franca mano. A Don Alberto le agradezco su emotiva misiva y lo abrazo con afecto, honran sus palabras sobre el sentido de la amistad, por todo lo alto.


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En la capital poblana quieren prohibir la Tauromaquia

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En los países en donde se practica el toreo, desde hace siglos, existen quienes despreciando su significado en las tradiciones nacionales, pretenden abolirlo –yendo en contra de muchos aficionados que apreciamos sus valores– con el apoyo de aquellos que, en hacerlo, creen estar en lo correcto.

Tal es el caso de Puebla, en donde –me platican aficionados poblanos– la alcaldesa de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, intenta presentar una iniciativa en las próximas semanas, misma que pretende se autorice prohibir en la capital poblana los festejos taurinos, después de siglos de ser un importante enclave del toreo mexicano.

En una de sus antiguas plazas, para dar un dato que lo recuerde, Fermín Espinosa Armillita, el 6 de noviembre de 1938, le confirió la alternativa a uno de los más grandes ídolos de México, el compadre Silverio Pérez, teniendo como testigo a Paco Gorráez, con toros de La Punta.

Claudia Rivera Vivanco, contra la tauromaquia
Claudia Rivera Vivanco, alcaldesa de Puebla (Fotografía: Puebla 321).

La alcaldesa se suma a los grupos que intentan prohibir, en detrimento de quienes entendemos los impactos culturales y económicos de su práctica.

Una eventual prohibición se traduciría en la pérdida directa e indirecta de empleos, producto de la celebración de festejos taurinos que –como tantas otras actividades– han sufrido el golpe de la pandemia, y Puebla lo que necesita –como todo mundo–es el impulso gubernamental, no restricciones a actividades que legalmente se han practicado por siglos.

La fiesta brava es una rama que, de acuerdo con datos corroborados por instituciones como la Secretaría de Agricultura, en 2019 fue generadora, a nivel nacional, de un flujo económico de 6,900 millones de pesos. Creó más de 80 mil empleos directos y 146 mil indirectos, y representó más de 800 millones de pesos en materia de impuestos.

tauromaquia
Fotografía: Manati MX.

Según me han platicado aficionados, en su campaña la alcaldesa prometió ser incluyente y respetar divergencias. Y, se percibe, que sumarse a la petición de quienes pretenden prohibir, lo hace asumiendo porque tal vez le sirva como un argumento más en busca de su reelección en el próximo período, dado que su gestión actual ha sido cuestionada por diferentes medios locales.

Así las cosas, ya veremos qué sucede en la capital de uno de los más bellos estados de nuestro país, con una medida –que a quienes disfrutamos del toreo– de hacerse realidad, nos parece desmesurada e inoportuna. Ya veremos y diremos.


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