La experiencia mundial de la pandemia por COVID-19 ha puesto a prueba los principios del diseño de Internet, pues las condiciones del confinamiento, la emergencia del trabajo remoto y de la educación a distancia han tenido un impacto mayúsculo en las condiciones de uso de la Red, tanto en la duración de las conexiones como en el número de usuarios.
De acuerdo con mediciones mundiales, los intercambios de voz y vídeo en tiempo real han aumentado, durante estos meses de emergencia, en más de 200% tanto en el tráfico como en la duración de reuniones diarias junto con aumentos de 20 veces en los usuarios de plataformas de conferencias.
La flexibilidad del diseño de Internet es la que le ha permitido resistir y adaptarse a la presión de millones de usuarios conectados en todo el mundo, al mismo tiempo. Durante los meses de la pandemia han sido limitados los reportes de caídas o deficiencias en el servicio a causa de la multiplicación de conexiones simultáneas.
De acuerdo con Jari Arkko integrante del IETF (Internet Engineering Task Force), el modelo de diseño de Internet es único y, no obstante que es una tecnología cuyo origen se ubica hace 50 años, ha tenido la capacidad de mejorar su desempeño y desarrollarse estratégicamente para dar un servicio a la humanidad tomando en cuenta los retos y oportunidades que se van presentando, derivados de los nuevos usos y las nuevas necesidades.
Es en este sentido que Internet, la Red de redes, representa un activo cultural contemporáneo e inusitado. En su propio funcionamiento, en la lógica de su estructura y en sus principios de diseño este desarrollo tecnológico impulsa una nueva forma de entender el mundo.
Arquitectura de capas, Interoperabilidad, la Lógica del mejor esfuerzo; Robustez y Resiliencia combinadas, la Descentralización y la Innovación no institucionalizada son algunos de los Principios y objetivos del diseño de Internet que dan origen a desarrollos y capacidades que el usuario sólo advierte en su contacto con las interfaces, cuando tiene acceso a ejecuciones más sencillas, de mayor rapidez en las respuestas y con un diseño más intuitivo, además de la disponibilidad de nuevas y más atractivas funciones.
Para los usuarios de Internet, de cualquier edad y sin importar su nivel académico, ocupación, origen étnico o género resultaría altamente esclarecedor acercarse a la Internet como el portento cultural que es, reflejo de los alcances sociales, culturales, económicos y políticos de mundo. Aun cuando resulta imposible que una persona tenga acceso a toda la Internet en su conjunto o a todas las plataformas, servicios y utilidades que representa, sí resulta de trascendencia entender su funcionamiento y no limitar su existencia a las capas más superficiales con las que tenemos acceso. Internet no se agota en las redes sociales o en las compras o en las clases a distancia.
La Descentralización, uno de los principios de Internet, por ejemplo, garantiza que no haya un centro rector que controle todos los procesos, contactos e intercambios que se llevan a cabo, implica no sólo que no haya un centro, sino que puede haber varios, numerosos centros que funcionan simultáneamente, rodeados por sus periferias, mismas que pueden convertirse, alternativamente, en nuevos centros, en un movimiento incesante.
La dinámica social contemporánea, impulsada por esta lógica e impulsando su ejercicio nos devela una posibilidad de acción social e intelectual distinta a la concentración de poder y conocimiento de siglos anteriores.
Internet es producto y catalizador del cambio de pensamiento en nuestra contemporaneidad.
Una recomendación
El pasado 18 de febrero, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM llevó a cabo un evento al que denominó Foro de Discusión sobre la Iniciativa de Ley para Regular Redes Sociales. En la primera mesa, titulada Principales Modelos de Regulación de Redes Sociales en el Mundo, el Dr. Alejandro Pisanty, uno de los expertos en Internet más importantes de México, habló justamente sobre las características del diseño de Internet y cómo estas características habrían de tomarse en cuenta para cualquier reflexión sobre el tema y más, como en el caso del Foro, para el planteamiento de intervenciones legales o el diseño de regulaciones.
Resalto la intervención del Dr. Pisanty no sólo en el marco de la necesidad de la reflexión amplia al plantearse una eventual regulación de las redes sociales, sino, en el caso del presente texto en lo relativo al entendimiento de qué es Internet y cuál es la lógica de su funcionamiento general en relación con la Alfabetización Mediática e Informacional. Una ponencia de primer orden que hace importantes aportaciones sobre el tema.
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