El equipo ARIA de la NASA en Pasadena, California, produjo nuevos mapas de la devastación utilizando imágenes de radar de apertura sintética de los satélites Copernicus Sentinel-1.
California continúa plagada de incendios forestales, incluido el incendio Woolsey Fire cerca de Los Ángeles y el incendio Camp Fire en el norte de California, ahora uno de los más mortíferos de la historia del estado. Con la ayuda de sus satélites, la NASA está observando desde el espacio estos incendios y el daño que están dejando atrás.
El equipo de Advanced Rapid Imaging and Analysis (ARIA) en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, produjo nuevos mapas de la devastación utilizando imágenes de radar de apertura sintética de los satélites Copernicus Sentinel-1.
El primer mapa muestra las áreas que probablemente resultaron dañadas por el incendio de Woolsey a partir del domingo 11 de noviembre. Cubre un área de aproximadamente 80 km por 40 km, enmarcada por el polígono rojo. La variación de color de amarillo a rojo indica un aumento en el cambio o daño en la superficie del suelo.
El segundo mapa muestra el daño del Camp Fire en el norte de California a partir del sábado 10 de noviembre. Representa un área de aproximadamente 88 km por 77 km e incluye la ciudad de Paradise, una de las zonas más devastadas. Al igual que en el mapa anterior, las áreas rojas muestran el cambio o daño de superficie más severo. El equipo de ARIA comparó los datos de ambas imágenes con Google Crisis Map para su validación preliminar.
Si bien los mapas pueden ser menos confiables en terrenos con vegetación, como las tierras de cultivo, pueden ayudar a los cuerpos de emergencia y a las autoridades a identificar áreas severamente dañadas y asignar recursos según sea necesario.
El incendio Camp Fire ya cobró la vida de 42 personas y se espera que esa cifra aumente. Aún existen decenas de personas desaparecidas, la mayoría de ellas de Paradise, poblado con 72 mil habitantes en donde más de 6500 casas quedaron reducidas a cenizas.
“Este es un evento sin precedentes”, dijo el Sheriff del Condado de Butte, Kory Honea. “Quiero recuperar la mayor cantidad posible de restos, tan pronto como podamos, porque sé cuánto le pesa a los seres queridos”.
Este día llegaron más equipos de búsqueda y rescate, incluyendo una unidad canina, y dos unidades portátiles de morgue. El incendio está contenido en un 30 por ciento.
Scott Jalbert, comandante de Cal Fire (Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California), dijo que las condiciones de sequía en todo el estado han hecho que las batallas sean precarias para los 8 mil bomberos que se están enfrentando a ambos incendios.
Aún se desconoce la causa del incendio pero ya se inició una investigación para determinarla. Sin embargo, la compañía de gas y electricidad PG&E (Pacific Gas & Electric) está bajo escrutinio después de informar a los reguladores estatales que había tenido un problema con una línea de transmisión eléctrica en el área antes de que se desatara el incendio. Los investigadores de Cal Fire estuvieron en la escena de la línea de transmisión el lunes.
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