En un paso hacia la autonomía robotica, investigadores desarrollaron un sistema de inteligencia artificial que puede pensar, aprender y ser consciente de su forma.
Científicos lograron crear un robot que puede aprender sin programación previa a través de “aprendizaje profundo”, piensa por sí mismo y es autoconsciente.
Después de que las primeras 24 horas se comportó como un “bebé balbuceando”, el robot fue capaz de agarrar objetos de lugares específicos y dejarlos caer con una precisión del 100 por ciento gracias a sus 35 horas de entrenamiento. Incluso cuando se basó por completo en su modelo interno, su “imaginación”, el robot pudo completar la tarea de elegir el lugar con un 44 por ciento de éxito.
El dispositivo consiste en un brazo artificial articulado y una “mano” de agarre similar a los utilizados en numerosas plantas de producción. Lo que hace que este robot sea diferente a miles de otros es que sabe que eso es lo que es. Los investigadores estadounidenses le dieron la capacidad de “imaginarse” mediante un proceso de auto-simulación.
El profesor Hod Lipson, director del Laboratorio de Máquinas Creativas de la Universidad de Columbia, Nueva York, donde se llevó a cabo la investigación, dijo:
Si queremos que los robots se vuelvan independientes, se adapten rápidamente a escenarios imprevistos por sus creadores, entonces es esencial que Aprenden a simularse. Si bien la capacidad de nuestro robot para imaginarse a sí misma todavía es cruda en comparación con los humanos, creemos que esta habilidad está en el camino hacia la autoconciencia de la máquina.
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Al comienzo del estudio, el robot no tenía idea de qué forma tenía, ya fuera una araña, una serpiente o un brazo. Para empezar, se comportó como un ‘bebé balbuceando’, moviéndose al azar mientras intentaba realizar varias tareas. Pero, tras aproximadamente un día de “aprendizaje profundo” intensivo, el robot construyó una imagen interna de su estructura y habilidades.
El candidato a doctorado Robert Kwiatkowski, otro miembro del equipo, dijo: “Eso es como tratar de recoger un vaso de agua con los ojos cerrados, un proceso difícil incluso para los humanos”.
Otras tareas que el robot logró completar incluían escribir texto en una pizarra usando un marcador. Para probar si el robot podía detectar daño causado a sí mismo, los científicos reemplazaron parte de su cuerpo con una versión deformada. La máquina pudo reconocer el cambio y solucionarlo, con poca pérdida de rendimiento.
Los robots conscientes de sí mismos pueden arrojar nueva luz sobre el antiguo misterio de la conciencia, dijo Pressor Lipson.
Los filósofos, los psicólogos y los científicos cognitivos han estado reflexionando sobre la naturaleza de la autoconciencia durante milenios, pero han progresado relativamente poco. Todavía ocultamos nuestra falta de comprensión con términos subjetivos como ‘lienzo de la realidad’, pero los robots ahora nos obligan a traducir estas nociones vagas en algoritmos y mecanismos concretos.
Los investigadores saben que crear este tipo de inteligencia artificial puede beneficiar a la humanidad pero también podría ponerla en riesgo.
La autoconciencia conducirá a sistemas más resistentes y adaptables, pero también implica cierta pérdida de control. Es una tecnología poderosa, pero debe manejarse con cuidado.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Science Robotics.
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