Hace una semana se llevó a cabo la reunión preparatoria de la Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica, OTI que reúne a 31 concesionarios de medios y telecomunicaciones.
La OTI, en su re-lanzamiento, aborda el fenómeno de la convergencia tecnológica en los medios y las telecomunicaciones. Esta convergencia representa importantes retos para las empresas de estos sectores ya que obliga a repensar la forma en que la regulación, o falta de ella, se traduce en el desarrollo sano y competitivo de sus participantes.
Desde un punto de vista integral el contenido y las redes de distribución de los mismos representan una expresión de valor de conjunto. El surgimiento del Internet y particularmente del móvil obligan a ver el fenómeno de la convergencia como uno global y en el peor de los casos como regional. La rentabilidad de las diferentes plataformas que hoy sirven a la ciudadanía son un tema central para el diseño de la agenda regulatoria de las autoridades. Debates como la libertad de expresión, neutralidad de la red y ámbito impositivo de los servicios prestados por plataformas de medios globales son, todos ellos, factores que tienen que ver con propiciar un ámbito de competencia parejo que se traduzca en más y mejores servicios para los ciudadanos.
Los consumidores hoy tienen un reto mayúsculo, si bien buscan obtener la mayor cantidad de beneficios posibles, una falta de regulación efectiva y bien diseñada puede estar mandando señales equivocadas en cuanto a un entorno de competencia justa de los participantes de mercado y desalentando las inversiones, todo lo cual al final lastima a los consumidores, generando barreras de entrada a más participantes de mercado y disminuyendo la innovación.
El desarrollo de la banda ancha y la libertad de expresión son de vital importancia para el funcionamiento de una economía moderna y de un sistema democrático. La OTI juega un papel fundamental para avanzar en estos ambos.
En lo que se refiere a la libertad de expresión Iberoamérica tiene importantes retos en prácticamente todos los países. El monitoreo y la defensa de este derecho fundamental es un trabajo diario y que requiere de su estudio constante ya que la forma y mecanismos que varios gobiernos han ideado para limitarla van desde regulaciones específicas hasta políticas públicas de asignación de espectro radioeléctrico que bajo una bandera populista buscan el control de los medios de comunicación y su sometimiento al poder oficial.
Por su parte el desarrollo de la Banda Ancha depende de generar condiciones de competencia justas a nivel de mercados nacionales, no sólo a nivel de los operadores de telecomunicaciones pero también de los servicios que se prestan a través del Internet, tales como plataformas de publicidad, tiendas de aplicaciones, plataformas OTT de video y voz, etc. En fin, todo lo que tiene un impacto en la forma que se rentabiliza la infraestructura que compone un servicio de banda ancha.
La OTI está llamada a ser una organización central del desarrollo de las telecomunicaciones en Iberoamérica. Sus retos son importantes, sin embargo la fortaleza radica en la participación de sus miembros que representan a las mejores empresas de la región y las cuales han hecho de la unión su fuerza.
