Banxico aseguró que la inflación no está fuera de control y prometió que volverá a la meta a inicios de 2018; hecho muy alejado de la realidad de las familias mexicanas.
Ciudad de México.- El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, desmintió que la inflación esté desanclada o fuera de control, y aseguró que a inicios de 2018 el Índice de Precios al Consumidor regresará a su meta del 3% (más/menos un punto porcentual), en reacción a la nivelación del costo de la gasolina.
En el marco de la celebración de la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer, Carstens señaló que las metas de inflación a mediano y largo plazo continúan ancladas; sin embargo, los movimientos de política monetaria tardan en surtir efecto, pero permiten mantener los objetivos.
“Ya las expectativas para el año entrante y años subsecuentes nos están dando luz de que la inflación va a regresar a un nivel más normal”, dijo al destacar que se prevé que al inicio de 2018 se espera una caída importante en la inflación porque no se tendrá el efecto de las gasolinas como sucedió este año.
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El impacto dela inflación en las familias mexicanas
Las familias mexicanas son las que han cargado con el costo de los altos niveles inflacionarios en México, que en los últimos diez meses han mantenido un ritmo de crecimiento constante y al cierre de los primeros quince días de mayo alcanzó niveles máximos en ocho años con el 6.17 por ciento.
Las economías familiares reportan una disminución en su poder adquisitivo y una mínima o nula variación salarial. De acuerdo a datos de la OCDE, en México, una persona que trabaja una jornada de salario promedio, le alcanza para comprar un tanque de gasolina.
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El organismo señala que en México, un trabajador gana en promedio 8,905 dólares al año; un promedio de 5 dólares por hora en una jornada de 40 horas a la semana con 48 semanas anuales.
El salario mínimo en México se homologó a nivel nacional en 2016 y se estima en 1, 725.96 pesos al mes. La OCDE apunta que México cuenta con el salario mínimo más baja dentro de los 34 países miembros.
La canasta básica alimentaria en zonas urbanas se estima en 1,346.46 pesos, la cual puede aumentar en función de los productos como maíz, cereales, carnes, embutidos, lácteos, frutas y verduras.
Además, existe la canasta no alimentaria que incluye datos de transporte, vivienda, cuidados personales, salud, educación, recreación y vestido, calculada en 1,361 pesos.
En la primera quincena de mayo, el INEGI informó que los productos de mayores precios fueron: aguacate, automóviles, huevo, restaurantes y similares, lonchería, fondas, torterías y taquerías, detergente, jitomates, vivienda propia y pollo; varios de ellos parte de la canasta básica.
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