Consecuencias del acoso sexual dentro de las empresas

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Las pérdidas económicas son solo un daño colateral, las verdaderas víctimas son las personas que sufren este tipo de acoso, ya que trae consigo problemas psicológicos de por vida. Sin embargo, aquí te presentamos algunos ejemplos del costo económico del hostigamiento sexual laboral en las empresas.

El acoso sexual en el trabajo puede tener serias consecuencias para quien lo sufre y además afectar económicamente al resto de los empleados de la empresa en la que se llevó a cabo. En octubre del 2017 comenzó una revolución social en contra del acoso y la violencia sexual, el movimiento #MeToo. Gracias a que muchas víctimas se armaron de valor y alzaron la voz, varias celebridades han sufrido las consecuencias de haber abusado de su posición de poder sobre otras personas.

El movimiento arrancó en Twitter cuando la actriz Alyssa Milano animó a las víctimas de abuso sexual a dar a conocer sus historias usando el hashtag #MeToo (yo también), como respuesta a la oleada de acusaciones que surgieron contra Harvey Weinstein.

El productor de Hollywood fue señalado en un reportaje del New York Times de haber atacado sexualmente a varias mujeres durante décadas. Durante el resto del 2017 y en lo que llevamos del 2018, algunos de los más importantes nombres de Hollywood también fueron acusados de acoso sexual.

Hoy CNN publicó un reportaje en el cual ocho mujeres acusan a Morgan Freeman, uno de los actores más respetados del mundo de haberse comportado de forma inapropiada o haberlas hostigado sexualmente.

Una de ella dijo que en el 2015, mientras trabajaba como asistente de producción en el mismo set que él, el actor la acosó diariamente durante meses mediante tocamientos o comentarios sobre su cuerpo. Freeman después comenzó a tocarle su espalda baja y en una ocasión, intentó levantarle la falda y le preguntó si estaba usando ropa interior.

Como ella, otras siete mujeres afirmaron haber sido víctimas de acoso sexual por parte del actor, mientras que ocho más aseguran haber atestiguado los hechos. Ante las acusaciones, Freeman respondió:

Cualquiera que me conozca o haya trabajado conmigo sabe que no soy alguien quien voluntariamente ofendería o haría que alguien se sintiera incómodo. Me disculpo con cualquiera que se haya sentido incómodo o irrespetado; esa nunca fue mi intención.

Él aparecerá en dos películas que están en posproducción y otra que está en proceso de rodaje. Además, estaba contemplado para trabajar en dos cintas más a finales de este año.

Se desconoce si en alguno de esos proyectos Freeman será reemplazado por otro actor o si la película será cancelada. En caso de que ocurra lo último, los estudios que invirtieron su dinero en la producción sufrirían pérdidas millonarias. ¿Cuáles serían los costos?

Cuando Kevin Spacey fue acusado el año pasado de haber intentado abusar de un menor de edad, Netflix decidió cancelar el estreno de la película “Gore”, misma que Spacey protagonizó, además de cortar lazos laborales con él en sus otros proyectos en común, como la serie House of Cards. Todo esto le costó a la compañía 39 millones de dólares.

Estas pérdidas no son exclusivas para Netflix y todas las empresas que enfrentan casos de acoso u hostigamiento sexual sufren las consecuencias, por muy grandes o chicas que sean.

Las compañías pueden ser demandadas y de ser encontradas responsables de no hacer lo suficiente para evitar el acoso, se ven legalmente obligadas a pagar cifras elevadas como castigo. Algunas otras, deciden no ir a juicio y llegan a un acuerdo económico con la víctima.

La suma más alta jamás pagada por una demanda de acoso sexual se dio en el 2012 cuando un jurado de California declaró que Ani Chopourian debía recibir 168 millones de dólares como compensación por parte del hospital Catholic Healthcare West. Ella alegó que a pesar de quejarse durante dos años de ser víctima de acoso en el trabajo, nunca fue tomada en cuenta ni sus quejas escuchadas.

Además de los pagos legales, las compañías pueden ver afectadas sus finanzas por las siguientes razones:

Ausentismo

  • Las personas que sufren de acoso sexual muchas veces dejan de presentarse a trabajar para así evitar ver al acosador.

Renuncias

  • Algunas víctimas, sobre todo aquellas que alzaron la voz pero no fueron escuchadas, prefieren renunciar y buscar trabajo en otro sitio para evitar represalias en su contra por parte de compañeros del acosador o sus jefes.

Baja productividad

  • Chismes, señalamientos, temor, enojo; todo esto puede derivarse del hostigamiento sexual laboral y puede resultar en una baja en la productividad de la empresa, sobre todo si el acosador sigue trabajando ahí.

Recortes

  • En caso de perder una demana, la empresa se verá obligada a pagar una alta suma de dinero que puede resultar en recortes de otros empleados para aligerar la carga económica. Además, la inversión en mejoras en el área de trabajo puede cancelarse o posponerse.

Un estudio encontró que casi el 80 por ciento de las mujeres que reportaron haber sufrido algún tipo de acoso sexual laboral cambiaron de trabajo en un máximo de dos años.

Para evitar que se den estos casos, las compañías, así sean gubernamentales o privadas, deben invertir en cursos y pláticas de comportamiento dentro y fuera de la empresa. Lo más importante es que en casa enseñemos y aprendamos como tratar apropiadamente a nuestro prójimo.

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