Cuáles son los riesgos del regreso a la nueva normalidad
La duda más frecuente entre la población es si existen riesgo del regreso a la nueva normalidad y qué tan seguro es que vuelvas a hacer actividades.
Sin importar el tono de color del semáforo epidemiológico, las autoridades sanitarias en México recomiendan el uso de mascarilla, lavar las manos con frecuencia, usar gel antibacterial, cubrir nariz y boca en el ángulo interno del brazo al toser o estornudar.
Pero desde las compras en los tianguis, ejercicios en vía pública, idas al cine, por un trago con amigos o ir a los centros comerciales; todo implica cambios a los que negocios y clientes deben de adecuarse.
Escapada a la playa
De acuerdo con una encuesta realizada por El Financiero, lo primero que la mayoría de los mexicanos desean hacer después de la cuarentena es tomar unas buenas vacaciones e ir a la playa.
Con el verano a la ‘vuelta de la esquina’, la idea de un viaje a una playa cercana es prioridad para muchos, lo que podría generar grandes aglomeraciones en balnearios y centros turísticos, donde las personas no podrán adquirir paquetes todo incluido con servicio de bufete ya que los restaurantes de los hoteles sólo podrán ofrecer servicios a la habitación y limitar las actividades en gimnasios y áreas comunes, manteniendo la distancia adecuada entre camastros y palapas en las playas y albercas.
Ir de compras a tiendas departamentales
Siendo la estructura de las plazas y centros comerciales de grandes naves con ventilación, estos sitios podrían representar un riesgo relativamente bajo si se mantiene una distancia adecuada entre personas y no se interactúa de forma cercana.
Si existe algún tipo de socialización en estos sitios, en donde no se podría practicar la ‘sana distancia’ con facilidad, el riesgo pasaría a alto.
El contagio al probarse la ropa en una tienda departamental obliga a las tiendas a desinfectar las prendas y ofrecer medidas de seguridad, considerando que el virus no permanece con vida mucho tiempo en la ropa.
Correr al aire libre
El virus SARS-CoV-2 tiene una muy baja concentración en un espacio abierto, como un parque o una pista de atletismo. Pero que el riesgo de contraer covid-19 sea bajo no quiere decir que no debas tomar precauciones adicionales.
El riesgo sube a medio si el número de personas en el espacio en el que haces ejercicio aumenta. Se recomienda mantener una distancia mínima de 1.5 metros con el corredor de enfrente o rebasarlo rápidamente.
Ir al tianguis
La obligación de los comerciantes es portar cubrebocas o caretas plásticas y tener cubierta su mercancía con plásticos que marquen distancia entre los clientes y los puestos.
La recomendación es no comprar en los puestos con vendedores con las medidas de protección necesarias
Además, es importante desinfectar los productos antes de guardarlos en los refrigeradores y alacenas, lavar la ropa o artículos que se adquieran antes de utilizarlos y portar gel antibacterial o guantes desechables para su uso durante las comprar.
Adiós al ‘home office’ y regreso a la oficina
Buena ventilación, distancia mínima de 1.5 metros entre las áreas de los trabajadores, medidas sanitarias en las áreas comunes como comedores, baños y salas de juntas y el uso adecuado de mascarillas; destacan entre las medidas básicas que se deben tomar en cuenta en los centros de trabajo.
Es importante que las empresas cuenten con un protocolo para determinar desde sitios de entrada y salida hasta el cómo serán distribuidos tus compañeros de trabajo.
El regreso a las oficinas se tiene previsto en la Ciudad de México hasta que el semáforo esté en color amarillo.
Uso del transporte público Metro, Metrobús o buses
La escasa ventilación en el transporte público es clave para incrementar el riesgo de contagio. Los usuarios están obligados a utilizar mascarillas o caretas para el acceso.
Se recomienda a los usuarios adecuar los horarios de uso (combatir las horas pico) y evitar conglomeraciones en estaciones y paraderos.
Acudir al cine: de mediano a alto riesgo
Al tratarse de un espacio cerrado, el cuántas personas haya contigo en una sala puede bajar o aumentar el riesgo de contagio de COVID-19.
Se prevé que en su reapertura, lugares como cines y teatros lo hagan con menor aforo para que haya distancia social entre los espectadores.
Las butacas serán separadas y se impedirá que las personas se sienten a una distancia menor a 1.5 metros.
Además, se limitará la compra de productos en las dulcerías para evitar el contagio.
Asistencia a bares y centros nocturnos
El riesgo de contraer covid-19 en estos sitios es alto por la dificultad para mantener la ‘sana distancia’ con los otros asistentes.
Siendo centros de convivencia, las personas suelen ir para platicar y debido a la música en alto volumen los clientes hablan más fuerte de lo normal, por lo que expiden mayor cantidad de saliva
Se espera que los bares y antros solo puedan reabrir cuando el semáforo esté en verde, mientras que los restaurantes podrán hacerlo antes, aunque con menor aforo.
Ir al gimnasio
El esfuerzo físico que conlleva hacer una rutina en estos lugares significa que quien se esté ejercitando estará lanzando una cantidad de secreciones.
Las gotas pequeñas son las más peligrosas ya que pueden infectar más allá de 10 a 20 metros e inocularse directamente a los pulmones.
A esto se suman los aparatos de ejercicio que se convierten en superficies de uso común con un riesgo adicional.
Los gimnasios podrán reabrir sus puertas hasta que el semáforo llegue a verde.
Asistir a eventos religiosos en iglesias y congregaciones
Quizá la opción de retomar el hábito de ir a misa todos los domingos sea una mala idea por ahora debido a que la naturaleza misma de estas ceremonias representa una constante expulsión de gotas.
Entre los riesgos de contagio es que las naves de las iglesias no proporcionan una buena ventilación.
Además, existen ritos religiosos que deberán ser modificados por el contacto físico de las personas con utensilios únicos o sagrados.
El Gobierno de la CDMX plantea que los servicios religiosos se reanuden en las próximas semanas, con solo el 50 por ciento de aforo.
¿Estamos listos para la nueva normalidad?
