En palabras de Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra estable tras su contagio de COVID-19. Sin embargo, desde el anuncio sobre su reunión con el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, el jefe del Ejecutivo en México no ha dado señales de vida.
Durante la videoconferencia de prensa vespertina del 26 de enero, el subsecretario informó que el líder de la autollamada Cuarta Transformación, “está evolucionando bien”. Agregó que el máximo funcionario lleva dos días con síntomas leves y en su momento presentó dolor de cabeza y febrícula. Es decir, una temperatura mayor a los 37.3 y menor a los 38 grados centígrados en la toma axilar.
De acuerdo con López-Gatell, el presidente de la República “está de buen humor” aunque reconoció que no ha hablado directamente con él. Todo lo contrario, aclaró que únicamente se puso en contacto con el equipo que lo está atendiendo.
El encargado de la pandemia del coronavirus recordó que Jorge Alcocer Varela, titular de la Secretaría de Salud, es la cabeza de un grupo de especialistas que cuidan de López Obrador. Asimismo, comentó que debido a que está presentando una enfermedad ligera, no es recomendable que el tabasqueño utilice antibióticos.
Cabe señalar que la jornada del martes, López-Gatell tuvo un cambio radical con relación a la postura de brindar información sobre el estado de salud del primer mandatario. Esto, sobre todo porque apenas el lunes había dicho que se respetaría “la privacidad” del ciudadano presidente y ahora advirtió que mantendrá al tanto a la población acerca del avance del padecimiento.
Entre dichos y hechos, el contagio del presidente de México ha resultado un tanto polémico a causa de diversos factores. Entre los más importantes, destacan sus múltiples intervenciones sobre el cuidado ante la COVID-19 e, incluso, la renuencia a utilizar artefactos como el cubrebocas.
Contagio polémico de AMLO
El pasado domingo 24 de enero, López Obrador dio a conocer que resultó positivo al virus SARS-CoV-2. Aunque afirmó tener síntomas leves de la enfermedad, puso de manifiesto que comenzó con un tratamiento inmediato.
Pese a la gravedad que pudiese representar la enfermedad COVID-19, el contagio del jefe del Ejecutivo no dejó de causar controversia, debido a la postura que a lo largo de la contingencia sanitaria, ha tenido quien ocupa Palacio Nacional.
Y es que cómo olvidar todas esas veces que el primer mandatario desestimó la pandemia o advirtió que ya estaba domada. Incluso, de qué forma pasar por alto aquella mañanera cuando dio a entender que los amuletos religiosos ayudan a prevenir el SARS-CoV-2.
Resulta que durante la conferencia matutina del 18 de marzo del 2020, López Obrador expresó que su “escudo protector y guardaespaldas” es el “detente”, haciendo alusión a una imagen de la religión católica. Asimismo, comentó que la honestidad y el combate a todo acto corrupto sirven como medio de protección.
“El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, el no permitir la corrupción… el detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo”, aseguró el funcionario hace casi un año.
Meses después, en una gira por el estado de Chiapas, López Obrador afirmó que “no mentir, no robar no traicionar” son acciones que previenen los contagios del virus SARS-CoV-2. En este sentido, señaló que además de seguir medidas como la sana distancia, el lavado de manos o una buena alimentación, es importante “tener la conciencia tranquila”.
“Estar bien con nuestra conciencia, no mentir, no robar, no traicionar, eso ayuda mucho para que no dé el coronavirus”, apuntó el funcionario.
Finalmente y sumado al cúmulo de mensajes confusos hacia la población, hasta su último evento público —una gira por el estado de Nuevo León— el jefe del Ejecutivo se negó a utilizar cubrebocas. Esto, con todo y que en más de una ocasión, ha advertido que su administración gestiona por medio del ejemplo.