En el mes de noviembre llegaron los primeros avisos de una catástrofe que nadie vio venir, los avances tecnológicos, el mensaje de diversas empresas en búsqueda de extender la vida (Calico), la medicina con su estudio y posible modificación del ADN, nos mostraba que el ser humano se encontraba en una situación muy segura en el mundo y ahora, buscaba ir más allá de sus propios límites. En este sentido, se perdió de vista la posibilidad de que algún ser microscópico pudiera atacar de tal manera al ser humano, y se potenció la cuestión tecnológica y modificación genética que la cura de posibles virus, aun a pesar de que instituciones de gran prestigio lo adelantaran: “En octubre pasado (2019), el Johns Hopkins Center for Health Security (JHCHS) puso en marcha una simulación de pandemia de alto nivel centrada en un brote mundial ficticio causado por un nuevo coronavirus que se propagó de los animales a los seres humanos” (Walsh, 2020).
De acuerdo a la BBC, los primeros casos de Covid-19 se identificaron en Wuhan en diciembre de 2019 o al menos así lo informó el gobierno de este país, y, aunque China no ha podido confirmar la procedencia precisa del virus, las autoridades sospechan que el brote se originó en un mercado de esta ciudad en el que se realizaban “transacciones ilegales de animales salvajes”. Esta situación llevó al mundo a cerrar fronteras y a un proceso de aislamiento desde inicios del 2020; las escuelas se cerraron, muchas empresas exigieron a sus empleados trabajar desde casa y sólo a unos cuantos se les permitió estar fuera de casa para evitar el colapso mundial. En el ámbito educativo, hubo un cambio sin precedentes, todos los alumnos tuvieron que cambiar de un sistema tradicional de educación a un sistema totalmente virtual, las familias, que no acostumbraban a verse en casa, de un día para otro tuvieron que convivir y hacer parte de su casa, un lugar de trabajo o de estudio.
Para muchos, 2020 es la catástrofe, he escuchado y leído en diferentes medios que éste es un año perdido para la educación porque los profesores nunca se prepararon para este cambio, a pesar de que la educación virtual ya tiene varios años, por poner algunos ejemplos, la plataforma Coursera lanzó sus cursos en línea en el 2011 y edX en el 2012, por citar algunas de las plataformas más importantes. Esto ya es un indicio de que la educación estaba cambiando, sin embargo, la mayoría de los profesores continuó igual. Asimismo, en las empresas, la tecnología existente mostraba la necesidad de un cambio en la manera de trabajar, las oficinas ya son obsoletas para muchos empleos, para otros son indispensables. El tema es, lo vimos venir y no actuamos a tiempo. Es por ello que la percepción de esta época es de uno o quizá dos años perdidos, para muchos este tiempo de encierro, de pandemia, significa un retraso económico, social y educativo.
Ésa es la razón de que este año 2020 puede ser considerado como “la Segunda Edad Media” ya que, para algunos historiadores, la época que se vivió entre los siglos V y XV, fue una época de un avance intelectual casi nulo, mucha violencia y el dominio de la iglesia en todos los aspectos de la cultura. Por ello, muchas personas la llaman la época oscura, del retraso y en la que no hay algo importante qué destacar fuera de la situación del imperio romano. Sin embargo, esta manera de pensar es equivocada, si bien es cierto en la Primera Edad Media, la violencia fue la constante, esto permitió que el poder de los romanos sobre gran parte del territorio terminara y que nuevas organizaciones sociales surgieran. Asimismo, el papel de la iglesia fue fundamental, muchos de los monasterios que existieron en esa época, impulsaron el estudio, conservaron textos antiguos, hicieron copias de éstos y gracias a su labor es que muchos textos (copias) han llegado a nuestras manos. Es decir, la Primera Edad Media fue fundamental para el impulso de la educación, el desarrollo intelectual y una mejor condición social a la que se vivía anteriormente.
De la misma manera debe ser considerada la época actual, vivimos en una Segunda Edad Media en la que, fuera de un retraso, gracias a la situación de encierro y la necesidad de seguir trabajando y educando, hemos sido forzados a utilizar la tecnología para realizar cada una de estas actividades. Las empresas han logrado que sus trabajadores sigan siendo productivos a la distancia, se han creado nuevos negocios y, como en todo cambio, se han perdido otros. En el caso de la educación, la transformación es impresionante, hoy en día, todos los profesores activos saben utilizar herramientas digitales, dan sus clases a través de alguna plataforma de videoconferencia, por mensajes de voz, por redes sociales, o por algún otro medio que es totalmente distinto a la educación tradicional, y eso ya es un avance; hoy en día el mundo está evolucionando para ser mejor, para formar a la distancia.
Felicidades,me encantó!!
Gracias.
Hola a lo que entendí este encierro nos esta beneficiando en muchos aspectos
Felicidades por la reflexión. Internet es el gran conector que nos acerca a los que estamos aislados. La colaboración se da de mejor manera, muchas conferencias son grabadas sin mucho esfuerzo y se conforma un tesoro de información. Sin embargo, el gran enemigo son las corporaciones que dominan el internet con fines comerciales.
Efectivamente. Muchas gracias por tus comentarios.
Efectivamente, me parece que hay muchas cosas malas pero también muchas buenas.
Muy buena reflexión. Además de mostrar la fragilidad de la existencia humana, la levedad del ser, subraya las deudas sociales en relación con la educación y la necedidad impostergable de los docentes en términos de adquisición de las competencias digitales para su desempeño en nuevos entornos.
Gracias por tus comentarios.