¿Tenemos un lugar al cual llegar todos los días?
Salimos de la casa en la mañana y nos subimos al coche, a la bici, al transporte público o caminamos, pero ¿a dónde vamos? ¿Al trabajo? ¿Todavía tenemos uno?
La mayoría –aunque ya ni tan mayoría– de nosotros vamos a trabajar varios días a la semana. ¿Por qué o para qué trabajamos?
Pues para tener dinero y después usar ese dinero para (sobre) vivir. Entonces en un día normal nos levantamos de madrugada, recorremos una gran distancia y cruzamos ciudades para llegar a nuestro lugar de trabajo. Después de unos cuantos días de trabajo recibimos un sueldo o salario, el cual nos servirá para comprar las cosas que necesitamos o queremos, hasta donde nos alcance.
Muchas veces este sueldo no es suficiente, pero es mejor que no tener nada. ¿Si tuviéramos dinero suficiente y no necesitáramos más, igual tendríamos un trabajo? Puede ser, a lo mejor para hacer lo que nos apasiona, para tener poder o para no volvernos locos.
Para muchos de nosotros que tenemos la necesidad de trabajar para tener dinero, pensemos por un momento ¿por qué y para qué necesitamos dinero? Para comprar agua y comida, en promedio podemos vivir 3 o 4 días sin agua y de 2 a 8 semanas sin comida. Para comprar ropa y calzado.
Para comprar o rentar una casa o un departamento en el cual vivir, dormir y protegernos del frío, de la lluvia, del calor, de la suciedad y de todas las enfermedades que ocasionan.
¿Acaso no podríamos vivir en y de la naturaleza?
En los bosques, campos, montañas, playas, lagos, ríos, etc., los cuales son gratis y no cuestan, podemos encontrar todo lo que necesitamos para vivir (agua y comida) y usar sus elementos para construir una casa o una cabaña en la cual refugiarnos.
Hace cientos, miles o millones de años, los humanos vivíamos así. Después apareció el truque y empezamos a intercambiar unas cosas por otras para tener lo necesario –como por ejemplo el cambiar un alimento por otro, o comida por recipientes y utensilios– y, finalmente, se creó la moneda o el dinero para suplir al trueque.
Esta moneda pasó de ser dientes de ballena, cacao, sal, hasta llegar al oro. Y algunos siglos después aparecieron los bancos, y con ellos aparecieron diversos instrumentos como las letras de cambio, los cheques, las transferencias; y la aceptación del dinero en todo el mundo.
Así es que con dinero se puede comprar prácticamente lo que sea, y sin dinero, no se puede comprar nada.
Tan indispensable se ha vuelto tener dinero que no hay límites para conseguirlo. Juntamos más y más dinero y lo guardamos, o compramos todo lo que se pueda comprar. Pero el dinero que tenemos de más, una o más personas lo tienen de menos, lo que ocasiona desigualdad y en ocasiones pobreza extrema al no tener ni para comprar alimentos.
Hemos puesto todo a la venta, y claro que para poder comprar, necesitamos dinero.
Si queremos luz, agua, teléfono, internet, televisión, cine, teatro, conciertos, etc., tenemos que pagar dinero, así que nos encontramos en un círculo que parece no tener final.
Pareciera que alguien nos tiene muy entretenidos trabajando para conseguir dinero, para que no nos demos cuenta de que no lo necesitamos.
¿Decidimos este sistema o nos lo impusieron?
¿Llegará el momento en el que desaparezca el dinero y regresemos a nuestras raíces?
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