Acuerdo México-Unión Europea. ¿La capa del muerto?

Lectura: 3 minutos

El esquema de negociación comercial entre México y Estados Unidos ha dejado de ser interesante, mas sigue siendo muy importante. Hasta ahora nadie ha lanzado una propuesta revolucionaria y debemos de entender que el status quo no necesariamente es el estado ideal de las cosas, sino que aún pueden evolucionar siguiendo la línea de la innovación y el bienestar general.

En columnas anteriores hemos concluido que México llega con una gran experiencia en este proceso, dado que el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, es experto en el TLCAN, en la alineación peñista no hay otro jugador que tenga mayor conocimiento sobre el tema. Aunque el señor Videgaray también ha intervenido recurrentemente de acuerdo a sus atribuciones, el que conoce a fondo este asunto es Guajardo, ya que él formó parte de los hacedores del TLCAN.

Su contraparte norteamericana, el señor Ross, con sus ocho décadas a cuestas y su experiencia en los negocios, sobre todo en México, ha visto caer muchas estrellas del firmamento (como diría Matthias Claudius) y conoce su tema. Me recuerda a una vieja navaja suiza, de las que tienen de todo para cualquier ocasión. Tengo la mejor impresión de sus capacidades. Este personaje irá acompañado por el nuevo Jefe de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, así como de Peter Navarro, Director de la Oficina de Políticas de Comercio de la Casa Blanca.

Esta combinación de habilidades e indiscutible talento de ambos protagonistas, Ross-Guajardo, los obliga a generar los mejores resultados; ninguno querrá regresar a casa con los deberes mal hechos. Pero habrá que reconocer que tenemos la mala costumbre de analizar el escenario omitiendo a Canadá cuando hoy podría ser un buen aliado, aunque no le confiaría ni las llaves de mi coche, porque estos tratados encierran intereses insondables.

En esta columna hemos insistido en generar escenarios de diálogo social entre los beneficiarios directos de estos instrumentos comerciales de los tres países firmantes de TLCAN. Que las asociaciones, lobbies, productores, importadores, exportadores, obreros, industriales, tengan la oportunidad de enriquecer e influir en la evolución del tratado con la finalidad de hacer realidad los beneficios que tanto se pregonan, no sólo de forma temporal e intermitente, sino de manera permanente a través de un foro que se formalice como un órgano consultivo y deliberativo del TLCAN.

Hace una par de días el Secretario Guajardo se reunió con la Comisaria de Comercio de la Unión Europea para acelerar el paso a la modernización del viejo acuerdo comercial de tercera generación. El tema surge cada vez que los personajes de Estados Unidos agudizan sus discursos en contra del TLCAN. Pareciera que se hace mal uso de nuestros negocios con la Unión Europea, asignándoles el papel de la “capa del muerto”. Las negociaciones con la Comisaria de Comercio Malmström deberían ser inéditas. Toda negociación con la Unión Europea debe tener como referencia el súper acuerdo comercial y de cooperación signado entre este gran bloque comercial del viejo continente y nuestro socio Canadá.

Debemos aspirar a la mejor relación con la Unión Europea, que sea de hondo calado, que perdure y haga madurar aún más la relación, ahora que este gran bloque comercial también transita por una revisión interna de sus estructuras y sus metas. México no debe usar la modernización comercial con Europa como una reacción de despecho contra las duras palabras del gobierno de Estados Unidos. Ésa sería una actitud, por lo menos, mediocre.

De igual forma se aceleran las negociaciones con China para establecer lazos comerciales a través de un acuerdo de mayor alcance. Este mercado es quizá el más importante del mundo dada la cantidad de consumidores en ese país, sin embargo, habrá que dejar muy claros los mecanismos para evitar las prácticas de dumping social y algunos temas sobre calidad en los productos, ya que ante la eventualidad de presentarse en una relación comercial entre China y México, podrían afectar seriamente tanto a productores como a consumidores.

México, representado por la Secretaría de Economía, está haciendo lo debido, buscarnos la vida en otras latitudes. Finalmente podemos afirmar lo que en otros artículos de esta columna hemos señalado, Guajardo está jugando bien sus cartas sobre la mesa. El tiempo es inexorable y llegará, tarde o temprano, el momento para apostar. Las presiones son enormes, pero la concentración en la diversificación comercial, es nuestra estrategia.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x