El legado de Solana no se limita a su distinguida participación como servidor público, su presencia como pensador, promotor y creador de instituciones, sino que vas más allá.
El miércoles 23 de marzo de 2016 falleció Fernando Solana Morales a los 85 años en la Ciudad de México. Solana fue un distinguido servidor público que tuvo importantes responsabilidades a lo largo de varias décadas. Fue también un destacado maestro, no sólo en el aula universitaria, también como formador de numerosos funcionarios. Fue un hombre de Estado con una profunda visión de largo plazo de la problemática del país y de su inserción en el entorno internacional, creador y promotor de instituciones, así como de centros de reflexión y análisis sobre el futuro de México.
Al inicio de su vida pública fue Secretario General de la UNAM, durante la rectoría del Ingeniero Javier Barros Sierra y le tocó vivir el movimiento estudiantil de 1968. Ocupó la titularidad de la Secretaría de Comercio (hoy de Economía) en 1976 en la que inició un importante proceso de modernización, cargo al que llegó después de su experiencia como Subdirector de Finanzas de la CONASUPO. Posteriormente, fue designado Secretario de Educación Pública, responsabilidad en la que desplegó una muy intensa actividad para ampliar la cobertura educativa y elevar el nivel de la educación en México con plena convicción de que esa es la base más sólida para el desarrollo del país. En esa época fue creador y promotor de varias instituciones como la Universidad Pedagógica Nacional, el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA), el CONAFE (Consejo Nacional de Fomento Educativo, programa de educación para atender a las comunidades más alejadas), así como el CONALEP.
Durante la administración del Presidente de la Madrid, ocupó la Dirección General del Banco Nacional de México, BANAMEX, logrando conducirlo al primer sitio de las instituciones bancarias de su tipo. En esa época también ocupó la Presidencia de la ABM (Asociación de Bancos de México). Fue una gestión en un entorno difícil.
Después de la llamada “nacionalización” bancaria de 1982, el sistema de intermediación financiera se integró por la banca comercial, la aún poderosa banca de desarrollo y la denominada banca paralela en un entorno de muy alta inflación y especulación financiera.
Posteriormente, fue Secretario de Relaciones Exteriores de 1988 a 1993. Fue el periodo del realineamiento internacional con el fin de la guerra fría, expresada con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética. Fue también la época de de la firma del TLCAN y el ingreso de México a la OCDE. Fue una etapa de profundos cambios en el mundo y en México. Durante su paso por Relaciones Exteriores cabe referir, entre muchos de sus logros, el establecimiento del Programa de Comunidades en el Exterior, el del primer Servicio Civil de Carrera con la Ley del Servicio Exterior Mexicano y el establecimiento de la Reunión Anual de Embajadores y Cónsules. Volvió a ser Secretario de Educación Pública por un breve tiempo y después fue electo Senador de la República. En la Cámara Alta presidió la Comisión de Relaciones Exteriores y propició el acercamiento con la Unión Europea. Asimismo, en ese periodo logró para México un lugar como observador permanente en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y el fortalecimiento de la presencia de nuestro país en la Unión Inter-Parlamentaria Mundial.
Solana fue también un gran promotor de grupos de estudio sobre el futuro del país, la educación y los temas globales. Fue Presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI); de la Fundación Javier Barros Sierra; expositor en numerosas ocasiones en la Sección Mexicana del Club de Roma y en la Sociedad Mundial del Futuro, entre muchas otras instituciones de estudio y análisis.
El legado de Solana no se limita a su distinguida participación como servidor público, su presencia como pensador, promotor y creador de instituciones, sino que vas más allá. Se trata de un hombre que dedicó su vida a servir a México con pasión, competencia, honestidad e integridad. Su legado es que es posible dedicar toda una vida al servicio del país en forma constructiva, responsable, transparente y honesta.
