Estrategias de autoayuda frente a la crisis sanitaria

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Impacto emocional del COVID-19

A causa de la crisis global generada por la pandemia del COVID-19, datos de una encuesta de opinión pública (Buendía & Laredo, 2020) nos muestran que, entre los mexicanos, “impera el pesimismo sobre el futuro inmediato”. Así, el 70% espera una disminución en su ingreso familiar, 69% supone que algún miembro de su hogar pierda su empleo, 62% considera probable que haya desabasto de alimentos en algunas zonas del país, mientras que 33% piensa que es probable que algún miembro de su hogar contraiga el virus.

Desesperanza, angustia y hasta desesperación son algunos de los sentimientos que nos despierta el encierro del hoy y la incertidumbre del mañana. Hay quienes viven este aislamiento con tal miedo que su vida se ha tornado insoportable. Es por ello que los gritos de auxilio se han multiplicado. Especialistas en psicoterapia y coaching emocional me comentaron recientemente que estos días han incrementado las llamadas de ayuda de quienes no logran mantenerse a flote. También, en las redes sociales se multiplican los tips para que la gente logre calmar su miedo con meditación, pensamientos positivos, rutinas de ejercicios o bien con consejos para seguir con la vida a pesar de las condiciones adversas. De igual forma, hay datos que muestran que quienes antes acudían a terapias emocionales y psicológicas, ahora acuden a libros de autoayuda (El Comercio, 2020).

ninos en reclusion
Ilustración: El Sol de Mazatlan.

En marzo pasado, la Organización Mundial de la Salud ya había alertado sobre el impacto emocional del COVID-19: “El aislamiento, el distanciamiento físico, el cierre de escuelas y lugares de trabajo, son desafíos que nos afectan, y es natural sentir estrés, ansiedad, miedo y soledad en estos momentos”. Éstas fueron las palabras de Hans Kluge, jefe de la OMS para Europa, durante la rueda de prensa del 25 de marzo. Mujeres embarazadas, adultos mayores y niños son la población más vulnerable frente a los posibles efectos emocionales de la emergencia sanitaria (DW, 2020).

La autoayuda frente a un grito de auxilio

El 23 de marzo se celebró el Día Internacional del Libro y el 30 de abril festejamos en México el Día del Niño. Difícil festejar a los niños durante el aislamiento obligado; pero parece fácil leer un libro en el encierro –si es que nos queda tiempo después de que la cuarentena nos ha multiplicado las labores domésticas y de cuidado–. Editoriales, librerías y autores han facilitado publicaciones y libros electrónicos de manera gratuita. También en redes sociales se muestran distintas formas de celebrar a los niños en casa. Seguramente este encierro ha obligado a muchos a buscar en las redes sociales estrategias para sobrevivir el encierro, calmar el estrés y animar a los niños.

Sin duda, también obligará a muchos a buscar soluciones en libros de autoayuda y eso no es extraño. La autoayuda como género literario surgió en la década de los treinta del siglo pasado, justamente después de la Gran Depresión de 1929 (Papalini, 2015). De hecho, uno de los primeros libros que hicieron de este género una industria por sus vastas ventas alrededor del mundo fue el que publicara en 1936 el empresario estadounidense Dale Carnegie, Cómo ganar amigos e influir sobre las personas. Entonces, no será extraño que después de la crisis que estamos viviendo, este género -el cual, se ha expandido desde 1990- gane mayor auge.

libros de autoayuda
Ilustración: Trendsmap.

Ya estamos viendo cómo la biblioterapia se presenta como una herramienta para sortear la angustia y el miedo actuales; y, sin duda, una vez que termine el periodo de aislamiento, las personas seguirán acudiendo a los libros y manuales de autoayuda para mejorar la situación anímica o económica en la que cayeron. Si bien, como en todo género literario, hay buenas y malas obras, el de autoayuda no es la excepción. No obstante, en diversas investigaciones (véase, por ejemplo, Montes de Oca y McLean, 2019) se ha mostrado que algunos de los libros de autoayuda, sí ayudan; además de que hacen que los lectores reflexionen, asimilen y adapten los contenidos a sus propias experiencias. En otras palabras, los lectores toman lo que les conviene para solucionar sus problemas.

Ya veremos cómo después de la crisis del COVID-19, por una parte, se multiplican las publicaciones y, por otra, crecen los lectores de un género que en México gana preferencia, ya que en 2017 casi el 30% de quienes habían leído un libro el último año, había preferido este género (Montes de Oca y McLean, 2019).


Referencias
~ Buendía & Laredo, 2020, Encuesta Nacional de Opinión Pública COVID-19.
~ DW, 2020, “OMS: el impacto psicológico del COVID-19 en la sociedad no debe ser ignorado”, 26 de marzo.
~ Diario El Comercio, 2020, “Autoayuda, un género que crece en el aislamiento”.
~ Montes de Oca, Laura y Scott McLean, 2019, “Entender la autoayuda. Claves interdisciplinarias para analizar una práctica cultural en expansión”, Revista Interdisciplinaria de Estudios Latinoamericanos, año 3, núm. 3, septiembre-diciembre, disponible en: https://bit.ly/3bRUeKK.
~ Papalini, Vanina, 2015, Garantías de felicidad. Estudio sobre los libros de autoayuda, Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.


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