La consulta económica

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Nuestro papel dentro de la economía es ser agentes “económicos”, uno de los tres agentes o la combinación de los mismos que existen en la economía, ya sea familias, empresas y el gobierno. Sin embargo, los tres tienen la característica de ser consumidores. Ésa es una de las certezas en el quehacer económico actual, y ese papel o rol se debe cumplir sí o sí.

Un consumidor, en teoría, debería estar bien informado sobre las opciones de compra; de igual forma decidir sobre la mejor opción de pago e indudablemente las opciones para invertir. Recordemos que con el dinero podemos comprar, ahorra e invertir.

En este sentido, la inversión no es un asunto exclusivo de las empresas y el gobierno, desafortunadamente el ingreso (en la mayoría) de las familias no alcanza para invertir, pero este agente también (en teoría) podría hacerlo. El “mercado” debería así permitírselo. Sin embargo, los ingresos están regulados a través de salarios mínimos y es por decisión (política) el saber si crecen y la cantidad en que lo hacen. Es alarmante que la propia OCDE, diga que, dentro de sus países miembros, México es el que presenta el último lugar en cuanto a nivel salarial.

Debe dejar de ser un incentivo a la inversión el bajo salario, el incentivo debería orientarse a la capacitación y experiencia de la mano de obra, y para eso es necesario invertir en ciencia y tecnología, y sobre todo cambiar de chips en cuanto al manejo de los datos macroeconómicos, no se trata de ver cuántos salarios se crearon, sino qué calidad de vida tendrán con el salario que tienen los trabajadores. Se debe recuperar el poder adquisitivo del salario, tan castigado por la inflación y su aumento irrisorio de año con año.

dinero
Foto: Getty Images.

En ese sentido, en cuanto al cambio de chips, es que la economía dentro de la planificación de sus recursos limitados parte de tres preguntas para poder ser eficiente; las preguntas son: ¿Qué producir?, ¿cómo producir? y ¿para quién producir? Preguntas que evidentemente requieren respuestas, el agente económico “gobierno” debe tener los medios necesarios para poder contestar esas preguntas y planificar el quehacer económico. En teoría así debería funcionar la economía.

¿Qué es lo malo en las consultas? O, más bien, ¿qué es lo raro?, ¿que nos pregunten? De inicio somos agentes económicos, los más importantes, somos quienes aportamos los ingresos del gobierno, y somos los consumidores finales de sus servicios. La “forma de preguntarnos” es rara, sí, ¿es mala?, no, no estoy de acuerdo. Existe la consulta del presupuesto participativo, bien definida en cuanto a alcances y es completamente legal, pero la participación es muy baja.

Entonces no, que nos pregunten no está mal, aunque sí sea raro; se trata de establecer canales de comunicación y decisión más allá de una consulta y su implementación; lo que sí, es que no debemos dejar de tomar nosotros las decisiones, eso debe ser lo correcto.

Sí, deben preguntarnos; nos acostumbramos a que no lo hicieran, tanto que ahora puede parecer extraño, lo que debemos lograr es que sean consultas vinculantes, para que sean decisiones informadas y con mayor participación.

participación ciudadana
Foto: Grupo Pirámide.

Ya se preguntó sobre los servicios aeroportuarios. ¿Viajo? Sí. ¿Me interesa el alcance ecológico del NAIM? Obviamente, sí; ¿sé algo de viabilidades de construcción? Preguntas que no están en la consulta. Va más allá de si debe o no seguir. En teoría se debió escuchar a todos los afectados, evidentemente cuando empezó el proyecto, pero no pasó. Se vendió con la idea de que habría mayor inversión y que se fomentaría el crecimiento económico, así como la creación de empleos; sin embargo, este argumento ha perdido peso o credibilidad, ante el aumento de los costos y de las “supuestas” irregularidades en algunos contratos.

Lo que sí está comprobado económicamente es que la inversión en infraestructura es un buen aliciente para el crecimiento económico; pero el chip debe cambiar, no para fomentar el crecimiento, sino el desarrollo económico; es decir, no sólo crecer por crecer, sino crecer sin polarización del ingreso y con mayores condiciones de igualdad para los agentes económicos, ése es el mayor reto, no el estar o no de acuerdo en la consulta, sino en sus implicaciones económicas; y si las consultas económicas deben ser parte de la realidad a corto y mediano plazo, que así sea, bienvenidas.

Es el derecho de los consumidores a estar informados y se debe garantizar, es indispensable tener un rol más activo, es un gran reto, pero debemos asumirlo. En el entendido de que el mercado realmente no funciona como agente autoregulador. El verdadero contrapeso no será no votar ni insistir en redes sociales que no sirve o no es vinculante, sino realmente darles un peso mayor político y económico.

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