Liderazgo internacional

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La elección de Emmanuel Macron como Presidente de Francia y su paulatina consolidación en el cargo dan renovadas esperanzas en el escenario internacional. Macron es un líder político atípico que llega a la Presidencia de su país en el contexto del enorme desgaste de la clase política francesa. Se trata de un hombre inteligente, con formación académica excepcional, con éxito en el sector financiero privado y como Ministro de Finanzas del gobierno de François Hollande, cargo en el que tuvo un paso breve. Después de triunfar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, consolidó a su movimiento político en la segunda vuelta de las elecciones legislativas. Esto le permite fortalecer a su movimiento político, acelerar el deterioro de los partidos tradicionales y reducir el espectro de los extremismos de derecha e izquierda en Francia.

La presidencia de Macron sumada al fuerte liderazgo de la Canciller alemana Angela Merkel, le están dando un nuevo papel a Europa en el mundo en la promoción y defensa de la democracia, el combate al cambio climático y el libre comercio. La racionalidad de Merkel y Macron, su respeto al conocimiento científico y a las instituciones democráticas contrastan con los fallidos liderazgos británicos de David Cameron y Theresa May.

De igual forma, el nuevo liderazgo europeo de Macron y Merkel contrastan con la demagogia populista de Donald Trump y el expansionismo autoritario de Vladimir Putin, la más importante amenaza contemporánea para Europa. Esto es, las recientes elecciones presidenciales francesas significaron una esperanza para revertir la tendencia a la regresión autoritaria que significó la elección de Donald Trump en Estados Unidos, así como el rechazo emocional a la globalización que representó el BREXIT.

Por otra parte, el vacío de poder que deja Estados Unidos en Asia-Pacífico parece ser que lo está intentando llenar China bajo el liderazgo de Xi Jinping. En pocos meses, en la presidencia Donald Trump no sólo está dañando a las instituciones democráticas de su país, sino también generando tensiones en la sociedad estadounidense, alentando el racismo, la xenofobia, y poniendo en entredicho la economía de su país en el mediano y largo plazo. También le está causando un profundo daño a la imagen internacional de los Estados Unidos. Asimismo, está dejando vacíos de liderazgo en todo el mundo que serán llenados por muchos otros liderazgos nacionales y regionales.

Uno de los aspectos más dañinos para el mundo, del gobierno de Donald Trump y de un vasto sector del Partido Republicano, es su rechazo a combatir el cambio climático. En este aspecto, vital para la supervivencia humana, consolida su liderazgo el Papa Francisco, quien en su Encíclica “Laudato Si” efectúa un preciso diagnóstico sobre los riesgos que enfrenta la humanidad en el planeta.

La importancia de consolidar los liderazgos democráticos con visión de futuro es global. En ese sentido, no escapa al reto América Latina, región que por la persistencia de sus niveles de pobreza y desigualdad es presa fácil de la demagogia populista y la tiranía, como ha venido sucediendo en varios países. Es importante evitar un desastre humanitario, político, económico y social, como sucede en el caso de Venezuela.

La mayor parte de los liderazgos que hemos mencionado se dan en países con una fuerte estructura institucional. De hecho, lo único que ha detenido a Donald Trump son las instituciones. En América Latina la situación en esta materia es muy dispareja.

Por este motivo es muy importante en México continuar impulsando el desarrollo institucional. La sociedad mexicana ha mostrado desde hace ya varias décadas una muy clara vocación democrática que se refleja en la creación de numerosas instituciones. En este proceso de consolidación institucional de un eficaz Estado democrático de Derecho, existen numerosos avances y retrocesos, pero lo importante es continuar consolidando la fortaleza de las instituciones en México.

En este proceso de renovación institucional se han efectuado varias reformas constitucionales; ha existido un dinámico proceso de creación de órganos autónomos y se han efectuado importantes reformas estructurales con visión de largo plazo. De todos estos cambios, algunos han sido exitosos y otros no. Se han creado nuevos organismos, algunos de ellos han funcionado bien, algunos otros dejaron de hacerlo y existen casos de relativos fracasos e inutilidad. Lo mismo sucede con las reformas estructurales, algunas funcionan y se implementan adecuadamente, otras no, o enfrentan problemas inéditos.

En todos estos casos, ha existido el riesgo de la sobrerregulación. Pero, lo más importante es que el Estado mexicano ha decidido encarar los retos que le plantea el futuro para lograr el desarrollo y el bienestar, con protección del interés general, a través de las instituciones, de la plena vigencia del Estado de Derecho, con pleno respeto de los derechos y las libertades fundamentales de las personas.

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