El 19 de agosto tuve el gusto de participar en un Conversatorio sobre México en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el cual la exposición inicial estuvo a cargo del Dr. Juan Ramón de la Fuente, Representante Permanente de México en la ONU. Este Conversatorio fue organizado por la Facultad de Derecho de la UNAM.
Agradezco mucho al Dr. Raúl Contreras Bustamante su invitación a participar en este evento. Fueron también expositores la Dra. Norka López Zamarripa, Presidenta del Colegio de Profesores de Derecho Internacional Privado, y el Dr. Alfonso Muñoz de Cote, Presidente del Colegio de Profesores de Derecho Internacional Público de la Facultad de Derecho.
Me refiero en primer término a la participación del Dr. de la Fuente. Cabe antes precisar la distinguida trayectoria del actual representante de México en la ONU, quien ha sido además de Secretario de Salud, Rector de la UNAM, entre otras importantes responsabilidades. El Dr. de la Fuente expuso que México fue electo como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU para el periodo 2021-2022 con 187 votos, lo cual representa el 97% de apoyo de los países de las Naciones Unidas. Esto representa el mayor número de votos para formar parte del Consejo de Seguridad que ha obtenido nuestro país. Además, fueron electos como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad: India, Irlanda y Noruega. Queda pendiente el representante de África.
Asimismo, México fue también electo como miembro del Consejo Económico y Social (ECOSOC), junto con otros 17 países para el periodo 2021-2023. El expositor precisó que el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales. Es el único órgano del Sistema de Naciones Unidas con la facultad de emitir resoluciones vinculadas para imponer sanciones o autorizar el uso de la fuerza. El Consejo de Seguridad está formado por quince miembros. China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia tienen el carácter de miembros permanentes y tiene el poder de veto. Los otros 10 cubren periodos de dos años. Cada año la Asamblea General elige a cinco de ellos. México ha sido miembro del Consejo de Seguridad en cuatro ocasiones previas: 1946, 1980-1981; 2001-2002 y 2009-2010.
Al referirse a los Principios que México aporta al Consejo de Seguridad el Embajador de la Fuente señaló que la participación de nuestro país se sustenta en nuestros principios constitucionales. Algunos de los valores son: privilegiar la mediación, el diálogo y la resolución pacífica de los conflictos; defender la igualdad jurídica de los Estados y las normas del derecho internacional; incorporar una perspectiva de género en las resoluciones del Consejo de Seguridad; revisar los métodos de trabajo; promover los derechos humanos; impulsar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, (Agenda 2030 de Naciones Unidas) y la Solidaridad con los países de la Región (GRULAC), así como con los que tienen menor desarrollo.
De igual forma, destacó la aprobación en la Asamblea General de la Iniciativa Mexicana para promover el acceso oportuno, transparente, equitativo y eficiente de medicamentos y vacunas en el contexto de la pandemia actual por COVID-19; la participación de México como miembro fundador de la Alianza para el Multilateralismo; así como la participación en el lanzamiento de la hoja de ruta del Secretario General de la ONU para el uso de las tecnologías en el desarrollo con un acceso justo y con conectividad para todos.
Por último destacó que México participa activamente en el fortalecimiento del entramado multilateral internacional, así en 2019 asumió la presidencia anual del grupo MITKA (México, Indonesia, Corea del Sur, Turquía, Australia); en 2020 la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC); en 2019-2020 México ha tenido participación en 38 puestos de elección en organismos y programas de la ONU (Nueva York, Ginebra, Viena), además de la actual participación en el Consejo de Seguridad (2020-2021) y el Consejo Económico y Social (2021-2023).
En cuanto a mi participación, la centré en la noción de que la humanidad enfrenta en estos momentos los retos globales más profundos de su historia, que ponen en entredicho el futuro de la civilización contemporánea y aún el destino de la vida humana en el planeta. En este orden de ideas, las Naciones Unidas, como la institución global, tiene la mayor responsabilidad. La importante participación de México en el Sistema de Naciones Unidas debe impulsar la renovación institucional de la organización para afrontar y solucionar la problemática de los crecientes riesgos globales que afronta la humanidad.
En la época contemporánea, con el mayor nivel de avance e innovación científica y tecnológica de la historia y con la potencialización de la misma, no sólo por el creciente progreso en la búsqueda del conocimiento, sino por el impulso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, los progresos de la Inteligencia Artificial, la digitalización, y los avances en todas las áreas, se vive también el mayor nivel de destrucción y de degradación de la naturaleza y el ambiente, a un punto que conlleva poner en peligro la supervivencia de la vida humana.
Vivimos una época de profundos contrastes y contradicciones. Por una parte, nunca antes tanta gente había salido de la pobreza, como es el caso de los países del área Asia-Pacífico. Por la otra, la pobreza y el hambre persisten y la desigualdad se incrementa en algunas sociedades. Esto en el contexto de un aún dinámico crecimiento demográfico global. De los casi 7,700 millones de personas que habitamos la Tierra, alrededor de 4 mil millones de seres humanos, más de la mitad de la población mundial viven en situaciones de extrema tensión derivada de la pobreza, la guerra, las epidemias, las migraciones, conflictos bélicos internos, cambio climático y otros problemas. Antes de estabilizarse, la población mundial llegará a 10 mil millones de personas alrededor del año 2050 y según algunos escenarios alcanzará los 11,200 millones en 2100.
Esta situación es el resultado de un modelo de crecimiento económico basado en la destrucción y la degradación del ambiente y los ecosistemas. En los últimos 150 años hemos destruido más de la mitad del suelo fértil de la Tierra; el 90 por ciento de los bancos de peces en el mundo están sobreexplotados y algunos prácticamente agotados; vivimos la sexta extinción masiva de especies en la historia del planeta; la cantidad de dióxido de carbono es la atmósfera es la más elevada no sólo en toda la historia humana sino en los últimos tres millones de años.
En suma, además de los riesgos globales de origen humano como la guerra nuclear o el manejo descuidado de patógenos, o de los problemas derivados por tener una economía que en buena medida esta capturada por la especulación financiera, hemos rebasado los 9 limites naturales del planeta por la acción humana destructiva.
El cambio climático es una expresión de esta situación, la más tangible y la que constituye la principal amenaza para el futuro de todos. Es por eso que la acción de México en Naciones Unidas debe ser muy activa y relevante frente a la responsabilidad global.
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Excelente nota Gerardo