Hasta que la muerte los separe
Consistentemente, señalamos el horizonte de inversión a largo plazo que requiere la inversión bursátil y lo importante de conocer y atender el desarrollo de las empresas de las que somos dueños. Pero ello no significa necesariamente que una vez dueños, no podamos eventualmente tomar la decisión de vender nuestra empresa si ésta deja de ser extraordinaria o su valuación ya no resulta atractiva. A diferencia de un matrimonio, esta decisión no implica “hasta que la muerte los separe”. Con toda proporción, posiblemente coinciden con la emoción inicial que originan, y que se trata sin duda de una gran decisión pero es muy diferente.
Es racional no emocional
Debido a nuestra naturaleza humana y espíritu competitivo estamos programados para querer ganar, buscamos destacar y ser exitosos. La mayoría de los que compran una acción y ésta tiene malos resultados, esperan a que las cosas mejoren, pensamos “seguro el mercado está mal y yo estoy en lo correcto” (una de las frases que más escucho). Similar a un matrimonio que no funciona bien, muchos “aguantan” con la esperanza de que mejore, consideran que la mala situación actual es una anomalía temporal, esperanza sobre esperanza, sucede porque las personas quieren que surja una mejoría. Algunas veces ocurre y otras no.
Pero con las inversiones bursátiles usted tiene toda la capacidad de hacer que las cosas sucedan si entiende que no puede tener una relación emocional con la empresa de la que es dueño. Esto significa que usted debe comprar, vender y/o mantener su condición de dueño de manera racional no emocional. Tampoco se puede enojar, pues esto propicia nuevas decisiones equivocadas.
Aceptemos que nos podemos equivocar
El matrimonio es un compromiso de amor personal, es un dar y recibir permanente para alcanzar la mayor felicidad posible. ¡No es el caso de la inversión!
Usted tiene o considera una metodología para decidir de qué empresas ser dueño. No hay un compromiso contractual que lo obligue a tener siempre esas acciones. Somos dueños de empresas porque sabemos de los beneficios patrimoniales que ofrecen una vez que las conocemos y nada más. Sin embargo, seamos conscientes de que nos podemos equivocar (personalmente me ha sucedido y me seguirá sucediendo), es de lo más importante que podemos saber: “No vamos a ganar siempre en todas las empresas de las que seamos dueños, no es posible ganar todo el tiempo”. Por ello llevamos a cabo un proceso que se enfoca a cuidar el riesgo a conocer las empresas, a diversificar portafolios y a minimizar la posibilidad de equivocarse.
La única coincidencia entre el matrimonio y las inversiones es que ninguna de las dos son ciencias exactas. Pero en la segunda, el resultado depende únicamente de usted.
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Buenas tardes. Quisiera saber donde puedo encontrar el libro “El riesgo es no invertir en la Bolsa” del maestro Ponce Bustos? Llevo años tratando de encontrarlo y no he tenido suerte..