En fechas recientes, varios periodistas han criticado en la prensa, la falta de transparencia que se ha dado en el proceso de licitación de la llamada Red Compartida.
La Red Compartida es una de las licitaciones más importantes de la historia de México. Es por el monto estimado del valor del proyecto, unos 7 mil millones de dólares, así como por que retirara del mercado 90 MHz de espectro radioeléctrico en la banda de los 700 MHz, referido a nivel internacional como el Dividendo Digital por ser uno de los segmentos de espectro más valiosos (por sus características de propagación de onda) a favor de un sólo operador mayorista.
El sentimiento nacional de lo que representa el petróleo como parte del patrimonio nacional y bandera del desarrollo contrasta con la visión que tenemos como nación del espectro radioeléctrico y del rol que juega este en la implementación de redes de telecomunicaciones móviles como condición necesaria, mas no suficiente, para “Conectar a México” y habilitar la Sociedad de la Información y el Conocimiento que representa el paradigma de desarrollo económico y social de la era post industrial.
Es curioso ver que existen múltiples voces y reclamos de que la liberalización del sector energético en el país cuente con toda la transparencia posible y que las diferentes etapas de la apertura se apeguen a las mejores practicas internacionales, mientras que en el sector de las telecomunicaciones, el mandato constitucional de la creación de la Red Compartida no mereció una crítica publica ni periodística de fondo cuestionando si tenía sentido económico desde una visión de políticas públicas y si hacía sentido comercial desde un punto de vista de estructura del mercado. Esta falta de interés se ha extendido a la falta transparencia en la licitación de la Red Compartida.
Si uno pregunta a cualquier amigo, familiar, o conocido, lo probable es que no sepa que es la Red Compartida. Probablemente Algunos sabrán de la nueva cadena de televisión y en algunos casos sobre el Apagón Analógico desde la perspectiva de la nueva forma de sintonizar canales abiertos de televisión, pero prácticamente nadie comprende la trascendencia de que fue retirar del mercado de los operadores el espectro de la banda de los 700mhz y de la forma que nuestros políticos decidieron que se utilizara este insumo esencial para las telecomunicaciones móviles para habilitar un proyecto de red que no tiene pies ni cabeza. Si de pensar mal se trata, la Red Compartida reúne todos los elementos para acertar. Una política pública sin narrativa, asignación de un recurso esencial y único del Estado a favor de un interés privado, falta de transparencia y finalmente una licitación que involucra una enorme cantidad de dinero. Digamos que este tipo de historias ya las conocemos, también sus resultados, pérdidas públicas y ganancias privadas.
