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Raúl Campos y Félix de Valdivia: Payasos y filósofos

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Para ser un buen comediante hay que ser un buen payaso, pero también un buen filósofo. Esta es la opinión de Félix de Valdivia y Raúl Campos, fundadores de The Original Content Society, responsable de proyectos cómicos en Netflix, YouTube Originals y Amazon Prime Video, protagonizados por algunos de los comediantes mexicanos más famosos de la actualidad: Carlos Ballarta, Sofía Niño de Rivera, Álex Fernández, entre otros. Hoy analizan el boom del stand up en México en entrevista con El Semanario.

¿Cómo nace la inquietud de platicar con otros comediantes en “Toma 1”, su podcast de Spotify?

Raúl Campos (RC): “Toma 1” es un podcast original de Spotify que decidimos emprender pensando en que había pasado ya una década de que había comenzado un cambio en la narrativa de la comedia en México, en la forma en que se hacía y de qué se hacía, tanto en forma como en contenido. Quisimos hacer un “corte de caja”, con los protagonistas o con las personas que han estado involucradas en este movimiento de una nueva comedia en México, con entrevistas uno a uno, de una hora, en donde profundizamos un poco de dónde vienen, por qué hacen lo que hacen y hacia dónde va la escena. Es dejar un registro.

¿Qué han aprendido de estas entrevistas?

Félix de Valdivia (FV): Muchas cosas. Es una masterclass de cómo decidir hacer comedia. Porque es una decisión, el mundo es bastante trágico por sí solo y tienes que tomar la decisión de transformarlo, reinterpretarlo. A través de estas conversaciones, la verdad es que Raúl ha logrado que los comediantes expongan de dónde vienen, qué sufrimientos tuvieron, qué decisiones y sacrificios tuvieron que hacer, para reírse de su alrededor en vez de sufrirlo, qué metodologías (usan), a dónde viajaron, cuál ha sido su experiencia con medios tradicionales de comunicación, nuevos medios, redes sociales. Es realmente echarse un clavado a lo que está detrás del show. Es una experiencia súper rica, porque te puedes llevar desde aprendizajes muy técnicos, como, “bueno, yo escribo todas las mañanas y es mi disciplina escribir chistes todas las mañanas”. Desde ese tipo de cosas, hasta emocionalmente cómo procesar el fracaso en un show. Cómo te recuperas después de estar 15 minutos intentando tirar chistes y que la audiencia no se ría.

¿Ustedes cómo tomaron esa decisión de dedicarse a la comedia?

RC: Definitivamente es por gusto de lo que consumes y descubres que es lo que te apasiona. Pero también tiene que ver con no encontrar la comedia que consumías en tu propio contexto y decidir hacerla. Yo creo que la toma de decisión viene con encontrar también espacios abiertos y querer contar algo y querer decir algo y querer cambiar la manera en que nos entretenemos, revolucionarlo un poco, elevarlo y decir: “esto tiene que cambiar”.

The Original Content Society
Foto: Cortesía

Las plataformas digitales cambiaron la manera de consumir casi cualquier producto, ¿cómo han cambiado la comedia?

FV: Para empezar, una apertura de voces, hay una diversidad ahora que antes no teníamos. Desde la comunidad LGBT, hasta representantes de grupos oprimidos históricamente, de contextos de pobreza e incluso también de contextos de privilegio. Ese abanico tan amplio de distintos representantes de nuestra sociedad, sí es algo nuevo. Y la otra cosa que es nueva en esta generación, es la total autenticidad. Es decir, el objetivo es ser honestos y auténticos de quién eres como intérprete y cuál es tu punto de vista de la sociedad. La tecnología nos ha dado la capacidad de hacerlo, desde plataformas como YouTube, hasta plataformas como Netflix y Amazon Prime, que permiten y no censuran ese punto de vista y creo que va para allá. Se abrió la caja de pandora, en el sentido de que las nuevas generaciones eso es lo que exigen, como punto mínimo, ni siquiera algo a lo que estén aspirando, no, “como mínimo me tienes que dar puntos nuevos de vista, puntos auténticos y tienes que decirme las cosas como son”.

La comedia se presta para muchos temas polémicos que pueden ser ofensivos y las redes sociales están listas para opinar y destruir carreras, ¿ustedes cómo ven y manejan este aspecto?

RC: Yo creo que es parte del proceso, creo que parte de lo que nos tenemos que dar cuenta es que en la comedia siempre hay un acto performativo, en la comedia siempre hay una representación y no todo es a título personal o no todo manifiesta ni un llamado a la acción, ni un juicio que tenga más trascendencia allá de la risa. Algo muy importante con la comedia políticamente correcta o incorrecta, o con la comedia negra, es que tiene que ser más chistosa que cualquier otra cosa. Tiene que ser más chistosa que cruel. Y ahí es donde está la línea. Mientras sofistiquemos más nuestra comedia, en donde todo sea más chistoso que cualquier otra cosa, no deja de ser comedia. Si no es chistoso, pues es otra cosa, es simplemente un comentario cruel. Y, por otro lado, creo que es parte de la conversación, parte de tocar el nervio y hablar de las cosas y hablar con la verdad. Claro que va a generar comezón en un montón de personas y creemos que está bien que genere esa comezón, porque creemos que lo importante es el diálogo o el proceso de por qué nos da o no nos da risa cierta cosa, como una deconstrucción. Creemos que la comedia nueva es una decodificación de quiénes somos como seres humanos y eso es lo más importante del proceso, aparte de reírse.

¿Qué hace a un buen comediante?

FV: Es personal la respuesta, pero, para mí, un buen comediante logra que logres tú reinterpretar tu realidad, que algo que dabas por hecho totalmente, de repente descubras que es totalmente nuevo, que hay un ángulo distinto de ver las cosas. Y, finalmente, lo que hace a un buen comediante es quien te logra hacer reír visceralmente. Un comediante es parte filósofo, pero también es parte payaso. Es esa dualidad, te necesitan hacer pensar, pero al mismo tiempo te necesitan hacer sentir y sentirte bien y reír y procesar todas esas cosas que están pasando por tu cabeza y por tu mundo.

RC: Sí, coincido y nada más agregaría que para mí un buen comediante es aquel que está en contacto con su idiota interior constantemente, que logra conectar con su verdadera esencia y, como decía Félix, que logra hacer reír, que es la finalidad. Y que logra hacerte reír incluso de cosas de las que crees que no deberías de reírte, porque, ¿qué crees?: nadie decide de qué se ríe. No puedes decidir de qué te ríes. Eso es lo más interesante, cuando un comediante logra traspasar esa barrera de lo que crees que debe de dar risa o no y logra hacerte reír por su trabajo y por su oficio. Es un artista, en pocas palabras.

Ustedes han logrado producir con su empresa The Original Content Society y el internet da la oportunidad de que muchas personas comiencen a generar contenido. ¿Qué consejo le darían a las personas para entrar en estos medios?

FV: Para empezar: hacer la cosa que quieres hacer. Es increíble la cantidad de personas que piensan que quieren hacer algo, pero nunca lo ejecutan. Ahorita ya no hay excusa para que no ejecutes algo, tienes YouTube, tienes TikTok, tienes Instagram. Si te quieres dedicar a esto, ejecútalo, haz, materializa tu idea y trabájalo todos los días. El trabajo de ser comediante, es un trabajo, es un oficio que se debe de pulir y se debe buscar aprender nuevas metodologías, nuevas formas de hacer las cosas. Hay que tomarse la comedia en serio. Lo demás vendrá después, si quieres estar en Netflix, si quieres estar en Amazon Prime, si quieres estar en cualquier plataforma, tienes que priorizar el proceso más que el resultado. Tienes que priorizar los años y años y años de trabajo, en lo que sea que te quieras dedicar, si quieres ser un editor, director, guionista, comediante, lo que sea. Necesitas priorizar el proceso, no hay forma de darle la vuelta a esos años y años de trabajo.