Aniversario Constitución

Constitución y cambio de época

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El viernes 5 de febrero de 2021 se cumplieron 104 años de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Es una de las constituciones políticas más antiguas del mundo, y la primera en establecer los derechos sociales a nivel internacional. Es la norma suprema que estructura al Estado mexicano contemporáneo.

Durante su vigencia ha tenido numerosas reformas y adiciones. Contiene desde los principios fundamentales del Estado federal hasta regulaciones de detalle en muy diversas materias. Hace pocos años los juristas Diego Valadés y Héctor Fix Fierro, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, efectuaron una importante investigación para darle orden y sistematización a nuestra Constitución.

Una de las reformas más importantes a la Constitución mexicana fue la aprobada en junio de 2011 en materia de Derechos Humanos. Se reformaron varios artículos constitucionales, pero el nuevo artículo 1º constitucional define características fundamentales del Estado y del Sistema jurídico mexicano.

El artículo 1º Constitucional establece que en México todas las personas gozarán de los derechos humanos “reconocidos” en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que establece la propia Constitución.

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Imagen: OnAliat.

Asimismo, establece que todas las autoridades en el ámbito de sus competencias tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

De esta forma, el Estado mexicano debe garantizar el derecho humano a la salud, al empleo digno y a un medio ambiente sano, entre otros muchos derechos fundamentales.

Este nuevo aniversario de la Constitución mexicana se da en el contexto de un profundo cambio de época a nivel global. El mundo vive no una época de cambios sino un verdadero cambio de época. Entre otros aspectos significativos de este fenómeno, podemos referir que el mundo no sólo vive una profunda crisis sanitaria sino también una emergencia climática global. Esta crisis está enmarcada en el acelerado proceso de destrucción de la naturaleza y de degradación del medio ambiente que provocan los modelos de crecimiento económico vigentes. El cambio climático, con todas sus cada vez más graves consecuencias, es sólo uno de los aspectos de esta degradación ambiental que amenaza a la civilización como la conocemos.

También hemos estado provocando otros daños como la destrucción de la capa de ozono; la pérdida de la biodiversidad y la extinción masiva de especies; la contaminación química y la emisión de nuevos compuestos; la acidificación de los océanos; la degradación del suelo fértil de la tierra; la afectación del agua dulce y del ciclo hidrológico global; los vertidos de nitrógeno y fósforo en la biósfera y los océanos y la concentración atmosférica de aerosoles. Todos estos problemas, relacionados entre sí, están poniendo en peligro el futuro de la humanidad.

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Imagen: El País.

Frente a esta grave situación la comunidad científica ha advertido del peligro de tal problemática y ha aportado soluciones. De igual forma la comunidad internacional ha reaccionado aunque todavía con timidez y lentitud. Primero con la Agenda 2030 de Naciones Unidas, los 17 objetivos del Desarrollo Sostenible que le dan continuidad a los objetivos del Milenio (2000-2015). A pesar de sus limitaciones, la Agenda 2030 de Naciones Unidas es un paso en el sentido correcto. De igual forma el Acuerdo de París de 2015, el cual se podría ver muy fortalecido en la Cumbre de Glasgow de finales de este año.

Con este panorama comienza a haber cambios políticos importantes. Por un lado está la actividad de la Unión Europea, bajo el liderazgo de Ursula von der Leyen, quien señala que la recuperación de la pandemia del COVID-19 debe conllevar un ambicioso plan que tiene entre sus ejes la agenda digital y el Pacto Verde. Asimismo, los compromisos del gobierno de China y de otros países tanto desarrollados como economías emergentes.

A estos esfuerzos, se suma ahora con fuerza el gobierno del presidente Biden, que asumió el poder democráticamente, después de la larga noche del autoritarismo de Donald Trump. El gobierno de Biden va a combatir el cambio climático en forma decidida en Estados Unidos y en el Mundo. Además, va a proteger la preservación y conservación de la naturaleza, de acuerdo al más actualizado conocimiento científico. Durante sus primeras semanas en la Casa Blanca, Biden ha emitido numerosas órdenes ejecutivas en ese sentido. Sin embargo, es claro que va a enfrentar numerosas y fuertes resistencias por parte de grandes intereses. Pero, por otra parte, numerosos agentes económicos, desde organismos internacionales, bancos y grandes empresas globales, incluyendo varias importantes petroleras, están en procesos de reconversión hacia energías limpias. La transición energética para dejar el uso de combustibles fósiles es un hecho que se está dando en todo el mundo. No tiene regreso.

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Imagen: World Energy Trade.

Vivimos un complejo proceso de enfrentamiento de nuevos riesgos globales. La única solución es que la comunidad internacional actúe con decisión y energía de la mano de la ciencia. Recordemos que la solución de la compleja problemática global exige de planteamientos multisectoriales e interdisciplinarios, con visión holística. No basta pensar ya en el corto plazo. La correcta solución de los problemas requiere de las visiones de mediano y largo plazo.

Un ejemplo de la complejidad de los problemas está en la reciente declaración de la Directora de Salud Pública y Medio Ambiente: el 70% de los últimos brotes epidémicos han comenzado con la deforestación. Los virus del ébola, el SARS o el VIH han pasado de los animales a los humanos después de la destrucción masiva de selvas y bosques tropicales. Es sin duda una declaración importante y oportuna. Pero, también hay que recordar que los científicos han venido advirtiendo esto desde hace ya mucho tiempo. En México, el Dr. José Sarukhán ha explicado claramente la importancia de proteger los ecosistemas y las graves consecuencias que conlleva su destrucción.

Hace poco, conversando con un especialista en prospectiva, comentando la pandemia de la COVID-19, me recordaba que este riesgo se preveía desde hace tiempo.

En suma, México y el mundo viven un profundo cambio de época. Nuestra Constitución política nos debe garantizar este tránsito con pleno respeto a los derechos y las libertades fundamentales. Recordemos que la libertad es la base del progreso científico, de la democracia y de la prosperidad.


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