Bernie Sanders

Las COVID-elecciones 2020 en Estados Unidos

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El año 2020 parecía ser un año electoral en Estados Unidos normal. El partido demócrata debía elegir entre varios postulantes su candidato a la presidencia. En cambio, el Partido Republicano apoyaría al presidente Trump para la reelección.

Los comicios empezarían a tiempo con el calendario electoral y siguiendo la tradición iniciarán en Iowa el 3 de febrero. El triunfo fue para un candidato inesperado de nombre Pete Buttigieg. Después los triunfos fueron para Bernie Sanders, triunfos que provocaron ciertas esperanzas en los más jóvenes, quienes pensaron que Estados Unidos podría evolucionar al socialismo democrático, un sueño que parecía estar más cerca que nunca. Hasta que el sueño se acabó en el “Supermartes” del 17 de marzo en las que el electorado le dio el triunfo al candidato de la élite corporativa del partido, el exvicepresidente, Joe Biden.

En términos de la política exterior de Estados Unidos, empezamos el año discutiendo temas como: la guerra comercial entre China y Estados Unidos, las tensiones con Irán, las protestas en Hong Kong, el asesinato de Soleimani, un plan para el conflicto Israel-Palestina, un acuerdo con los talibanes, la situación en Venezuela, entre muchos otros temas.

Pero, sobre todo, lo que más movía la conversación en el ambiente electoral fue el tema del juicio político al presidente Trump que terminó con la absolución del mismo del caso de corrupción en Ucrania, por parte del Senado de mayoría republicana.

elecciones 2020 y covid
Joseph Robinette “Joe” Biden y Donald J. Trump (Imagen: Slate).

A las elecciones en Estados Unidos todo las influye. En tiempos normales, estaríamos hablando de cómo se fueron desenvolviendo las primarias consolidando la postura del candidato demócrata. Su campaña en cada Estado que terminaría el 6 de junio en las Islas Vírgenes y los apoyos de los importantes del partido como Barack Obama o la familia Clinton.

Pero llegó el COVID-19, pandemia que en un inicio fue negada, minimizada por el inquilino de la Casa Blanca y que ha puesto al país norteamericano patas para arriba. El costo de la pandemia en términos de vidas humanas ha sido alto. Dos millones de infectados, 120 mil muertos. Las reacciones del presidente Trump han significado un declive en la buena percepción que la población tiene de su trabajo. Según el promedio que hace RealClearPolitics (RCP) de las encuestas para el 25 de junio, el 52% de la población no aprueba su trabajo mientras que 39% sí lo aprueba. Estas cifras son importantes porque en las preferencias electorales para el mismo día en el promedio de la misma fuente, el candidato demócrata Joe Biden tiene el 47% de intenciones de voto a favor, en contra del 38% del presidente.

Pero cuidado, porque en este mismo momento de la campaña electoral hace cuatro años, en el 2016, la candidata Hillary Clinton tenía una ventaja por el entonces muy polémico empresario. Así que no vaya a ser que, por el contexto, las encuestas estén sobreestimando a Joe Biden y no estén midiendo bien las preferencias por Trump. Muchas personas se avergüenzan en decir que van a votar por Trump, como pasó hace cuatro años.

Pero este año 2020 –sui generis como él solo– significó también la explosión del tema racial en Estados Unidos que, si bien siempre ha estado allí, se puso sobre la mesa tras el asesinato de George Floyd el 25 de mayo, un afroamericano que vivía en Minnesota a manos de un policía blanco, Derek Chauvin. Volviendo el grito desesperado de un hombre que se asfixiaba; “no puedo respirar” en un lema en contra del racismo contemporáneo.

Las reacciones sociales en Estados Unidos no se hicieron esperar y tras días y meses de confinamiento, en medio de la polémica federal en la que unos estados empezarían a abrir parte de los negocios, las personas salieron a la calle para hacerle ver a los blancos y a su presidente Trump, que la vida de los negros vale y que un cambio de fondo es necesario para cambiar a Estados Unidos.

trump y movimiento social
Fotografía: NY Post.

El tema derivó en reacciones interesantes en ciudades como Seattle, en la cual se estableció una zona libre de policías. Otra reacción interesante fue el derrumbe de estatuas de generales confederados como la de Robert E. Lee, en Richmond, Virginia, o la de esclavistas como la de Edward Colston en el Reino Unido.

El tema se globalizó y expresiones parecidas se dieron en todo el mundo, alineando al presidente Trump del lado de los racistas, defensor de los confederados, sumando un dilema más en su muy problemática agenda y cuestionando su capacidad para gobernar.

Se podría decir que estos son factores suficientes para contradecir el argumento de la lectura errónea sobre el posicionamiento de Trump en las preferencias electorales. El problema es que, hasta ahora, el otro, el candidato Biden, parece desdibujado, como si estuviera escondido en el sótano de su casa en Delaware. Pero al juzgar por las encuestas parecería que entre menos se ha expuesto al público, mejor le ha ido.

Esta tendencia puede cambiar ya que en algún momento ambos candidatos van a tener que regresar a la campaña. Y es entonces cuando el electorado va a poder medir a Joe Biden que, hasta ahora, ha sido el menos expuesto a la presión mediático de los dos. Un factor importante para Biden va a ser la persona que elija como su mancuerna, lo que se llama fórmula, para ser la vicepresidenta. Lo digo en femenino, porque él expresamente anunció que sería una mujer. Y después de los acontecimientos en torno a la muerte de George Floyd, la importancia que en este año tuvo en ese contexto el Juneteeth, el pasado 19 de junio, todo parece indicar que la mancuerna deberá ser una mujer afroamericana, lo que le abre las puertas a Michelle Obama, Kamala Harris, Stacey Abrams y Val Demings.


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Bernie Sanders, el idealista

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El senador demócrata Bernie Sanders decidió salirse de la carrera presidencial de Estados Unidos en un momento de crisis provocada por la pandemia del coronavirus. Ya en días pasados el otro candidato, el ex presidente Joe Biden, opinaba que lo mejor para la campaña en estos momentos difíciles era que Sanders se saliera de la competencia electoral.

El partido demócrata tiene que concentrar todos sus esfuerzos en la derrota de Trump y Sanders entendió perfectamente lo que tenía que hacer. Consideró que lo mejor para el país no era su ambición personal, sino apoyar al candidato puntero Joe Biden.

Si bien Sanders se baja de la contienda, no deja al partido, su nombre seguirá apareciendo en las boletas para seguir obteniendo votos que significan delegados y que le darán fuerza política dentro del mismo. Lo que quiere decir que, primero, no perderá su lugar dentro de la estructura demócrata y desde allí puede seguir avanzando su agenda política y, segundo, que si obtiene más delegados en las elecciones por venir, tiene una posición mejor para negociar su apoyo a Joe Biden y obtener ganancias para su plataforma política.

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Representación pictórica de Bernie Sanders, político y senador estadounidense (Ilustración: Dribbble).

En un discurso muy emotivo, Sanders expresó los motivos de tan difícil decisión. Enmarcados en una dialéctica que es el centro de su ideología: la lucha constante entre los poderosos intereses establecidos contra los que no tienen poder. Para él son los intereses de las grandes élites económicas y políticas, a quien llama la élite corporativa, los que limitan las posibilidades de desarrollo de la gran mayoría de los norteamericanos que carecen de poder para enfrentar dichos obstáculos.

El también senador Sanders construye un discurso que busca dar esperanza de cambio, del sí se puede, enmarcado en dos palabras clave: creer y tener derecho a.

El cambio está en creer que se tienen derecho a la salud universal; a tener sueldos y salarios mejores, propone, por ejemplo, el aumento de 15 dls., el salario mínimo; a tener jornadas laborales mejores; a un medio ambiente que produzca energías limpias y alejado de la energía fosilizada. Tener derecho a un país sin racismo, sin sexismo, sin xenofobia. Si no se cree en el cambio, se permite que los poderosos le arrebaten el sueño de transformación a los indefensos.

Es claro que esas palabras se han vuelto atractivas sobre todo para los jóvenes y para una población adulta de menores de 50 años, trabajadores y minorías como los latinos que transformaron su plataforma política en un movimiento de bases, multirracial e intergeneracional en búsqueda de una sociedad más justa.

Es un movimiento, no sólo por la cantidad de gente que moviliza, sino porque sus ideas han pasado de estar en la periferia de la discusión política norteamericana a estar en el centro de la discusión política. Su éxito se ve más claro a nivel local, en ciertas ciudades de la Unión Americana, en las que se nota de manera muy clara su influencia. Pero fue principalmente en las elecciones de 2018, que el movimiento produjo nuevos liderazgos al lograr que personas como una joven activista de origen latino, Alexandria Ocasio-Cortez, llegara a tener un curul en la cámara de representantes del Congreso norteamericano por el estado de Nueva York.

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Representación pictórica de Alexandria Ocasio-Cortez, activista y política estadounidense (Ilustración: Dave Olsen).

Sanders se baja de la contienda porque el número de delegados no le daba para ganar a Biden, pero no se retira del movimiento, lo seguirá impulsando desde su trinchera en el Congreso, velando por transformar las instituciones.

La pandemia provocó en Estados Unidos una crisis brutal económica y social que deja al descubierto las fallas del sistema norteamericano. Un sistema que ha llevado a millones de personas a perder su empleo –las últimas cifras eran de 6.6 millones– y que le permite a Sanders recalcar su crítica al sistema de salud norteamericano, basado en que el acceso a la atención sanitaria solamente la tienen aquellos ciudadanos que conservan un empleo. Su propuesta para la atención de la salud, que es el tema central de su movimiento, es el derecho a la salud universal, en la que el seguro a la salud sea pagado por los impuestos y administrado por una sola entidad, el gobierno.

Para Sanders, el cambio va a ser más lento que si él hubiera logrado la Presidencia, pero  al ser progresivo, se puede no sólo cambiar a Estados Unidos, sino al mundo  entero.

Bernie Sanders es un idealista.


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Camino libre para Joe Biden

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Bernie Sanders renuncia a candidatura presidencial 2020

El senador estadounidense Bernie Sanders ha suspendido su campaña para la nominación presidencial demócrata 2020. Sanders hizo el anuncio en una conferencia telefónica con su personal.

“Hoy cancelo mi campaña, pero aunque la campaña termine, la lucha por la justicia continúa”, escribió Bernie Sanders en su Twitter. 

Sanders aseguró en su declaración que la decisión de retirarse de la carrera ha sido “difícil y dolorosa”. El senador explicó que en un país afectado por la crisis no puede continuar una campaña que no será exitosa.

“Desearía poder darles mejores noticias (…) pero el camino hacia la victoria es prácticamente imposible (…) Esta batalla por la nominación democrática no será exitosa”, aseguró. “Si creyera que tenemos un camino visible para la nominación, ciertamente continuaría la campaña, pero no es así”, continuó.

El senador por el estado de Vermont ha sido el último rival del exvicepresidente Joe Biden para convertirse en el candidato demócrata en las próximas elecciones en EE.UU. Sanders indicó que Biden es “un hombre decente” con el que trabajará “para hacer avanzar ideas progresistas”.

Su retirada de la carrera presidencial se produce solo un día después de las primarias demócratas en Wisconsin, donde es probable que Biden gane al senador, según algunos pronósticos. Debido a la pandemia del covid-19, algunos estados se vieron obligados a posponer las primarias.

La alegría de Trump

El presidente de EE.UU. y candidato en las elecciones presidenciales programadas para el próximo noviembre, Donald Trump, comentó este miércoles la decisión del demócrata Bernie Sanders de retirarse de la carrera presidencial.

“¡Bernie Sanders está fuera! Gracias a Elizabeth Warren. ¡Si no fuera por ella, Bernie habría ganado casi todos los estados el supermartes!”, tuiteó el mandatario 

“Esto terminó justo como querían los demócratas y el Comité Nacional Demócrata, igual que el fiasco de la corrupta Hillary [Clinton]”, agregó Trump refiriéndose a las presidenciales de 2016, cuando la exsecretaria de Estado se convirtió en el único candidato del Partido Demócrata tras la retirada de Sanders.

“¡La gente de Bernie debería venir al Partido Republicano!”, afirmó.

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Tres dilemas entre Sanders-Trump

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El partido demócrata en Estados Unidos busca candidato. Una difícil tarea en tiempos de polarización, que no se salva de la tendencia actual de sociedades divididas, políticos divididos, partidos divididos. 

Las diferentes corrientes del partido están reflejadas en sus propios contendientes: los progresistas, Bernie Sanders y Elizabeth Warren, los del establishment, el exvicepresidente, Joe Biden o el flamante Mike Bloomberg, los de centro, Amy Klobuchar y Pete Buttigieg.

Estamos a finales de febrero y, salvo las elecciones del próximo 29 en Carolina del Sur, –donde se espera que gane Joe Biden por el voto afroamericano–, el pre-candidato puntero es el senador Bernie Sanders. Es sorpresivo porque en las elecciones del 2016 no pudo contra Hillary Clinton, la representante del establishment. Es sorpresivo también porque ha demostrado, hasta ahora, que tiene muchos elementos para ganar: va adelante en las encuestas, tiene un buen equipo de campaña que ha sabido mandar el mensaje correcto y, sobre todo, tiene los recursos monetarios para sostener su carrera hacia la presidencia.

Lo que desconocemos es si todo esto es suficiente para ganarle las elecciones al presidente Trump, aquí los dilemas:

sanders y trump
Ilustración: Behance.

Primer dilema: En una encuesta reciente de Real Clear Politics –el promedio lo obtienen de varias encuestas–, Sanders aventaja a Trump con 3 puntos de diferencia, tiene 49. 7 % frente a Trump que tiene 45.3%. Es allí donde está el dilema, la diferencia no es mucha y podría ser una elección muy cerrada.

Segundo dilema: El tema de los fondos, de acuerdo a opensecrets.org, para enero de 2020 Sanders había recaudado $333, 456, 491 USD frente a Trump con $217, 940,58, lo que le permite tener más líquido para gastar que el presidente actual.

Tercer dilema:  que las catástrofes y las declaraciones incómodas no acaben con su candidatura.

El presidente Trump no la tiene nada fácil frente al coronavirus. Ha tratado de minimizar el fenómeno por todos los medios, pero justo esta semana y por presiones internas, tuvo que nombrar una “coordinadora” para responder y articular –una especie del zar del coronavirus– las acciones en la eventual posibilidad que el virus llegue al país. La elegida fue la embajadora Debbie Brix, quien actualmente funge como la representante del gobierno de Estados Unidos en el combate del VIH/Sida a nivel global. Ella tendrá, a su vez, que reportar la situación al vicepresidente Mike Pence. Poco se imagina Debbie Brix que la reelección del presidente Trump está en sus manos. Si el coronavirus llega a Estados Unidos, llega en el momento más delicado, en pleno proceso electoral, y si el manejo de la “crisis” se complica, el costo para Trump y su gabinete puede ser muy alto.

En cambio, el senador Sanders tiene que cuidar más sus formas. En declaraciones recientes se ató la soga al cuello ya que hizo declaraciones enfáticas sobre Cuba y sobre el grupo de lobistas más poderoso pro-Israelí, AIPAC.

sanders y trump
Ilustración: FT.

Declaraciones que poco le favorecen con ciertos grupos afiliados al partido demócrata y con el electorado más moderado. Alabó el proyecto educativo de Fidel Castro y se negó a ir a la reunión anual del AIPAC, argumentando que le preocupa que el grupo apoye a líderes intolerantes de Israel.

El mensaje es contradictorio porque la opinión demócrata podría alegar que, en una actitud muy convenenciera a su ideología, acepta a la figura de los “dictadores de izquierda” pero no de “autoritarios de derecha”.

Pero Sanders le tiene que ganar primero a sus contrincantes demócratas que, como se vio en el debate del pasado martes, se le fueron a la yugular. Este tipo de declaraciones juega en su contra.


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