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Pensamiento creativo y ciencia de los datos en la Era digital

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Leonardo da Vinci. No hay, quizá, mayor personaje que encarne la idea que durante siglos se tuvo del hombre dotado de un pensamiento creativo sin límites, que la del genio renacentista.

Recreado en la imaginería durante más de cinco siglos, Leonardo representa la figura del pensamiento genial.

O, para decirlo de una manera más precisa, de una genialidad que además de serlo, lo es de manera solitaria.

Un cerebro portentoso, una sensibilidad única, son concebidos como aquellos que, en lo individual, representan los puntos más altos de lo que entendemos por pensamiento creativo.

A costa de las tradiciones colectivistas, acusadas a tabula rasa como “primitivas”, el proceso de institucionalización de la ciencia y la cultura, a finales del siglo XIX, consolidado en el XX, implantan la noción de los individuos sobresalientes, únicos y geniales.

datos y tecnología
Imagen: Bratislav Milenkovic.

El arribo de las computadoras, sin embargo, y la manera cómo en pocas décadas se ha expandido su rol en todos los ámbitos, ha supuesto una amplia modificación de esta concepción.

Con gran rapidez las computadoras complejizaron sus funciones, trastocando así aquello que se entendió durante siglos como ejemplo de una forma de pensar original, asertiva, innovadora ligada esencialmente a la tarea individual.

En esta dirección, años antes de que el enigma rodeara su desaparición a bordo de un velero, en las aguas del Pacífico, cerca de las islas Farallón, Jim Gray, ya había propuesto la idea del cuarto paradigma en la historia de la ciencia.

Gray imaginó un periplo histórico de la ciencia signado por tres estadios: lo empírico, lo teórico y lo computacional.  

A estas tres fases, también concebidas como paradigmas, Gray aportó la idea de un cuarto paradigma: la ciencia de datos.

El impacto de la tecnología, pensaba Gray, modificará todo el entorno científico, de manera sustancial. Ello y, claro, eso que no dudaba en nombrar como “el diluvio de los datos”.

Si en el siglo XX y en al menos sus tres antecesores la cuestión sobre quién tenía acceso a la información constituía la palanca primordial de muchas realizaciones, el siglo actual tiene que lidiar con su contraparte: una abundancia que raya en el ahogo.

ahogo de datos
Imagen: Matt Chinworth.

El problema no estriba más en hacerse de tal o cual información, sino de un desafío que en buena medida resulta más complejo: cómo seleccionar (curar, gústese de decir ahora) es información, cómo ordenarla, cómo relacionarla y cómo interpretarla.

Sistemas y procesos se han visto alterados de manera esencial el modo de construir problemas, tanto, por supuesto, como la forma de resolverlos.

El lugar que hoy ocupan, en ese sentido, los modelos o la capacidad para evaluar resultados, es tan distintiva de este nuevo paradigma centrado en los datos, como el carácter interdisciplinario que conlleva.

El efecto de este modo de proceder es, digámoslo así, de ida y vuelta. El carácter metodológicamente interdisciplinario y dinámico, se torna en un acicate para lo propios procesos de innovación que se suceden en el objeto de estudio de la ciencia de datos: la sociedad.

Para ponerlo en otras palabras, la expansión y transversalización de esta disciplina propia de la Era digital, acarrea consigo procesos de polinización del pensamiento creativo.

Hace unas semanas, la Universidad de Ámsterdam (UvA) anunció la puesta en marcha de su nuevo Centro de Ciencia de Datos, dirigido a promover la innovación, desde luego.

Pero no menos importante, según lo que se ha declarado al respecto, será la difusión y propagación hacia todas las facultades del enfoque que implica la Ciencia de Datos.

De tal suerte que, la Universidad de Ámsterdam, además de los fines esperados que tiene todo centro similar, ha decidido dotar a su Centro de Ciencia de Datos, de una presencia que se extenderá a todas las carreras.

Nada extraño debiera resultar, en este marco, que como ubicación del nuevo Centro se haya elegido la Biblioteca de la Universidad, pensada ya no como almacén de conocimiento inerte, sino como pivote de nuevas formas del pensar colectivo.

ciencia de los datos
Imagen: Motion Story.

El Centro estará dirigido por Paul Groth, profesor de Ciencia de Datos Algorítmicos en el Instituto de Informática de la UvA, quien señala: “la universidad está en una posición única para realizar investigaciones pioneras que aprovechen la riqueza de datos que se están creando”.

Groth abunda: “Como una universidad de investigación integral arraigada en un ecosistema de ciencia de datos de vanguardia… este centro proporcionará una plataforma potente para ayudar a mis colegas a acelerar su investigación basada en datos”.

 La misma universidad está persuadida de que “la investigación está siendo impulsada cada vez más por la tecnología digital”.

Los usos son múltiples, cada vez más amplios, cada vez entreverando a mayores campos del saber y el hacer humanos.

El análisis de texto para entender los debates parlamentarios, el seguimiento GPS para medir la biodiversidad o las simulaciones para predecir la eficacia de las intervenciones de salud”, dice la UvA, son algunas de las formas en que la ciencia de datos está cambiando la forma en que se está investigando.

Investigando, viendo el mundo, actuando en él; transformándolo, también. Pensamiento y acción, transdisciplinario, horizontal, colectivo.

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