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A pesar de pandemia, crecen exportaciones agroalimentarias en México

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A pesar de estar bajo un contexto de pandemia de COVID-19 donde todo tipo de comercio y economías se vieron seriamente afectados, las exportaciones producto de la relación comercial agroalimentario siguen aumentando en México.

De acuerdo con un reporte realizado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el comercio agroalimentario entre ambos países fue de 51 mil 872 millones de dólares. 

Durante una reunión virtual con integrantes de la Cámara de Comercio México-Estados Unidos (USMCOC, por sus siglas en inglés) y el titular de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula, se destacó el crecimiento del comercio como resultado de la calidad de los productos.

Víctor Villalobos señaló que México logró una sinergia con el sector productivo para mantener el funcionamiento de la cadena productiva nacional y garantizar el abasto de alimentos en el mercado doméstico e incluso satisfacer la demanda de productos mexicanos en los mercados internacionales.

En el contexto del nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC, los participantes de ambos países coincidieron en que el comercio agroalimentario con Estados Unidos ha crecido como resultado de la preferencia creciente en volumen y calidad de productos sanos e inocuos.

En ese sentido, empresarios estadounidenses que formaron parte de la reunión destacaron la labor de Víctor Villalobos y lo calificaron como: “un experto reconocido que conoce la operación de los mecanismos de importación y exportación de alimentos”, porque ello da certeza y confianza a la USMCOC.

Entre los productos nacionales con mayor demanda en el mercado estadounidense se encuentran las frutas, con una participación en las ventas de 24%; hortalizas, 23%, y bebidas con grado etílico y vinagres, 23%.

La importancia de mantener estos acuerdos comerciales para México es vital en la búsqueda de sanar los daños económicos que está dejando la pandemia, el comercio agroalimentario trajo mayores ganancias a nuestro país durante 2020 que las ventas del petróleo y el turismo.

Alianza México-Canadá busca acceso de indígenas y mujeres al comercio

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Los integrantes del grupo de trabajo de Agronegocios de la Alianza México-Canadá (GTAAMC) expresaron su interés a fin de que los indígenas y mujeres puedan tener un mayor acceso al comercio de ambos países. En este sentido, refrendaron su disposición de contribuir al desarrollo de sus pueblos y al crecimiento de sus sectores agroalimentarios.

En el marco de su Décimo Sexta Reunión Anual del grupo, la Alianza México-Canadá acordó aprovechar las oportunidades que presenta la red de tratados de libre comercio firmados por las dos naciones. Asimismo, se pronunció para analizar una estrategia a fin de afrontar de manera conjunta, los desafíos que presenta el creciente proteccionismo a nivel global.

Otro de los temas abordados en la reunión, fue el de  la continuidad del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México–Canadá. Al respecto, se trataron  las áreas de mejoras en la calidad de vida de los migrantes y los salarios, así como  una estrategia formal que permita asegurar la disponibilidad de la mano de obra necesaria para la producción de alimentos en ambos países.

Sumado a lo anterior, la alianza hizo énfasis en los trabajos para obtener la equivalencia en la certificación de productos orgánicos entre México y Canadá. 

Cabe señalar que la Alianza México-Canadá es un mecanismo de coordinación público-privado. Por medio de tal organización se pretende alcanzar objetivos en materia de agronegocios; comercio; inversión e innovación; capital humano; bosques; energía; medio ambiente; movilidad laboral, y vivienda y desarrollo urbano.

Metro reanuda actividades comerciales en establecimientos al interior

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A partir de hoy, el Metro CDMX exhorta a los comerciantes a regularizar los Permisos Administrativos de espacios comerciales al interior de la Red y a cumplir con las medidas sanitarias dispuestas en el marco de la contingencia.

El Sistema de Transporte Colectivo (STC) publicó este miércoles, en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el acuerdo por el que se da a conocer la reapertura de locales comerciales ubicados al interior de las estaciones del Metro CDMX, la cual es aplicable a todos los permisionarios que se encuentren al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones económicas y documentales.

Los permisionarios deberán acatar los Lineamientos, Normas, Guías y/o Protocolos de Protección a la Salud, conforme a los “Lineamientos para la Ejecución del Plan Gradual hacia la Nueva Normalidad en la Ciudad de México”, que les sean aplicables conforme al giro comercial que realicen.

Asimismo, deberán mantener en un lugar visible, la Carta Compromiso que se emita para hacer del conocimiento del STC y usuarios, que se cumplen con todas las medidas sanitarias establecidas por el Gobierno local y con las condiciones, que se establezcan en los Lineamientos, Normas, Guías y/o Protocolos de Protección a la Salud de acuerdo al giro comercial que correspondan.

Previamente a la reapertura del local comercial, el permisionario deberá solicitar por escrito a la Subgerencia de Administración de Permisos Administrativos Temporales Revocables (PATR), la Autorización para realizar trabajos de limpieza, sanitización, desinfección, acondicionamiento, mantenimiento, o en su caso el ingreso o retiro de mobiliario y equipo, de lo contrario se hará acreedor de las sanciones que corresponda conforme al mismo Reglamento.

El incumplimiento con lo dispuesto, podrá hacer acreedor al permisionario de la suspensión de actividades indefinida, reanudando hasta que se subsane dicha infracción previo consentimiento de la Subgerencia de Administración de PATR.

Cabe recordar, que el pasado 16 de junio, el STC publicó el Segundo Acuerdo por el que se determinó la Condonación de Pagos a permisionarios, como un beneficio económico en el contexto de la inactividad comercial por la contingencia sanitaria, lo cual queda sin efecto, por lo cual, los permisionarios deberán pagar su contraprestación mensual de manera regular a partir del mes de enero de 2021 dentro de los primeros cinco días, de lo contrario se harán acreedores a multas y recargos por el pago extemporáneo de la contraprestación.

De un aproximado de tres mil locales y módulos que se encuentran al interior de la Red, el 85% suspendieron actividades desde el pasado 2 de abril, a partir de la determinación por la contingencia sanitaria. El 15% de los locales que se mantuvieron en operación correspondieron a giros relacionados con el sector farmacéutico, laboratorios clínicos, servicios financieros, abarrotes y venta de alimentos empaquetados de origen.

Abre México mercado de exportación de sorgo nacional a China

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Como resultado de los trabajos para diversificar las exportaciones agroalimentarias de productos mexicanos en mercados globales, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (Sader) y la Dirección General de Aduanas de la República Popular China formalizaron el protocolo sanitario para la exportación de sorgo mexicano a la nación asiática, informó la dependencia federal a través de un comunicado.

Al presidir la firma del protocolo —que previamente fue rubricada por las autoridades de China—, el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, subrayó que el trabajo coordinado con las autoridades sanitarias y diplomáticas de la nación asiática dio como resultado la firma de este protocolo.

Con la participación virtual de productores de sorgo y secretarios del ramo de Sinaloa y Tamaulipas, así como representantes de organismos empresariales, el funcionario federal indicó que con este acuerdo se fortalece la relación comercial entre ambas naciones y se avanza en el aprovechamiento del potencial agroalimentario de los dos países y en su crecimiento como economías exportadoras, que en el rubro agroalimentario se ha fortalecido en los últimos años.

El titular de la Sader destacó que esta relación comercial se encuentra en su mejor momento, derivado del prestigio y la confianza que tienen los alimentos mexicanos a nivel internacional, lo que ha permitido abrir el mercado chino a productos como carne de cerdo y bovino, tequila, frutillas, maíz blanco, tabaco en hoja, leche y sus derivados, así como aguacate de Michoacán, mora azul, uva, banano y, a partir de hoy, sorgo.

“En el periodo 2015 a 2019 el comercio agroalimentario y pesquero entre ambos países ha presentado una tasa media de crecimiento anual de alrededor de 18 por ciento, y las exportaciones de este sector se han incrementado considerablemente a China, al pasar de 174 millones de dólares, en 2015, a 667 millones, en 2019”, expuso.

Agregó que, en diciembre de 2019, en las oficinas centrales de Agricultura, el viceministro de la Administración General de Aduanas de China, Hu Wei, firmó el Protocolo para la Exportación de Moras de México a China en la Modalidad Tierra-Mar.

“En materia de investigación y cooperación tecnológica se ha avanzado sustancialmente en temas de pesca y acuacultura, particularmente en la tecnología de captura, y se han realizado convenios en el desarrollo de la maricultura, como en la armonización de protocolos fito y zoosanitarios”.

La firma del protocolo de sorgo estaba prevista el pasado mes de marzo, lo cual no fue posible por la pandemia por COVID-19, “no obstante se logró acordar la suscripción mediante firmas cruzadas, por lo cual me permito transmitir al director general de la Administración General de Aduanas, Ni Yue Feng, nuestro agradecimiento por haber aceptado esta modalidad”, apuntó.

“Es interés del Gobierno de México continuar con esta estrecha relación entre ambos países, a fin de concretar a la brevedad las negociaciones para aguacate de Jalisco, limón, vísceras de cerdo y, por supuesto, avanzar en aquellos productos que son de interés para China, como parte de la estrategia en la apertura de nuevos mercados que respondan a la creciente demanda de alimentos en la región asiática”, subrayó.

El embajador de la República Popular de China en México, Zhu Qingqiao, indicó que la firma del protocolo es fruto de grandes esfuerzos de colaboración entre ambos países, en el marco de esta contingencia sanitaria, con un fortalecimiento en el contacto de los presidentes de México y China, enfocado a incrementar su relación en cooperación técnica y comercial.

Precisó que en el presente año el comercio bilateral de los dos países se ha mantenido estable y en la primera mitad de 2020 las exportaciones de México hacia China aumentaron 3.4 por ciento, el comercio agropecuario y pesquero bilateral creció dos por ciento y las inversiones directas alrededor del cinco por ciento.


La subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado Peralta, precisó que el Gobierno de México reconoce el apoyo de las autoridades de China, a través de su Embajada, para lograr estos acuerdos, que coadyuvan al desarrollo del sector y del país.

La proyección que se tiene para el primer año es exportar a China un volumen de entre 50 mil y 100 mil toneladas, en la que participarían alrededor de mil 500 productores, principalmente de Tamaulipas.

Este protocolo sanitario se sumará a los ya existentes con China para exportar otros productos mexicanos, tales como plátano, mora azul, carne y vísceras de bovino, cerdo y pollo.

En años recientes, el sorgo se ha posicionado favorablemente en los principales mercados internacionales, como China, Japón y la Unión Europea, por tratarse de un producto libre de organismos genéticamente modificados (OGMs). China representa el 70 por ciento de las importaciones mundiales de sorgo, por lo que el logro de acceder a ese mercado representa una importante oportunidad para los productores mexicanos.
De acuerdo con perspectivas agroalimentarias de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2020, México se sitúa como la 10ª potencia mundial en producción de granos y oleaginosas, ocupando la 7ª posición en la producción de maíz, 6ª en la producción de frijol y 5ª en la de sorgo.

Estados Unidos, Nigeria, Sudán, Etiopía, México e India representan el 62 por ciento de la producción mundial.

De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), se estima que en 2020 la producción nacional de granos y oleaginosas sobrepase 39.2 millones de toneladas, de los cuales maíz, sorgo y frijol ocuparán el 85 por ciento de la superficie sembrada.

Se prevé que este año la superficie cosechada de sorgo alcanzará 1.3 millones de hectáreas y el rendimiento promedio de 3.5 toneladas por hectárea, lo que representa una mejora del cinco por ciento contra 2019, y que se traducirá en una mayor cosecha para alcanzar 4.5 millones de toneladas.

Emocracy o el corazón por encima de la razón

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¡Basta de realidades, queremos promesas!
Anónimo.

El año pasado leí la curiosa historia de Volodimir Zelensky, un comediante famoso que se postuló a la presidencia de Ucrania y sorpresivamente ganó con más del 70% de los votos a su favor. Al intentar conocer más sobre la historia de este peculiar personaje, encontré que no es el único caso; de hecho, es una tendencia que tiene que ver con la emocracy o la emoción que despierta un candidato a cualquier cargo público en los votantes. Y no sólo puede aplicarse en las urnas, también lo están aplicando las empresas que buscan vender más productos y/o servicios.

Todo lo que conocemos o lo que conocíamos está cambiando. Eso ya lo sabemos y día a día intentamos ser más conscientes para adecuarnos a esta nueva vida que incluso antes de la pandemia ya se vislumbraba como una nueva realidad para los consumidores.

Antes era necesario vender con un argumento clave todo lo bueno de tus productos, los beneficios de contratar tus servicios, la calidad, el precio, etc. Hoy eso ya no es tan relevante, como la historia que hay detrás de la empresa que los vende, o lo que tuvo que hacer para llegar a tus manos.

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Imagen: Amit Bandre.

De hecho, es más probable que los consumidores compren a las empresas que desarrollan un vínculo personal con ellos. Así, hay exfutbolistas convertidos en gobernadores de estados y comediantes que son presidentes. Porque ante todo, hay un sentimiento que nos une: una historia de héroe que debe ser contada.

En la emocracia (emoción + democracia) se busca conquistar a los votantes con esas historias de hombres y mujeres que dedican su vida a todo, menos a la política. Con su buen sentido del humor, o con sus triunfos deportivos, la gente se ha volcado hacia ellos, por lo que reflejan, no por sus capacidades como estadistas. Ésa tendría que ser la respuesta del resurgimiento del populismo, o de los cómicos-presidentes.

El término también podría aplicarse cuando un producto o servicio sale al mercado, pero además de satisfacer las necesidades, busca “enganchar” al consumidor con la historia detrás de lo que está vendiendo. En este caso, es la liga emocional que une a la empresa con los consumidores.

La mercadotecnia lo ha dicho desde hace tiempo: el consumidor está cambiando alrededor del mundo. Hoy por hoy, la razón de un consumidor pasa a segundo término cuando la emoción de comprar o adquirir cualquier servicio tenga una escala de valores con los cuales se identifique. 

marketing
Imagen: Linn Fritz.

El viaje del nuevo cliente

No es que no comprendamos el camino del consumidor actual. Es que cada vez se hace más complicado leer sus emociones, especialmente en tiempos como estos, donde todo se liga a la emoción de lo que vivimos. Hoy tenemos que aprender a entender cómo se toman las decisiones de los consumidores en los siguientes cuadrantes:

Decisiones racionales
Decisiones irracionales
Decisiones cognitivas
Decisiones emocionales

De hecho, algunos expertos definen que el proceso de venta que usualmente se seguía (Captar la atención -> interesado en el producto -> Toma de decisiones -> Compra) ha dejado de ser idéntico y predecible, porque hoy en día ya no se puede planear, ni establecer movimiento de acuerdo a las tendencias anuales. Ahora tenemos que hacer proyecciones por trimestre, o incluso, mensuales, dependiendo de lo que estemos viviendo y lo que estemos vendiendo. Escuchar en vivo a nuestros clientes o potenciales consumidores, lanzar al mercado la solución que buscan y aprender lo que salió bien y lo que no; para empezar de nuevo en el ciclo de la venta.

Ése será el nuevo ritmo en las empresas y tenemos que adaptarnos a ello: porque para esta nueva época ya no sólo tenemos que ser héroes, debemos aprender rápido, vender y volver a empezar.


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La tiendita de la esquina

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Para miles de nosotros en estos tiempos “pandas” la tiendita de la esquina sigue siendo la salvación. A diferencia de los oxos y sieteonces, en la tienda de la esquina te conocen, es de ambiente familiar –llevan generaciones atendiendo–, te dan servicio personalizado, si vives cerca te llevan las cosas, cuando mandas a tu hijo de seis años a comprar caguamas y cigarros sí se los venden y si andas corto de dinero te persignan con el “…ay luego me lo trae”.

El concepto del comercio al menudeo en México es relativamente nuevo, si tomamos en cuenta la larguísima tradición de los centros de abasto desde tiempos prehispánicos, sobre todo en la capital. Por centro de abasto se entiende “una instalación cerrada y de ordinario cubierta, situada en determinados puntos de las poblaciones, para el suministro de todo tipo de bienes y objetos de servicio para el hogar”.

mercados
Imagen: Planeta Canario.

Dentro de su historia, México ha tenido varios tipos de centro de abasto, desde el famoso y prehispánico tianguis, las alcaicerías –mercado cerrado de textiles–, las ferias –de origen medieval–, los mercados, hasta la tiendita de la esquina, con todas sus variantes. Es más, si nos fijamos bien un Shopping Mall no es más que un tianguizote con ínfulas de grandeza.

En la Nueva España el comercio al menudeo tomó fuerza a finales del siglo XVIII, a partir de que Carlos III, harto de estar en banca rota, cambió diametralmente las relaciones comerciales entre España y sus colonias. Siendo un rey calzonudo, mandó a todos a freír castañas y quitó millones de trabas burocráticas que la corona imponía a los comerciantes, dejándolos libres de transitar con sus mercancías por todos los puertos del reino en pos de un libre comercio y además acabando con los grande monopolios: “Simultáneamente a la libertad que se concedió a los comerciantes peninsulares, se facultó en 1774 a las colonias para que intercambiasen sus productos, después de que durante largo tiempo estuvo prohibida toda comunicación y comercio entre ellas”.[1]

tiendas de la colonia
Fotografía: Pinterest.

Esto trajo enormes beneficios a la metrópoli y convirtió a muchos comerciantes no sólo en magnates, sino en gente de peso en lo político y social.

El primer mercado permanente y cerrado de la época virreinal fue el Parián. La palabra es de origen filipino y significa precisamente mercado, aunque tiene otra acepción de origen paquistaní que significa “lugar de descanso o parada temporal en un viaje extenso”. A partir del siglo XVII se construyeron estos tipos de centros comerciales en diversas ciudades del país, donde vendían principalmente sedas, telas, zapatos, perlas, especias, entre muchos otros productos finos, la mayor parte llegados de Manila, puerto donde confluían mercaderías de diversas partes del Lejano Oriente.

el parian
El Parian (Wikipedia).

Los parianes estaban divididos en cajones, donde se vendían las mercancías. Por ejemplo, el Parián capitalino de principios del XIX contaba con ciento ochenta cajones y otro tipo de almacenes. Estos cajones eran comprados no tanto por los mayoristas, sino por particulares con solvencia (cajoneros), aunque también era común que una persona le rentara su cajón al dueño o que varias personas formaran una compañía para rentar uno o varios cajones. La mayoría de los cajoneros no pretendían entrar a las grandes ligas de los mayoristas, pues para hacerlo se precisaba de un enorme capital, que significaba o vender todas las posesiones familiares o endeudarse hasta las manitas.

Con el crecimiento de la ciudad y su población los mercados y parianes comenzaron a ser insuficientes. Así los mayoristas –opulentos y ambiciosos– y uno que otro próspero cajonero, comenzaron a comparar partes de una o varias casonas no sólo en la ciudad, también a las afueras e inclusive en provincia. Nace así la tienda de abarrotes. La palabra hace referencia cuando se le ponía “barras” a una carga, o sea que una carga pesada se abarrotaba, se afianzaba bien para su transporte.

Sin embargo, al principio y durante mucho tiempo a este tipo de tiendas no se les llamó de abarrotes, sino pulperías y mestizas. La única diferencia entre ambas era que una tienda mestiza vendía en mayores cantidades –por libras, más que por onzas–. A diferencia de los puestos al aire libre que vendían nada más comestibles y artículos baratos, la tienda pulpera y mestiza estaba dentro de un inmueble, tenía un mostrador que daba a la calle. En los dos tipos de tienda se vendía las mismas mercancías: pequeñas cantidades de artículos importados, especialmente ropa y herrajes, junto con una variedad increíble de ferretería, telas de producción local, petates, alimentos básicos y bebidas. Además, aceptaban como pago tanto fichas como artículos que el cliente dejaba en prenda y tenían un horario regular de 5:30 a.m. a 10:00 p.m.

pulperia
Fotografía: Pulpería Quilapan.

Las pulperías se convirtieron en las tienditas de la esquina porque por reglamento debían estar en las esquinas, aunque a finales de la colonia se les permitió ponerse en cualquier parte de la cuadra. Pero la costumbre hizo que hacia finales del XVIII más de la mitad de éstas estuvieran localizadas en las esquinas.

Por supuesto pronto hubo más pulperías abarroteras que mestizas: En una encuesta llevada a cabo en 1795 para determinar cuáles tiendas deberían vender pan, los panaderos identificaron 154 establecimientos separados, propiedad de 131 individuos. Contrariamente a lo que ocurría con los más grandes negocios al menudeo, pocos propietarios de pulperías poseían más de un expendio, y no se encontró ningún caso en que un pulpero tuviera una tienda fuera de la ciudad. De los 131 dueños, 2 tenían tres tiendas, 17 tenían dos, y los 114 restantes sólo una cada uno.[2]

tiendas de antes en mexico
Fotografía: Azagala.

Cabe mencionar que en ese mismo año nueve mujeres eran dueñas de pulperías. Ahora bien, ser dueño de una tienda pulpera era el sueño de todo propietario de puestos pequeños. Significaba por fin poseer una tienda “de a de veras”, aunque el salto era bastante riesgoso. Por principio tenía que invertir cuando menos mil pesos en la tienda. De ahí debía darle al gobierno mil quinientos, con los cuales garantizaba las fichas que iba a expedir y la mercancía inicial.

Lo cierto es que un abarrotero trabajador podía vivir cómodamente con toda su parentela y en ocasiones hasta dejar buena herencia a los hijos. Además por costumbre las tiendas eran manejadas físicamente por empleados a sueldo o socios del propietario que no tuvieran pretensiones de “subir” a las grandes casas comerciales: Había una barrera social muy bien definida en el mundo comercial de la ciudad entre, por un lado, aquellos que trabajaban en las grandes casas comerciales, sus principales sucursales, otras tiendas propiedad de particulares que vendían mercancía en general y a gran escala, y, por otro, quienes estaban empleados en los niveles más bajos del comercio local, tales como la venta de licores al menudeo, abarrotes, artículos básicos para el hogar y artículos de producción doméstica.[3]

Estas gentes estaban íntimamente ligados a la vida de la tienda y en la mayor de las veces eran transferidos con todo y pulpería si ésta se vendía. Por ejemplo: Tomás Castro administraba la pulpería de Vicente Bustillo a sueldo, pero cuando Bustillo vendió la tienda a Joaquín Palacios, este último retuvo a Castro y lo ascendió e hizo su socio. Tres años más tarde, como la compañía era un éxito, renovaron la sociedad bajo nuevos términos. Palacios invirtió 4,800 pesos (una cantidad mayor a la de su precio de compra original), y Castro aportó 1,289 pesos de su propio dinero.[4]

tienda de abarrotes
Tienda de abarrotes en 1920 en la colonia actual Morelos (Fotografía: Webcams de México).
tiendas de antes, abarrotes
Sumesa ubicada en Álvaro Obregón y Salamanca (Fotografía: Pinterest).

Hoy hay alrededor de un millón de tienditas de la esquina en todo el país y 200 mil sólo en el valle de México, aportan 7 por ciento del producto interno bruto (PIB) y concentran 42 por ciento de los abarrotes que se facturan en el país,[5] aunque la ola de las cadenas presumidamente llamadas “de conveniencia” (del inglés convenience store) y mini-súpers sigue creciendo.

Así fue como de la prioridad de abastecer eficazmente las necesidades básicas del pueblo, sobre todo de bajos recursos, nació el negocio familiar de las tiendas de la esquina o de abarrotes, miscelánea, estanquillo, cremería o tendejón, aunque ahora lo hípster es decir tienda de barrio.

Pero eso sí, algo es seguro: mientras haya esquina, habrá tienda… con todo y su don Toño.


[1] .- Tianguis, ferias y mercados en México, José Antonio Martínez Álvarez, compilador, Serie: Compilaciones (2015), Amazon Digital.

[2].- Empresarios coloniales. Familias y negocios en la ciudad de México durante los Borbones, John E. Kicza, Fondo de Cultura Económica, México, 1986.  

[3].- Ibid.

[4] .- Ibid.

[5].- Pedro Fernández, vocero de la primera Expo Tendero https://expotendero.org/

Informales o ilegales

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Al empezar cada año, es común que nos pongamos varias metas a lograr, por ejemplo, bajar de peso, hacer más ejercicio, buscar nuevos ingresos, remodelar la casa, y en general tratamos de que sean intenciones positivas y que nos permitan mejorar tanto en lo personal como a la gente que nos rodea.

Creo que lo mismo deberíamos hacer como país, fijar metas positivas que induzcan a que mejoremos nuestro entorno.

Propongo que una de ellas sea disminuir la informalidad y lograr tener una tendencia a largo plazo a la baja.

Yo entiendo que informal es aquello que no cumple con las condiciones o requisitos establecidos de un sistema o protocolo, por ejemplo, si vamos a una fiesta y nos piden que debemos ir vestidos de manera formal, entendemos que debemos presentarnos –en el caso de los hombres– con traje y corbata, y si nos señalan que la fiesta es informal, iremos vestidos con un estilo casual, por ejemplo, con chamarra.

En la economía, se está cometiendo el error de llamar “informales” a la gente que se comporta fuera de lo estipulado por la ley, y esto, de cierto modo, suaviza la ilegalidad, dándole un aire de que no está tan mal, por eso, en términos económicos debería eliminarse la palabra de “informales”, sustituyéndola por el término “ilegal”, con todo lo que esto implica.

negocio informal
Ilustración: Claudio Muñoz.

Estoy totalmente de acuerdo que muchas personas en México su ingreso es tan bajo, y sus condiciones de vida son tan malas, que es una aberración que paguen impuestos, pero me parece que sería mucho más sano legalizarlos y que legalmente no paguen los impuestos directos, hasta después de cierto monto. Me parece equivocado condenar a la gente a ser ilegal permanentemente y que, por tal razón, de alguna manera u otra, tratan de buscar el anonimato por miedo.

Cierto día, paseando en un tianguis en la calle, y que obviamente obstruye las vialidades, observé cómo una persona pasaba a cobrarles la cuota a los tiangueros, el cobrador traía una libretita donde apuntaba lo que cada quien le pagaba, la cuota difería según el giro, ya sea fruta, verdura, tacos, ropa, perfumes, etcétera.

Les cobraba entre 50 y 200 pesos por metro cuadrado por día, que si lo multiplicamos por 30 días, están pagando entre 1,500 y 6,000 pesos el metro cuadrado al mes. Esto no lo cobran ni de lejos los mejores centros comerciales del país.

La realidad es que los tiangueros están pagando un impuesto, pero es un impuesto alternativo el cual ignoro su destino, y que por supuesto no ingresa a las arcas del gobierno, o sea que la gente sí paga impuestos y muy caros, aun cuando lamentablemente permanecen como ilegales y no tienen derechos ni prestaciones. A la larga, esto no podrá ser sostenible y el descontento y la frustración de la población irá creciendo. Para mí los tiangueros no son delincuentes, ¡son víctimas!, y están atrapados en un círculo vicioso.

Tal vez el día que empecemos a llamar a las cosas por su nombre y dejemos de decirle a los ilegales, “informales”, empezaremos a revertir la tendencia.