corrida de toro

LXXV Aniversario de la Plaza México

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El pasado viernes 5 de febrero se cumplieron 75 años de la inauguración de la Plaza México, esta vez no se pudo conmemorar como es debido y como se acostumbra, con una brillante corrida de toros. La pandemia del Covid lo impidió. Muy lamentable como todo lo que ha sucedido alrededor de la crisis ocasionada por la propagación de este virus. Las consecuencias económicas, sociales, pero sobre todo, las sanitarias, han sido terribles y todos estamos aun en espera que se vayan solucionando.

En 1946, en la corrida inaugural alternaron Luis Castro “El Soldado”, Manuel Rodríguez “Manolete” y Luis Procuna, con toros de San Mateo, la plaza se llenó hasta el reloj y fue un acontecimiento en todos los sentidos, especialmente en el taurino, resultando Manolete el triunfador; quien cortó una oreja al segundo de la tarde, aunque Luis Procuna también cortó un apéndice al tercer. La siguiente corrida se llevó a cabo el 16 de febrero y fue un mano a mano entre Manolete y Silverio Pérez; aunque el de Córdoba obtuvo un trofeo cortado al segundo de la tarde, Silverio cortó orejas y rabo al primero de la tarde como todos de Torrecilla y que se llamó Barba Azul. La plaza no se llenó y quizá ahí empezó el reto de llenar la plaza cada tarde; la tercera corrida se hizo el 25 de febrero, estando programados, Manolete, Luis Procuna y Rafael Perea El Boni, quien fue el primer torero en recibir la alternativa en la Plaza de Insurgentes, toros nuevamente de Torrecillas, nada digno de escribir a casa.

El 9 de marzo se cerró la breve temporada inaugural con Joaquín Rodríguez Ortega Cagancho, El Soldado y Luis Procuna, y entre el viento, los toros que no quisieron y los toreros que no pudieron, acabó la tarde. Así sucedió la breve temporada inaugural. Al tiempo que empezaba la historia de la plaza más grande de América, la más importante y la que da y quita aquí y allá. En esta primera temporada participaron dos de los toreros españoles “consentidos” en México, Manolete y Cagancho, aunque han venido casi todas las figuras españolas, francesas, portuguesas y de otros países, no muchos pueden ser considerados como “consentidos”, por ejemplo, Paco Camino, El Capea, Ponce y pronto lo será Ferrera. No muchos más.

plaza torero
Joaquín Rodríguez Ortega Cagancho, torero español (1903-1984) (Imagen: De luz y sombra).

Yo empecé a ir pronto a la plaza, en el año 58 o 59 del siglo pasado, viejos tiempos en los que dos niños, mi amigo Raúl y yo, podíamos ir solos al fut y a los toros. 

No recordaba ninguna corrida especial para el XXV Aniversario de la inauguración y, al revisar, efectivamente nada sucedió, incluso no hubo corrida el 5 de febrero.

Es Curro Leal en su etapa de empresario (1988-1993 y 2006-2010) quien intenta resaltar el aniversario de la inauguración con una corrida que resultara el clímax de la temporada; él, Herrerías y los que lo han seguido lo consiguieron.

La corrida del L Aniversario constituyó un verdadero acontecimiento, participaron Ramón Serrano como rejoneador (nunca me he explicado porqué) y a pie Jorge Gutiérrez, Manolo Mejía, y Enrique Ponce, con toros de Xajay; lleno hasta el reloj; con ambiente festivo Ponce vistió de tabaco y oro como muchos españoles que participan en las corridas de aniversario en honor a Manolete que lo usó en la inauguración. Todos triunfaron (menos Serrano por supuesto) aunque los tres tuvieron que regalar un toro, por lo que al final se lidiaron diez toros, y resultó un muy brillante festejo. Luego se prepararon otras dos corridas los días 3 y 4 para envolver a la del aniversario y, a pesar de que en la primera los rejoneadores estuvieron muy bien, y en la segunda Miguel Espinosa Armillita triunfó, la corrida de la temporada fue la que se llevó a cabo el 25 de febrero; estuvieron anunciados Eloy Cavazos, José Miguel Arroyo Joselito y Federico Pizarro con toros de la ganadería De Santiago. Joselito realizó una maravillosa faena, suave, pausada y poderosa que empezó con crinolinas y culminó con la muleta por las dos manos y con una estocada bien colocada que mereció las dos orejas y el rabo con clamor del público. Eloy tuvo que regalar un toro al que prácticamente le arrancó las dos orejas para poder salir en volandas con Joselito. Sin duda una de las grandes faenas sucedidas en la plaza. Al año siguiente la corrida de aniversario contó con ellos dos en el cartel y el triunfador indudable fue Eloy.

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Eloy Cavazos, matador mexicano (Imagen: Milenio).

El 5 de febrero de 2020, en víspera de la pandemia, se llevó a cabo la corrida de Aniversario LXXIV con Uriel Moreno El Zapata, Antonio Ferrera, Morante de la Puebla y Octavio García El Payo, todos estuvieron muy bien pero el triunfador fue Ferrera, siendo además el triunfador de la temporada. Con ello y por su participación en la Corrida del Estoque de Oro, lo empezaron a colocar como torero “consentido”. Unos días después se estableció el cierre de los espectáculos que condujo a que la temporada 2020-2021 no se pudiera realizar y por esa razón no se celebró el LXXV Aniversario.

La empresa actual hizo un esfuerzo que me parece loable y culminó con la realización de tres programas que se difundieron por las redes sociales. Los tres muy buenos, el primero me encantó, nos hizo un relato pormenorizado de la construcción de la plaza, aunque conocíamos algunos de los fragmentos, ahora nos pudimos percatar de la magnitud de la obra arquitectónica y de ingeniería, y que la Plaza México es todavía un ejemplo para el mundo. También nos mostraron la corrida inaugural con tres figurones destacándose, y llamaba la atención ver a Silverio en una barrera, aunque a la siguiente corrida triunfó plenamente. En los otros programas la empresa no regala grandes faenas de muchos toreros que han triunfado en La México, muchas son destacadísimas, yo me quedo con una de Curro Rivera, poderoso relajado, fino, brillante, transmitiendo gusto (nótese que es mi torero favorito de todos los tiempos). Por cierto, realiza tres o cuatro veces el circurre, mostrando la belleza del pase, ahora abandonado; ya habrá quien lo resucite. Los programas resultaron un bello esfuerzo digno de agradecer.

Sabemos que varias organizaciones, muchas de ganaderos, están haciendo esfuerzos en esta época de crisis, y espero que al final permitan un retorno triunfal de la tauromaquia.

Desde luego, yo estoy dispuesto a regresar respetando plenamente a todos los que no quieran asistir, a cambio de que nos permitan hacerlo a quienes intentamos disfrutar del espectáculo. Los esfuerzos de diversos grupos viajan por dos caminos, por un lado, están realizando difusión de los aspectos profundamente ecológicos de la fiesta taurina, en la que la corrida es sólo la parte final y destaca el valor de la crianza del toro y todos los aspectos que a su alrededor beneficia, y la otra vertiente, es preparar, cobijando y atendiendo a toreros jóvenes que pudieran ser figuras en el futuro.

Ojalá que todo mejore pronto y que se reparta suerte.


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Un año en términos taurinos: esmirriado

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El 15 de marzo de 2020 en la ciudad de Teziutlán, Puebla, los que asistimos a la corrida dominical organizada por los señores Óscar Sierra y los Ángel López Lima padre e hijo, ignorábamos a lo que nos íbamos a enfrentar los meses siguientes en una época muy compleja para todo el orbe.

En este trecho y por desgracia, muchos han emprendido el paseíllo final hacia la Gloria; uno de ellos, el empresario y también ganadero poblano Ángel López Lima, quien como comenté, organizó muchos festejos exitosos, además de la plaza en El Pinal; llamada así debido a que la zona donde fue construida predominan los árboles de pino.

Mucho vamos a extrañar a Don Ángel, quien fue muy buen ganadero y en el emprendimiento desbordaba pasión, heredada a su sucesión –en particular su hijo Ángel–, que como relato, estuvo al pie del cañón el 15 de marzo, en la última corrida que se celebró sin las restricciones sanitarias que posteriormente se han aplicado, en los pocos festejos taurinos que se han celebrado.

Para recordar en la corrida del Teziutlán, en la suerte suprema arriesgó Diego Silveti y como premio le otorgó el juez de plaza dos trofeos, mientras que “El Zapata” obtuvo uno y Luis Ignacio Escobedo puso voluntad, sin que le acompañara el triunfo. La corrida se celebró con buenos astados de la ganadería hidalguense de Torreón de Cañas y uno de Las Huertas que sustituyó al primero de la ganadería titular.

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José Ángel López Lima (Q.D.E.P).

A partir de aquel día, los festejos han sido escasos y prácticamente la actividad se ha reducido alrededor del 90% y como consecuencia, se ha puesto de cabeza a los sectores profesionales del toreo; por lo que implica un paro en un sector en el que el elemento vital, que es el toro, no frena en su crecimiento.

La estadística de las corridas es magra –esmirriada– e implica menos de tres meses de principio de año regular y, tras los festejos que se han celebrado en diferentes plazas –insisto con las restricciones sanitarias conducentes–, a estas alturas vale la pena repasar algunos números, que nos den una idea de cómo se mueve el escalafón taurino de matadores.

Entre los matadores en México, se encuentra José Mauricio, con 13 festejos acumulados y es el líder seguido de cerca por “El Chihuahua”, “El Zapata”, “Calita” y Leo Valadez; los dos últimos con 10 festejos cada uno y, como ya lo relataba en alguna colaboración anterior, “Calita” actuando en Europa con gran mérito para su causa.

Los siguientes cinco son en sexto lugar Joselito Adame, y siguen Arturo Saldívar, Luis David Adame, Gerardo Rivera y Sergio Flores.

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José Mauricio Morett, torero mexicano (Imagen: Al Toro México).

En España y Francia, el líder fue Enrique Ponce con 16 festejos y le siguen Emilio de Justo con 8, Daniel Luque con 7 empatado con Curro Díaz y con 6 desde Juan Leal hasta Sebastián Castella, quien este año anunció su retirada –se infiere temporalmente– y con 5 se incluye a Morante de la Puebla, Pablo Aguado, Manuel Escribano y “El Calita”.

Números escuetos, que nos dan una idea de los nombres de quienes permiten que la llama del toreo siga vigente en el renglón de matadores.

Varios de ellos que han venido a llamar la atención, de quienes no estaban tan familiarizados con algunos de los mencionados y que seguramente con la ilusión de que en tiempos mejores pudieran rivalizar, con los más reconocidos.

El esfuerzo que han hecho todos es importante dentro de las circunstancias, habida cuenta que el modelo de negocios de los toros en México depende principalmente de la asistencia del público a las plazas, y a diferencia de los deportes profesionales, el toreo obtiene muy poco dinero de los patrocinios por diferentes motivos.

Cabría mencionar que en España y Francia el apoyo otorgado fue importante y más del 70% de los festejos fueron retransmitidos, paliando un poco el renglón económico, que fue escueto.

El futuro del toreo, como muchas otras actividades, está en entredicho y tenemos mucho que trabajar en equipo, para mantenerlo y cuando sea posible, acrecentarlo.

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Imagen: RETVE.

Y bueno, en el horizonte se ven anunciados Luis David y Leo Valadez parte del elenco que conforma el tradicional ciclo taurino de Istres, en Francia, que incluye una corrida charra en homenaje a México; así como otros festejos que se realizarán entre junio y octubre del próximo año, de acuerdo a lo que confirmó el empresario Bernard Marsella.

Se incluye la denominada corrida Sinfónica y la de Tres Caminos, en la que algún triunfador podrá confirmar su alternativa en la Plaza México durante la Temporada Grande, lo que reafirma un verdadero hermanamiento artístico y taurino entre ambas naciones, y se lidiará el 18 de junio un encierro de Zalduendo para Morante de la Puebla, Ferrera y Juan Leal.

Ésa será la apuesta, de quienes hacen esfuerzos por no dejar apagar la llama de la ilusión, de quienes disfrutan de su ejercicio. Esperemos que el año próximo, entonces sea en algún momento el reencuentro con la esperanza de acrecentar su vigencia en el futuro. Así lo deseamos y que así sea.

Feliz Navidad y lo mejor para el año nuevo.


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El Mil Faenas

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Hace unos días platicaba con quien es un ángel médico guardián, la doctora Gabriela Regalado, y le comenté una frase que me regaló algún día el genial Eulalio González Ramírez, tocayo de El Zotoluco –que los cuates lo conocemos más como Piporro–, y me comentó que su papá es gran aficionado al norteño.

Eulalio fue locutor, actor, guionista, cantante y compositor. Fue Palillo quien le dio el mote de “El rey del taconazo” después de una temporada en un teatro de revista y curiosamente llegó al mundo el día de la primera posada, el 16 de diciembre de 1921, en Los Herreras en Nuevo León.

Logró gran éxito en su impecable trayectoria y desde luego no la libró de avatares por algunos años, sufriendo un boicot de la Asociación de Productores Cinematográficos –lapso en el que se retiró– reapareció y siguió en activo hasta partir en el paseíllo de la vida.

El 28 de marzo de 1987 una caravana de todo el mundo se trasladó a Querétaro, con motivo de que, después de 5 años de retiro regresaba a los ruedos Manolo Martínez, el mandón, a la bellísima plaza de Santa María; su regreso provocó revuelo y hacia allá nos fuimos.

Manolo Martínez, toreo mexicano (Imagen: Suerte Matador).

Recuerdo que al ir por los boletos al hotel Casablanca le vi a Manolo vestirse en su habitación, fue un momento íntimo inolvidable. Actúo Manolo al lado de Miguel Espinosa y Jorge Gutiérrez con toros de Javier Garfias.

Tuvimos la fortuna, mi mamá Lolita, mi esposa Lorena y el que escribe, de sentarnos en barreras al lado de David Reynoso y Eulalio, David era un hermano del norteño y amigo de mi papá, pues cuando novilleros actuaron juntos varias veces y era muy cariñoso con nosotros. Estuvimos charlando con ellos en el transcurrir de la tarde. Mi papa José Luis andaba en el callejón con grabadora en mano.

Hubo un incidente y tardo en reanudarse la corrida, cuando se me ocurrió comentarle al Piporro que algunas de sus películas eran algo churriguerescas y me dijo: “¿Churros?”. “No” –contesté apenado–, “de ninguna manera, más bien como edificio repujado; como en una película filmada en Acapulco donde tú apareces con traje de norteño cerca de la alberca, a eso me refiero”; enseguida se atacaron de la risa David y él. Nos despedimos y me dio gran alegría ese encuentro, lo atesoro en mi arcón.

Años después, en un avión hacia Monterrey me tocó de compañero de asiento, nos saludamos, se acordó de la anécdota que acabo de relatar y como iba a una reunión el que escribe sacó unos documentos y me dice: “¿Ahora ya no hablamos de cine churrigueresco?”. Doblé mis papeles y le dije “claro que sí”.

Le propuse que mejor habláramos de toros y se refirió a una película de ambiente taurino muy bien lograda, “Torero por un día”, y que surgió a raíz de que su compadre David Reynoso se le ocurrió hacer un espectáculo distinto en los lienzos charros, arenas, teatros y se lanzaron al ruedo: “Hubo un año que toreamos mucho, posiblemente más que El Cordobés, que era el que más actuaba, entre los años de 1962 y 1964, con grandes entradas en casi todo el país”.

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Imagen: Todo Colección.

El Mil Faenas”, conocido así por el personaje que interpretó en la película “Torero por un día”, me contó cómo esa historia la hicieron dedicada a un personaje mítico, representando a tantos soñadores de gloria que no llegaron, pero cuyas historias son una perla cada una.

En la película de 1983 comparte créditos con los toreros Humberto Moro, amigo de la juventud y también nuevoleonés, el gran varilarguero Tarzán Alvírez, y El Rabanito, torero cómico; entre los actores David Reynoso y Elizabeth Dupeyrón, que hace el papel de su hija.

Me relató que le dio oportunidad de torear en la parte de su espectáculo en Salinas, Coahuila, el 16 de septiembre de 1963 a Manolo Martínez, de quien después fue gran amigo y la prueba es que vimos juntos su reaparición en 1987.

Amigo personal de grandes figuras de la época como Carlos Arruza y Luis Castro “El Soldado”, en la película aparecen unos muletazos del genio de Venezuela, César Girón.

En su debut en Monterrey, recordó que con su compadre David se fueron a echar la capa a la antigua plaza Guadalupe, donde él le enseñó cómo agarrar el capote y la muleta. Cuando estaba aprendiendo a coger el capote, un niño de unos 11 o 12 años –pero que representaba menos edad por su estatura– le ofreció sus servicios como toro de carretilla.

“¡Órale va!”, y nos estuvo haciendo el toro toda la tarde, permitiéndose a ratos hasta la libertad de hacerle algunas indicaciones acerca del manejo de los trapos. Al terminar le di unos pesillos de propina, que desde luego agradeció jubiloso.

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Carlos Arruza, torero mexicano (Imagen: Pinterest).

Pero aprovechando el viaje pidió algo más: “Agradezco su regalo matador –¡Me dijo Matador!– pero yo quisiera ir al festejo con ustedes, le serviré las espadas o le cargo los avíos… de lo que sea, pero lléveme”. Se refirió a otro ídolo del toreo, Eloy Cavazos.

“Y mira, algo me dio mi cine churrigueresco: en Francia es ‘Monsieur le piporrou’ y para más información, en la Cineteca de París y Londres hay dos copias de una película que se llama “La Nave de los Monstruos” (1959), como muestra de cine ficción, una película de monstruos interplanetarios de aquella época, pero para mí ése es otro logro más en mi carrera, estar por allá en esos sitios”. El vuelo se me hizo corto.

Antes de bajar, viene la perla de sabiduría que le dedico al papá de mi admirada doctora; me dice: “¿Andas muy preocupado por terminar tu trabajo, hoy que empieza la semana?”; a lo que le dije, “la neta sí…” (continúa)“Te doy un consejo”… “¡Viene!”… “Lo que se ve de la chingada el lunes, para el viernes ya cambió, pa´ qué carajos te apuras”. Ahí la dejo para su reflexión.

A vivir pues la vida con desparpajo, sin preocuparnos a lo tonto y gozándola con el favor de Dios. Y, por supuesto, incluyo el ir o ver –en las diferentes plataformas– las novilladas sabatinas en el Cortijo de los Ibelles; el 31 de octubre, novillos de Las Huertas para Héctor Gutiérrez y Eduardo Neyra, y en Tlaxcala, mismo día, en el Ranchero Aguilar, Luis Pimentel, Héctor Gabriel, Antonio Mendoza y El Mojito con toros de El Vergel. El futuro se cuece con actividad en el ruedo, lo demás es lo de menos. ¡AJÚA!


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El toreo está en marcha

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La semana pasada, el 10 de octubre de 2020, en la plaza de Antequera, provincia de Málaga (España), y como premio a su estupenda lidia y magnífica faena de Finito de Córdoba, el presidente de la corrida –en México se le llama “juez de plaza”– otorgó el homenaje del indulto al astado Doctor, de la ganadería de Zalduendo.

Comentaba en mi colaboración pasada que no había visto las imágenes y muy amablemente me hicieron llegar la copia de la retrasmisión del festejo y pude constatar las grandes cualidades del toro –en particular en el último tiempo de la embestida, donde su cuello se extendía–, en búsqueda de la templada muleta de Finito.

En la retrasmisión los comentaristas apuntaron algunos pequeños defectos y por ello no necesariamente estaban del todo de acuerdo con el homenaje.

Sin embargo –y respetando puntos de vista–, como el del matador de toros Emilio Muñoz –ahora comentarista– en algún momento de la faena, el comportamiento del toro al engaño, a él le provocó recordar los puntos muy positivos de un toro de la misma ganadería que hace años, le permitió uno de sus más rotundos triunfos en Sevilla. Por algo sería.

Insisto, poner de acuerdo a los taurinos es muy difícil y, por tanto, en mi opinión, la razón del premio fue que prevalecieron las cualidades y seguramente aquellos que así lo paladeamos consideramos acertada la decisión.

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Emilio Muñoz, matador de toros español (Imagen: ABC).

Los números recientes indican que se ha incrementado el número de indultos y parece ser producto de las condiciones que sobresalen y por el número de reses que se están lidiando con relación al pasado, así como la sensibilidad actual del público hacia premiar la buena lidia con ese magno reconocimiento.

Las grandes cifras nos revelan que se van a lidiar este año solamente un 10% con relación al anterior, lo que implica un momento crucial de cara al futuro de la tauromaquia.

El esfuerzo que se está realizando en Europa nos lleva a las épocas en las que el toreo era más por afición que por negocio y me regreso tal vez a los años del inicio del toreo a pie en el siglo XVIII, en las que los protagonistas durante la transición del toreo a caballo de nobles, al de a pie de los plebeyos, lo ejercían, sin gran retribución económica.

Serán alrededor de 200 corridas con las que cierre Europa este año, de las cuales un poco más de dos tercios se habrán retrasmitido por algún canal público o privado por televisión.

La entrada limitada y los ingresos por televisión, más los ahorros de todos los actuantes y los ganaderos en sus emolumentos, es por lo que ha sido posible no parar totalmente. Sin embargo, el daño es enorme sector por sector, incluyendo a los empresarios.

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Imagen: La Plaza México.

Aquí en México ya empiezan a moverse algunas fichas para celebrar festejos de luces con las mismas condiciones y ya se celebró en Cinco Villas una corrida en la que actuaron Macías, Luque y el triunfador Saldívar con un encierro de Torreón de Cañas.

Con alegría se recibe el boletín en el que las agrupaciones taurinas de profesionales mexicanos se han reunido en la Asociación Mexicana de la Tauromaquia, el Arte y la Cultura (AMTAC) y empiezan proyectos en aras de revitalizar el toreo con énfasis en plazas de los asociados a la AMET. El primero será El Encuentro Mundial de Novilleros a celebrarse en el cortijo “Los Ibelles” en el Estado de México.

El evento comenzará a las 2 de la tarde e inicia el 24 de octubre próximo con novillos de Arroyo Zarco para Sebastián Ibelles y Alejandro Adame; asistirá público con base en protocolos sanitarios y también habrá retransmisión en diferido, en pago por evento.

Será un reto al que gustosos nos sumamos porque se halla cuesta arriba y resulta importante adherirnos a lo que es una causa mundial que bien llaman en España, “Gira de Reconstrucción de la Tauromaquia”, misma que está obligada a reinventarse en épocas de pandemia y gran incertidumbre.

Así las cosas y en horas bajas, enhorabuena al ganadero de Zalduendo, don Alberto Baillères, la moral sube siempre con un triunfo de los nuestros en el extranjero, que, por cierto, también fue el caso de El Calita que cerró con broche en Toledo su campaña española. Y más aún con la noticia de la reapertura del toreo en nuestro país, de manera gradual y, por supuesto, con el anuncio de la encerrona de Antonio Ferrera en Badajoz con seis toros de Zalduendo, el próximo 24 de octubre. ¡Suerte y éxito!


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¡El Calita no se arredra!

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En una época atípica de la humanidad y cuando el arte taurino se nota endeble en su economía –ante la realidad de su dependencia de la taquilla y los pocos festejos que se celebran con fines de lucro en los países taurinos, con aforos reducidos–, de la que dependen muchas personas que hoy la están pasando –como dicen en España– canutas, es que volteamos a ver cualquier signo positivo.

En las ganaderías sigue la marcha de la crianza del toro de lidia y los criadores se han visto obligados a lidiar sus astados a puerta cerrada, con toreros que así mantienen su trayectoria y seguramente “como leones enjaulados” en espera de tiempos mejores para todos.

Algunos con la situación actual han puesto de su parte y van a la cabeza de las pocas corridas toreadas en el continente europeo, Enrique Ponce lleva 15 hasta el fin de septiembre y los siguientes son Emilio de Justo y Sebastián Castella –con la sorpresa que anuncia su retiro de los ruedos– que van con 6 corridas, esto es, un poco más de un tercio de las del valenciano. Por su parte, el andaluz Daniel Luque, que parece estar en el punto álgido de su carrera, ya suma 5.

Con 4 hay varios, como es el caso de Morante, cercano a un mano a mano en Córdoba de campeonato con Juan Ortega que lleva 2 y también lleva 4 nuestro querido paisano Javier Tapia “Calita”, quien se fue a España este año y se mantuvo firme en el empeño toreando en ganaderías, hasta ir eslabonando festejo tras festejo en diferentes lugares de la geografía hispana.

Javier Tapia Calita
Fotografía: Burladero.

“Calita” reapareció hace unos meses en Ávila; casi nueve años después de su presentación en la categoría de matador de toros en Medina de Pomar (Burgos, España) en septiembre de 2011. Allá en España se formó como novillero, quien es hijo y nieto de torero. Su madre andaluza le permite la dualidad de nacionalidades sin poner en duda que para efecto del toreo, es mexicano.

El 22 de noviembre de 2009 se ungió matador de toros en La México y su padrino lo fue Manolo Mejía y el testigo José María Manzanares hijo. A partir de la alternativa fue mucho soñar y sudar en entrenamientos en la búsqueda de hacerse figura del toreo, tal vez desde su alternativa apenas si rebasa la centena de festejos en los que ha habido de todo como en botica.

El domingo 27 de septiembre de 2020 fue una alegría navegar en las noticias taurinas y encontrarnos con la magnífica noticia de que, en un coso castellano manchego, el de Castellar de Santiago (Castilla-La Mancha, España) con una corrida de toros de Santa Ana y Virgen María, “Calita”, junto con sus compañeros de cartel, se ungió triunfador en una tarde exitosa.

Fue la primera alternativa que otorga en su carrera y el ahijado fue el torero de la localidad Mario Sotos y el testigo Miguel Tendero. Calita obtuvo doble trofeo en el cuarto de la tarde, Tendero uno y uno y el de nuevo cuño Sotos dos y uno, en tarde triunfal.

Calita, matador de toros
Javier Tapia “Calita” (Fotografía: Cancha).

La imagen de nuestro paisano, con la bandera mexicana en la espalda, fue una gran alegría en el océano de incertidumbre que vivimos. “Verle feliz”, me recordó muchas mañanas tempraneras en las que me lo encontré en El Vivero de Coyoacán, en compañía de su maestro, el matador de toros colombiano en el retiro, Germán Urueña.

Los dos, desde hace algunos años con la cabeza bullendo, con la posibilidad de mostrar en el ruedo el intenso entrenamiento físico y taurómaco, aderezado por fines de semanas en los que había la posibilidad de ir a alguna ganadería, o alguna tarde de corrida que después de 2017, sin ser muchas, ya sumaban más.

Uno nunca sabe qué nos deparará el futuro y menos en esta época, sin embargo, ciertamente “Calita” tiene muy claro que cada tarde que aparezca debe convertirse en un peldaño, permitiéndole hacer realidad lo que bien presagia su quehacer taurino, porque hoy es cuando está más urgido de plasmarlo.  

Sea pues una de las historias de éxito a futuro de quien en medio del pantano de tanta incertidumbre, emerja con grandeza. Gran alegría nos dará corroborarlo. ¡Qué así sea!


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¡Muchos días así!

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En la época de nueva realidad el toreo está pasando un trago muy duro y nos permite mirar hacia atrás, con el espacio del que se carece cuando los festejos fluyen continuamente y aprovechándolo, es bueno recordar a quienes han sido sus iconos en fechas conmemorativas.

El martes 25 de agosto próximo cumplirá años uno de los toreros más importantes de todos los tiempos, el neolonés Eloy Américo Cavazos Ramírez, quien nació en Villa de Guadalupe, Nuevo León en 1949.

En la afición que tengamos, en este caso la taurina, es importante entender de dónde viene y cuál es el entramado de su historia; primero para captar el presente y posteriormente vislumbrar el futuro; mostrando respeto por los logros que se han ido construyendo desde los cimientos.

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Eloy Cavazos matador de toros mexicano (Fotografía: De vuelta al ruedo).

Es natural que quienes han sido figuras del toreo tengan argumentos a favor y en contra, de hecho, es imposible encontrar en el devenir de la humanidad en cualquier ámbito a alguien que se haya librado de ser alabado y criticado al extremo; claramente es el caso de los toreros y parte de su grandeza se debe que son capaces de conjugar pasiones encontradas.

Tomando distancia, lo primero que se tiene que tener es un gran respeto por quien mantuvo en activo su carrera por muchos años, su historia es propia de una novela, motivante para quienes pretenden escalar en la vida, cuando niño sufrió muchas carencias económicas, aunque rebosaba el amor familiar, por eso cuando se le toca el tema de su pasado infantil, se le llenan los ojos de nostalgia.

Vivió en un jacal, luego en una plaza de toros donde su padre era el conserje y desgracias muy fuertes que a su muy corta edad le forjaron el carácter férreo que le conocimos dentro y fuera de las plazas, desde muy niño actúo como becerrista y de adolescente debutó de novillero, tomando la alternativa con 17 años y 3 días.

El 28 de agosto de 1966 en Monterrey, Nuevo León, en la plaza Lorenzo Garza fue ungido matador de toros por su padrino el torero de León, Guanajuato, Antonio Velázquez, y el testigo Manolo Martínez, quien es triste recordar que el 16 de agosto cumplió años de haber dejado el mundo material. Con “Generoso” de la ganadería de San Miguel de Mimiahuápam, se selló su alternativa. La rivalidad con Manolo fue una constante en su carrera.

El 27 de mayo de 1972 fue el último día que un torero mexicano abrió la Puerta Grande de la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas, Eloy Cavazos obtuvo dos trofeos de un toro colorado de la ganadera salmantina doña Amalia Pérez Tabernero, “Azulejo”. Actuó la tarde de su apoteosis con el aragonés Fermín Murillo y el linarense José Fuentes. En España le guardan un profundo respeto y simpatía por su estilo particular de expresarse.

En La México obtuvo ocho veces el trofeo máximo de un rabo.

En España fue un cañón, y su estadística en Madrid es una de las más contundentes entre los toreros mexicanos, 8 actuaciones, 6 orejas y 2 salidas a hombros en la plaza de las Ventas, recordando que para salir en hombros en Madrid se tiene que obtener al menos dos trofeos en la actuación, lo cual por lo exigente del público, es muy complejo.

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Fermín Murillo, matador español (Fotografía: Aplausos).

La tarde de castaños de San Miguel de Mimiahuápam con dos cumbres del toreo de alternantes, Manolo Martínez y Curro Rivera, el 26 de noviembre de 1972 labró una faena a su modo y manera a “Coquetón”, para llevarse los máximos trofeos. Tome nota que fue la primera corrida que envió a La México el nuevo propietario de la divisa obispo y oro: Alberto Baillères.

En el camino de su vida, muchos, en especial Rafael Báez como apoderado, le han dado su apoyo, pero como el poeta sabiamente afirmaba, Eloy es el arquitecto de su propio destino.

En mi caso por haberla vivido con mi papá, mi mamá y mi esposa de regreso de Aguascalientes –de su feria– guardó claro en la mente la actuación imborrable de la tarde en La México el 27 de abril de 1984, cuando actúo en mano a mano con José María Manzanares con toros de Garfias. 

La faena al toro “Mesonero” fue una de las más brillantes ejecutada en el coso capitalino, sin olvidar la de “Gazpachero” de José María; ambas fueron portentosas, diferencia a favor del mexicano, la suerte suprema.

En su cumpleaños es justo celebrar a un hombre cuya esposa Mari ha sido su compañera  y con su familia viven rodeados de amor, afortunadamente con salud y toreando de cuando en cuando, pues el ejercicio y la disciplina son los bastiones que sustentan una vida equilibrada y ejemplar en el trecho recorrido.

Su simpatía natural, su chispa, ingenio y respuesta aguda lo hacen una persona entrañable y le deseamos habiendo narrado algunos pequeños trazos de su carrera maciza –que muy pocos acumulan– y para ilustrar, una foto memorable: alegría pura al verlo en compañía de Don Alberto Baillères –quien también en unos días cumplirá años– dando la vuelta al ruedo después de una gran faena a un toro de Begoña. Deseamos que la salud a futuro para ambos y sus familias, sea el mejor regalo. Se lo han ganado.

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Don Alberto Baillères (izq.) en compañía del torero Eloy Cavazos (der.).

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Prólogo al Aniversario Diamante

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El abogado José Luis García Servín, me contacta y platica entusiasmado sobre la temporada grande 1995-1996 en La México, a la que se le denominó de Oro por ser el 5 de febrero de 1996 el cincuentenario, y rememoramos hechos puntuales que acontecieron desde el 12 de noviembre de 1995 y hasta el 24 de marzo de 1996.

Sin olvidar que antes de esas fechas hubo jueves y domingos de oportunidad y tal vez el recuerdo mayor de esos festejos lo sea la faena a Chocolatero del Sauz, el 29 de octubre de 1995, y en la que El Pana desbordó la imaginación de su tauromaquia en el ruedo capitalino.

En total hubo 5 festejos de oportunidad y 22 en la temporada formal que en su conjunto nos refleja un total de 27 corridas, y los primeros se iniciaron el 28 de septiembre de 1995 con un jueves taurino.

En la inauguración de la temporada grande, el 12 de noviembre, el triunfador fue César Rincón con dos trofeos de Ventanito de Garfias y otro se entregó a la espuerta de uno de los toreros consentidos de la afición capitalina, Jorge Gutiérrez.

Cesar Rincon
Julio César Rincón Ramírez, torero colombiano retirado (Fotografía: La Semana).

El 3 de diciembre, Jorge con simpatías de Rodrigo Aguirre, faena con recompensa de dos trofeos, y Enrique Ponce vuelta al ruedo después de la inolvidable faena a “caracazo”, pero como tantas otras en su historia, la suerte suprema le impidió obtener los máximos trofeos.

El 10 de diciembre se otorgó por segunda ocasión la alternativa a un torero español en La México –el primero fue Ángel Majano– y fue todo un acontecimiento pues se trata de uno de los iconos de su historia, José Tomás, y su padrino de lujo, Jorge Gutiérrez con un testigo de categoría, Manolo Mejía; los toros de diferentes ganaderías, el de la alternativa se llamó “Mariachi de Xajay”.

El 17 de diciembre, El Zotoluco recibió dos trofeos de “Califa” de Marcos Garfias, y otro obtuvo Arturo Gilio, de “Reportero” de Piedras Negras, ambos astados de regalo.

El 28 de enero de 1996 reapareció Eloy Cavazos después de varios años de no comparecer en La México y su resultado fue una cornada en su primer ejemplar de Arroyo Zarco. Así de crudo es el toreo.

En la corrida del 3 de febrero de matadores a caballo, Enrique Fraga con doble alternativa de a pie y en el equino, confirmó en la última categoría con “Invicto” de Los Ébanos, hoy propiedad de Pedro Haces y logró un trofeo. Gerardo Trueba de Cascajero mereció dos premios y en colleras –ambos– otro par de “Canastero”.

Enrique Fraga
Enrique Fraga, rejoneador mexicano (Fotografía: Al Toro México).

El 5 de febrero en el cincuentenario kilométrico festejo de 10 astados de Xajay, con Ramón Serrano a caballo y a pie, Jorge, Manolo Mejía y Enrique Ponce ante un lleno pletórico, recordando al cartel inaugural de Luis Castro “El Soldado”, Luis Procuna y Manuel Rodríguez “Manolete” en 1946 con toros de San Mateo.

El 18 de febrero se despidió Antonio Lomelín de su profesión y lo hizo en son de triunfo con “Segador” de Rancho Seco, del cual recibió un par de merecidos trofeos y el cariño pleno de la afición después de muchos años de haber tenido la alternativa.

El 25 de febrero Joselito inició un año que le sería pleno en su carrera, el madrileño obtuvo los máximos trofeos de “Valeroso” de Santiago y la réplica de Eloy Cavazos fue con un par de “Poeta”, que les valieron para salir en hombros.

El 3 de marzo Mario del Olmo –torero con gran concepto taurómaco– se ungió triunfador con un par de trofeos de Consentido de Javier Garfias.

El 10 de marzo, “El Conde” faena de indulto a “Media Luna” de la ganadería de Fernando de la Mora, y el 17 siguiente, Jorge Gutiérrez también a “Giraldillo” de Manolo Martínez. Como dato a destacar, al final de aquella gran faena, el ganadero dio con Jorge la última vuelta al ruedo antes de su partida a la Gloria en el mes de agosto de ese año.

Fernando de la Mora Ovando
Fernando de la Mora Ovando, ganadero mexicano (Fotografía: Sin Remedios).

El 24 de marzo fue tarde de Oreja de Oro en la que Rafael Ortega con el toro “Martincho”, de la ganadería de Manolo Martínez, logró un par de trofeos y también del que se encontraba en disputa. El Zotoluco obtuvo otro.

La gestión de la plaza corrió a cargo de Miguel Alemán Magnani y Rafael Herrerías Olea.

Así culminó la Temporada de Oro y ahora por las circunstancias tenemos que esperar noticias de la que sería la Temporada de Diamante en el Aniversario 75 de la corrida inaugural de La México, dependemos de la pandemia y habrá que esperar.

Por lo pronto, en un muy breve repaso, quedan algunos datos de la historia de una temporada grande muy especial en los años de existencia de nuestra plaza capitalina y que platicando me trajo a la memoria mi buen amigo, a quien le envío con sana distancia, un gran abrazo.

Por cierto, y ése es otro tema, rememoramos épocas en las que los toreros mexicanos en nuestro país eran quienes principalmente partían el bacalao.


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Una anécdota “nueva” de Paco y Jorge

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Es bien sabida la gran popularidad de Paco Camino en México y en un año especial en su historia esto es; 60 años de su alternativa y 50 de torear con gran éxito en solitario en Madrid, y Dios mediante en diciembre cumplirá 80 de haber nacido en Camas, pueblo vecino de Sevilla, nos provocan gran alegría a los que le admiramos como torero y también lo estimamos como persona.

Recientemente platiqué con Jorge Gutiérrez y le comenté que había platicado con el hidalguense Camero –de quien se expresó con elogios– y que se encontraba como él: “enchiquerado por la pandemia”. Afortunadamente ambos con buena salud, uno en España, el otro en Juriquilla en Querétaro.

Jorge se deshizo en elogios para un torero con un sitio único, merced a su privilegiada manera de interpretar el toreo y refirió que de cierta manera fue de aquellos toreros especiales, en los que miró en sus pininos como uno de los referentes y como ejemplo a seguir en su carrera.

paco y jorge
“El Coloso de Tula”, torero mexicano retirado (Fotografía: NTR Zacatecas.

Jorge se consagró en la historia de La México como consentido, por su trayectoria impecable y llena de faenas inmortales desde su época de novillero, categoría en la que debutó ante novillos de Santoyo, el 26 de junio de 1977, con “Paquiro” y “El Brillante” –su gran amigo y quien recién celebró 45 años de haber debutado en el Coso de Insurgentes– y enhebró en su ruedo 9 festejos.

Por aquella época de cuando Jorge era novillero, ya estaba el mandón Manolo Martínez y Paco en España partía el bacalao como coloquialmente se dice. Pues bien, en 1976 Don Nicolás González y su hijo ganadero, también propietarios de la bellísima plaza Santa María de Querétaro, lograron, después de más de doce años, convencer al Camero de venir a torear a México, hecho que sucedió el 4 de diciembre de 1976, medio año antes del debut de Jorge en La México.

En la corrida con toros de Garfias, Manolo se constituyó como el triunfador y se abrió una serie de confrontaciones entre el regiomontano y el Camero, en las que participaron, desde luego, otros toreros de México y España en la recta final de la carrera de Paco, a quien vimos actuar en mano a mano con Manolo Martínez, en Querétaro el 17 de diciembre de 1977 cuando la inmortal faena que instrumentó a “Navideño de Garfias”, toro que por cierto brindó a Lorenzo Garza.

Ya para esa fecha Jorge estaba a punto de cerrar su ciclo como novillero y el 25 de 1977 con un astado de San Manuel y en el cartel del Estoque de Plata que disputó con Ángel Majano, Alfredo Gómez “El Brillante”, Rafael Sandoval, José Antonio González “Chilolín” y Jesús Salazar, logró ungirse el triunfador y se llevó el trofeo en disputa.

Angel Majano
Ángel Majano González, torero español (Fotografía: Sol y Sombra).

Luego, el 11 de febrero de 1978, Gutiérrez recibió la alternativa con toros de Garfias en La México; su padrino fue Manolo Martínez y como testigo, Curro Rivera. El toro de su alternativa se llamó “Perla Negra” y se le reconoce como uno de los toreros más queridos por su afición.

Traigo a colación todo el entramado porque recordar es vivir y además porque recién me enteré que el vestido verde y oro con el que actúo Paco Camino en Querétaro con “Navideño de Garfias”, le fue otorgado a Jorge Gutiérrez, conjuntamente con el otorgamiento del Estoque de Plata.

Esa anécdota para mí fue novedosa y supongo lo será para otros que en los vericuetos del toreo ignoramos muchos detalles como el que ahora relato, y por eso es grato rememorar pequeños pasajes de la maciza historia de dos grandes figuras del toreo.

Sirva de recuerdo de tiempos idos y presagio de tiempos nuevos que nos darán motivo en el futuro de traerlos a colación, como prueba de que el toreo es parte fundamental de la cultura de países como el ibérico y el nuestro. Larga vida deseamos a los maestros y celebrar con ellos sus logros.


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