Donald Trump

Trump debe irse

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Dos poderosas razones por las que Trump debe perder su reelección como presidente de Estados Unidos son, por un lado, el desastre de sus tres años de gobierno y, por otro lado, que es un obstáculo a las posibilidades de recuperar cierta prosperidad con mayor bienestar social y un impostergable equilibrio ambiental.

Afortunadamente el desastre económico y social causado por su gobierno ha afectado poderosos intereses y promovido la formación de grupos que coinciden en que Estados Unidos no aguanta otros cuatro años con Trump en la presidencia.

El mundo también lo ha sufrido. Ya causó enorme daño al comercio internacional al querer reducir el déficit estadounidense, pero fue tan estúpida la manera en que quiso hacerlo que el déficit en la balanza comercial estadounidense no se redujo, sino que aumentó en 2018 y en 2019. También se elevó su déficit con México, a pesar de amenazas a empresas asentadas aquí si no regresaban a territorio estadounidense; nuestro superávit creció casi 18% el año pasado.

trump y mexico
Imagen: Expansión.

La rebaja de impuestos a las grandes corporaciones fue otra de sus sandeces, que ni siquiera alentó inversiones importantes y dejó un desastre fiscal; en cambio, no sólo ignoró las disparidades salariales, sino que atacó todo mecanismo redistributivo, como los servicios de salud, a pesar de que en Estados Unidos es donde se producen más pobres entre los países ricos.

El trato despótico a los migrantes, separando niños de sus padres y aterrorizando la vida de gente que aporta con su trabajo, es otra de las marcas de Trump, como también lo es la irresponsabilidad en el manejo de la pandemia, que puede medirse por las miles de muertes que debían haberse evitado.

Trump debería ser candidato a severas penalizaciones y no a la presidencia de Estados Unidos que es, todavía, el país más poderoso y como tal, tendrá mucho que ver en las transformaciones radicales que habrá que hacer a la economía y la cultura de consumo capitalistas para afrontar la emergencia climática, el mayor desafío que nos espera tras la pandemia.

El descongelamiento del Ártico, los feroces incendios forestales en diversas partes del planeta, la acidificación de los océanos y cambios en las corrientes marinas, son avisos de que estamos ante la emergencia de proteger la supervivencia de la especie humana.

Las alternativas para afrontar la emergencia no son evidentes; lo que es claro, es que los mercados no serán los que encabecen su propia transformación para asignar recursos conforme a criterios ambientales.

emergencia climatica y trump
Imagen: Roxanne Pasibe.

Se requieren liderazgos para el señalamiento de prioridades y el diseño de las acciones globales, en concordancia con gobiernos que deberán modificar sus políticas de fomento industrial y de bienestar social.

Se tendrán que aceptar cambios muy drásticos en la gobernanza política, en el uso de fuentes de energía, en la organización del trabajo y hábitos de consumo. La reconfiguración del sector energético en favor de las tecnologías limpias y de fuentes renovables es, sin duda, prioritaria.

Se tendrá que pasar, como dice la economista italiana Mariana Mazzucato, de los subsidios, garantías y protección de gobiernos a empresas, a la conformación de sociedades público-privadas que promuevan inversiones que favorezcan el interés público de largo plazo, y no las ganancias privadas de corto plazo.

Los gobiernos de Francia, Bélgica y Dinamarca han tomado medidas condicionantes de apoyos a empresas, comprometiéndolas a sumir acciones ambientales severas. Sin embargo, el problema es que afecta la competitividad de esas empresas, por lo que claramente ningún esfuerzo nacional puede prosperar sin la concurrencia internacional.


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AMLO y Trump y el cubrebocas

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Atravesamos un momento desconocido de la pandemia por Covid-19, en Europa existe un repunte de casos en lo que se ha llamado un rebrote, sucede prácticamente en todo el continente aunque con diferencias, mientras en Suecia, después de haber tenido un inicio fatal, ahora tiene menos casos que sus vecinos; por su parte, en España, después de haber tenido inicialmente muchos casos de contagio, fallecimientos y haber estado las unidades médicas desbordadas en la atención hospitalaria, tuvieron una remisión notable, aunque ahora tienen nuevamente varios casos con una dinámica o epidemiología diferente. La ventaja es que ahora no hay tantos fallecimientos, son mucho menos que en la primera fase, con menor necesidad de internamiento hospitalario, y al parecer la incidencia es ahora en individuos con menor edad.

Es cierto que actualmente se realizan muchas más pruebas en pacientes sospechosos y en individuos asintomáticos del entorno de los infectados, lo que les ha permitido realizar aislamientos dirigidos, sin embargo, no han podido detener el crecimiento de casos nuevos. Todo esto les ha conducido a una crisis con diferentes vertientes, por un lado, la sanitaria y, por otro, el agravamiento de las consecuencias económicas y el crecimiento de tensiones políticas ante las diferencias que surgen con el manejo sanitario.

En Estados Unidos el número de casos se acerca a los siete millones con unos 200,000 fallecimientos. En Brasil el número de casos es alrededor de los cinco millones, con cerca de 150,000 fallecimientos. En la India se encuentran en el centro de una primera ola de la enfermedad, con más de cinco y medio millones de casos y 90,000 fallecimientos. En México el número de casos es mayor a 700,000 y el número de fallecimientos se acerca a 75,000. Si bien las diferencias entre el número de habitantes de estos países hacen que la frecuencia por 100,000 habitantes y la mortalidad sean diferentes, en México el curso de la Covid-19 ha tenido diferencias notables. Desde hace muchos meses que el número de casos nuevos se ha mantenido muy alto, entre los 5,000 y 6,000 casos diarios, si bien con algunas oscilaciones, existe una meseta, alta, algo parecido sucede con las defunciones, con variaciones que tienden a presentarse los domingos y los lunes, seguramente por defectos de captura o notificación. La ocupación hospitalaria, a la que en mi opinión se le ha dado demasiado valor en la evolución de la pandemia, ha ido disminuyendo, aunque no considerablemente.

En esta semana recibí el capítulo de un libro, en éste se hace una revisión de las posibilidades terapéuticas ante la Covid-19; desafortunadamente hasta este momento ningún antiviral ha tenido eficacia comprobada, lo mismo puede decirse del tratamiento con plasma de enfermos convalecientes; han surgido notificaciones con varios tratamientos que analizan, o bien, casos aislados o series pequeñas; pero, cuando se estudian series de casos más grandes y de forma, metodológicamente, más cuidadosa, los efectos son mucho menos considerables. Los resultados con los corticosteroides y los anticoagulantes parecen ser más alentadores, pero de ninguna forma son un tratamiento específico para el padecimiento por SARS-CoV-2.

Llamó mucho la atención la declaración del presidente Trump cuando comentó que él cree mucho más en la vacuna que en el cubrebocas. Ha sido notable que en el desarrollo de su campaña electoral las reuniones multitudinarias se llevan a cabo sin la mayor precaución, sin cubrebocas, sin distancia prudente y sin medidas para el aforo de los recintos ni para la entrada ni salida de los asistentes. Como parte de esta actitud particular, quiero destacar lo sucedido durante el desfile militar conmemorativo de la Independencia de México que se llevó a cabo el pasado 16 de septiembre sin público –cuando menos masivo–. En esta ocasión el primer mandatario de la República lo presidió desde un templete a pie de calle, en lugar de hacerlo desde el balcón presidencial de Palacio Nacional, seguramente es un gesto diferente, con el que quiere destacar su cercanía con el pueblo. Lo que me parece destacable es que en las fotos el señor presidente aparece sin cubrebocas, tampoco lo lleva su esposa, ni el secretario de la Defensa ni el de Marina, tampoco ¡el secretario de Salud! Mientras tanto, la tropa que desfilaba lo hacía portando un cubrebocas y que incluso se ha adecuado al uniforme. Es conocida la reticencia del Lic. López Obrador al uso del cubrebocas, hasta ahora sólo se le ha visto usarlo cuando viaja en avión. El presidente Bolsonaro en Brasil también es un escéptico del cubrebocas.

Hace sólo unos días la OMS hizo notar que los únicos instrumentos efectivos para evitar la transmisión del SARS-CoV-2, son el distanciamiento social y el cubrebocas. Todos estamos muy esperanzados en la aparición de una vacuna eficiente, pero hay que entender que muchas están en fase II, apenas se ha aplicado la vacuna a unas cuantas decenas de voluntarios, en espera de observar primero su respuesta inmunológica, medida por la generación de anticuerpos y la no aparición de efectos secundarios. De ahí se pasa a la fase III, en la que se aplica a varios miles de voluntarios, esta vez de condiciones más diversas de edad, antecedentes de salud, equiparable en sexo, y se observa a mediano plazo otra vez la respuesta inmunológica y la aparición de complicaciones; en dos de los estudios han aparecido pacientes con complicaciones posiblemente atribuibles a la respuesta inmunológica, mielitis transversa.

En todo caso, estamos en el camino de la fase III, y después de un tiempo –que no sabemos qué largo será–, se podrá pasar a la producción masiva, a la distribución y finalmente a la aplicación amplia de la vacuna; durante un tiempo deberá observarse tanto la respuesta protectora como la aparición de complicaciones. Los políticos hablan de la ya inminente aparición de una vacuna, que además sería muy eficiente, pero esto no es totalmente cierto, las vacunas están en investigación y, desde luego, los gobiernos deberán tomar previsiones para su distribución y financiamiento. Pareciera que más de una de las vacunas en estudio han ido dando resultados que nos generan una actitud optimista, pero debemos esperar hasta que se demuestre su eficiencia e inocuidad.

En 1985 asistí a un Congreso de Inmunología donde el Dr. Patarroyo (brillante inmunólogo colombiano) fue el conferencista estelar, mostró sus resultados para una vacuna para el paludismo, la cual parecía absolutamente segura y eficiente, pero no fue así, desde entonces Patarroyo ha pasado de héroe a villano y otra vez a héroe. Ante el fracaso de su primera vacuna se le acusó de malversar fondos, de acabar con una especie de monos, que era con los que experimentaba, y después de unos años pudo volver con sus funciones.

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Imagen: El Plural.

Hace un poco más de un año, se inició una nueva etapa de vacunación en África, dentro del área subsahariana mueren de 500,000 a 700,000 habitantes anualmente, especialmente niños, la vacuna sólo tiene una expectativa de 40% de protección, y se tienen que aplicar tres dosis trimestrales seguidas de dos semestrales para obtener alguna protección, sin embargo, dada la gravedad del problema se tiene que utilizar. En la India siguen sucediendo muchos casos de paludismo, pero al no ser el plasmodium de la variedad falciparum, la mortalidad es bastante menor. La creación de una vacuna es una tarea muy compleja, y si además es para proteger una enfermedad que hasta hace seis meses era no sólo desconocida, sino probablemente inexistente, la tarea es aún más complicada. En la OMS los más optimistas piensan que al final de 2022 se podrá tener vacunada al 30% de la población mundial.

En tanto, debemos ser muy respetuosos con el SARS-CoV-2, tratar de conocerlo cada vez mejor y mientras contemos con otras o mejores herramientas, usar el cubrebocas y el distanciamiento social, son los únicos recursos que han demostrado eficiencia.


Lectura recomendada:
Suria E. Loza-Jalil, Mónica Prado-Rodríguez, Brenda L. Rocha-González. “Estrategias de tratamiento farmacológico en infección por SARS-CoV-2, en Suria E. Loza-Jalil (ed.) Terapéutica en Infectología de adultos. Facultad de Medicina. McGraw Hill. México 2020 (en prensa).


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75 años de Naciones ¿Unidas?

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Desde que nació en 1945 el más importante organismo multilateral atestiguó vuelcos inesperados en la política de sus 193 miembros, que trastocaron el status quo en todo el planeta. El balance no es alentador. De la segunda posguerra mundial, la Humanidad transitó a la perversa confrontación ideológica que por décadas oxigenó la Guerra Fría y en este siglo, ven emerger a nuevas potencias y otras que se repliegan. Hoy, bajo los efectos colaterales de la pandemia por COVID-19, miles de millones ven cómo se calientan las tensiones geopolíticas que anticipan una era de crisis multidimensionales donde las guerras híbridas impedirán que la Organización de Naciones Unidas (ONU) garantice la paz y seguridad internacional.

La sesión inaugural de la Asamblea General (AG) del organismo, en su 75 aniversario, fue el escenario de un duelo geopolítico entre las dos mayores potencias económicas y tecnológicas. El retador fue el presidente de Estados Unidos, Donald John Trump, que en los siete minutos de su mensaje a teledistancia enfiló contra China y aseguró que, “Al igual que hace 75 años cuando se fundó la ONU, hoy estamos en una gran lucha global, esta vez contra un enemigo invisible: el virus chino que ha costado incontables vidas”.

En lo que podría ser su última aparición ante el organismo –si no se reelige–, el neoyorquino también denostó la neutralidad de la Organización Mundial de la Salud porque, aseguró, está virtualmente controlada por China. Por ello, pronosticó que su país pronto distribuirá una vacuna que vencerá la pandemia y así entrará en una nueva era de prosperidad, paz y cooperación sin precedentes.

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Imagen: Wesser Kurier.

Sin pronunciar una palabra sobre Rusia, por décadas perfilada en el imaginario estadounidense como su gran amenaza política, Donald Trump también obvió las críticas a su deficiente gestión de la pandemia que hizo de su país el que suma más decesos y contagios; y remató: “Mientras perseguimos este futuro brillante, debemos hacer rendir cuentas al país que desató esa plaga”.

El magnate inmobiliario usó el tono fuerte y provocador. Venía de lograr un gran éxito diplomático por los Acuerdos Abraham, que alinearon a dos multimillonarias monarquías del Golfo Pérsico a Estados Unidos e Israel contra Irán. Con ese movimiento geoestratégico, el mensaje de Trump a Beijing fue: no permitiremos que maniobres más con Teherán. 

Declarado el duelo, llegó la réplica de la República Popular China. Ante el vacío discursivo de su antecesor, el presidente Xi Jinping ofreció respuestas y propuestas: anunció que el coronavirus será derrotado, abogó por que la OMS conduzca la reacción internacional contra la pandemia y rechazó el intento de politizar y estigmatizar ese asunto.

Xi, hábil conocedor del softpower, denunció el unilateralismo y el bullying, así como la propagación de “virus políticos” y aseguró que su país no mantendrá “ningún tipo de guerra, ni fría ni caliente”. Desafió a Trump al comprometerse a cumplir la meta de emisiones de carbono y anunció la donación de 100 mdd para que la ONU y sus órganos ayuden a combatir el COVID-19 en países vulnerables. Por ello el énfasis del embajador chino, Zhang Jike, al decir que: “el ruido estadounidense es incompatible con la atmósfera general de la Asamblea General”.

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Imagen: Sputnik News.

Ese duelo de gigantes recuerda que el segundo secretario general de la ONU, Dag Hammarskjöld, reflexionó que esa organización “fue creada no para llevar a la humanidad hasta el cielo sino para salvarla del infierno”. Y en efecto, algunos viven en el cielo y millones de sus 193 miembros en el infierno. Hoy la pandemia por COVID-19 es el mayor evento disruptivo global de las últimas décadas, y sin ser un evento geopolítico, perturbó al sistema hasta modificar el orden establecido y generar una crisis multidimensional en cascada de efectos socioeconómicos, sanitarios y políticos, imprevistos y que diferirán la consecución de la Agenda de Desarrollo 2030 para un mundo sostenible.

A 75 años del nacimiento de la ONU ya no existe la Unión Soviética, China ya no es un país feudal, Estados Unidos pierde hegemonía, la Europa culta y humanitaria cierra sus puertas a refugiados y migrantes mientras persiste el acoso capitalista sobre los ricos recursos de América Latina donde la pandemia trastocó su agenda social. De ahí que ante la ONU el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, pidiera el fin del genocida bloqueo estadounidense que dura más de 50 años y que, aunque Donald Trump lo recrudeció brutalmente, los cubanos lograron contener la pandemia y enviar misiones humanitarias a países afectados.

La ONU no es indiferente a las nuevas sorpresas geopolíticas como el ingreso al mundo de la Inteligencia Artificial, la militarización del espacio exterior, nuevas amenazas a la bio y ciberseguridad y efectos por el cambio climático. En el mediano plazo, los países miembros del organismo atestiguarán una inminente reordenación geopolítica en la que habrá ganadores y perdedores. Todos, como México, serán parte de ese cambio en el mapa mundial.


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¿Quién es más antichino: Trump o Biden?

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Hemos insistido en esta columna sobre el dramático escalamiento de las tensiones desde 2018 entre Estados Unidos y China, siendo que la Administración Trump y varios de sus halcones –destacando Mike Pompeo y Peter Navarro– no sólo han logrado cuestionar prácticamente la totalidad de las relaciones bilaterales –hasta un posible punto de no retorno–, sino que también poner en jaque a todo un grupo de instituciones multilaterales (como la Organización Mundial del Comercio, la propia Organización Mundial de la Salud, y compromisos internacionales ambientales, entre otras).

Es importante señalar que en los últimos días –más allá del escalamiento en el ámbito financiero para que empresas chinas que no fueran auditadas según las normas y leyes estadounidenses no pudieran obtener financiamiento en Estados Unidos–, la potencial amenaza del Comité sobre Inversión Extranjera de EU (CFIUS) en afectar adquisiciones de Tencent en Estados Unidos, en un reporte del Tesoro de EU de diciembre de 2020 que impactará a bancos chinos y de Hong Kong vinculados con funcionarios sancionados de Hong Kong, así como probables medidas del Departamento de Defensa en contra de Semiconductor Manufacturing International Corp –uno de los fabricantes más importantes de semiconductores en China–, la Administración Trump pareciera adquirir una actitud “magnánima”: aceptó que las operaciones en Estados Unidos de TikTok (propiedad de ByteDance) fueran parcialmente adquiridas por Oracle (con el 12.5%) y Walmart (7.5%), es decir, ByteDance continuará concentrando el 80% de TikTok y sólo restringió a la aplicación WeChat para que no fuera bajada en Estados Unidos, ambos casos muy por debajo de las iniciales amenazas hace algunas semanas.

China y USA
Imagen: The Verge.

Al respecto, ¿es realista pensar que con una administración demócrata bajo el presidente Joe Biden, la relación entre las principales dos economías cambie cualitativamente? Existen diversos análisis recientes explícitos del propio Biden y varios asesores en Foreign Affairs y Foreign Policy, así como un detallado análisis del New York Times del 6 de septiembre de 2020, entre otros.

Por un lado, el candidato Biden se ha visto presionado por el propio Trump –y el 71% de los estadounidenses que cuenta con una opinión negativa sobre China– de ser al menos tan crítico como Trump con respecto a China, además de iniciativas lidereadas por el propio Partido Demócrata: hace apenas unos días el Senado estadounidense –con mayoría demócrata– anunció una iniciativa denominada America LEADS Act por 350,000 millones de dólares y con el objetivo de apoyar un grupo de cadenas globales de valor específicas (particularmente de la salud y nuevas tecnologías como la 5G y la Inteligencia Artificial), específicamente ante la competitividad china.

elecciones Estados Unidos
Ilustración: El Nuevo Mundo.

El candidato Biden conoce a China desde hace más de 40 años y se ha encontrado en múltiples ocasiones con el presidente Xi Jinping en los últimos años. Si bien históricamente Biden buscó activamente la integración entre ambos países, recientemente acusó a Jinping como un líder autoritario y un “matón” (thug), destacando que Estados Unidos debiera ser más duro ante China. ¿Una futura administración demócrata sería entonces una continuación de las políticas de Trump? Los diversos recientes escritos de Biden y sus colaboradores parecieran indicar un grupo de sensibles diferencias, más allá de la “competencia entre grandes potencias” en el largo plazo:

1. Una administración Biden buscaría enfatizar el fomento de la producción y competitividad estadounidense –como el America LEADS Act–, más allá de su relación con China.

2. Una diferencia significativa radicaría en la búsqueda de “socios” y alianzas internacionales –en la Unión Europea, Asia, América Latina, etc.– en su política hacia Asia y China; aunque por el momento Biden no se ha comprometido a participar en el CPTPP (Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico) o el TPP (Tratado de Asociación Transpacífico), originalmente concebido bajo la vicepresidencia de Biden.

3. En múltiples ocasiones en las últimas décadas, Biden ha destacado el tema de los derechos humanos y laborales en China como un aspecto crucial en la relación bilateral y respectivas sanciones en caso de no cumplir con las exigencias estadounidenses. El tema pudiera convertirse en un nuevo frente crucial entre ambas potencias.

4. Pareciera que Biden también pudiera buscar la cooperación con China –y en paralelo a las diversas tensiones arriba señaladas– en ámbitos internacionales como el medio ambiente, la salud y crisis nacionales o regionales específicas, además del apoyo al sistema de las Naciones Unidas.

Joe Biden y Donald Trump
Imagen: Courier Newsroom.

Todo lo anterior avizora que la relación EU-China –con Trump o con Biden– continuará siendo profundamente tensa como resultado de su efectiva competencia por el liderazgo tecnológico, productivo y financiero. Las diferencias fundamentales parecieran radicar en el estilo de la relación y políticas específicas, y con la expectativa de permitir un escenario internacional de mayor certidumbre ante la búsqueda de nuevas alianzas (en contra de China); habrá que conocer si China estuviera interesada en opciones de cooperación bilateral ante una estrategia estadounidense tan adversa en el corto, mediano y largo plazo.

Terceros países –explícitamente México– debieran estar generando escenarios y políticas explícitas ante los posibles resultados de las elecciones de noviembre.


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Donald Trump ¿Premio Nobel de la Paz?

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Nominan a Donald Trump para el Premio Nobel de la Paz 2021 ¿Cuáles son los motivos?

Más de una persona ha levantado la ceja después de que el Parlamento de Noruega nominara al presidente Donald Trump al Premio Novel de la Paz 2021.

Christian Tybring-Gjedde, un parlamentario noruego, presentó la propuesta por el apoyo del primer mandatario estadounidense al acuerdo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos.

El pasado 13 de agosto, Trump anunció que Israel y Emiratos Árabes Unidos habían acordado establecer lazos diplomáticos, como parte de un acuerdo amplio por el que las autoridades israelíes paralizarán la anexión de territorio palestino ocupado.

“Este acuerdo podría cambiar las reglas del juego y convertir a Oriente Medio en una región de cooperación, ” se lee en la propuesta.

Tybring-Gjedde aseguró en el mismo escrito, además, que el presidente estadounidense había cumplido las tres condiciones necesarias para ganar el premio de la paz.

“La primera es el compañerismo entre naciones, y lo ha hecho a través de negociaciones”, detalló. “La segunda es la reducción de ejércitos permanentes, y ha reducido el número de tropas en el Medio Oriente”.

El último criterio, según explicó el diputado, es la promoción de congresos de paz “y Trump ha hecho ‘enormes esfuerzos’ para negociar la paz”.

Trump, la reelección y las amenazas al T-MEC

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Elecciones USA 2020: Campaña de Trump inyecta incertidumbre al T-MEC

Se dice que en la guerra y en el amor todo se vale y este dicho parece ser una realidad en tiempos de campaña de cara a las elecciones USA 2020 donde el presidente Donald Trump busca mantenerse cuatro años más en el poder y para lograrlo hace uso de discursos que sólo inyectan incertidumbre.

A pesar de que México, Estados Unidos y Canadá concretaron un nuevo acuerdo comercial enmarcado en la normatividad del T-MEC que entró en vigor el 1 de julio, las decisiones que el gobierno estadounidense está tomando para congraciarse con miembros de distintos gremios en estados estratégicos para la reelección, inyectan incertidumbre en el cumplimiento de las reglas de juego.

Para el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), el gobierno de Donald Trump está incumpliendo en las reglas de juego y condena que la decisión de la Oficina del Representante Comercial en cuanto a exportaciones de origen mexicano de productos estacionales, incumplan con la normatividad del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

“Sin certidumbre disminuirá la capacidad del T-MEC para promover la inversión y la generación de empleos”, puntualizó.

El Consejo presidido por Bosco de la Vega recordó que durante las negociaciones del T-MEC se descartó la posibilidad de adoptar restricciones al comercio, así como de iniciar investigaciones en materia de antidumping o ampliar antisubsidios que consideren la estacionalidad en frutas y hortalizas.

El Gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Agricultura, ha expresado su completo apoyo y respaldo al sector agrícola y los productores nacionales.

A través de un comunicado, la Sader reiteró la importancia de respetar los compromisos adquiridos en el marco del T-MEC y en la Organización Mundial de Comercio (OMC), a fin de garantizar el libre comercio irrestricto entre las partes, la competitividad y la facilitación comercial.

“La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural reitera su compromiso de trabajo conjunto con los productores y las cadenas productivas nacionales, cuya labor es fundamental para el desarrollo económico y social de los mexicanos, en particular de las comunidades rurales,” indicó la dependencia federal.

Discurso reglamentario en tiempos electorales

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Elecciones USA 2020: regresan discursos de Trump contra latinos ¿Qué dice el presidente de México?

Las elecciones USA 2020 se acercan y en busca de la relección el presidente Trump retoma sus discursos contra migrantes y el muro fronterizo.

En 45 días se realizarán las elecciones USA 2020 y el presidente Donald Trump busca desesperadamente mejorar sus números en las encuestas para garantizar su permanencia en La Casa Blanca.

La estrategia es utilizar todas las herramientas posibles que lo lleven a congratularse con el electorado y regresa sus viejos discursos en contra de los latinos, la construcción de un muro fronterizo en la colindancia con México y añade la promesa de una vacuna contra la COVID-19 en medio de una de las peores crisis sanitarias por las que atraviesa el país.

De acuerdo con el libro de Michael Cohen “Disloyal: A Memoir,” fragmento recientemente publicado por The Washington Post, Donald Trump calificó de “estúpidos” a los latinos y afroamericanos, además de otros comentarios racistas y descalificativos que polariza la opinión pública.

Pero la información que Cohen recopila en su libro no cae de sorpresa. En su cuenta de Twitter el primer mandatario estadounidense dijo que México mandaba a Estados Unidos narcotraficantes, criminales y violadores y que por eso quería levantar un muro.

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Discurso electoral sin relevancia para México

Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, los dichos de su homólogo estadounidense no ameritan sus comentaros, ya que pronunciarse sobre el tema sería poco prudente al ser emitidos en tiempos electorales.

“Hay que tomar en consideración que en cualquier parte del mundo, en México, en Brasil, en Francia, en el Reino Unido, en Estados Unidos, en Japón, cuando hay elecciones hay mayor manifestación de opiniones. Se encienden las pasiones, brota el entusiasmo, así es en todo el mundo.

“Estados Unidos en 45 días va a haber elecciones, imagínense cómo está de caliente ese asunto, ojalá y no pase a mayores pero como es legítimo los candidatos están expresándose, por eso lo más adecuado es esperarnos a que pasen las elecciones”, expresó al ser cuestionado durante La Mañanera de hoy.

¿Qué pasará si Trump gana la reelección?

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Elecciones USA 2020 qué pasaría si Donald Trump gana reelección en Estados Unidos

Las elecciones USA 2020 están a la vuelta de la esquina y el Presidente Donald Trump busca congraciarse con los votantes y permanecer cuatro años más en la Casa Blanca, pero ¿qué consecuencias tendría que ganara la reelección?

Las encuestas arrojan que si las elecciones en Estados Unidos fueran el día de hoy, Donald Trump no ganaría la reelección; sin embargo, en caso de que se diera una victoria a favor del republicano en las urnas la situación podría ser peor en términos generales.

“Pero ciertamente está en una situación peor en este punto de la que estaba en 2016 y ha sido mucho más difícil de manera general, y Dios nos ayude si volviera a ganar otra vez, pero pareciera ser el caso”, apuntó el Nobel de Economía, Paul Krugman, una charla virtual desde Nueva York en el marco de “Hay Festival Digital Querétaro 2020”.

Para el economista, la crisis generada por la pandemia del COVID-19 ha mostrado la ineficiencia del gobierno de Trump en el sector salud y generó daños permanentes en el sistema global.

Paul Krugman afirmó que la pandemia del COVID- 19 va a dejar muchos daños a largo plazo en las economías del mundo, lo que traerá consecuencias para las sociedades.

“El mensaje para nuestros tiempos, luego de que pensamos que teníamos varios temas separados: la democracia y la seguridad social, y ahora vemos que está en un solo tema y estamos en un gran peligro de perder las cosas que ya habíamos logrado. En estos momentos de crisis es cuando debemos de tratar de conservar la democracia y de traer más seguridad social en los próximos años. Estamos muy cerca de perderlo todo, espero que no sea el caso”, aseveró Krugman.