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Acciones extraordinarias en la CDMX contra pandemia

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Nuevas medidas contra el coronavirus en la CDMX

La curva epidemiológica está en fase de acenso rápido y al 30 de marzo suman 28 muertos por el COVID-19, siendo la Ciudad de México (CDMX) la entidad con mayor número de casos contagiados.

Ante este panorama, el gobierno de la CDMX anunció seis medidas de acción extraordinarias para evitar el contagio y la propagación del virus entre la población, entre las que destaca el aval de la Secretaría de Salud y la de Finanzas, así como el Sistema de Aguas de la capital para emprende obrar libres de licitación pública y de trámites, así como poner en marcha las acciones necesarias para el abastecimiento de agua potable en la ciudad.

En conferencia de prensa, Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, informó que se autorizó utilizar como elementos auxiliares todos los recursos médicos y de asistencia social de los sectores público, social y privado existentes en las zonas, colonias y comunidades afectadas en la capital.

Además, Sheinbaum Pardo anunció la contratación y adquisición equipo médico, agentes de diagnóstico, material quirúrgico y de curación y productos higiénicos, así como todo tipo de mercancías y objetos que resulten necesarios para hacer frente a la contingencia.

“La diferencia entre actuar ahora y actuar después, es la capacidad de poder atender a cientos y no poder atender a miles” – Claudia Sheinbaum.  

En la CDMX sólo hay 400 camas para casos graves

Por otra parte, el titular de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, Gustavo Reyes Terán, estimó que en la Ciudad de México es posible adaptar 400 camas de hospital “con las características necesarias para dar atención a los casos más graves” de COVID-19.

La Secretaría de Salud estima un contagio de alrededor de 250 mil 656 personas en el país –el mayor número será en la capital–, de los cuales 140 mil 367 necesitarían tratamiento ambulatorio, 24 mil 564 personas serían hospitalizados en condición estable, pero 10 mil 528 casos presentarían cuadros graves.

Y para ello, Reyes Terán indicó que son solo seis los hospitales que cuentan con el protocolo de respuesta y atención a enfermos graves por COVID-19 en la Ciudad de México: el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, el Hospital General de México, el Hospital Juárez de México, el Hospital GEA González y el Hospital Infantil de México.

Sin embargo, desde hace más de dos semanas personal médico y de enfermería en estos hospitales se ha manifestado por la falta de insumos, de equipo de protección, de personal, de protocolos básicos y de capacitación para recibir los pacientes con COVID-19 entre otros.

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Higiene extrema

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Medidas de salud e higiene para combatir el COVID-19

Lavado de manos con agua y jabón por al menos 20 minutos después de haber estado expuesto a objetos en riesgo de contagio y utilizar gel antibacterial con 60 por ciento de alcohol; son las medidas que la Secretaría de Salud recomiendan a la población adoptar con frecuencia como medidas de salud e higiene para combatir el COVID-19.

En la Ciudad de México se han implementado seis acciones extraordinarias contra el COVID-19. Entre estas medidas destaca el aval a las secretarías de Salud y de Finanzas, así como al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), de emprender obras, libres de licitación pública y de trámites, así como poner en marcha las acciones necesarias para el abastecimiento de agua potable en la capital del país.

La mandataria capitalina también autorizó utilizar como elementos auxiliares todos los recursos médicos y de asistencia social de los sectores público, social y privado existentes en las zonas, colonias y comunidades afectadas en la Ciudad de México.

En la foto de la sección de ‘Infraganti’ se muestra un lavador de manos improvisando a las afueras de una estación de metro de la Ciudad de México con un anuncio exhortando a lavarse las manos y contener el contagio del COVID-19,

“Evitemos el contagio, lávate las manos”, dice el letrero.

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Siete nuevas medidas contra el COVID-19 en México

Las cifras del coronavirus en México al 30 de marzo ascienden a mil 94 contagios y 28 fallecidos por el COVID-19, con una creciente curva epidemiológica de alto nivel de contagio, por lo que el gobierno mexicano decidió emitir emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor.

En conferencia de prensa, el Consejo de Salubridad General anunció que la Secretaría de Salud definirá las acciones a tomar con respecto a la contingencia sanitaria a la que el país se enfrenta para contener la pandemia del coronavirus.

“Se declara Emergencia Sanitaria por causa de fuerza mayor, con lo que, se declara regencia sanitaria por causa de fuerza mayor por SARS COV 2 COVID-19”, anunció el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón.

“Suspender actividades no esenciales, en este momento todos tenemos que cerrar filas, si no se hace el daño económico crece, el impacto en empleo va ser mucho mayor; es mejor actuar ahora por salud y por economía, entre más efectivo sea este mes de guardarnos todos, más pronto regresaremos a la normalidad,” añadió el canciller.

Las siete nuevas medidas contra el COVID-19 por emergencia sanitaria

El lunes 30 de marzo, el gobierno de México declaró emergencia sanitaria hasta el 30 de abril, anunciando siete nuevas medidas contra el COVID-19 en búsqueda de contener la curva epidemiológica de contagios en el país.

  1. Se ordena, desde el 30 de marzo y hasta el 30 de abril, la suspensión de todas las actividades no esenciales.
  2. No realizar reuniones o congregaciones de más de 50 personas, además de las medidas de sana distancia vigentes y emitidas por la Secretaría de Salud.
  3. Se exhorta a toda la población, que no participe en actividades esenciales, a resguardo voluntario permaneciendo en domicilio.
  4. La medida de resguardo se aplica de manera estricta a toda persona mayor de 60 años, embarazadas, así como personas con hipertensión, diabéticos, problemas cardiacos, respiratorios, etc.
  5. Una vez terminada la suspensión de las actividades no esenciales, la SSA y la STPYS emitirán lineamientos para el regreso escalonado de actividades.
  6. Se suspenderán todos los censos y encuestas que requieren entrevistas de manera presencial cara a cara.
  7. Todas las medidas deberán aplicarse con estricto respeto a los derechos humanos.

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México en emergencia sanitaria

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Qué significa la emergencia sanitaria en México

La curva epidemiológica está en ‘fase de ascenso rápido’ y México tiene la última oportunidad de contener un contagio masivo y en su búsqueda por lograrlo las autoridades sanitarias deciden declarar emergencia sanitaria.

Con esta declaratoria, la actividad económica en México estará limitada a tareas y trabajos esenciales para el funcionamiento del país, sin que se suspendan las garantías individuales o se declare un estado de excepción.

El Consejo de Salubridad General, implica que la Secretaría de Salud determine las acciones que deba corresponder a las demás autoridades en las tres órdenes de gobierno.

Qué significa la emergencia sanitaria en México

Se ordena a las secretarías de Hacienda, Economía y Trabajo, así como al IMSS, ISSSTE e Infonavit a “operar las medidas necesarias a fin de proteger empresas y trabajadores por la vigencia de la declaratoria”.

Además, se exhorta a que el sector privado deberá adoptar de inmediato modalidades de teletrabajo, trabajo a distancia o análogos, sin que las actividades de sus trabajadores impliquen un acto presencial.

“No estimamos que el sector privado dejase de participar o se opusiese a estas medidas. Hemos encontrado solidaridad, respaldo”, dijo el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

Detalló que había un consenso de que “en el momento en que fuera indispensable que se suspendieran actividades no esenciales, en ese momento todos tenemos que cerrar filas”.

Agregó que: “Si no se hace, el daño económico crece, porque va a tomar más tiempo. El impacto al empleo, a la actividad económica va a ser mucho mayor. Hay que actuar por razones de salud y economía. Entre más efectivo sea este mes, más pronto regresaremos a la normalidad”.

El canciller además aseguró que las empresas deben pagar completos los salarios de los trabajadores durante la emergencia sanitaria, ya que la ley les impediría incumplir con esta obligación.

El secretario de Relaciones Exteriores (SRE) advirtió que a las empresas que se opongan a estas acciones o que emprendan despidos injustificados se harán acreedores a sanciones administrativas e incluso responsabilidades penales.

“Estamos apelando a la conciencia social. Estamos en una situación extraordinaria, comparada quizá con el terremoto del 19 de septiembre de 1985. Los mexicanos hemos demostrado a lo largo de la historia que somos un país muy solidario”, enfatizó el canciller.

Dentro de las acciones aprobadas por el El Consejo de Salubridad General que presidió el presidente Andrés Manuel López Obrador, resaltan el resguardo domiciliario estricto de personas mayores de 60 años, así como de mujeres y hombres con padecimientos de diabetes, embarazo, hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca.

En conferencia de prensa en Palacio Nacional, López-Gatell fue el encargado de dar lectura a las nuevas acciones para enfrentar la epidemia, entre las que enunció la suspensión inmediata del Censo de Población y Vivienda 2020 que aplican encuestadores del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

En el mensaje, donde también estuvieron presentes los secretarios de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Salud, Olga Sánchez Cordero, Luis Cresencio Sandoval, José Rafael Ojeda Durán y Jorge Alcocer, respectivamente, el funcionario puntualizó que los sectores que no paran actividades son el sistema público y privado de salud, seguridad pública, operación de programas sociales, actividades económicas esenciales e infraestructura crítica.

Además, se acordó llamar a la población a no realizar congregaciones de más de 50 personas y cumplir el resguardo domiciliario hasta el 30 de abril.

López-Gatell anotó que, después del 30 de abril, el El Consejo de Salubridad General emitirá lineamientos para el regreso escalonado a labores en los sectores público y privado, además de que recalcó que todas las medidas aprobadas “deberán aplicarse con estricto apego a los derechos humanos”.

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Confinación humana para detener el COVID-19

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En este mes de marzo, la humanidad ha sido sacudida debido a la interrupción inesperada en un creciente número de países infectados del patógeno coronavirus que provoca el COVID-19, cuya alarma ha inducido dramáticamente a que, desde las infraestructuras del poder político a escala global, se dicten medidas tendientes a contener en cuarentena a millones de personas a nivel planetario. De acuerdo con registros de la prensa internacional, a primeras horas de este 27 de marzo hay más de 526,945 casos diagnosticados con infección, 23,906 fallecidos, y 120,351 recuperados en 188 países.

En un principio, es de hacer notar que eventualidades no previstas como éstas vienen acompañadas de ciertas dosis de temor, las medidas de restricción –como se ha podido observar en la casi totalidad de naciones– y la insolidaridad como producto de la autosupervivencia, las cuales alargan y magnifican el sufrimiento humano, particularmente de todas aquellas personas con menor poder adquisitivo y que se encuentran en la periferia de las relaciones humanas-sociales –mismas que podrían subsanar estas imposibilidades marginales, de tener accesos eficientes y expeditos a los servicios de atención ante riesgos como éste, al que se enfrentan actualmente nuestras sociedades–.

confinamiento por COVID-19
Ilustración: Garcia Lam.

Ahora bien, en el contexto de esta eventualidad pandémica es interesante notar, por ejemplo, que gracias a las medidas sanitarias empleadas, se ha logrado por primera vez que, aunque sea a través de videoconferencia, un foro internacional como el G-20 haya contado este 26 de marzo con la intervención del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), foro mediante el cual llamó a que la ONU “intervenga para que se garantice a todos los países por igual el acceso a medicamentos y equipos”, denunciando que estos son adquiridos por los países con mayor poderío económico.

Pienso que esta crisis sanitaria ha puesto en jaque a sistemas económicos, sanitarios y sociales, debido a la vertiginosidad de las comunicaciones que nos permiten interactuar físicamente con “el otro” en tiempo récord. Es entonces cuando, evidentemente a falta de respuestas de contención –muchas veces inapropiadas socialmente debido a la latencia en el asomo de estigmas y discriminaciones–, relegan a amplios sectores poblacionales y les invisibilizan, lo cual obviamente, a partir de ese momento va en contravía del ideal y utópico acceso universal a derechos humanos básicos como lo es la salud. Y digo utópico porque muchas veces las gestiones institucionales están precedidas de sesgos ideológicos en torno a como se hacen lecturas de nuestras sociedades.

Son variadas las recomendaciones y los hashtags que invitan a nuestras comunidades a auto aislarse, como lo es el #Yomequedoencasa. No obstante, la crisis de desempleo que permea a amplias capas humanas y revisibilizada a través de este fenómeno sanitario adverso, nos dan las pautas para pensar que la precariedad es una condición sine qua non para concebir un desarrollo humano fraterno, que nos permita anticiparnos a eventos naturales como éste que azotan y recrudecen las condiciones de los estratos socioeconómicos más desposeídos.  

cuarentena covid-19
Ilustración: Go-Go.

En definitiva, a mi parecer, para lograr la contención del COVID-19 se debe pasar por rondas de consultas vinculantes y flexibilizadas a todos los niveles nacionales e internacionales; armonizar el diálogo entre datos científicos y sociales; y la transferencia de buenas prácticas en intervenciones médico-científicas desde aquellos sectores que identificaron en Wuhan (China) este nuevo y desconocido coronavirus.  

Posdata: Diversos países, con el acompañamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llevan a cabo ensayos clínicos para el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad. Autoridades latinoamericanas han venido reportando un crecimiento de infecciones y decesos a raíz de la pandemia. México, por ejemplo, reportaba al jueves 26 de marzo, 585 personas infectadas por el virus y 11 decesos producto del brote vírico. Honduras, por otra parte, reportaba el mismo día 68 infectados por el patógeno y una persona fallecida, asociado a la misma enfermedad.


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La emergencia sanitaria y la incertidumbre. ¿Asunto de fe o de Estado?

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Desde hace meses un jinete del Apocalipsis comenzó a cabalgar por las lejanas tierras de Oriente con una aterradora cauda de muerte y angustia que ha ido, paulatina e inexorablemente, cubriendo, con su macabra sombra, prácticamente la totalidad de la tierra.

La reacción de China, ante el surgimiento en su territorio de un diminuto pero poderoso enemigo, fue ejemplar y, hasta donde se sabe, ha venido teniendo éxito en su contención. No obstante, el desplazamiento del patógeno continúa causando estragos en la salud, en la economía, en la política y, en general, en toda la actividad social en vastas regiones del globo, incluyendo países de primer mundo, cuyos gobiernos se han visto obligados a la adopción de medidas drásticas de control social, sólo comparables con situaciones de conflicto bélico.

La interacción humana, en un mundo global y posmoderno, cada vez más intensa, masiva y vertiginosa, de fronteras abiertas, policéntrica e interdependiente, ha sido, evidentemente, el factor determinante de la rápida diseminación del contagio, particularmente, en estos momentos y de manera alarmante, hacia el viejo continente donde el control de la pandemia se ha ubicado en el asunto preeminente de la seguridad nacional, por encima de temas no menos importantes como la amenaza económica que será potenciada por la crisis sanitaria.

estado y salud
Ilustración: El Colombiano.

Francia, en voz de su presidente, ha declarado literalmente estar en guerra contra el letal coronavirus, así de grave considera una de las principales potencias, con una real e histórica relación con los más devastadores conflictos armados, la amenaza que se cierne sobre su sociedad y la relevancia que le acredita, como asunto de Estado, a la protección de su población antes que cualquier otro tema.

El presidente de Estados Unidos ha reconocido la trascendencia de la pandemia y sus efectos que ya se evidencian sensiblemente en territorio estadounidense, anunciando medidas políticas, económicas y sociales para su abordaje. De igual manera, países vecinos de Centro y Sudamérica, han anunciado medidas radicales que han llegado al cierre de sus fronteras como medida preventiva, a pesar de los efectos económicos que ello representa.

El fenómeno que se observa de todo esto mueve a la reflexión. Tanto los países que claramente cuentan con una capacidad organizativa e infraestructuras críticas en materia sanitaria, con centros de investigación prestigiados, con economías desarrolladas y robustas se han puesto en acción frente a la circunstancia con medidas extremas, lo mismo que aquellos países que acusan mayores vulnerabilidades en cuanto a sus capacidades materiales, económicas y de atención médica para satisfacer la eventual demanda.

Es natural que en ambos casos se asume la gravedad de la amenaza y la responsabilidad del Estado para enfrentarla en las mejores condiciones y con las menores pérdidas de vidas. En el caso de los países desarrollados otorgando primacía a la vida de las personas a pesar de los costos económicos o políticos. En el caso de los países más vulnerables, como una manera de evitar al máximo que la enfermedad rebase sus limitadas capacidades y se traduzca en una hecatombe que sería inmanejable.

pandemia y estado
Ilustración: Alamy.

Desde luego, entre estas dos percepciones existen puntos de coincidencia, aunque las circunstancias particulares resulten disímbolas, definitivamente representa, bajo cualquier condición, una amenaza a la seguridad nacional que demanda atención del Estado y de disciplina social, con una fuerte carga de información y decisiones concretas que neutralicen la incertidumbre y generen confianza.

Por lo que se observa, parece que el caso mexicano es sui generis, se ha dicho que todo a su tiempo, que no pasa nada, que el ritmo lo dictará la ciencia y, particularmente un doctor con estadísticas. Paralelamente se inundan los medios con mensajes de medidas domésticas, se autorizan eventos masivos y se ofrecen conferencias cotidianas que nos permiten, como simples espectadores, ver cómo se viene encima, poco a poco, la tenebrosa e incontenible ola, en un ambiente que día con día aumenta su dosis de incertidumbre y miedo, potenciada por la inundación de las eficientes redes sociales, que contribuyen al escepticismo y catalizan la angustia.

Mientras se aguarda la instrucción oficial ciertos sectores públicos y privados, universidades, escuelas de educación básica, empresas, centros de culto religioso, han adelantado sus propias medidas de suspensión parcial o total de labores o de trabajo a distancia, pero ello ha contribuido a la inquietud de quienes esperan señales más claras.

Por fortuna, México es un pueblo de fe y su fe lo sacará adelante. “No pasa nada… todo a su tiempo…”.

 Por lo pronto, de manera autónoma, las calles se vacían, el papel higiénico se torna artículo crítico e inusitadamente escasea en los anaqueles.


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