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Premio Alfaguara 2020

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Desde hace años sigo con interés y curiosidad los resultados de algunos premios litetarios, algunos amigos critican este deseo por leer novedades, yo siempre he contestado que lo hago porque no hay razón para dejar pasar obras interesantes por el sólo hecho de que son recientemente publicadas.

 Los premios tienen diferente razón de ser, algunos como el Premio Nobel o el Premio Cervantes reconocen la obra de los recipendiarios, y en general son autores muy destacados. El Premio Nobel ha tenido siempre algunos barruntos que se han incrementado en los últimos años, a tal grado que tuvo que ser interrumpido durante un año, aunque al siguiente se otorgaron dos preseas, el monto es cuantioso y el reconocimiento literario y social notable; en los años recientes han sido premiados autores poco conocidos, cuya obra incluso no existía en español, pero tuvimos poco después la oportunidad y necesidad de leerlos.

premios literarios
Imagen: Infobae.

Entre los escritores en español ha sido notable que no se otorgó a grandes personajes como Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes o Miguel Delibes, y como la presea sólo se concede a escritores vivos, es una falta irreversible. En el Premio Cervantes el problema es menos grave, porque únicamente se otorga a los escritores en español, y casi siempre ampliamente reconocidos y premiados; como todos los premios tienen sus anecdotas destaco el caso de Camilo José Cela que se pasó varios años reclamándolo, dado que ya había recibido el Premio Nobel. En los casos cuando el premiado es alguien del que no hemos leído nada, nos sentimos culpables y en la obligación de hacerlo.

El Premio Goncourt y el Premio Planeta, el primero en francés y el otro en español, se otorgan a una obra, principalmente el segundo tiene la intención de promover las ventas de la editorial y la lectura de la obra. Muchos lo critican pero a mí me parece que si se venden y leen libros, la literatura puede seguir viva, el Goncourt tiene una retribución sólo simbólica, mientras que el autor de la obra que obtiene el Premio Planeta recibe una suma muy cuantiosa, en ambos casos la intención es que se vendan muchos ejemplares y que sean leídos por mucha gente. El Premio Ranaudot, en cambio, surgió como contraparte de una agrupación de autores, ante la queja de que el Goncourt se otorgaba con predileción a obras de algunas editoriales; tiene un gran prestigio. El Nadal es un premio muy reconocido, muchos de los receptores han sido posteriormente grandes escritores.

El Premio Alfaguara se estableció en 1965, se otorga anualmente, fue suspendido de 1973 a 1997, la cantidad que se otorga es de 175,000 dólares, además de la publicación, difusión y publicación de la obra. En mi opinión, las obras premiadas han sido disímbolas, algunas ha resultado muy importantes, pero otras han pasado desapercibidas para la crítica, los lectores, y no sé si para las ventas. Es cierto que tiene una vocación más iberoamericana que el Premio Planeta, apenas en 2018 lo obtuvo Jorge Volpi con su obra Una novela criminal, que a mí me pareció espléndida, sin embargo, aún tratando un tema famoso, polémico y muy discutible desde el punto jurídico, social y político, obtuvo una repercusión menor a la que cuando menos yo esperaba.

premio alfaguara

En 2020 la novela triunfadora resultó Salvar el fuego, de Guillermo Arriaga. Un escritor mexicano, chilango, polifacético, muy conocido como cineasta, tanto como guionista como director. Aunque ya había escrito algunas novelas: Escuadrón guillotina (1991), Un dulce olor a muerte (1994) y El búfalo de la noche (1999), saltó a la fama como guionista de una espléndida película, Amores perros (2000), dirigida por González Iñárritu, cuyo éxito notable en todos sentidos llevó a ambos a realizar una saga de tres obras, 21 gramos y Babel (2006) la completaron. Estas películas fueron muy premiadas en varias categorías, incluidos los guiones de Arriaga. Él mismo, para otro director, escribió el guion de otra película, Los tres entierros de Melquíades Estrada  (2005), otro éxito de crítica y por parte del público, y en 2008 dirigió un guion para la película que él mismo dirigió: Fuego (The burning plan). En 2016 publicó una novela, El salvaje (Alfaguara), muy extensa, intensa, que un poco predecía a Salvar el fuego.

Guillermo Arriaga premio alfaguara
Guillermo Federico Arriaga Jordán, escritor, productor y director cinematográfico mexicano.

Salvar al fuego es una novela complicada de leer, es muy larga, tiene 660 páginas en la edición actual; es muy compleja porque está escrita en primera, segunda y tercera personas, con contrapuntos que a veces parecen desorientadores, pero que al final no lo son; como en su película Amores perros, en donde el accidente automovilístico nos sitúa en todo lo sucedido hasta entonces  y nos conduce al desenlace; aquí la prisión es el sitio de confluencia de personajes, situaciones y análisis. Guillermo Arriaga describe un México complicado, violento, deshonesto, que seguramente es brutalmente real y fidedigno. La historia está escrito de manera muy realista, a veces resulta cruel, por hiperdescriptivo e hiperealista. Utiliza un lenguaje lleno de varios matices, con un español muy propio y un caló, una jerga, que en realidad se vuelven muchos porque los personajes que lo utilizan pertenecen a muchas escalas sociales y, por tanto, su hablar es diverso. Es una obra magnífica pero muy oscura, que no se puede leer ni como una historia de amor ni como un thriller policiaco, es mucho más; una situación social complejísima, con profundidades vastas.

El jurado del premio en su acta escribió dos aseveraciones para justificar su decisión: “una historia de violencia en el México contemporáneo donde el amor y la redención aún son posibles”, y “una historia de amor y violencia ambientada en el México actual”, no sé lo que opine Arriaga de estas consideraciones, pero a mí no me parecen fundamentadas. Lo que sucede a los dos personajes principales es que intentan solucionar graves problemas no resueltos, con una relación aparentemente amorosa. No se puede amar si uno de ellos sufre por un maltrato infantil, que cuando menos él así lo considera, que sufrió de manera oprobiosa, intensa y, por supuesto, injustificada, y la otra sufre de un mal muy frecuente entre muchos miembros de nuestra sociedad, el aburrimiento y el tedio. Por supuesto que con semejantes cargas el amor no se da, lo que sucede es una relación perversa que los conduce al abismo y probablemente al infierno, si es que existe.

Desde luego es una obra interesante, muy importante, que no tiene desperdicio, que deja enseñanzas esenciales y un entretenimiento apabullador.


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El género del silencio

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El 15 de mayo de 1939, Isaac Bábel, un escritor cuyo prestigio le había ganado el privilegio de una dacha rural, fue arrestado en Peredelkino e internado en la prisión moscovita de Lubianka, sede de la policía secreta. Sus escritos fueron confiscado y destruidos –entre ellos textos a medio terminar, obras de teatro, guiones cinematográficos y traducciones. Seis meses después, al cabo de tres días y noches de inmisericordes interrogatorios, se declaró culpable de un falso cargo de espionaje. Al año siguiente fue sometido a un breve juicio clandestino en las últimas horas del 26 de junio. Bábel se retractó de su confesión inicial y clamó inocencia. A la 1:40 de la madrugada siguiente, fue ejecutado sumariamente por un pelotón de fusilamiento. Su última súplica no fue en su beneficio, sino por el poder y la verdad de la literatura: “¡Permítaseme terminar mi trabajo!”


Éste es el estremecedor párrafo inicial de la introducción de Cynthia Ozick a las Obras Completas de Isaac Bábel aparecidas gracias al amor e incansable energía de Nathalie Bábel, la hija del escritor que debió vivir en el exilio, pues su permanencia en la URSS en los aciagos días de la construcción del socialismo y como hija de un contrarrevolucionario, la hubiera llevado al mismo fin que su padre.

La versión oficial soviética hasta antes del derrumbe de la cortina de hierro sostuvo que Bábel falleció en un campo de concentración en Siberia el 17 de marzo de 1941. Pero en realidad fue ejecutado en la oscuridad. Se confirma que los fascistas son grandes cobardes: ni siquiera pueden asumir la responsabilidad de sus brutalidades.

isaak con su familia
Fotografía: Socialist Party.

(¿Recuerda el lector el caso de Alfredo Astiz, el rubio milico argentino de ojos claros demencialmente llamado “Ángel de la Muerte”? En las mazmorras de la dictadura aplicaba la picana a mujeres, niños y monjas atados de pies y manos. En las Malvinas fue el primero en rendirse sin soltar un tiro cuando estuvo frente a una compañía de soldados ingleses. Hoy gimotea en los rincones de su celda por que sus “derechos humanos” fueron “violentados”.)

Obras Completas de Isaac Bábel reúne todos los textos publicados del escritor e incluye algunos que fueron recuperados del olvido, retraducidos todos nuevamente del ruso por Peter Constantine, lo cual da al volumen una coherencia estilística que engrandece a uno de los mayores autores rusos de todos los tiempos a poco más de 80 años de su asesinato.

Bábel fue una entre millones de víctimas del padrecito Stalin, el zafio y brutal georgiano que de la mano de su alma gemela Lavrenti Beria se propuso edificar el socialismo mundial con una argamasa de sangre, lágrimas, dolor y carne de sus compatriotas.

La última fotografía de Bábel fue tomada por un comisario en la prisión de Lubianka poco antes de que fuera fusilado. En el pequeño cuadro a blanco y negro vemos un rostro mofletudo que enmarca una expresión serena, tal vez desencantada. Ni el temor ni la derrota se insinúan en esa expresión. Al contrario, encuentro en ella un gesto de compasión por sus verdugos.

La paciente labor del poeta Vitali Shentalinsky permite reconstruir los interrogatorios que padeció Bábel. El poeta se declara culpable de los más horrendos crímenes: alejamiento de las masas populares, conspiración contra el socialismo, banalidad artística y espionaje a favor de Francia reclutado por Malraux.

isaak babel  como prisionero
Fotografía: Homo Literatus.

Además delata a sus co-conspiradores, entre ellos una mujer con la que sostenía una relación amorosa, en una extraordinaria redacción de su propia mano que hoy podemos leer en su verdadera intención como un documento destinado no a los fiscales, sino a ojos de tiempos posteriores:

“En lo que respecta a mis Cuentos de Odesa, estos reflejaban sin duda el mismo deseo de alejarme de la realidad soviética, de contraponer a la cotidiana labor de edificación el pintoresco mundo, casi mítico, de los bandidos de Odesa, cuya descripción romántica incitaba involuntariamente a la juventud soviética a imitarlos […] Nuestro amor por el pueblo era retórico y nuestro interés por su destino una categoría estética. No teníamos raíces en el seno del pueblo, y de ahí provenía la desesperación y el nihilismo que propagábamos.”

Poco antes de su ejecución, Bábel intentó cambiar sus confesiones y desmentir las “denuncias” que había formulado bajo la inimaginable presión y tortura a la que fue sometido, pero no antes de haber escrito escalofriantes delaciones:

“[…] abrí el frente de la literatura soviética a los estados de ánimo decadentes y derrotistas, turbando y desorientando así al lector, convirtiéndome en testimonio vivo de la teoría de la conspiración de saboteadores y provocadores en el declive de la literatura soviética. Unas cuantas frases no sirven para medir mi trabajo de destrucción, pero ahora percibo sus verdaderas dimensiones con una claridad insoportable, con dolor y arrepentimiento […] La Revolución me abrió el camino de la creación, el del trabajo feliz y útil. Mi individualismo, las opiniones literarias erróneas, la influencia de los trotskistas bajo la cual caí desde el comienzo de mi trabajo, me desviaron de ese camino.”

isaac babel
Fotografía: Literatura.us.

Durante aquellos días y noches los interrogadores transmutaron los viajes de Bábel al extranjero en expediciones subversivas, las fiestas y eventos literarios en reuniones de conspiradores contra el paraíso de los trabajadores y la relación con artistas y escritores en conjuras contra el Estado. Así, Malraux pasó de ser escritor a promotor de la sedición.

La monstruosidad se acrecienta, si ello fuera posible, porque Bábel, igual que Gorki, fue un decidido partidario de los bolcheviques desde 1917 y durante la guerra civil fue comisario político en el ejército rojo. De hecho Caballería Roja, publicado en 1926, está basado en sus experiencias de guerra de aquella época. Los Cuentos de Odesa aparecieron al año siguiente. Sus obras de teatro Zakat y Mariya aparecieron respectivamente en 1928 y 1935.

Isaac Bábel nació el 13 de julio de 1894 en el puerto ucraniano de Odesa, hijo de un tendero judío. De pequeño la experiencia de vivir un pogromo lo dejó profundamente impresionado. Ya mayor se mudó a Kiev en donde eventualmente conoció y fue protegido por Máximo Gorki, quien publicó dos de sus cuentos en la revista Letopis.

La censura soviética consideró que esos cuentos contenían una carga erótica (Eros… bête noire de la represión) y procesaron a Bábel bajo el artículo 1001 del código criminal. Quizá por ello y sin duda por un creciente desencanto por el rumbo que tomaban los ideales de la Revolución, Bábel se fue alejando del régimen y se convirtió en un crítico de Stalin. En represalia los censores se encargaron de que no pudiera publicar. Durante la primera asamblea de la Unión de Escritores Soviéticos en 1934, Bábel exclamó ante la asamblea: “He inventado un nuevo género… ¡el género del silencio!

Más de ocho décadas después, el amor de una hija redime al padre. Obras completas de Isaac Bábel confirma que la palabra es luz que vence a las tinieblas del silencio.

Juego de ojos.

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Entrevista a la escritora Antolina Ortiz, ganadora del Premio Nacional la Novela Breve de Editorial Paralelo 21

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En Montreal, Canadá, Roberto Arriola García entrevista para El Semanario Sin Límites a Antolina Ortiz, egresada de la Licenciatura en Filosofía de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, y una emergente estrella en el mundo de las letras hispánicas.

  • Antolina Ortiz (@antolina_ortiz) fue galardonada el año 2019 con el 1er Premio Nacional a la Novela Breve para Escritoras Mexicanas por la Editorial Paralelo 21 en México;
  • Fue nominada en ese mismo año al Premio Nadal, en España, por su novela corta “Seda Araña”.
  • Esta novela es la tercera de su prometedora carrera, a la cual le antecedieron: “Tres Silencios”, publicada en México; y “Otumba”, publicada en Canadá.

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Hablemos sobre la obra de Roberto Ampuero

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Roberto Ampuero es un hombre interesante, escritor, político y profesor de literatura. Nació en Valparaíso, Chile, y ha vivido y trabajado en muchos lugares del mundo. A pesar de que es un escritor muy exitoso y premiado, en México es difícil conseguir su obra, por eso hay que leerlo en cuanto uno tiene oportunidad de encontrar sus libros, de los cuales desafortunadamente no hay versiones electrónicas.

Una obra definitiva y definitoria es Nuestros años verde olivo, escrita en 1999; en ella nos relata su experiencia personal después de salir de Chile con la llegada de Pinochet, un poco como exilado y un poco como estudiante llega a la entonces Alemania Oriental y empieza a estudiar Literatura, se enamora de una bella mujer cubana y cuando están a punto de huir a Alemania Occidental, son descubiertos por el padre de la chica, que era un alto funcionario del gobierno de la isla, y quien los convence de ir a Cuba y casarse.

Poco tiempo más tarde y después de haber tenido un hijo, deciden separarse, ella se integra al gobierno y forma parte del Partido Comunista hasta puntos cercanos del fanatismo, y él, por su parte, se convierte en un paria extranjero, sin partido, sin trabajo y sin una clara definición política, haciéndole la vida muy difícil a pesar de que culmina sus estudios, y después de varios intentos, consigue salir de Cuba y regresar a Alemania Oriental.

libro de Roberto Ampuero

Posteriormente, luego de lograr salir a la otra Alemania, al poco tiempo se traslada a Estados Unidos donde inicia una larga carrera como profesor en diversas universidades. Él solo (Roberto Ampuero) ha suspendido sus labores docentes para ser Embajador de Chile en México durante el primer gobierno de Piñeira (político catalogado como de derechas), suspende su labor diplomática para ser Ministro de Cultura hasta la llegada del segundo gobierno de Bachelet, lapso en el que regresa a sus labores de profesor en universidades estadounidenses y vuelve a escribir.

Al regreso de Piñeira para un nuevo periodo presidencial, es nombrado Ministro de Relaciones Exteriores. Como vemos, es un personaje sumamente interesante, y tengo pendiente por leer Detrás del muro, libro en el que relata su paso al mundo occidental y sus inicios como profesor de literatura.

Además de los libros mencionados y varios ensayos de suma relevancia, destaca uno en el que analiza la literatura de Edwards, tiene también una serie de novelas policíacas con las que ha obtenido grandes éxitos e incluso ha sido premiado. Como varios escritores de este género, tiene un personaje emblemático; el de Ampuero es el investigador privado Cayetano Brulé, un personaje nada sexy, poco atractivo y que incluso sólo es exitoso a medias; porque a pesar de que resuelve los complicados casos a los que se enfrenta junto a su ayudante Susuki, resulta que o bien el mérito no siempre es para ellos, o casi nunca las ganancias secundarias son para ellos.

libro de Roberto Ampuero

Cita en el azul profundo es una gran novela policíaca, pero quizá trascienda eso. Cayetano Brulé es citado en un restaurante, que se llama Azul Profundo, por un nuevo cliente que le ha pagado una gran suma por adelantado y en el momento en que se va a entrevistar con él, es cruentamente asesinado; en un exceso de celo, Brulé continua la investigación, lo que le lleva a situaciones muy emocionantes, peligrosas y complicadas en lugares muy diversos; Chile, Alemania; Suecia; Cuba; México, todos países que el autor conoce a la perfección.

Nos narra el autor que Chile, en ese momento, pasa por una crisis política con huelgas, e inquietudes urgentes que manifiesta su población indígena, entre otras, a pesar de vivir una época de bonanza económica; que, por las épocas en que fue escrita Cita en el azul profundo, corresponde al primer periodo de Piñeira. El caso es que la novela se va complicando cada vez más, hasta que en Estocolmo empieza a descubrir una relación con una organización internacional, supranacional, la WPA, cuyas siglas no son nunca desatadas y que es una misteriosa organización que se dedica a combatir a los países que invaden o tratan de invadir mercados que ya están ocupados por países del primer mundo. No tiene sede, dirección postal, ni electrónica, no se sabe quiénes son sus directivos, y sus métodos desestabilizadores son a veces simples, a veces complicados, pero casi siempre efectivos; Brulé se acerca a desentrañar a la WPA pero no lo consigue; es en Playa del Carmen donde encuentra a un ex miembro de la Guapa –así le llaman en Cuba–, y le da el quid y evita un desenlace trágico para Chile. Asimismo, descubre claves interesantísimas, sin embargo, el mérito no se lo llevan Cayetano y Susuki, sino un Ministro de Estado.

libro de Roberto Ampuero

         Ahora Chile sufre una nueva crisis política a pesar de una clara bonanza económica, habría que preguntarles a Cayetano Brulé  y a su ayudante Susuki si nuevamente la WPA tiene algo que ver.

         Desde luego, Cita en el azul profundo es una novela muy buena, interesante de leer, muy bien escrita, que como todos los buenos libros nos deja preguntas al final.

Lecturas recomendadas:

Roberto Ampuero. Nuestros años verde olivo. Penguin Random House. Grupo Editorial, Debolsillo 1ª reimpresión. México. 2016.

Roberto Ampuero. Detrás del muro. Sudamericana. Chile. 2014.

Roberto Ampuero. La historia como conjetura. La narrativa de Jorge Edwards. Andrés Bello. Chile. 2006.

Roberto Ampuero. Cita en el azul profundo. Penguin Random House. Grupo Editorial, Debolsillo.  México 2013.