exoplanetas

Búsqueda de nuevos planetas

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Se han descubierto más de 4,000 planetas que giran en torno de otras estrellas, o que no tienen estrella y orbitan en torno al centro de la galaxia con su conjunto de satélites, como lo realiza el Sol y sus planetas y cuerpos menores. La búsqueda de nuevos mundos emplea no sólo telescopios ópticos sino también infrarrojos y poderosos conjuntos de antenas de ondas de radio llamados “interferómetros”. Con los datos recolectados se pretende descubrir mundos similares a la Tierra recién formada, pues emiten radiación infrarroja y planetas con sistemas de anillos similares a Saturno, cuyas propiedades se obtienen a partir de radio frecuencias.

La búsqueda de planetas extrasolares se ha intensificado. Por un lado, para analizar mundos en diversas etapas de formación semejantes a la Tierra. Cuando ésta se formó era una masa fundida recubierta de una corteza sólida que se integró por la agregación de objetos más pequeños, y al aglutinarse todos estos elementos se fundieron. Dado que estos mundos recién formados están incandescentes se pueden descubrir con telescopios infrarrojos. Observar directamente planetas similares a la Tierra en cuanto a masa y distancia al Sol, arrojan evidencia sobre su formación y permiten confirmar o rectificar los planteamientos teóricos.

Planeta similar a la Tierra
Planeta similar a la Tierra recién formada por agregación de cuerpos menores (Universe Today).

Por otro lado, descubrir planetas tan grandes como Júpiter o Saturno, arrojan información sobre la frontera entre un planeta y una estrella. Teóricamente si un mundo posee más de 73 veces la masa de Júpiter –7% de la del Sol– podría generar reacciones termonucleares en el núcleo y por lo tanto brillar como estrella. Sin embargo, mundos con masas menores no poseen la presión y temperatura suficiente en el núcleo para llevar a cabo reacciones termonucleares.

Se están utilizando los interferómetros más grandes que existen para poder estimar los tamaños y masas de los mundos más extensos. Los interferómetros son conjuntos de radiotelescopios colocados en distintos sitios del planeta que simulan la extensión de un telescopio del tamaño de la Tierra para poder observar a los astros con gran detalle, aunque la cantidad de radiación capturada sólo sea una fracción muy pequeña de la que tendría un telescopio de 12,700 kilómetros de diámetro.

telescopios en norteamerica
El arreglo de radiotelescopios de base muy larga ha descubierto planetas gigantes con sistemas de anillos (VLBA, NRAO).

Aunque la posibilidad de detectar planetas similares a la Tierra más allá de nuestro Sistema Solar es un gran desafío para la astronomía, se han podido desarrollar una gran variedad de instrumentos ópticos muy sofisticados y técnicas para este fin. Por lo pronto, se han descubierto planetas similares a Saturno y más masivos a través de los interferómetros. A estos planetas se les nombró Kepler 9b y Kepler 9c, y orbitan a una distancia de aproximadamente 2,000 años luz de la Tierra.


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La zona habitable de un exoplaneta

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La búsqueda de vida extraterrestre está en pleno auge. Se han descubierto 4,000 exoplanetas, varios se asemejan a la Tierra, pero no todos poseen las condiciones para que tengan civilizaciones que hayan desarrollado tecnología para contactarnos. Se están buscando, sobre todo, los que estén más cerca de la Tierra.

En el caso de nuestro mundo, para que haya vida se requieren de varias condiciones mínimas: diversidad de elementos químicos, abundancia de carbono, nitrógeno y oxígeno, una fuente de energía estable, y agua líquida, pues ésta facilita el intercambio de nutrientes. Además se requiere que haya un campo magnético que desvíe los rayos cósmicos letales que produce el Sol. Si se desea descubrir una civilización extraterrestre, se necesita que el exoplaneta orbite una estrella que viva miles de millones de años. La vida en la Tierra surgió hace 3,800 millones de años. A nuestra civilización le tomó 100,000 años construir instrumentos capaces de analizar mundos fuera del sistema solar.

Existen zonas en torno de las estrellas llamadas zonas habitables donde es posible que se desarrolle la vida. Si el planeta está muy cerca de la estrella se calienta mucho, por lo que el agua y la atmósfera se evaporan; y si se encuentra muy lejos se mantiene congelado, lo que impide que haya agua líquida en la superficie.

zona habitable
La zona habitable depende de la temperatura de la estrella. En esta figura se muestra en color verde. La zona roja está demasiado caliente y la azul demasiado fría para que exista agua líquida (The Website of Learning).

Las estrellas más calientes viven menos que las más frías porque consumen su combustible a mayor velocidad. Por lo tanto, la búsqueda de vida extraterrestre se está concentrando en las estrellas más pequeñas, éstas son las enanas rojas –de temperatura fría– que viven decenas de veces más tiempo que el Sol y centenas de veces más que las gigantes azules, que son las más calientes de todas.

El problema con las estrellas enanas rojas es que producen una cantidad mayor de rayos cósmicos que el Sol. Si los planetas en la zona habitable no tuviesen campos magnéticos para desviarlos, por ejemplo, como existe en la Tierra donde la circulación del núcleo de hierro y níquel lo generan, no podría desarrollarse la vida en aquél lugar.

estrellas rojas
Las estrellas enanas rojas más pequeñas, son sumamente activas y su producción intensa de rayos X podría interferir con la existencia de vida en planetas cercanos, a menos que tuviese campos magnéticos intensos (Universe Today).

Si pudiésemos observar todos los planetas habitables que giran en torno de las estrellas enanas rojas de nuestra galaxia, ascenderían a 40,000 millones, ya que en la Vía Láctea hay 100 mil millones de estrellas y la mayor parte son estrellas pequeñas. Hasta el día de hoy se han descubierto con certeza, incluido el Sol, medio centenar.

estrella Kepler 442
La estrella Kepler 442 posee uno de los planetas ideales para albergar vida. Sus estrellas es del tipo K, es decir, vive más que el Sol; es rocoso, por lo cual podría tener un campo magnético que lo protegería de la radiación X de su estrella (Universe Today).

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