feminicidios

#IngridEscamillaChallenge contra feminicidios

Lectura: 2 minutos

Reto viral buscan ocultar imágenes del feminicidio de Ingrid Escamilla

Las imágenes del feminicidio de Ingrid Escamilla compartidas en redes sociales por elementos de la policía capitalina conmocionaron a México por el horror y el alto nivel de violencia que explícitamente mostraron.

En condena la poca sensibilidad hacia la víctima y sus familiares, la activista Sofía Weidner compartió en su cuenta de Twitter una ilustración del rostro de Ingrid Escamilla, y exhortó a los usuarios a no compartir las fotos de su feminicidio.

“Hice este retrato porque así es como deberías haber sido recordada y no de la manera en que te revictimizaron. Más de una de nosotras no durmió por pensarte, sin conocerte nos doliste, nosotras seremos tu voz ahora. Descansa en paz, Ingrid”, acompañó junto a su post.

Los usuarios de la red de microblogging se unieron a la petición lanzando un reto viral para compartir imágenes de paisajes que promueven la paz bajo el hashtag #IngridEscamillaChallenge e #IngridEscamillaCuerpo.

Paisajes, animales, sonrisas y armonía, es lo que se muestra en las fotos del reto viral que busca erradicar la inhumanidad de haber compartido las imágenes del feminicidio de Ingrid Escamilla en redes sociales y los robots de búsqueda en Internet.

Feminicidio, estadística o negación. La tentación por la reforma penal

Lectura: 3 minutos

Hace unos días, quizá con una buena intención, el Fiscal General de la República planteó la eliminación en los códigos penales del delito de feminicidio con objeto de remplazarlo, en un código penal único, por el delito de homicidio calificado, ante la dificultad técnica que tiene el Ministerio Público para probar el primero y ante el creciente incremento (135%) en la estadística de ese delito.

La acalorada respuesta no se hizo esperar, llovieron las críticas y descalificaciones por doquier a la propuesta y a su autor, cuyas explicaciones poco o nada han ayudado a aligerar la indignación de sectores diversos, particularmente activistas y organizaciones feministas. Definitivamente, el momento no fue el más oportuno para sugerir tal medida, dado el ambiente de reclamo generado desde hace meses, siguiendo el ejemplo chileno, en un contexto de violencia y acoso contra mujeres, que ha tenido efectos naturales en otros sectores como el de la Universidad Nacional, en donde la demanda estudiantil contra la violencia de género se ha visto enrarecida por el vandalismo con una motivación e intencionalidad aún incomprensibles.

Si la propuesta por sí misma no fuera suficiente para el encendido rechazo social, la reciente filtración de imágenes en redes sociales sobre el macabro y brutal asesinato de Ingrid Escamilla el fin de semana pasado, vino a incentivar la ferocidad de la oposición a la propuesta exponiendo una vez más, con crudeza, la realidad de un fenómeno delictivo que va al alza.

feminicidios y constitucion
Ilustración: Víctor Solís.

El objetivo de reformar los códigos para dar una nueva tipificación, tal como se entiende, sería el de mostrar una reducción en las estadísticas, toda vez que los agentes del ministerio público tienen dificultad para diferenciar el homicidio de una mujer que no se comete por razón de su género, del que si se comete por esta razón y aportar la evidencia necesaria para judicializar los casos. Ello implica que se clasifique como feminicidio, cualquier caso en que sea asesinada una mujer, lo que incrementa la estadística.

La pregunta es si lo que se busca es dar más certeza y contundencia a las acciones de prevención y persecución de estos delitos y en su caso al castigo de los culpables o simplemente mostrar la eficiencia de los órganos responsables de procurar y administrar la justicia mediante cifras menos preocupantes.

Lo primero es, desde luego, lo deseable, la contundencia y eficacia en la aplicación de la ley, evitando la impunidad de los criminales y, consecuentemente, el incentivo perverso para delinquir. Lo segundo, significaría, sencillamente, la edulcoración de la realidad a través de números pretendidamente más amables, la exhibición de una eficiencia aritmética que muestre resultados a la baja en la violencia de género, útil quizá para la comunicación política, pero no para la transformación práctica de la realidad social que enfrenta la mujer en nuestro país.

El tema subió tanto de tono que el Jefe del Ejecutivo tuvo que salir a declarar enfáticamente que la sugerencia de reforma del fiscal no se realizaría, la razón es que, fue explícito, aun cuando se lleve a cabo una reforma buena, “se puede mal interpretar” por lo que se mantiene, porque si se tiene esta “situación especial en la universidad… que las cosas queden como están”, señaló el mandatario, aunque el debate ha continuado.

feminicidios en mexico
Ilustración: Nexos.

La tentación reformadora está en el ADN de la política mexicana, no es una novedad. La proclividad a modificar la norma en cada administración es añeja, tal vez sea ése el origen de muchos de los males que hemos padecido como sociedad al tratar de amoldar la ley a los intereses personales o de grupo en el ejercicio del poder antes que cumplirla y hacerla cumplir a cabalidad.

El espíritu de la ley, desde el marco constitucional, es establecer las reglas del juego para orientar el intercambio social en un ambiente de armonía razonable, al brindar certeza y límites sobre los derechos y responsabilidades de las personas y las entidades públicas, así como las sanciones a quienes transgreden el pacto social; modificarla continuamente ocasiona desarreglos, incertidumbre y miedo.

El justo reclamo de las mujeres por una vida con respeto y libre de feminicidio y violencia, no puede atenderse con un sencillo cambio de tipo penal ni con la negación de la realidad, sino con acciones reales, patentes y contundentes desde la cúpula hasta la base ante un fenómeno social y cultural complejo.


También te puede interesar: Violencia de género: cáncer que debemos extirpar.

Ingrid; no es una más, es una menos

Lectura: 2 minutos

Feminicidio de Ingrid desgarrador pero con precedentes

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, condenó el feminicidio de Ingrid Escamilla, una joven de 25 años que fue brutalmente asesinado en manos de su pareja en la alcaldía Gustavo A. Madero.

Fue una discusión la que llevó al agresor identificado como Érick Francisco ‘N’ a privar de la vida a su pareja. Un hecho atroz que conmocionó a la Ciudad de México después de que se filtraran imágenes de los hechos en redes sociales.

De acuerdo con una tarjeta informativa de la Secretaría de Seguridad Ciudadana CDMX, fechada el 9 de febrero a las 10 horas, los hechos ocurrieron en la calle Tamagno #258, en la colonia Vallejo de la GAM.

La filtración de la información del feminicidio de Ingrid por parte de la policía capitalina ha derivado en la investigación a seis funcionarios tanto de la Secretaría de Seguridad Ciudadana como de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, según informó Nelly Montealegre, subprocuradora de Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad.

Pena máxima para el responsable del feminicidio de Ingrid

La Fiscalía General capitalina ha dicho el martes 11 de febrero que, en el caso del brutal asesinato de la joven, buscará la pena máxima para el responsable.

“En este, como en todos los casos de violencia contra las mujeres, investigaremos hasta el fondo y seremos implacables”, declaró.

Un caso más de feminicidios y una menos

El caso de Ingrid es sólo una muestra de lo que ocurre en todo el país con la clasificación de los casos de muertes de mujeres.

En los últimos cuatro años y medio un total de 14 mil 152 mujeres fueron asesinadas en México. Son casos que según disposiciones legales deben indagarse de inicio como posibles feminicidios. Pero en la realidad, sólo uno de cada cinco casos es clasificado e investigado de esta forma.

ONU condena feminicidio de Ingrid

A través de su cuenta en Twitter, ONU Mujeres México, condenó los hechos y exigió a las autoridades acciones para evitar la violencia contra las mujeres.

” Condenamos el feminicidio de Ingrid Escamilla. Solicitamos acciones integrales para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas. Exigimos el pleno acceso a la justicia y la no revictimización para todas”.

La violencia en Juárez

Lectura: 2 minutos

Violencia en Ciudad Juárez Chihuahua opaca estrategia de seguridad de AMLO

Ciudad Juárez registra el 63 por ciento de los delitos en el estado de Chihuahua, cifras que al gobierno de Andrés Manuel López Obrador le ha costado atacar.

El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, indicó que en el caso de los homicidios dolosos se tiene un reporte de 2 mil 150, de los cuales mil 286 homicidios se han cometido en Ciudad Juárez, lo que ubica a la ciudad como la más violenta de la entidad.

La estrategia de seguridad

El reto para la Sedena ha sido contrarrestar los índices de violencia; sin embargo, el despliegue de casi 14 mil elementos de la Guardia Nacional y la policía local ha sido infructífero para controlar la violencia en Ciudad Juárez, Chihuahua, Cuauhtémoc, Guadalupe y Calvo, Bocoyna y Madera; los cinco municipios con más incidencia delictiva.

En conferencia desde el estado de Chihuahua, Andrés Manuel López Obrador reconoció que el homicidio doloso es el delito que más preocupa a su gobierno por el impacto que tiene en la sociedad; sin embargo, subrayó que su estrategia de seguridad ha logrado reducir de manera significativa la violencia en el norte del país.

“Nos preocupa el delito de homicidio porque es la pérdida de vidas y eso es lo que más nos preocupa de todo. Medimos por eso lo de homicidio, pero también porque no hay cifra negra en el caso de homicidios como no la hay en el robo de vehículos”, expuso.

Para López Obrador, en temas de seguridad en Chihuahua se va avanzando, pero reconoce que “falta más para reducir el número de homicidios”.

El primer mandatario añadió que gracias a las tareas de inteligencia, el caso LeBarón ha tenido avances significativos para esclarecer los hechos. “Ahí se avanzó mucho porque de inmediato hubo trabajo de inteligencia, de la Marina y de la Defensa”.

Los feminicidios de Ciudad Juárez

Entre los delitos dolosos en Ciudad Juárez se encuentran los altos índices de feminicidios. Datos de la Fiscalía Especializada de Delitos de Género indican que 2019 se convirtió en uno de los años más violentos para las mujeres en Chihuahua, con un total de 150 homicidios registrados en Ciudad Juárez.

Los datos indican que en enero de 2019 perdieron la vida 14 mujeres; en febrero 8; marzo 9; abril 13; mayo 17; junio 15; julio 21; mientras que agosto cerró con 10 feminicidios. En septiembre se registraron 7 casos más; octubre cerró con 18 y noviembre agregó 17, según la cifra oficial; la mayoría de ellos relacionados con la delincuencia organizada.

Violencia de género e injusticia social: crece encono de la acción colectiva

Lectura: 4 minutos
Acciones colectivas frente a situaciones límite

¿Por qué en fechas recientes miles de mujeres se han movilizado en las calles de las ciudades mexicanas armadas con palos, martillos, pinturas y cadenas exigiendo un freno a la violencia machista al grito de el violador eres tú? ¿Por qué millones de mexicanos votaron el año pasado por una opción política que prometía cambios en torno a la justicia social? Estas preguntas, por muy disímiles que parezcan, tienen un elemento en común a la hora de responderlas. Ambos fenómenos parten de una fuente de indignación y enojo frente a situaciones límite de violencia de género o injusticia social. Tales situaciones límite se ilustran con cifras como las siguientes:

~ En México, la violencia machista acabó con 3,742 mujeres en 2018, lo que significa más de 10 víctimas diarias (Reina y Zerega, 2019).
~ El 66% de las mexicanas mayores de 15 años ha sido víctima de violencia según una encuesta de 2016 sobre relaciones en el hogar (Barragán, 2019).
~ De enero a septiembre de 2019, dos mil 833 mujeres han sido asesinadas en México; pero, de esta cifra, sólo 25.6% (726 casos) son investigados como feminicidios (homicidio por género), mientras que los otros 2,107 asesinatos, son calificados como homicidios dolosos (Animal Político, 2019).
~ En México, 4 de cada 10 personas son pobres, es decir 52.4 millones de mexicanos o 41.9% de la población (Riojas y Ortega, 2019).
~ La pobreza se agudiza en el sureste del país (tres estados concentran el 20% de individuos en esa situación), y afecta a pueblos indígenas, adultos mayores, personas con discapacidad, así como niños y adolescentes (Riojas y Ortega, 2019).
~ Según cifras de 2018, el 48.8% de la población mexicana tiene un ingreso inferior a la línea de pobreza; mientras que 16.6% está por debajo de la línea de pobreza extrema (CONEVAL).

En un panorama así, no es extraño que las mujeres, por un lado, estén furiosas y que, no vislumbrando otra alternativa mediante la cual fueran escuchadas, se lanzaran a las calles a protestar con muestras de gran enojo contra la violencia de género -haciendo referencia a las marchas anteriores cuando se manifestaban sólo con gritos, una alumna de la UNAM argumenta “¿De qué servía que gritáramos? ¿De qué sirvió hacernos las buenas? Nos están matando, carajo” (Reina y Zerega, 2019)-. Por el otro lado, tampoco es extraño que millones de mexicanos, hartos de que los políticos siguieran robando impunemente, mientras amplios sectores poblacionales no contaran con las condiciones mínimas para vivir dignamente, hayan votado por un candidato que prometía la tan anhelada justicia social.

encono mujeres
Ilustración: Golden Cosmos.
Desigualdad: de la naturalización del problema

A lo largo de los años hemos encontrado discursos que justifican la violencia de género o la pobreza en México con frases como: “la culpa fue de ella por vestirse así” o “son pobres porque quieren”. Estos discursos se fundamentan en una desigualdad estructural, de género y socioeconómica, que atraviesa a toda la sociedad mexicana. Tal desigualdad ha provocado, de un lado, la naturalización de la violencia y la injusticia social. Con ella, las violaciones o los asesinatos de mujeres, así como las contrastantes tasas de desnutrición o mortalidad entre el campo y la ciudad aparecen como escenarios “normales” en la vida de México. Pero, del otro lado, la desigualdad también ha gestado encono social. Impulsadas por movilizaciones globales o arropados por las palabras de un carismático líder, quienes han vivido la violencia y la pobreza en carne propia o la han visto de cerca han encontrado en las manifestaciones feministas y en el voto/apoyo a un candidato/gobernante que promete una transformación, una vía para sacar el enojo contenido durante años.

Es por ello que no resulta raro encontrar entre las mujeres que se manifiestan y entre los seguidores del presidente, palabras y acciones de ira difíciles de comprender si no consideramos el contexto más amplio. Lo lamentable es que también, y como contraparte de este encono social, encontramos palabras y acciones de quienes no comparten tales sentires. De ahí que, en el discurso y la práctica, estemos viviendo una polarización de visiones que parecen irreconciliables. De un lado están las mujeres que gritan, golpean, pintan y cantan para acusar a los (potenciales) delincuentes que las atacan; mientras que, del otro, están los hombres (y algunas mujeres) que las acusan de ser ellas mismas violentas y exageradas en su reacción. De igual forma, de un lado están los seguidores del presidente quienes alaban todas las acciones tomadas por su líder a la vez que descalifican cualquier crítica en su contra y, del otro, están los adversarios que buscan el menor resquicio para criticar, con o sin razón, al presidente y sus seguidores.

enmienda
Ilustración: Victor Solís.

¿Qué hacer en un escenario con estas características? ¿Debemos tomar partido e incrementar las filas de aliados o adversarios? Sin duda alguna, si nos sentimos agraviados eso haremos. Pero ¿hacia dónde llegaremos como una sociedad enojada, como una sociedad polarizada? La respuesta no es sencilla. Lo cierto es que frente a situaciones límite parece que ya no hay vuelta atrás. Lo que hemos estado viendo los últimos dos años en términos de acción colectiva (con protestas o con el voto) también se puede leer como el despertar de una sociedad que, a pesar de estar agraviada, por décadas permaneció en la sombra, dormida e indiferente frente a situaciones tan lamentables como la violencia de género y la injusticia social.


Fuentes consultadas:
Animal Político-Redacción (2019), “Suman casi 3 mil mujeres asesinadas en México en 2019; solo 726 se investigan como feminicidios”, Animal Político.

Barragán, Almudena (2019), “La frustración y el enojo: la ruta para denunciar el abuso sexual en México. Cuatro mujeres relatan las dificultades para llevar ante la justicia sus casos de abuso sexual”, El País.

Reina, Elena y Georgina Zerega (2019), “Las mexicanas gritan basta a la violencia machista. Miles de manifestantes exigen poner fin a la violencia machista, que acaba diariamente con la vida de 10 mujeres en el país”, El País.

Riojas, Cristóbal y Ariadna Ortega (2019) “4 de cada de 10 mexicanos son pobres, anuncia el Coneval”, Expansión.

La memoria es masculina. ¿Quién es el violador?

Lectura: 5 minutos

Hace poco escribía que en México hace falta una iconografía de la marcha, una identidad visual que amalgame y represente al cúmulo y a sus demandas. En mis cavilaciones, pienso que esa identidad iconográfica está lejos de lograrse, en virtud de nuestras profundas divisiones. No obstante, el fenómeno mundial de “Un violador en tu camino” me vino a dar una cierta tranquilidad, pues se replicó en varias ciudades del país, en varias instituciones educativas y el resultado no se verá pronto, pero por lo menos, tendrá que comenzar a tomar forma. Una victoria es la aprobación de la Ley Olimpia en la Ciudad de México.

¿Por qué me dio tranquilidad ver las numerosas representaciones de “Un violador en tu camino”? En primera instancia, porque canaliza la ira, durante años contenida, que se produce al culpar y criminalizar a las mujeres. En segunda porque enfrenta directamente al agresor: lo identifica, lo clasifica, lo nombra. Me gusta que se haya hecho en varias lenguas y que incluya a mujeres de todas edades. Participar en una performance mundial de alguna manera sí potencia la energía en torno a una preocupación, que a la vez se desdobla en muchas.

Sigue –y seguirá– el debate respecto a las pintas realizadas en los monumentos. Ya pasado el tiempo, reflexiono en el concepto nuevamente, en lo que “deben” representar para una comunidad y en que, precisamente porque son representativos, son espacios de visibilidad de lo que se les adhiera: ya sean pintas, ya sean varias capas de playo para protegerlos, los monumentos están en el foco y se encuentran desnudos y a merced de la manifestación de lo social, simplemente porque son parte de lo social. Lo que no representa, no se ve y por lo consiguiente, no se activa simbólicamente.

violador-feminismo
Imagen: Pinterest.

¿Qué es lo que tanto nos esforzamos en preservar? Aquí viene lo interesante: preservamos no el objeto, el monumento, sino la memoria que vehicula. Claro, ese discurso no es un flujo “natural” y unívoco que sale de la pieza; ese discurso es selectivo, parcializado, entendido y perpetuado con voluntad mediante las ceremonias cívicas, es decir, el ritual de la repetición. Los que se enojan por las pintas y la “vandalización” no creo que tengan cabal idea de a quiénes representan las esculturas de Reforma; se indignan porque forman parte de un paquete de memoria fabricada, cuyo epítome se encuentra en el Monumento a la Independencia. El colmo para ellos fue la vandalización del Hemiciclo: muy deplorable, dijeron, esto de que hubieran “vandalizado” el insigne Hemiciclo a Juárez. Qué cosa tan fea y procaz que su avecita del centro haya quedado como un perico tropical, pintado de rosa y verde. En efecto, con el color el plumífero se degrada y queda como guacamaya sacrificada. Abajo dice “Mujer Ármate” y “Feminicidas”. ¿Todavía no somos capaces de ver?

La discusión se enriquece con un suceso reciente: La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas se manifestó en el Palacio de Bellas Artes. ¿La razón? Piden que se retire la obra de Fabián Cháirez que se exhibe en ese recinto como parte de la curaduría de la exposición Emiliano. Zapata después de Zapata. La obra se expuso con antelación en la Galería José María Velasco y no pasó a mayores. Al parecer, los ofendidos no supieron de ello y en cambio sí se sintieron vulnerados por la exhibición en el Palacio, un recinto legitimador de discursos. En la nota de El Heraldo de México se contiene la entrevista telefónica hecha al nieto de Emiliano Zapata: los argumentos son pueriles. Pretende demandar a la directora del INBAL, Lucina Jiménez y al artista por denigrar la figura de su abuelo en esa forma. ¿En dónde está lo denigrante? En la feminización del personaje. Don Jorge Zapata no fue capaz de hablar de homosexuales: “…tengo muchos amigos que son de otro género, o que aparentan ser de otro género” (https://bit.ly/2YBHWQF). Con la promesa de destruir la obra, el grupo que se manifestó se negó a escuchar la invitación del director del recinto, Miguel Fernández Félix, quien afirmó que no se retirará la pieza de salas. No hay ganas de entender una propuesta, no hay ganas de construir nuevos discursos, sino de perpetuar el que les ha resultado “ganador”.

zapata en bellas artes
“La Revolución”, Fabián Cháirez (2014).

El nieto de Zapata se deslinda de la voluntad de quemar o afectar la obra, pero no se responsabiliza por lo que “los pueblos” puedan hacer. “Nosotros no buscamos dinero, buscamos llevar en alto la figura de nuestro general”, afirma Zapata. Lo que tanto le vulnera (“esa pinche porquería”, según sus propias palabras), además de la apelación a lo femenino de un héroe que, por supuesto, debe permanecer en la memoria como todo un hombre, es que se juega con su capital simbólico, con lo “inalterable” de una imagen construida a lo largo de los años, pero también, al rostro de un programa político, de una facción revolucionaria: “Que denigren a un abuelito de ustedes. ¿Por qué no ponen la figura de Carranza, la de Huerta…?” La obra de Cháirez expropia esa “única forma” de entender la masculinidad (fuerte, viril), tanto como la idea de sacralidad del héroe. Femenino es, en la lectura tradicional, igual a vulnerable, veleidoso, débil… Y entonces ¿por qué tienen miedo a las acciones de los colectivos que, no sólo vandalizando, sino por medio de performances, hacen una denuncia de la complicidad de todas las instancias de poder para perpetuar el machismo? ¿Recuerdan la intensidad menádica que se reveló en la primera marcha de mujeres, la de la Glorieta de los Insurgentes y en la que se destruyó una estación policiaca en Florencia? El miedo es a que la memoria del patriarcado deje de sustentar los relatos de identidad que pretenden contener a lo femenino.

machismo
Ilustración: elPeriódico.

Se preserva lo que se elige, lo que representa. Se coleccionan objetos que son significativos, se resguardan del olvido porque lo que queremos recordar son los relatos que detonan. “…Preguntarse por las condiciones del coleccionar, preguntarse por las modificaciones del conservar y olvidar y, por consiguiente, por nuestra memoria es la pregunta por nuestra propia auto-comprensión” (Manfred Osten, La memoria robada. Los sistemas digitales y la destrucción de la figura del recuerdo, p. 24, Siruela, 2008).

Independientemente de si nos gusta o no la obra de Cháirez, si sentimos que la ira nos consume por ver al general montar a pelo y llevar tacones, si nos enojamos por el pecho pintado de Mon Laferte, si nos enojamos porque vandalizaron el ínclito monumento marmóreo al que itineró por el país desconociendo un poder central, es que el problema es nuestro relato sobre nosotros.

Claman justicia para Abril

Lectura: < 1 minuto

El Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México toma cartas en el caso de Abril Pérez.

Ante las protestas y denuncias en contra de los jueces que llevaron el caso de Abril Pérez Sagaón, quién fue asesinada por impactos de bala el pasado 25 de noviembre frente a sus hijos, El Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México suspendió a los jueces de Control, Federico Mosco González y Luis Alejandro Díaz Antonio, quienes intervinieron en la liberación de Juan Carlos N., acusado de su homicidio.

Abril Pérez había denunciado a su expareja por amenazas y, en enero de este año, por intento de homicidio por lo que después de su asesinato activistas comenzaron una campaña para difundir su caso. De esta forma

La mujer había denunciado a su expareja por amenazas y, en enero de este año, por intento de homicidio.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia capitalino, Rafael Guerra Álvarez, anunció que, el Consejo de la Judicatura inició una profusa investigación sobre la actuación de los jueces en el caso de la denuncia que hizo Abril Pérez contra su entonces esposo, luego de que intentó asesinarla.

A través de un comunicado, añadió que los jueces estarán inhabilitados hasta que concluya el análisis de lo actuado en torno al caso y que antecede a la muerte de Abril.

Aclaró que la investigación se realiza independientemente de la queja que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México presentó ante este órgano colegiado.

Juan N, fue procesado por tentativa de feminicidio, se le dictó prisión preventiva oficiosa y, tras una reclasificación del delito al de violencia familiar, fue liberado el 8 de noviembre.

Con información de Notimex.

¿Quién fue Raquel Padilla?

Lectura: < 1 minuto

Un feminicidio más que marca la historia de México es la muerte de la historiadora, escritora y activista, Raquel Padilla Ramos, que perdió la vida en la comunidad de El Sauz, en Ures Sonora.

La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora ya investiga los hechos como feminicidio y adelantó que se encuentra con un detenido de aproximadamente 55 años capturado en el lugar de los hechos.

La noticia se difundió la mañana del viernes 8 de noviembre, momento al que la Fiscalía estatal no contaba con los elementos suficientes que dieran con el motivo de la agresión.

¿Quién fue Raquel Padilla Ramos?

Era profesora investigadora del INAH en Sonora, doctora en Etnología por la Facultad de Humanidades de la Universidad de Hamburgo. También miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I.

Entre sus publicaciones destacan “Los partes fragmentados. Narrativas de la guerra y la deportación yaquis”, “Los irredentos parias”, “Los yaquis, Madero y Pino Suárez en las elecciones de Yucatán 1911”, “Conflicto y armonía”, “Etnias y poder civil, militar y religioso en Sonora”.

Además de una coautoría en la publicación “Religión, nación y territorio en los imaginarios sociales indígenas de Sonora 1767-1940”, así como el “Progreso y libertad. Los yaquis en la víspera de la repatriación”.

Entre sus proyectos de investigación destacaron el “Patrimonio indígena y misional del noroeste de México”, y “Conformación de la red de historiadores en apoyo a las luchas indígenas del noroeste de México”.