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Adiós al ganadero mexicano Julio Muñoz Cano

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Hace algunos meses recibí una llamada de mi gran amigo Alberto, quien me comentaba con entusiasmo que recién se había encontrado con un compañero desde la juventud preparatoriana; y me dijo, “te hablo porque su familia cría toros de lidia”. Al mencionar que se trataba de Julio Muñoz Cano, me dio gran gusto y quedamos de buscarlo e ir a comer con él.

Antes de hacerlo me aclaró que no tenía idea de los toros y me pidió le platicara algunos antecedentes de la ganadería de Caparica, que así se denomina actualmente el hato ganadero de su amigo, y recuerdo haberle proporcionado algunos datos como referencia.

En primer lugar, le ratifiqué que Julio, su hermano Manuel y Roberto Viezcas compraron una ganadería que se fundó en 1978, por Don Claudio Esquivel con el nombre de Santa Catalina con 60 vacas y dos sementales de Mariano Ramírez en Zinapécuaro, Michoacán, y luego agregó reses de Campo Alegre de Don Alfredo Ochoa.

En el 2008 fue cuando adquirieron la divisa de los sucesores de Don Claudio y le pusieron Caparica –que así se llama un bello lugar en Portugal– cuando ya tenían vacas y sementales de El Junco de Don Fernando Ochoa, uno de la Viuda de Fernández y en 2008 se le agregó uno de Barralva.

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Julio Muñoz Cano, ganadero mexicano (Imagen: Al Mundo Toro).

Debutó la ganadería el 15 de agosto de 2009 en la plaza del Restaurante Arroyo y los logros fueron importantes; se premiaron al novillo y el encierro como los mejores de esa temporada.

Debutaron en la Plaza de Toros México el domingo 18 de julio de 2010, con 6 novillos para César Ibelles, Manolo Olivares y David Aguilar, teniendo una presentación triunfal al recibir aplausos cinco de los novillos lidiados y dando vuelta al ruedo los ganaderos al término del festejo.

Recuerdo con gran entusiasmo cuando Julio me platicó que habían comprado a los sucesores de Don Luis Javier Barroso, el rancho de El Rocío, que fuera propiedad de Manuel Buch en el Estado de México y ahí se ubicaron Las Huertas, que ahora lleva con gran entusiasmo en Hidalgo, Rodrigo Barroso Cañedo.

Emocionado de su cercanía con la capital, dentro de su actividad profesional que les permitía tener gran éxito en la construcción, me decía que le sería más fácil estar en contacto con el campo y sus animales, denominando a la propiedad El Rocío de la Valentina.

El 7 de enero de 2018 los toros que les denominamos serios por su presencia física y por su evidente madurez en el matiz de su comportamiento, fue como debutó Caparica en La México. El encierro fue para la confirmación de alternativa de Antonio Lomelín, con el padrino Jerónimo y el testigo Juan Pablo Llaguno.

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Antonio Lomelín, matador de toros mexicano (Imagen: Al Toro).

Los astados fueron en general aplaudidos en su salida y en el arrastre, hasta que al final el púbico les pidió a sus criadores salieran a recibir un aplauso al final del festejo, por el interesante juego en conjunto de sus reses y en particular el comportamiento sobresaliente del cuarto de la tarde, bautizado como Vaquero que relanzó la carrera de Jerónimo.

Regresando a la charla inicial, Alberto me dijo un poco mosqueado: “¿Pero no todo el tiempo vamos a hablar de toros, verdad?”. Le dije que no se preocupara de toros, sólo saben las vacas y no hablan.

La realidad es que no fue así, asistió el hijo del mismo nombre de Julio y los dos de testigos gozosos; ambos nos concretamos a escuchar a dos cuates de escuela preparatoria relatar sus vivencias en las que prevaleció la nostalgia y las anécdotas de dos personas entrañables.

Atrás quedaron los logros profesionales de ambos, resaltando por sobre todo ello la satisfacción de un reencuentro después de muchos años de no verse y donde destacó la generosidad de hacernos partícipes a su hijo y a mí, de lo bien vivido y del gran valor que es la amistad.

A quienes tuvimos el privilegio de conocer a Julio, sabemos lo profesional y sobre todo lo cálido, afectuoso y generoso que fue.

Con gran dolor platico que se nos adelantó en el paseíllo a la Gloria. Lo vamos a extrañar y mucho, en especial quien fue su compañero preparatoriano y no pudo contener una lágrima cuando supo la noticia.


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Se nos fue una gran persona

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Y entendiendo que es una frase muy trillada, al conocer la partida a la Gloria del buen ganadero español José Luis Iniesta Vázquez, fue lo primero que se me vino a la mente con la nostalgia de un afectuoso encuentro en una Feria de San Isidro, en el camino a los corrales de Las Ventas. Ese día por la tarde se lidió un encierro de su ganadería de Los Espartales, en corrida de toreros a caballo.

Amablemente nos invitó al matador mexicano en retiro José Luis Vázquez y al que escribe, a conocer –antes de ser entorilado– un muy buen encierro que entre otros toreó, Diego Ventura.

En ese lugar tan especial, el silencio prevalece y fue en la salida de las corraletas que tuve la oportunidad de platicar con él, pues en ese año, el 31 de enero de 2016, nos vimos en La México el día del mano a mano de José Tomás con Joselito Adame.

Aquella fecha a él se le extravío la cartera y al ser vecinos de localidad, lo único que pudo hacerse fue que reportara las tarjetas a través de mi celular, y tratar de paliar el mal rato que había pasado en compañía de su esposa.

ganadero iniesta
Foto: El Mundo.

Estaba muy agradecido por el detalle de darle seguimiento de sus documentos extraviados a su regreso a España, y de haberle apoyado para que regresara al hotel donde se hospedó.

De aquel viaje estaba muy emocionado con sus colegas mexicanos, pues con otros criadores españoles, uno de ellos Carlos Núñez, fueron invitados a su convención anual y sintió la calidez de nuestro país a través de quienes se dedican a la noble tarea de criar a las reses de lidia.

José Luis Iniesta fue tesorero de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, cuando se está viviendo la peor crisis de la historia en el toreo, y antes ya había ejercido con gran profesionalismo y por amor al arte ese trabajo. Era como en tantas actividades muy querido por su bonhomía.

Sus ganaderías eran las que llevan su nombre: de encaste Juan Pedro y la de Los Espartales; de encaste Murube-Urquijo vía El Capea, misma que logró en 2018 hacer historia en Madrid, cuando en Las Ventas su toro “Biemplanteao”, fue gran materia prima para que Diego Ventura obtuviera los máximos trofeos, hecho que no se había producido antaño para un torero a caballo.

Recuerdo que hablamos por el celular un día después, y su felicidad era la propia de quien sabe que ha marcado un hito en una plaza que es el epicentro taurino del mundo; varios ganaderos mexicanos lo acompañaban en la celebración, uno de ellos, José María Arturo Huerta.

ganadero mexicano
Foto_ Hosteltur.

Alguna vez me dijo, “para mi afición taurina tengo que tener otros negocios más rentables”, y así fue, era un avezado empresario, ocupaba la presidencia del grupo hotelero Río. Entre otros, el hotel Río de Badajoz, la hospedería Hurdes Reales (Las Mestas), el hotel Convento de la Luz (Brozas) y el Bingo Río, y en ese renglón también fue muy reconocido.

Formó Los Espartales en 1988, con reses que procedían de la vacada de Carmen Lorenzo, uno de las divisas propiedad del matador Pedro Gutiérrez Moya El Capea.

Y si bien Diego Ventura fue el primer torero a caballo en obtener un rabo en la plaza de Las Ventas, también fue él quien lidió al primer toro que fue indultado en España: Perdido de Los Espartales y el acontecimiento tuvo lugar en La Condomina, plaza de toros de Murcia, el 17 de septiembre de 2017.

Datos escuetos de una persona exitosa que derrochaba buena onda y con dolor expreso lo duro que está siendo ver partir a tantas personas entrañables y a quienes vamos a extrañar y mucho, en una época tan cruda que estamos viviendo. A su familia un beso entrañable de muchos mexicanos que disfrutamos de su amable compañía.


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Ganaderos mexicanos redoblan esfuerzos en cadena de abasto y producción de cárnicos

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Con el objetivo de que los productores accedan de manera expedita a los servicios de diagnóstico, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) promueve la terciarización de sus 20 laboratorios, lo que permitirá fortalecer las finanzas de Uniones Regionales y centros académicos y a los usuarios contar con diagnósticos confiables a bajo costo, así como mejorar el estatus sanitario de las regiones.

De manera virtual, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, reconoció el trabajo y compromiso de los ganaderos mexicanos, quienes desde marzo pasado redoblaron esfuerzos para garantizar el abasto de productos cárnicos y derivados durante la contingencia sanitaria por COVID-19.

Javier Trujillo Arraiga, director en jefe del Senasica, subrayó que la vigilancia de la trazabilidad del ganado mexicano ha permitido que mercados internacionales abran sus puertas a los productos y subproductos de nuestro país, por lo que es un bien público que debe cuidarse y fortalecerse.

Respecto a la importación de ganado centroamericano, indicó que el protocolo sanitario firmado con Guatemala en 2019 ha permitido el ingreso de cinco embarques, lo que ha beneficiado y brindado certeza legal a los empresarios mexicanos.

En su intervención el presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), Oswaldo Cházaro Montalvo, convocó a productores pecuarios y autoridades a cerrar filas en torno a las necesidades del país y de su gente.

“Los ganaderos de México nos confirmamos hoy a favor de ello y refrendamos nuestro compromiso por el trabajo que supere adversidades y brinde un mejor futuro”, puntualizó.

Expresó que en el caso de la CNOG y sus organismos se vive el inicio de una nueva era, que los obliga a revisarse para reorientar la colaboración con las instituciones.

Expuso que, como actividad esencial, la ganadería por su vocación y sentido del deber nunca detuvo su producción aun cuando en el primer trimestre se vivió una drástica caída en los precios de sus productos y el encarecimiento de sus insumos, derivado principalmente de la depreciación del peso frente al dólar.

“A pesar de ello”, dijo, “hoy se puede decir que la ganadería mexicana ha cumplido su compromiso, pero también que ha respondido a necesidades y oportunidades que los mercados plantean y por ello es que varios de sus productos abonan a esa condición superávitaria del sector agroalimentario”.

De hecho, refirió Cházaro Montalvo, en este año los bovinos de carne reportan cifras récord en su balanza comercial con más de un millón 392 mil cabezas exportadas y 269 mil toneladas de carne, contra 121 mil importadas; cerdo, leche, ave y miel, todas las especies, reflejan igual el compromiso y esfuerzo de los productores por abastecer y competir en difíciles condiciones.

Expuso que aparte del mérito de los ganaderos, queda claro que las fortalezas construidas durante años de trabajo conjunto con las instituciones permiten una actividad en constante superación en su calidad genética, y con procesos certificados por sistemas de calidad y trazabilidad que garantizan acceso a mercados, sobre todo ante la definición del modelo de apertura comercial al que sigue inscrito nuestro país.

¡El Calita no se arredra!

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En una época atípica de la humanidad y cuando el arte taurino se nota endeble en su economía –ante la realidad de su dependencia de la taquilla y los pocos festejos que se celebran con fines de lucro en los países taurinos, con aforos reducidos–, de la que dependen muchas personas que hoy la están pasando –como dicen en España– canutas, es que volteamos a ver cualquier signo positivo.

En las ganaderías sigue la marcha de la crianza del toro de lidia y los criadores se han visto obligados a lidiar sus astados a puerta cerrada, con toreros que así mantienen su trayectoria y seguramente “como leones enjaulados” en espera de tiempos mejores para todos.

Algunos con la situación actual han puesto de su parte y van a la cabeza de las pocas corridas toreadas en el continente europeo, Enrique Ponce lleva 15 hasta el fin de septiembre y los siguientes son Emilio de Justo y Sebastián Castella –con la sorpresa que anuncia su retiro de los ruedos– que van con 6 corridas, esto es, un poco más de un tercio de las del valenciano. Por su parte, el andaluz Daniel Luque, que parece estar en el punto álgido de su carrera, ya suma 5.

Con 4 hay varios, como es el caso de Morante, cercano a un mano a mano en Córdoba de campeonato con Juan Ortega que lleva 2 y también lleva 4 nuestro querido paisano Javier Tapia “Calita”, quien se fue a España este año y se mantuvo firme en el empeño toreando en ganaderías, hasta ir eslabonando festejo tras festejo en diferentes lugares de la geografía hispana.

Javier Tapia Calita
Fotografía: Burladero.

“Calita” reapareció hace unos meses en Ávila; casi nueve años después de su presentación en la categoría de matador de toros en Medina de Pomar (Burgos, España) en septiembre de 2011. Allá en España se formó como novillero, quien es hijo y nieto de torero. Su madre andaluza le permite la dualidad de nacionalidades sin poner en duda que para efecto del toreo, es mexicano.

El 22 de noviembre de 2009 se ungió matador de toros en La México y su padrino lo fue Manolo Mejía y el testigo José María Manzanares hijo. A partir de la alternativa fue mucho soñar y sudar en entrenamientos en la búsqueda de hacerse figura del toreo, tal vez desde su alternativa apenas si rebasa la centena de festejos en los que ha habido de todo como en botica.

El domingo 27 de septiembre de 2020 fue una alegría navegar en las noticias taurinas y encontrarnos con la magnífica noticia de que, en un coso castellano manchego, el de Castellar de Santiago (Castilla-La Mancha, España) con una corrida de toros de Santa Ana y Virgen María, “Calita”, junto con sus compañeros de cartel, se ungió triunfador en una tarde exitosa.

Fue la primera alternativa que otorga en su carrera y el ahijado fue el torero de la localidad Mario Sotos y el testigo Miguel Tendero. Calita obtuvo doble trofeo en el cuarto de la tarde, Tendero uno y uno y el de nuevo cuño Sotos dos y uno, en tarde triunfal.

Calita, matador de toros
Javier Tapia “Calita” (Fotografía: Cancha).

La imagen de nuestro paisano, con la bandera mexicana en la espalda, fue una gran alegría en el océano de incertidumbre que vivimos. “Verle feliz”, me recordó muchas mañanas tempraneras en las que me lo encontré en El Vivero de Coyoacán, en compañía de su maestro, el matador de toros colombiano en el retiro, Germán Urueña.

Los dos, desde hace algunos años con la cabeza bullendo, con la posibilidad de mostrar en el ruedo el intenso entrenamiento físico y taurómaco, aderezado por fines de semanas en los que había la posibilidad de ir a alguna ganadería, o alguna tarde de corrida que después de 2017, sin ser muchas, ya sumaban más.

Uno nunca sabe qué nos deparará el futuro y menos en esta época, sin embargo, ciertamente “Calita” tiene muy claro que cada tarde que aparezca debe convertirse en un peldaño, permitiéndole hacer realidad lo que bien presagia su quehacer taurino, porque hoy es cuando está más urgido de plasmarlo.  

Sea pues una de las historias de éxito a futuro de quien en medio del pantano de tanta incertidumbre, emerja con grandeza. Gran alegría nos dará corroborarlo. ¡Qué así sea!


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La semilla mexicana del ganadero de Jandilla, Borja Domecq

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Hace casi diez años en Bilbao se lidió un encierro propiedad de Francisco de Borja Domecq, y al término del festejo hablé con quien esta semana se nos adelantó en el imparable paseíllo de la existencia. 

Lo recuerdo como si fuera hoy, la alegría de un hombre de carácter fuerte, a la par bonachón, quien después de su éxito, departía con amigos y familiares celebrando su encierro por la largueza en la embestida, la nobleza al acudir a los engaños, con la presentación que exige el público bilbaíno en cuanto a la morfología; caras serias, encornaduras bien desarrolladas, rabos largos y en conjunto cuerpos fuertes y musculosos.

El resultado de aquella tarde fue triunfal, para Iván Fandiño con dos trofeos; uno obtuvo David Mora“El Cid” (Manuel Jesús Cid Salas) se fue en blanco.

Los antepasados de Borja llegaron a España en el siglo XVIII y uno de ellos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, bodeguero de origen francés afincado en Jerez, compró en 1930 la legendaria ganadería del duque de Veragua, con el propósito de prestigiarse social y comercialmente y, además, satisfacer una gran afición por el ganado de lidia.

Los hijos de Juan Pedro, Álvaro, Pedro y Salvador de apellido materno Díez,  heredaron su vocación y también, aprovechando consejos y métodos de su gran amigo y vecino de finca, José Ramón Mora Figueroa

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Los ganaderos Borja Domecq, padre e hijo (Fotografía: El País).

Juan Pedro Domecq y Díez, junto con sus hermanos, fueron arquitectos del toro de lidia contemporáneo. El encaste estuvo adaptado a su personal, interpretación de la tauromaquia de Juan Pedro y lo denominó “bravura integral” –capacidad del toro para luchar en los tres tercios–.

Fallecido Juan Pedro en 1975, la ganadería pasó a ser dirigida por su hijo Fernando Domecq Solís, hasta que tres años más tarde, el hierro originario de Veragua, fue transferido a su hermano Juan Pedro Domecq Solís, quedando adscritas el grueso de las reses al otro hierro familiar de igual nombre que la finca matriz: “Jandilla”, que desde 1987 fue la marca ganadera de Borja.

Le pregunté a Borja en alguna charla: “¿Cómo surgió el nombre de Jandilla?”. 

Al morir mi padre nos dimos cuenta de que la marca, si llevaba el nombre de la persona, tenía sus días limitados, como es limitada la vida del ser humano, así que hicimos el esfuerzo de crear una segunda marca que sonara bien y tuviera un “algo que ver”. La Laguna de la Janda –una de las más importantes en la geografía española por aquel entonces– terminaba en la finca donde pastaban las vacas. De esta forma, Jandilla es un diminutivo que hace referencia a la cola de la Laguna de la Janda.

Es importante mencionar que tanto Borja como en conjunto los Domecq, mantienen una gran amistad con la familia Barroso, y en 1997 la ganadería de Jaral de Peñas importó 19 vacas y dosis de esperma de los mejores sementales del ganado de sus ganaderías, principalmente Jandilla. 

Hoy más de una docena de ganaderías mexicanas a través de Jaral de Peñas, tienen esa estirpe.

En 2002 Borja Domecq Solís formó también el hierro de Vegahermosa con productos de esa misma procedencia genética con la que hizo un brillante trabajo que le llevó a situar la ganadería entre las más destacadas de las últimas décadas.

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Fotografía: Diario de Yucatán.

Así las cosas y, con el transcurrir del tiempo, se encontraron dos casas ganaderas en España y México, que tienen en común en su árbol de ascendencia, al Conde de la Corte. Jaral de Peñas se fundó por Don Luis Barroso Barona en 1972, con ganado de San Miguel de Mimiahuapan –desde aquel año propiedad de Don Alberto Baillères–, y esa prestigiada ganadería desde su fundación en 1948, tuvo como semental de la ganadería a “Emperador”, origen de Conde de la Corte. Emperador padreó más de 16 años en Mimiahuapan, dejando una larguísima descendencia.

Hermanos de Francisco de Borja Domecq, fueron los también prestigiosos ganaderos Juan Pedro, propietario de la divisa que llevaba su nombre, y Fernando, con la de Jandilla –hasta 1987– y posteriormente con la de Zalduendo. 

Fernando se nos adelantó en el paseíllo el pasado año, tras haber vendido el hierro a Alberto Bailares hace algunos años, mientras que Juan Pedro se fue a la Gloria en abril de 2011; hoy su hijo, del mismo nombre, es quien conduce el carro.

Por otra parte, Borja (Francisco de Borja Domecq) nació en Pamplona y deja a su vez a su hijo, llamándose igual, las riendas de ganaderías de prosapia.

La última vez que hablé con él, estaba muy orgulloso de que Borja, su sucesor, llevará las riendas, y comentamos sobre “Horroroso”, número 74, negro, 540 kilos, lidiado en la Plaza de Toros de Valencia el 18 de marzo de 2019 por Sebastián Castella, para cuyo comportamiento en el ruedo se pidió el indulto, y que finalmente la autoridad no lo concedió, dándole a cambio el homenaje de la vuelta al ruedo a los restos y de quedar como anécdota. La noticia como se entiende nos causó dolor. 

Se ha ido un buen hombre, le vamos a extrañar, un abrazo a sus seres queridos.


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¡Viva la diferencia ganadera!

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En la octava corrida de la temporada grande se programó el encierro con astados de Barralva que resultó muy interesante en su juego con la ascendencia de Atanasio Fernández en su crianza. Los pelajes y el comportamiento de los astados salieron del cartabón de la mayoría de ganaderías mexicanas con base en San Mateo y sucesivas adiciones en los años noventa de Santa Coloma, Buendía y Coquilla, entre otras.

Su comportamiento en conjunto propició una actuación cumbre de José Mauricio y rotunda de Fermín Rivera. La empresa con buen tino anunció a través del juez de plaza Enrique Braun que, junto con Juan Pablo Sánchez y Montecristo, ambos se integran al cartel del 22 de diciembre, en La México.

En su primer turno, José trazó con un noble astado una faena de altos vuelos malograda por la suerte suprema, mereció una vuelta al ruedo. En su segundo, se jugó la piel con la técnica y el valor por estandarte, ejecutó con fe la suerte suprema y logró así arrancar –literalmente– dos trofeos e irse en hombros.

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Imagen: @LaMexico.

Con “Clavellino”, el tercer toro de la tarde, José Mauricio supo manejar con el capote y la muleta, logrando una faena a media altura con lances y pases preciosos por la naturalidad con la que les fue trazando; y con gran naturalidad, consiguió extraer el fondo de nobleza del astado que le permitió encauzar sus lágrimas de emoción a una expresión artística de altos vuelos, pues mucho tiempo le llevó volver a un paseíllo en La México –y bien que aprovechó la oportunidad–. En la suerte suprema falló, pero estrujó a la afición gestando una tarde triunfal e inolvidable.

En su segundo toro de nombre “Malagueñito”, un astado emotivo por lo codicioso en la embestida y por momentos fiero, el torero supo combinar técnica con valor y al final, en la suerte suprema, puso el corazón por delante pero sin lograr librarse de una paliza, que finalmente, conseguió el triunfo rotundo de dos trofeos, que le permitieron salir en hombros.

Fermín en sus dos turnos alcanzó extraer –con base en una sólida tauromaquia– momentos de gran calado que en el primero por la suerte suprema no le resultaron en un trofeo, pero sí en su segundo, “Bilbalero” del que obtuvo un trofeo y como José, su inclusión en el cartel de la siguiente semana en La México.

Jose Mauricio Morett
José Mauricio Morett, saliendo a hombros de la Plaza La México (Fotografía: Excélsior).

Con un encierro así, no se libraron de salir fuertemente mallugados Sergio González, subalterno, Paco Cabañas, director de Radiópolis alcanzado aun cuando estaba guarecido en un burladero y el mismo José Mauricio.

Se despidió de los ruedos el buen subalterno Jorge Kingston, después de muchos años de estar en la brega y al lado de muchas figuras del toreo, en el quinto turno compartió la vuelta al ruedo con Fermín y después –con “Las Golondrinas” sonando– dio la propia vuelta entre la nostalgia del momento.

El “Fandi” no le fue propicio para su lote y el público tampoco apreció su esfuerzo que solamente brilló en las banderillas, para irse inédito.

En concreto, el comportamiento de los toros de Barralva y la actitud de los toreros –en especial los mexicanos–, propiciaron una corrida de aquellas que se suman al arcón de los recuerdos y que seguramente servirán de reflexión de que no todo es docilidad y dulzura en el toreo. ¡Viva la diferencia!