Desde hace casi un año, nos hemos tenido que acostumbrar a vivir en constante incertidumbre con motivo de la enfermedad COVID-19. Cada día nos cuidamos lo más que podemos, deseamos que ni nosotros ni nuestros seres queridos seamos presa de ella, y de ser el caso que llegáramos a contraerla, seamos capaces de superarla.
Hoy más que nunca, ante el posible contagio de un virus aún sin control, no sólo estamos siendo conscientes de que, como dijera el escritor Ralph Waldo Emerson, “la primera riqueza es la salud”, sino también nos hemos dado cuenta de la fragilidad de la vida y de la importancia de aprovecharla.
Diversos padecimientos a los que como humanidad nos hemos enfrentado, nos han planteado la misma reflexión sobre el valor de vivir, siendo uno de los más difíciles de sortear, el cáncer, ante el cual no debemos rendirnos, sino luchar para seguir.
La Estadística de Defunciones Registradas 2019 del INEGI, reportaba que, en ese año, el cáncer fue la tercera causa de muerte en nuestro país, con un total de 88 mil 680 fallecimientos, de los cuales, 45 mil 384 casos se presentaron en mujeres (51.2%) y 43 mil 296 (48.8%) en hombres.
Para 2020, los decesos por esta enfermedad alcanzaron a 46 mil 082 mexicanas, según cifras del Global Cancer Observatory (GLOBOCAN). Los cinco tipos de cáncer más mortales en este sector fueron: i) el de seno con 7 mil 931 casos (17.2%), ii) el cervicouterino con 4 mil 335 (9.4%), iii) de hígado con 3 mil 650 (7.9%), iv) el colorrectal con 3 mil 585 (7.8 %), y v) de estómago con 3 mil 060 (6.6%).
A propósito del próximo 4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer, no perdamos de vista que para su combate es fundamental la prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno.
En 2015, Judy Perkins se convirtió en la primera mujer que a base de un método innovador de inmunoterapia logró vencer el cáncer de seno en etapa terminal, cuyos resultados dieron esperanza a oncólogos y pacientes.
Para proteger el derecho a la salud de los mexicanos, es necesario asegurar el acceso efectivo a los servicios médicos e insumos contra éste y otros males; así como, garantizar la consulta a la información sobre su estado de salud contenida en su expediente clínico.
El expediente clínico, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-004-SSA3-2012, es un conjunto único de información y datos personales de un paciente, que se recopila en establecimientos para la atención médica, públicos, privados o de tipo social, que consta de documentos escritos, gráficos, imagenológicos, electrónicos, magnéticos, electromagnéticos, ópticos, magneto-ópticos y cualquier otro, en los que el personal de salud hace registros, anotaciones, constancias o certificaciones sobre su intervención médica.
Las personas pueden solicitar una copia de su expediente de salud, corregir su información, o solicitar que se elimine de las bases hospitalarias, y en general, pueden hacer uso de sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición a sus datos personales (derechos ARCO) contenidos en éste.
Los Órganos Autónomos Garantes de los Datos Personales –como el INAI o el INFOCDMX– cuidan la información personal y el ejercicio de estos derechos, que a su vez posibilitan otros como es la salud.
Para prevenir y combatir el cáncer, la información de mi estado de salud me puede salvar, pues anticipar su presencia, o bien, su detección temprana, puede ser la diferencia entre vivir o morir.
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