orgullo mexicano

El grito del inconsciente colectivo

Lectura: 3 minutos

¿Desde dónde festejamos la Independencia de México? ¿Hasta dónde el orgullo se convierte en una máscara para borrar el semblante de la libertad que no tenemos? Son las preguntas que este 15 de septiembre me venían a la cabeza y que dejé pasar para no influir en las respuestas. No sé cuál es la respuesta correcta, lo que sí sé es que estamos viviendo un momento en donde todo está cambiando a nuestro alrededor y pareciera que sólo unos pocos están dispuestos a fluir con ello.

Desde hace ya varios años descubrí que existe una gran diferencia entre sentir orgullo por ser mexicano y amar a México. Esto me hizo reflexionar y dejar de ver esta fecha como algo que festejar desde el orgullo. Parte de mi decisión está basada en lo que aprendí de la Neurociencia en donde, con ensayos científicos, se demuestra que el sentimiento de orgullo genera una energía muy baja en nuestro cuerpo la cual te abre a ser influenciado fácilmente. Por otro lado cabe destacar que el amor es la energía más alta que te abre a poder conectarte con todo y fluir.

amar a Mexico
Imagen: El Heraldo.

Sumado a esto y al investigar sobre nuevos documentos que han salido de la historia de México –fuentes como la UNAM hasta historiadores serios que hoy lo comparten–, observé que no concuerdan con la narrativa que nos contaron, ya que gran parte de lo compartido e instalado como cultura en nuestro país, fue escrito por los que tuvieron el poder y decidieron relatar lo que les convenía en ese momento. Ellos tuvieron la libertad de decidir e indicarnos quién era el traidor y quién no. Inclusive modificaron partes de la historia con el fin de hacer sentir orgullo a la gente y de ahí partir para tener el control. Nada más real que lo ejemplificado en la película “La ley de Herodes”.

El enfoque innecesario en recordar una y otra vez el orgullo de ser un país libre gracias a esa lucha por la Independencia nos mantiene encadenados. Es como querer sentir lo que vivieron nuestros antepasados sin darnos cuenta de que no es necesario que nosotros lo experimentemos una y otra vez. Esto lo tenemos instalado en el inconsciente colectivo y es por ello que constantemente buscamos “iconos de orgullo” (como la selección de futbol o a los mexicanos de éxito) fuera de nuestro país. El reto individual de todo esto es vivirlo lejos del orgullo y cerca del amor por México, sólo así puedo amar al mexicano que triunfa y reconocer que lo único que me está recordando es que yo también soy libre de triunfar.

¿Qué queremos gritar los mexicanos? ¿De qué queremos liberarnos? De la incertidumbre, del miedo, de los problemas económicos, de la inseguridad, de la pobreza, del maltrato a la mujer y a los niños, de los que quieren controlarnos, finalmente la lista puede ser interminable. Por lo tanto, ¿Realmente somos libres o queremos ser libres? ¿Queremos seguir viviendo en un país donde rige el control, la separación y la desconexión?

lucha social
Imagen: Cherry.

Es momento de cambiar el grito de “Viva México” por “Amo a México” y de ahí hacerlo realidad. Construir un nuevo escenario para nuestro país no es posible lograrlo desde el orgullo sino desde el amor. No es un amor romántico, es un verdadero estado de nuestro ser que nos permite conscientemente respetar la tierra en la que vivimos y a todos los seres en que ella habitan. Es abrazar a México porque nos une como región y nos da la oportunidad de vivir en comunidad y crecer haciéndonos fuertes entre todos. Es saber que si uno falla en lo individual es porque estamos fallando en lo colectivo. Es momento de dejar de decir “esto está mal” o “lo hacen mal” y ponernos a desarrollar un nuevo recurso que nos permita cambiarlo.

Todo esto es una forma de amar a México y de festejar la unión, la tierra y el valor humano que sumamos todos los que habitamos este país; teniendo esto en cuenta, podemos creer que la libertad y la certeza de un mejor futuro es alcanzable para todos. Si alguien piensa que no se puede, es que vive en el paradigma del pasado. El reto es iniciar en coherencia con uno mismo para sumar poco a poco en colectivo y así llegar al inicio de una verdadera transformación… Es momento de preguntarnos: ¿desde dónde sería mejor gritar nuestra independencia?, ¿desde el orgullo o el amor?


También te puede interesar: México y su realidad social.

¿Qué hacemos bien en México? Hagamos más de eso

Lectura: 6 minutos

Este artículo es una mezcla de ideas y acciones en las que nos debemos comprometer después de que pase lo peor de la pandemia generada por la COVID-19 y entremos de lleno a la nueva realidad, y algunos elementos para motivarnos y sentirnos orgullosos de lo que somos capaces de hacer.

Siempre he creído que uno de los más grandes problemas de cualquier país es que no se entienda su verdadera vocación y no dedicar todos los recursos necesarios para fortalecerla. Si tenemos claro en lo que somos buenos o podemos ser buenos con elementos objetivos, entonces podemos construir grandes ventajas competitivas.

A partir de esa premisa se construye una política industrial y de servicios nacional. Suiza lo tiene claro y es muy bueno haciendo cuatro o cinco cosas, y no más, en el que es referente mundial. En nuestro continente tenemos a Costa Rica, que todos identificamos como un país que es reconocido mundialmente en materia de biodiversidad y respeto por el medio ambiente, creo que es el único país del mundo que no tienen zoológicos desde el 2013, por ejemplo, y de ahí el inmenso turismo –alrededor de tres millones– que tiene ese bellísimo país en relación con su población de poco más de cinco millones de habitantes.

mapa mexico
“Mapa de la Diversidad en México”, Miguel Covarrubias.

Y puedo seguirme con algunos otros ejemplos de países que la tienen muy clara, pero que lamentablemente son los menos. Así que ante la coyuntura que estamos viviendo creo que tenemos una inmensa oportunidad de decir: ¿qué hacemos muy bien?, ¿en qué somos referentes mundiales? Y ponernos a hacer mucho más de eso.

Vamos a ver… Me puse a investigar y México tiene hoy en día el número uno o está entre los primeros productores de ciertos productos, que deberíamos cuidar a capa y espada:

Plata. Somos el principal productor de plata del mundo desde el 2010. De acuerdo con el Instituto Mundial de la Plata, México produce cerca de 200 millones de onzas al año, lo cual es un montón. Y esto contribuye, junto con la explotación de otros 15 minerales, como el grafito, la barita, el oro, el cobre, el plomo, el cadmio, la celestina, el bismuto, el yeso, la fluorita, el zinc; y el molibdeno, la diatomita y la wollastonita –en mi vida había escuchado a estos tres últimos–; con el 4% del Producto Interno Bruto nacional. Es decir, la industria minera es un tema estratégico para México.

Pantallas planas. México es el líder indiscutible en la producción y exportación mundial de pantallas planas, con el 27% de la producción mundial, según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo. Hay que mantener esta posición cuidando la industria maquiladora de exportación del norte de México, pero es urgente darle mucho mayor contenido nacional, ya que hoy, prácticamente todos los insumos provienen de otros países. “Ése es el gran pendiente que tiene la economía mexicana: cómo pasar de ser maquilador a ser exportador con mayor contenido nacional”, expone José Luis de la Cruz del IDIC.

Reciclaje de PET. Según ECOCE, México ocupa la primera posición en el mundo en reciclaje de PET grado alimentario, es decir que se reutiliza para nuevos envases en los que los seres humanos consumiremos algo. En reciclaje de PET –en general– México prácticamente hace el doble que el que se hace en Estados Unidos y somos líderes, por mucho, en relación con el resto de los países de América Latina y sólo superados por Japón y Alemania a nivel mundial. “Coca-Cola juega un papel clave en el reciclaje de PET, después de que en 2014 construyera la planta PetStar en el Estado de México –por cierto, es impresionante el trabajo que ahí se hace y el espléndido proyecto social relacionado con el reciclado–, considerada la más grande del planeta. La industria procesa 90,000 toneladas de PET al año”.

Industria aeroespacial. “Cada dos minutos, un avión manufacturado en México despega en algún lugar del mundo.” Las buenas prácticas, la infraestructura necesaria, la disponibilidad de muy buena mano de obra calificada, empezando con muchos ingenieros de primer nivel, una ubicación privilegiada cercana al mercado más importante en el consumo de estos servicios: Estados Unidos, y la innovación en la fabricación de partes para aeronaves, ha permitido que México tenga un nombre en la industria. Hoy México es ya el sexto proveedor de piezas para Estados Unidos y el doceavo a nivel mundial. Sigue creciendo la demanda por una ampliación en la oferta, en estados como Querétaro, Sonora, Chihuahua, Baja California y Nuevo León, donde desde el 2010 ha llegado inversión extranjera directa por más de 4,000 millones dólares, de alrededor de 400 empresas que generan más de 40,000 empleos directos. Por mucho el gran HUB aeroespacial de México está en Querétaro y el mercado potencial es cercano a los 800 mil millones de dólares a nivel mundial.

Instrumental microscópico. “El país es líder exportador en Latinoamérica y noveno mundial de instrumental médico basado en microgeometría, técnica para moldes menores al milímetro. Somos capaces de diseñar y manufacturar moldes complejos”, expone Elisa Vázquez, de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey.

Automóviles. México ocupa el sexto lugar mundial en producción de autos de acuerdo con la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos Motorizados –OICA, por sus siglas en inglés–. En 2018, la suma de todas las armadoras instaladas en México produjo poco más de 4,100,000 vehículos y automotores comerciales, que significa como el 4% de la producción mundial, liderada por mucho por China con 27.8 millones de vehículos producidos. México está cada día más lejos de Brasil, el segundo productor de América Latina que produjo 2.8 millones. Por mucho, la industria automotriz es la principal generadora de divisas para México con cerca de 148 mil millones de dólares en el 2019. La suma es 3.9 veces más que las divisas registradas en la agroindustria; cuatro veces más que las remesas; 4.49 veces más que la Inversión Extranjera Directa (IED); 5.7 veces más que el petróleo y seis veces más que el turismo. Es decir, es por mucho la joya de la corona, en términos de ingresos y por si esto fuera poco, genera más de 900 mil empleos directos e indirectos.

Cerveza. Los mexicanos son grandes consumidores de cerveza, y me excluyo, no porque no sea muy orgullosamente mexicano, sino porque no soy para nada buen bebedor de cerveza. De hecho, los mexicanos están entre los diez mercados más importantes de consumo per cápita en el mundo con algo así como 65 litros por año. Lejos del consumo per cápita de la República Checa con 143 litros, y de los alemanes y austriacos con más de 100. México generó 120 millones de hectolitros de cerveza en 2018, de los cuales 40 millones fueron exportados, llevando al país a ser el número uno en exportaciones, a buena distancia de su más cercano competidor que es Holanda y el cuarto productor de la bebida a nivel global, por debajo de China, Estados Unidos, y Brasil. 

México, según información del gobierno del presidente Peña –porque la del actual no está actualizada– es un gran exportador de vehículos, aceites crudos de petróleo, televisores de pantalla plana, máquinas automáticas para el tratamiento o procesamiento de datos, unidades de proceso, unidades de memoria, de entrada y de salida, tractores, autopartes, teléfonos y equipos de comunicación, instrumentos médicos, mercancía para ensamble o fabricación de aeronaves, refrigeradores y equipo para frío, oro en bruto, cerveza de malta, tomate, aguacate, tequila –exportamos más que lo que consumimos localmente desde hace algunos años–, azúcar de caña, frutos rojos –principalmente las zarzamoras, cosa que se me hace rarísimo–.

El Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) pone a México como el principal país exportador del sector agroalimentario del mundo en: cerveza, tomate, chiles y pimientos, sandía, pepino, limón, aguacate, cebolla, tequila y papaya, entre otros, destaca también el café orgánico.

Pues bien, éste es un primer repaso de donde México debería poner sus recursos disponibles y no andar improvisando.


También te puede interesar: ¿Por qué estamos tan sorprendidos de lo que está pasando y pasará?