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Nuevas formas de descubrir nuestro patrimonio mundial

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Ahora que las plataformas digitales se han convertido en una manera habitual para conectar con personas de otras latitudes, en esas conversaciones, surge el comentario sobre si se ha tenido la oportunidad de conocer tal o cual país, y con nostalgia soñamos con tener de nuevo, la posibilidad de visitar sitios no vistos.

Cuando me han preguntado sobre mi país, con convencimiento afirmo que se trata de un destino imperdible, que tiene magia en su cultura y tradiciones; que es megadiverso en sus ecosistemas; que tiene una comida inigualable; que sus zonas arqueológicas dan fe de su pasado, y que sus obras arquitectónicas muestran su desarrollo.

En palabras de la UNESCO, este conjunto de bienes culturales, naturales o mixtos que nos identifica, sobre los que construimos nuestra memoria colectiva e identidad, integran el patrimonio mundial.

De acuerdo con la Lista del Patrimonio Mundial, de 167 países que se han adherido a la “Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural”, a la fecha hay 1,121 bienes registrados (869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos). En dicha relación, México ocupa la primera posición en Latinoamérica y el Caribe, y la séptima a nivel mundial, con 35 bienes: 27 culturales, 6 naturales y 2 mixtos.

patrimonio mexico

La Ciudad de México acoge cuatro de los sitios decretados como bienes culturales Patrimonio de la Humanidad: el Camino Real Tierra Adentro (2010); el Campus Central de mi máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México (2007); la Casa-Taller Luis Barragán (2004); y el Centro Histórico de México, junto con Xochimilco (1987).

Obtener la certificación de la UNESCO para que una expresión sea patrimonio de la humanidad, conlleva diversos beneficios como obtener financiación para su conservación; prestigio para los países ganadores de tal reconocimiento y, por ende, atraer al turismo, lo que impacta favorablemente en la economía.

En la edición 2019 del “Panorama del turismo internacional” de la Organización Mundial del Turismo (OMT), en 2018, México ocupó la séptima posición del ranking de los 10 países más visitados, lo que representó una derrama económica de 22,510 millones de dólares.

La pandemia ha afectado a los sitios patrimonio de la humanidad. Según datos de la UNESCO, para abril de 2020, el 89% de los países habían cerrado, total o parcialmente, estos sitios al público; mientras, de acuerdo con la OMT, para junio, hubo una disminución de 67 millones de viajeros en el mundo, lo que se tradujo en 80 mil millones de dólares de pérdida en ingresos por turismo, afectando sobre todo al sector cultural, que representa casi el 40% de dichos ingresos mundiales.

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Imagen: Times.

Ante este sombrío panorama, los gobiernos del mundo están reinventándose. A través de la Red de Ciudades Creativas creadas desde 2004, se destaca el potencial de la “economía creativa” para el desarrollo local y sostenible; por lo que, en marzo de 2020, se buscó aprender de las iniciativas realizadas por sus miembros, a través de herramientas digitales para enfrentar la pandemia y mejorar la vida de los habitantes.

En Argentina se lanzó la plataforma en línea “Cultura en Casa”, y en colaboración con la Ciudad de México la plataforma “Capital Cultural en Nuestra Casa”, que permiten que ambas ciudades brinden acceso a expresiones artísticas. También está el caso de la ciudad de Hangzhou en China, en la que se imparten cursos culturales en internet bajo el título “Aula de Artesanía y Artes en la nube” y se lleva el proyecto de aprendizaje “Maestro y Aprendiz” para varios oficios. Por su parte, la UNESCO, con el apoyo de Google Arts & Culture, promueve la difusión de la cultura en lo virtual con la campaña #ComparteNuestroPatrimonio.

Marcus Garvey, activista jamaiquino, afirmaba que “un pueblo sin el conocimiento de sus antecedentes, origen y cultura es como un árbol sin raíces”. Con motivo del Día Internacional del Patrimonio Mundial (16 de noviembre) que busca que valoremos las riquezas naturales y culturales, fundamentales para el desarrollo inclusivo y sostenible, démonos la oportunidad de explorar nuevas formas de descubrir nuestro patrimonio mundial, viajando a través de la red.


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