Hace unas semanas, mucho antes de que arrancara el Plan Nacional de Vacunación (PNV) en México contra la Covid, advertíamos en este espacio los riesgos de politizar esa jornada de salud con fines electorales.
Decíamos que la oposición recrudecería sus ataques al gobierno por el manejo de la pandemia y del PNV porque hoy es lo más importante para todos.
Nada nos ha afectado tanto en lo emocional, familiar y económico como la pandemia, por eso lo ideal para el Estado sería hablar con la verdad y actuar con responsabilidad.
Ése es el camino que debería seguir el gobierno para el manejo de la pandemia y la aplicación del anhelado PNV, el más importante de nuestra historia, nacional e internacional.
Sin embargo, está haciendo todo lo contrario y, de hecho, se ha puesto a tiro de sus opositores.
Cuenta vacunas que aún no recibe, se compromete a cosas imposibles como vacunar a los adultos mayores en 60 días y, lo más grave, es que viola la ley en la operación del PNV.
Otro error del gobierno es tratar con frivolidad un tema de vida o muerte, al hacer perder tiempo a vacunadores, personal militar, autoridades sanitarias, en enlaces de TV vía microondas, desde las plazas donde arranca el PNV. Con dos era más que suficiente.
La Ley General de Salud vigente establece que la estrategia para combatir las enfermedades prevenibles mediante vacunación, debe contar con la participación del Consejo Nacional de Vacunación.
Pero el gobierno prefirió poner a la cabeza de las brigadas del PNV a sus llamados “servidores de la nación”, un ejército territorial de más de 18 mil jóvenes que fueron la estructura de promoción y defensa del voto de Morena en 2018.
Ese ejército político, altamente ideologizado, pasó a las filas de la burocracia tras la elección de julio de 2018 en la Secretaría del Bienestar. Su labor es recorrer los rincones más apartados del país, casa por casa, para invitar a la gente a nombre del presidente a inscribirse en los programas sociales del gobierno.
Hoy, todos ellos serán responsables, sin saber nada de salud, del éxito de la estrategia de vacunación contra la Covid en México.
Se le está olvidando al gobierno que el sello de la mafia del poder y de los gobiernos neoliberales que nos saquearon y dejaron al país sumido en el atraso y la pobreza, expresados en el PRIAN, fueron la corrupción y la impunidad.
No me quiero imaginar el escándalo que desataría en el pasado la otra oposición, hoy gobierno, si los integrantes de la brigada roja del PRI encabezan por instrucciones presidenciales las brigadas de la vacunación contra el Covid.
Hay muchas otras instancias imparciales y calificadas para no sesgar ni politizar el PNV y cumplirlo con imparcialidad. Está el propio Sistema Nacional de Salud, los gobiernos estatales, la iniciativa privada, las universidades públicas y privadas, y muchas instancias más que aceptarían participar.
El actual gobierno no puede olvidar que su triunfo se dio por el hartazgo de todos los mexicanos ante la opacidad, los abusos, los saqueos, la injusticia y la discrecionalidad.
La aceptación del presidente, pese a todos los errores cometidos, sigue siendo altísima a estas alturas del gobierno. Entonces ¿qué necesidad de regresar a las viejas prácticas autoritarias?
Los mexicanos agradecerían más la imparcialidad, la democratización, el respeto a la ley y la total despolitización de un tema tan sensible como el PNV.
Es momento de recordar que el suministro de todas las vacunas de todos los laboratorios ni siquiera garantiza todavía que se detengan los fallecimientos y los contagios.
Esto se debe a que todas las vacunas son aún emergentes y su uso se liberó por la crisis de salud que vive el mundo, por eso hasta dentro de dos años se conocerán sus efectos colaterales, los periodos reales de inmunidad y, lo más relevante, su efectividad objetiva para detener la pandemia.
Repetir las prácticas del pasado en la operación, distribución y suministro del PNV es inmoral y podría costarle al gobierno más votos de los que supone, más desgaste a su credibilidad y, en consecuencia, le abriría la puerta a sus opositores.
Ojalá y el gobierno federal reflexione, regrese a la cordura y calcule el riesgo político, económico, de politizar la vacunación. Es inmoral lucrar políticamente con la salud.
También te puede interesar: Avanza cultura del reciclaje.