politización social

Aquilatemos con perspectiva histórica lo rescatable de la 4T

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Para mi amigo Javier Quijano Baz, simpatizante de AMLO.

Analizada con perspectiva histórica, la sedicente Cuarta Transformación no es sino un eslabón más de nuestro devenir, la cual nos sacudió al hacer un certero diagnóstico de todo aquello que debemos cambiar, sin haber causado violencia política. Se le atravesó la pandemia, lo que ha puesto al descubierto las limitaciones del presidente por ser un líder social y no un estadista. Nuestro reto es aprovechar ese reinicio transformador para llevarlo a la construcción de un país más igualitario y justo, construcción que López Obrador es incapaz de llevar a cabo por su falta de habilidades para negociar y unificar, pero la sociedad mexicana en su conjunto sí. Veamos solamente algunos de los elementos positivos que la 4T ha puesto en juego.

Ausencia de violencia política

La toma pacífica de Los Pinos por Andrés Manuel equivale a la toma violenta del Palacio de Invierno por los bolcheviques. Los Pinos era uno de los símbolos del poder de la época priista y de nuestra inacabada transición a la democracia, tal como el Palacio de Invierno era el símbolo del poder monárquico. En ambos casos la pretensión es un cambio de régimen. En Rusia supuso el inicio de 70 años de comunismo y aquí está por verse si la necesaria sacudida logra remover las estructuras sociales que nos permita convertir a nuestro país –la décimo cuarta economía del mundo– en uno más igualitario y justo, o si en cambio nos pauperizamos.

No le pidamos peras al olmo, López Obrador es un luchador social y no un estadista, por lo que carece de la preparación y el talento para lograr esa titánica tarea que deberemos de realizarla todos. Conformémonos por ahora con que haya sido capaz de enarbolar las banderas de las luchas reales que debemos realizar: contra la corrupción y la impunidad y en favor de la justicia social, sin haber causado hasta ahora violencia política. AMLO no puede lograr la unidad nacional ni es capaz de negociar ni mostrar flexibilidad alguna en aras de lo razonable. Eso tocará realizarlo a otros. No hay que perder de vista que la Historia es un proceso evolutivo que nos obliga a encontrar mejores respuestas, cuando las de antes ya no alcanzan.

justicia en la 4t
Ilustración: Víctor Solís.
Politización social

Además del inicio de esta revolución pacífica que tomará el rumbo que los mexicanos queramos y no necesariamente el que el presidente tiene hoy en mente, le debemos a éste la reactivación de la vida pública a consecuencia de su expresión del hartazgo y del disgusto popular por las vías institucionales, logrando mayor participación en la discusión pública, especialmente de sectores de la población tradicionalmente marginados, lo que nos ha permitido a todos revaluar nuestros métodos de acción. Es así que vemos a los diversos gremios recobrando su identidad como animales políticos; ante la vorágine de acontecimientos que no da oportunidad de mantenerse en la indiferencia, vemos a los abogados interponiendo amparos, a los ingenieros opinando sobre el aeropuerto cancelado y los proyectos de infraestructura propuestos, a los médicos reinventándose para enfrentar el reto de la pandemia y a los periodistas y opinólogos teniendo que encontrar nuevas formas de permear en la sociedad, cuando su prestigio y la pantalla de TV ya no les alcanza.

Bienestar colectivo

También le debemos a AMLO haber visibilizado a quienes integran la base de nuestra pirámide social y que viven sin poder satisfacer las necesidades económicas básicas que la dignidad del ser humano reclama, así como el inicio del nuevo experimento de brindar apoyo económico directo a los más desfavorecidos para que activen la economía de abajo hacia arriba, ante el fracaso manifiesto de la experiencia contraria, consistente en haber apoyado durante años a los más favorecidos y a sus  empresas, con la esperanza de lograr la dispersión de los recursos hacia abajo.

El temido colapso económico no se ha dado durante esta transición al supuesto nuevo régimen, gracias a la disciplina fiscal y presupuestaria, al control del gasto público y a la negativa al endeudamiento, así como al diálogo constructivo que se ha logrado mantener con el Banco de México, respetándose su autonomía, todo lo cual ha logrado contener la inflación y que pese a la salida masiva de capitales, el tipo de cambio vaya regresando a sus cauces y con un balance comercial superavitario. Tenemos que reconocer que el gobierno previó correctamente que el sistema financiero del país se iba a estresar con motivo de la crisis de la pandemia y que tomó las medidas regulatorias adecuadas para que el sistema bancario pudiera ofrecer a su clientela la llamada “reestructura Covid”, reduciendo intereses y concediendo prórrogas, sin tenerlo que reflejar en su contabilidad como un problema de cobranza.

bienestar economico
Ilustración: Esmirna Barrera.
Ánimo magisterial

En el campo de la educación también podemos observar luces. Al gobierno le ha tocado capitalizar la propuesta de los maestros de echar abajo la reforma educativa, lo que ha permitido su cambio de ánimo motivado en la confianza en el presidente, que se ha materializado en un sorprendente ánimo de entrega y continuidad, quienes durante la pandemia han utilizado sus propios medios, y con espíritu de colaboración y sacrificio han evitado la suspensión de clases y los paros continuos a los que ya estábamos acostumbrados. Andrés Manuel ha sabido hablarles a los maestros en su mismo lenguaje lleno de simbolismos para lograr su entrega personal, imprescindible para salir adelante. También es encomiable la acogida que ha dado su gobierno al reclamo social de poner en primerísimo lugar la educación inicial a la primera infancia, la cual fue introducida por él en el Artículo 3º de nuestra Constitución.

Desacralizar el presidencialismo

Con su legítima ambición de encontrar su lugar en la Historia de México, López Obrador se dio a la tarea de destruir símbolos clave del presidencialismo que lo precedió, terminando con la rancia práctica de los honores al presidente a su arribo y partida de los eventos públicos y de colocar su fotografía en las oficinas de los burócratas, al mismo tiempo de licenciar a las guardias presidenciales que antes desplegaban el boato entorno a la figura presidencial. Esto, en adición a la austeridad y a la reducción de los salarios de los burócratas, así como a la sana distancia que el presidente ha mantenido respecto de su partido MORENA, han brindado a nuestra democracia un tono más republicano que no se puede despreciar.

Área de oportunidad

Aunque son muchos los aspectos negativos que la coyuntura presenta, México no se puede dar el lujo de desperdiciar la oportunidad histórica que Andrés Manuel López Obrador representa y que nos permite continuar la construcción de un país próspero, que incluya en el progreso a la vasta mayoría de nuestros compatriotas, hoy excluidos del bienestar y carentes de oportunidades. El reto inminente de la sociedad es encontrar los cauces que obliguen a ese luchador social a comportarse como estadista y así gobernar para todos los mexicanos, difícil tarea que solamente se puede lograr uniendo fuerzas.


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