Tierra

¡Yo acuso…!

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Carta dirigida a quienes han optado por hacer a un lado al Medio Ambiente

Mi deber es hablar,
no quiero ser cómplice…
Émile Zola.

Hoy, más que nunca antes en la historia, estamos conscientes de la importancia que tiene la preservación del planeta. Foros nacionales e internacionales advierten sin descanso acerca de los numerosos peligros que amenazan a la humanidad de no lograr controlar el deterioro del mismo.

La recuperación de la calidad del aire, la tierra y los recursos acuíferos, juega un papel primordial en el futuro de la humanidad. Y si alguien piensa que no importa lo que se contamina en un extremo del mundo, porque al fin y al cabo nosotros estamos del otro lado, se equivoca.

La Tierra es un solo planeta y esta interconectado; la pandemia ya lo comprobó. A los mexicanos, no nos resulta ajena esta preocupación.

En los años cuarenta del siglo pasado, se promulgó la Ley de Conservación de Suelo y Agua y 30 años después, La Ley para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental, en 1972 se instituyó dentro de la Secretaría de Salubridad, la Subsecretaría para el mejoramiento del Medio Ambiente.

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Ilustración: Alessandro Pugiotto.

Evidentemente es inaudito que hace casi cincuenta años había en nuestro país mayor fortaleza institucional de la que se observa hoy. Durante esos años se crearon varias instituciones más, algunas se fusionaron o cambiaron de nombre, pero todas ellas tenían en común la idea de preservar y mejorar el Medio Ambiente.

Esto se extiende a ecosistemas, a especies amenazadas y por supuesto a las que se encuentran en peligro de desaparecer.

Cada una de esas instituciones cuenta con científicos de primer nivel que además se dedican a la investigación y cuyas publicaciones han sido premiadas en México y en otros países. Sin embargo, hoy es distinto, porque el Medio Ambiente ya no forma parte de las prioridades nacionales.

La misión de estos institutos, secretarías y organismos es de amplio espectro. Cada uno de ellos se aboca a aspectos específicos del problema; entre todos, constituyen un entramado de invaluable apoyo científico que protege al país y por consecuencia al planeta.

Por mencionar algunos: SEMARNAT, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; INECC, que antes de llamaba INE, Instituto Nacional de Ecología; PROFEPA, Procuradores Federales de Medio Ambiente; CONANP, Comisionados de Áreas Naturales Protegidas; CONAFOR, Comisión Nacional Forestal; CONABIO, Comisión Nacional para el Conocimiento de la Biodiversidad.

Estas instituciones se han desempeñado a lo largo de tres décadas, tiempo durante el cual contaron con la participación de miles de personas involucradas en las cuestiones del Medio Ambiente: expertos, organizaciones sociales, académicos y campesinos. Un equipo y una trayectoria que han dado resultados de excelencia en la conservación y restauración de áreas naturales; también en la preservación de especies.

yo acuso medio ambiente
Ilustración: James Steinberg.

Tal y como señala un documento de amplia circulación firmado por notables ecologistas, las instituciones ambientales de México se basaron en el concepto de desarrollo sustentable, lo que implica un mejoramiento en el nivel de vida de los ciudadanos, tanto en el ámbito económico como en el social. Teniendo siempre como premisa la protección de la naturaleza y los ecosistemas, pero sobre todo respetando los derechos de las generaciones futuras.

En este contexto, es fundamental hoy más que nunca evitar que esos conceptos queden en el olvido y pasen a ser obsoletos.

Todo pareciera indicar que hay quienes peligrosamente juegan con la idea de que es posible vivir en un planeta alterno, en donde la naturaleza no requiere de cuidados.

La realidad es distinta, el deterioro de las instituciones ambientalistas impedirá a nuestro país enfrentar el reto que representa el cambio climático, sin ellas no será posible.

Eso tiene que quedar bien claro.

Adicionalmente, una gran preocupación hoy, dicho sea de paso, es devolverle fuerza a las legislaciones que se han promulgado a lo largo de estos años con respecto a la conservación de reservas ecológicas y especies amenazadas o en franco peligro de extinción.

Valoremos cuánto hemos avanzado en este importantísimo tema.

Demos al Medio Ambiente la suma relevancia que tiene. Reconozcamos el enorme trabajo de las instituciones que hasta hoy se han desempeñado exitosamente en salvaguardarlo.

Sin ellas nada será viable.


*El título de este artículo está tomado del famoso documento J’accuse, una carta que publicó Émile Zola en el diario La Aurora en 1898, dirigida al presidente de la República francesa. En ella responsabiliza al ejército de elaborar pruebas falsas con el fin de sentenciar por traición a la patria al capitán Richard Dreyfus. La carta inicia con un encabezado similar al que se usa ahora.


Sara Gerson

Sara Gerson

Nací en la Ciudad de México donde cursé todos mis grados académicos, soy Bióloga, egresada de la UNAM. He publicado más de cuarenta libros infantiles, un libro de memorias y una novela corta. Creo fervientemente en la importancia de preservar el Medio Ambiente. Escribo y escribo… Disfruto enormemente pasar el tiempo en compañía de mi familia y mis amigos; me encanta la cocina y cuento con una gran capacidad de asombro. Muy pronto se publicará mi nuevo libro: “El Desierto”.


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El Planeta necesitaba un respiro

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Día Internacional de la Tierra: datos sorprendentes que todos deben saber

Este 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra y este más especial porque cumple 50 años de conmemorarse y nuestro Planeta vive un respiro

La fecha elegida por la ONU para honrar a nuestro planeta recuerda los eventos del 22 de abril de 1970, cuando 20 millones de personas salieron a las calles de las principales ciudades de Estados Unidos para protestar por el daño que la actividad humana le estaba causando en el medioambiente.

Con ocasión del Día Internacional de la Tierra, hacemos un repaso de algunos datos fascinantes sobre el planeta al que llamamos nuestro hogar.

1. La Tierra no es una esfera perfecta

Habitualmente se representa a nuestro planeta como una esfera perfecta, pero esa no es su forma precisa. La Tierra está achatada en los polos, por lo que su forma se asemeja más a un esferoide oblato.

Como sucede en otros planetas, el efecto de la gravitación y de la fuerza centrífuga producida por la rotación sobre su eje genera el aplanamiento polar y el ensanchamiento ecuatorial. Así, el diámetro de la Tierra en el ecuador es unos 43 kilómetros mayor que el diámetro de un polo a otro.

2. El agua cubre más del 70% de la Tierra

En la Tierra, el agua se encuentra en estado sólido, líquido y gaseoso.

Además, cubre las tres cuartas partes de la superficie terrestre en forma de pantanos, lagos, ríos, mares y océanos.

Estos últimos contienen alrededor del 97% de toda el agua del planeta.

3. La frontera entre la Tierra y el espacio está a 100 kilómetros de altitud

Se considera que la frontera entre la atmósfera y el espacio es llamada Línea de Kármán, que está a 100 km sobre el nivel del mar.

El 75% de masa atmosférica se encuentra en los primeros 11 km de altura desde la superficie del mar.

4. La Tierra es un planeta de hierro

La Tierra es el más denso y el quinto mayor planeta del sistema solar.

Los elementos químicos más presentes son el hierro (alrededor del 32%), el oxígeno (alrededor del 30%), el silicio (alrededor del 15%).

Los científicos creen que el núcleo de la Tierra está compuesto principalmente de hierro (alrededor del 88%).

5. La Tierra es el único planeta conocido con vida

La Tierra es el único cuerpo astronómico en el que hemos podido constatar que hay vida.

Actualmente existen alrededor de 1,2 millones de especies de animales catalogadas, aunque los científicos creen que ese es solo un pequeño porcentaje del total.

La Tierra se formó hace aproximadamente unos 4.500 millones de años y la vida ha estado presente en ella durante buena parte de ese periodo.

Las propiedades físicas de la Tierra, su historia geológica y su órbita han permitido que la vida haya existido durante millones de años.

6. La gravedad no es igual en todos los lugares de la Tierra

Como nuestro planeta no tiene realmente la forma de esfera y además, el suelo terrestre es irregular y la masa no se distribuye de forma perfectamente homogénea, hay variaciones en el valor del campo gravitatorio.

Así, por ejemplo, al irnos desplazando desde el ecuador hacia los polos, aumenta paulatinamente la intensidad del campo gravitatorio, aunque la diferencia sea imperceptible para los humanos.

7. La Tierra es un planeta de extremos

Nuestro planeta está lleno de contrastes. La variedad de sus áreas geográficas y sus climas, hace que prácticamente cada región tenga sus propias particularidades.

Existen varios candidatos para ser considerados los lugares los más cálidos del la Tierra, pero el lugar con la mayor temperatura jamás registrada se encuentra en el Valle de la Muerte en EE.UU., donde el 10 de julio de 1913 el termómetro subió hasta los 56,7 °C.

En el otro extremo se encuentra la Antártica. En la estación Vostok un 31 de Julio de 1983 los instrumentos de medición llegaron a marcar unos −89,2 °C.

8. La estructura viviente más grande de la Tierra

La Gran Barrera de Coral, situada frente a las costas de Australia, es la mayor estructura única formada por organismos vivos del planeta, hasta el punto de que es la única que puede verse desde el espacio.

Se extiende por más de 2.000 kilómetros y acoge a miles de especies marinas.

En 1981, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

9. La Tierra es el único planeta del sistema solar con placas tectónicas activas

El movimiento de estas placas hace que la superficie de nuestro planeta esté en constante cambio.

Además, son las responsables de la formación de montañas, de la sismicidad y del vulcanismo.

El ciclo de estas placas también juega un papel esencial en la regulación de la temperatura terrestre, contribuyendo al reciclaje de gases con efecto invernadero como el dióxido de carbono, mediante la renovación permanente de los fondos oceánicos.

10. La Tierra tiene un escudo protector

El campo magnético terrestre actúa como un escudo contra el bombardeo continuo de partículas solares.

Este campo se extiende desde el núcleo interno de la Tierra hasta el límite en el que se encuentra con el viento solar.

Entre otras cosas, el campo magnético también ayuda a la orientación de algunos animales y a la nuestra, con el uso de las brújulas.

Nuestro Planeta vive un respiro

2020 se convirtió no solo en el año en el que por 50 ocasión se conmemora el Día Internacional de la Tierra, sino también se el tiempo en el que la humanidad se ha quedado confinada dentro de sus hogares, dando un respiro involuntario al Planeta.

La medida de confinamiento fue adoptada por la mayoría de los países en todo el mundo para aminorar la propagación de una pandemia que ha causado daños en millones de personas y miles de muertes.

Sin embargo, el lado positivo de la pandemia del coronavirus covid1-19 es que el Planeta se está limpiando y la naturaleza vuelve a revivir.

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La zona habitable de un exoplaneta

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La búsqueda de vida extraterrestre está en pleno auge. Se han descubierto 4,000 exoplanetas, varios se asemejan a la Tierra, pero no todos poseen las condiciones para que tengan civilizaciones que hayan desarrollado tecnología para contactarnos. Se están buscando, sobre todo, los que estén más cerca de la Tierra.

En el caso de nuestro mundo, para que haya vida se requieren de varias condiciones mínimas: diversidad de elementos químicos, abundancia de carbono, nitrógeno y oxígeno, una fuente de energía estable, y agua líquida, pues ésta facilita el intercambio de nutrientes. Además se requiere que haya un campo magnético que desvíe los rayos cósmicos letales que produce el Sol. Si se desea descubrir una civilización extraterrestre, se necesita que el exoplaneta orbite una estrella que viva miles de millones de años. La vida en la Tierra surgió hace 3,800 millones de años. A nuestra civilización le tomó 100,000 años construir instrumentos capaces de analizar mundos fuera del sistema solar.

Existen zonas en torno de las estrellas llamadas zonas habitables donde es posible que se desarrolle la vida. Si el planeta está muy cerca de la estrella se calienta mucho, por lo que el agua y la atmósfera se evaporan; y si se encuentra muy lejos se mantiene congelado, lo que impide que haya agua líquida en la superficie.

zona habitable
La zona habitable depende de la temperatura de la estrella. En esta figura se muestra en color verde. La zona roja está demasiado caliente y la azul demasiado fría para que exista agua líquida (The Website of Learning).

Las estrellas más calientes viven menos que las más frías porque consumen su combustible a mayor velocidad. Por lo tanto, la búsqueda de vida extraterrestre se está concentrando en las estrellas más pequeñas, éstas son las enanas rojas –de temperatura fría– que viven decenas de veces más tiempo que el Sol y centenas de veces más que las gigantes azules, que son las más calientes de todas.

El problema con las estrellas enanas rojas es que producen una cantidad mayor de rayos cósmicos que el Sol. Si los planetas en la zona habitable no tuviesen campos magnéticos para desviarlos, por ejemplo, como existe en la Tierra donde la circulación del núcleo de hierro y níquel lo generan, no podría desarrollarse la vida en aquél lugar.

estrellas rojas
Las estrellas enanas rojas más pequeñas, son sumamente activas y su producción intensa de rayos X podría interferir con la existencia de vida en planetas cercanos, a menos que tuviese campos magnéticos intensos (Universe Today).

Si pudiésemos observar todos los planetas habitables que giran en torno de las estrellas enanas rojas de nuestra galaxia, ascenderían a 40,000 millones, ya que en la Vía Láctea hay 100 mil millones de estrellas y la mayor parte son estrellas pequeñas. Hasta el día de hoy se han descubierto con certeza, incluido el Sol, medio centenar.

estrella Kepler 442
La estrella Kepler 442 posee uno de los planetas ideales para albergar vida. Sus estrellas es del tipo K, es decir, vive más que el Sol; es rocoso, por lo cual podría tener un campo magnético que lo protegería de la radiación X de su estrella (Universe Today).

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