El rol de la mujer en la independencia, desde el Grito en Dolores Hidalgo hasta la entrada del ejército Trigarante a la ciudad de México, ha sido fundamental. Si bien, sabemos Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario fueron mujeres que apoyaron el movimiento de independencia, no fueron las únicas que dieron y/o arriesgaron su vida por la patria.
Entre algunas otras tenemos a:
Gertrudis Bocanegra, originaria de Pátzcuaro, Michoacán, casada con Pedro Advíncula de la Vega, un soldado de la tropa provincial, sirvió como red de comunicación entre las regiones más importantes de la rebelión. Su hijo y esposo murieron en batalla y ella fue capturada y privada de su libertad, fue una mujer que sacrificó su familia y su vida para luchar por la libertad de México.
Leona Vicario, con origen de clase alta, fue una gran partidaria de la Independencia. Se deshizo de sus joyas y otras posesiones de valor para apoyar la causa, la persiguieron y fue llevada a prisión. Difundió la ideología de los libertadores pese a todo riesgo, convenció a los armeros vizcaínos del virreinato para que fabricaran cañones y fusiles, enviaba mensajes clandestinamente a los familiares de los Insurgentes. En 1842 el Congreso de la Unión le nombró “Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria”.
Josefa Ortiz de Domínguez, conocida como “la Corregidora“, se le conoce porque advirtió a Miguel Hidalgo que la conspiración había sido descubierta para que apresuraran el movimiento. También ganó simpatizantes para la causa Insurgente, convenció a mucha gente para que apoyaran con dinero o que se unieran a las filas y combatieran por la causa.
También te puede interesar: Anécdotas y datos curiosos sobre la Independencia de México
Maria Soto la Marina, mujer valiente que ayudó a las tropas del general Francisco Javier Mina una vez que los españoles se apoderaron de un río y los insurgentes quedaron atrapados sin poder avanzar. Al darse cuenta de esto, Soto la Marina fue al río y les dio de beber con los dos cántaros, sin importar las balas enemigas que intentaron derribarla. Los caudillos habían estado sin beber por varios días y morían de sed. Hoy en día este río lleva su nombre.
Carmen Camacho fue una de las mujeres que apoyó el movimiento. Sedujo a la tropa realista convenciéndolos de unirse a los insurgentes para que este último creciera en fuerza y número. Para llevar a cabo esta misión, primero acompañaba a los soldados a algún mesón o peluquería, después de un par de tragos los persuadía y los convencía de cambiarse de bando al ofrecerles una parcela del México Independiente.
“La Costeña”, llamada así por los Insurgentes, participó en el sitio de Cuautla dando alimento a los guerreros en pie de lucha, pasando entre bombas y granadas sin medir los riesgos en que ponía su vida. Se desconoce su verdadero nombre.
