Desde hace algunas semanas en buena parte del mundo se han visto ciudades vacías y sin apenas tráfico o personas, a causa del aislamiento y de las medidas de contención que se han decretado por la pandemia del COVID-19: vemos ahora Nueva York, Londres, Milán, Buenos Aires o la Ciudad de México, con un aspecto fantasmal, es algo que nunca hubiéramos imaginado. En Europa, al menos, no ocurría desde tiempos de la Segunda Guerra Mundial. En España llevamos desde el sábado 14 de marzo aislados en nuestras casas y sólo saliendo para poder ir a comprar a las tiendas de alimentación, a las farmacias y otros servicios básicos; exceptuando los trabajadores con empleos considerados esenciales, sobre todo sanitarios o repartidores.
Desde luego, la principal tragedia de lo que está sucediendo son las miles de pérdidas humanas y que tristemente sus familiares han tenido que despedir desde la distancia. Muchos nos estamos preguntando cómo será la progresiva vuelta a la normalidad: retorno al trabajo, poder acudir a restaurantes o bares, ir a toda clase de comercios o eventos, etc. Las medidas de distancia entre personas, tanto en la calle como en los comercios, que se han tenido que establecer y que seguramente seguirán en el resto del año es algo totalmente nuevo.
En Barcelona, donde siempre hacemos mucha vida social en la calle, sea cual sea la época del año, nos ha sido difícil; ya que cuando llega la época estival lo que nos gusta hacer con el buen tiempo a nuestro favor, es poder estar en la terraza de un bar, restaurante, heladería o ir a las playas. Muchos locales tuvieron que reducir su aforo a la mitad y los camareros llevar mascarilla. Pero estas medidas se han aplicado a toda clase de comercios. El ámbito educativo –colegios, institutos o universidades– también se ha tenido que replantear al finalizar el curso escolar; optando en buena medida por clases online o enviando indicaciones por correo electrónico. En todo caso, la vuelta presencial a las clases será en el próximo curso, en el mes de septiembre.
Uno de los principales sectores que también se ha visto afectado en España, es el turismo. La temporada de primavera y verano suele empezar en las vacaciones de Semana Santa y dura hasta finales de septiembre; pero este año, ya se da por perdida. El confinamiento se está empezando a relajar durante este mes de mayo; y apenas va a haber viajes internacionales este verano y el turismo será sólo dentro del país. Mucha gente optará por permanecer en su localidad o irán a lugares cercanos de su residencia; además, muchos eventos de los que suelen haber en verano como festivales musicales, eventos deportivos, fiestas de los pueblos, no se celebrarán, y la visita a muchos museos o monumentos permanecerá cerrada.
En Barcelona, residen más de 1 millón 600 mil habitantes y en 2019 recibió casi 12 millones de turistas. En cualquier día del año se puede ver multitud de personas en cualquier rincón de la ciudad, en los edificios modernistas, el puerto o en las vías más importantes como Paseo de Gracia, la Avenida Diagonal o la Plaza Cataluña; pero hoy, en estos lugares apenas se ve gente. Esto es algo que muchos no habíamos visto nunca, nuestra urbe vacía.
Otra población que ha ofrecido una imagen similar es la Ciudad de México, con casi 9 millones de habitantes y más de 21 millones en la zona metropolitana del Valle de México, hemos podido ver imágenes de sus vías principales, prácticamente vacías; sin el enorme tráfico que las caracteriza. Uno de los cruces peatonales por donde pasan más transeúntes de América Latina es el que está situado en el centro de la capital; justo donde convergen la Avenida Juárez, el Eje Lázaro Cárdenas con el inicio de la Avenida Francisco I Madero; a las personas que pasan por él, hay que sumarles los miles de coches que circulan en todo momento. En las imágenes que se han podido ver ahora, no se aprecia apenas movimiento.
Con la progresiva vuelta a la normalidad se irán abriendo de nuevo los comercios y las industrias reiniciarán su producción. Pero será un año difícil, ya que muchos sectores no podrán estar al 100% de su capacidad debido a las restricciones, que aunque menos duras que al inicio de esta crisis, seguirán estando presentes. Además, falta saber si los diferentes negocios que han tenido que cerrar sus puertas durante las últimas semanas, podrán recuperarse con facilidad o si algunos tendrán que hacerlo de forma definitiva.
Lo cierto es que esta crisis posiblemente llevará a replantearse muchas cosas, entre ellas las relaciones humanas; mucha gente será cauta antes de salir y preferirá quedarse en casa; o las relaciones laborales, en algunos negocios o empresas, si es posible se podrá hacer uso del trabajo “online”; y sin dejar de considerar las dificultades que podría tener el mercado laboral, no solamente este año, sino también los próximos. Esperemos que la recuperación sea rápida y exitosa en su totalidad.
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