salud y desarrollo

¿Cómo podemos ser más felices?

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El tema de la felicidad y de ser feliz está muy de moda desde hace algunos años, se ha sofisticado tanto que en Harvard dan cursos al respecto y es uno de los programas más demandados en términos de personas que lo quieren tomar. Hay empresas dedicadas 100% al tema, talleres, cursos, conferencias, bueno, hasta una universidad en España y demás.

Como lo mío es “hacerlo sencillo”, les comparto algunas reflexiones que se sustentan en estudios e investigaciones, y otras aproximaciones de cómo ser feliz, basadas en la experiencia, y diría que hasta en la lógica, sin tanto rollo.

Sólo antes de entrar en tema, y como lo prometido es deuda, les comento que aquí mismo en El Semanario tengo escritos dos artículos sobre negociación que espero les resulten de su interés y les sean muy útiles.

En mi libro “Políticamente incorrecto, notas de viaje” dediqué un mini capítulo al tema de la felicidad y de ahí parto para estas reflexiones. Por cierto, el libro está disponible, sin costo, en mi perfil de LinkedIn.

ser felices
Ilustración: Julia Back.

Nadie tiene el secreto de la felicidad. Cada quién tiene su receta, sus ideas de cómo alcanzarla. Es posible ser feliz en esta vida, después quién sabe. Aquí pongo sobre la mesa algunas sugerencias para lograr este ideal, esta quimera:

Vivir el presente. Por todos lados nos bombardean con ideas de soñar, de tener más y mejores cosas, los anuncios ˗en general˗ y entiendo la lógica, son muy aspiracionales. Pero la verdad es que, si compramos tal o cual cosa, si vamos a tal o cual lugar a comer o a viajar, no hay una garantía de que eso nos hará más felices, podremos haber puesto la palomita de que ya hicimos eso, pero hasta ahí.

Yo estoy convencido de que vivir el presente con la cabeza, el corazón y el estómago, lo más que podamos, nos hará mucho más felices. No vivir del pasado, y eso no quiere decir que no podamos recordar con cariño algo que hicimos, un puesto que ocupamos, un viaje que realizamos, etc., y tampoco hay que vivir del futuro; de lo que podría ser.

Hay que gozar lo que somos y lo que tenemos, sacar provecho lo más que podamos a estas realidades.

Cerrar círculos. Todos hemos oído hablar del tema y creo que el problema es que no lo hacemos y no que no lo entendamos.

felicidad
Ilustración: Qian Shi.

Cerrar círculos es sacar de nuestras vidas, de nuestra cabeza, por las buenas o por las malas, las cosas que ya pasaron. “Estaba muy enamorado y mi pareja decidió terminar la relación conmigo”, obviamente esta situación te va a doler mucho y se vale llorar, lamentarse del hecho, preguntar al otro/la otra ¿qué pasó?, ¿qué hiciste que ocasionó lo sucedido?, ¿cómo podrían haber cambiado las cosas? Pero si no hay arreglo, es necesario dejar esa experiencia como un aprendizaje y darle para adelante. No estoy 100% seguro si “un clavo saca a otro clavo”, pero ayuda.

Y esto que es doloroso, como la muerte de un ser querido, o el haber perdido un empleo, o un negocio, o que nuestro equipo perdió un partido importante ˗o lo que nos duela a cada uno de nosotros˗, son hechos de vida con los que tenemos que aprender a vivir.

Y seguramente alguno de ustedes me podrá decir, “esto es muy fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo”. Y yo digo, “falso”. Es nuestra decisión hacerlo y creo que casi todos podemos con ello.

También alguien me podrá decir que no es lo mismo la muerte de alguien que el que nuestro equipo pierda, pues les tengo noticias, eso depende de cada uno de nosotros. Por eso dije al principio de este artículo que no hay recetas.

Obviamente esto aplica no sólo a hechos, sino a ideas, paradigmas, creencias y muchas otras cosas que traemos en nuestras cabecitas, que a veces nos traicionan o juegan en nuestra contra.

Hay un dicho que me encanta y uso en mis talleres que dice: “Yo intentando pasar la página y tú leyendo ya otro libro”. Remite a las relaciones personales y se refiere al hecho de que cuando terminamos una relación uno de los dos se recuperará más pronto siempre.

ser mas felices
Ilustración: Bao Luu.

Los invito a que sean ustedes los que estén leyendo el libro…

Seamos nosotros. No seamos lo que no somos. Aprendamos a ser sinceros, auténticos. Si vivimos nuestra propia vida y no somos impostores de la vida de otros, nos vamos a quitar muchos problemas y podremos disfrutar mucho más de la nuestra; y eso les aseguro que sí es el camino a la felicidad.

Y en esa lógica les comparto una reflexión de la cual desconozco al autor, pero que me parece crucial para ser feliz: “Las personas son para que las amemos y los objetos son para ser usados. Sin embargo, en este mundo loco y material, se suele usar a la gente y se ama a las cosas, los objetos.” Entre más ames a las personas y menos a las cosas, serás más feliz. Podemos ser felices si ordenamos nuestros valores.

Eso de la perfección no existe. Nadie es monedita de oro. No podemos ser “perfectos” frente a los ojos de todos. Es más, nadie es perfecto y se acabó. La vida perfecta no existe, por eso hay que arriesgarnos y hacer lo más y mejor que podamos, ser mejores todos los días y celebrar nuestros logros, aunque sean pequeños. Si queremos ser más felices, tenemos que atrevernos, ser osados y buscar ser la mejor versión de nosotros mismos todos los días en lo personal y en lo profesional. Nada de “¡no se puede!”.

Reír mucho y divertirse siempre. Así de simple, reír mucho y de esto hay muchos estudios que dicen que nos hace bien emocional y físicamente. Así que hay que reír más, hasta por las cosas más sencillas de la vida. Creo que fue Charles Chaplin quien dijo que “un día sin reír es un día no vivido.”

ser felices
Ilustración: Renu Vaswani.

Nos tomamos la vida y el trabajo demasiado en serio, hay que gozar lo que hacemos y si no nos gusta algo de lo que estamos haciendo… ¡Cambiémoslo! Somos nosotros accountables de que esto suceda.

Cuando llueve, tenemos dos opciones: Quejarnos de que nos hemos mojado, o bien, sentir y disfrutar la lluvia, el olor de la tierra mojada, refrescarnos con las gotas.

Podría en este artículo citar a Tal Ben-Shahar, el gurú de la felicidad de Harvard y sus siete (en algunos textos hablan de nueve) lecciones; los invito a leerlas, o a cualquiera de los otros autores sobre el tema, pero la verdad de las cosas está en nosotros, en cada uno, el encontrar qué es lo que verdaderamente nos hace felices, y todo es válido.

Disfrutemos cada momento y a las personas de nuestro alrededor. Por ahí puede merodear la felicidad.

El único camino es darle, entrarle, andar ligeros de equipaje, sin cargas estorbosas.

Éste es el momento de ser feliz. Sí, ahora.


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Ante la incertidumbre sanitaria y económica, “Prospectiva, una mirada al futuro”

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#ProspectivaUnaMiradaAlFuturo

“Prospectiva, una mirada al futuro” nace en plena contingencia sanitaria y económica, con la intención de compartir una visión personal y de conjunto sobre los grandes retos que asolan a la sociedad en el ámbito empresarial, público, científico y académico, y cómo estos pueden convertirse en agentes de cambio para México, a través de la cooperación y la colaboración, utilizando la “Prospectiva” como herramienta clave para la planificación estratégica.

Este espacio hará las veces de plataforma de inteligencia y difusión para las tendencias globales, vistas como oportunidad para México. Desde una visión holística y de futuro, posibilitaremos el acercamiento de posturas entre los lectores y agentes relevantes, creando vínculos reales entre organizaciones y personas comprometidas con el desarrollo de nuestro país.

futuro del mundo
Imagen: Future Energy Perspective.

Para ello, desarrollaremos contenidos e ideas desde múltiples enfoques, dando oportunidad a la reflexión, pero sobre todo a la utilización de estos elementos como soporte para las estrategias e iniciativas que se estén desarrollando. En primera instancia, nos centraremos en las grandes megatendencias: Globalización, Demografía, Urbanización, Tecnología y Cambio Climático, para posteriormente identificar el espacio donde podríamos desarrollarnos y consolidar una posición referente como país.

Hoy en día, resulta clave para el desarrollo de cualquier estrategia o iniciativa contar con los datos, información y conocimientos correctos y actualizados, ya que sin estos recursos difícilmente podremos desenvolvernos adecuadamente en los escenarios complejos y dinámicos en los que nos encontramos. Estos nuevos recursos, deben ser sinérgicos entre sí, además de transversales, posibilitándonos con ello la confección de estrategias flexibles, con capacidad de respuesta y crecimiento, y principalmente exitosas.

mirada, ola, avalancha
Imagen: New scientist.

El 2020 e inclusive el 2021, se visualiza como años complicados, repletos de incertidumbre, y que serán un punto de inflexión en la organización social, política, económica y tecnológica, tal cual la conocemos. Para muchos expertos, hemos comenzado una nueva desaceleración económica que se prolongará durante los próximos meses, pero la realidad es otra, ya que llamar desaceleración a la crisis, es engañarnos y no ver en la situación, la oportunidad de reconvertirnos y salir fortalecidos.

En este sentido, la única forma que tendremos para afrontar esta situación es desarrollar acciones encaminadas a la generación de valor, fortalecimiento de relaciones entre agentes y el posicionamiento de las regiones a nivel nacional e internacional, a través de la innovación, cooperación y colaboración, con una visión de futuro, que nos ayude a evitar contingencias como las que estamos viviendo en este momento y establecer acciones de largo recorrido, basadas en prospectiva.

Las épocas de incertidumbre se distinguen por ser tiempos de reflexión y de oportunidad, en donde el ingenio aflora, y sobre todo cuando hablamos del ingenio mexicano. Esta época traerá consigo nuevas necesidades y espacios que deben ser cubiertos por acciones coordinadas entre los agentes empresariales, sociales, públicos, académicos y científicos, atendiendo a la formación del personal, la promoción del talento local y la optimización de los recursos.

emprendimiento, futuro
Imagen: Seed world.

Es por todo esto que hoy, y más que nunca, necesitamos sumar esfuerzos de todas las formas posibles, identificar las oportunidades que podemos desarrollar de manera individual y en conjunto, promover una cultura basada en el conocimiento, innovación e inteligencia, así como establecer espacios de reflexión, debate e interacción que fomenten lo anterior y muchas cosas más.

Por último, espero que esta primera entrega de “Prospectiva, una mirada al futuro” sea motivante y retadora, por lo que les invito a que no duden en hacerme llegar sus comentarios y recomendaciones al correo electrónico ricardolopezrobles@outlook.com o vía Twitter a @rlopezrobles.

Hasta la próxima entrega y recordar #YoMeQuedoEnCasa.

¿Una píldora letal para las personas mayores?

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Cuesta trabajo elegir un tema que no tenga que ver con la pandemia que vivimos, pero está bien hacerlo porque no todo es el coronavirus y su amenaza, cada vez más cercana, a nuestra vida supuestamente sana y normal. En esta columna retomo un tema del que se estuvo hablando el mes pasado y que causó una gran controversia. Me refiero a la discusión que se ha dado en Países Bajos sobre si debe apoyarse el deseo de personas mayores de 75 que querrían contar con los medios para terminar con su vida cuando así lo decidan. Este tema lo traté en mayo del año pasado –Una “vida completa” y el derecho a decidir cuándo morir,–, pero se justifica volverlo hacer porque ha adquirido nuevamente relevancia.

La manera en que las noticias sobre el tema fueron difundidas es, en sí misma, un aspecto que también es importante analizar y algo que se observa con mucha frecuencia en la publicación de noticias relacionadas con el tema general, de decidir el fin de la propia vida y recibir ayuda para ello. No es sorpresa que estamos ante un tema muy controvertido, defendido por unas personas y atacado por otras. Ciertamente, quienes están en alguna de estas posiciones pueden tener un interés para convencer a otras personas de que se sumen a su posición. Lo ideal es usar argumentos para ello, como de hecho ha pasado en Países Bajos. El problema es cuando se distorsionan las noticias y se presenta el tema buscando que la gente se oponga al mismo. Sea para manipular la opinión de las personas o por desconocimiento, quienes así publican las noticias, están actuando, en ambos casos, de manera irresponsable y poco ética.

La noticia que se difundió en ese país fueron los resultados de una investigación sobre el interés de personas mayores de 55 años de contar con la ayuda o los medios para poner fin a su vida, cuando no quieran vivir más debido a su edad avanzada. Actualmente en Países Bajos, para poder recibir ayuda para morir, mediante la eutanasia o el suicidio médicamente asistido, las personas deben padecer una enfermedad que cause un sufrimiento (físico o mental) intolerable, condición que no cumplen estas personas. Puesto que hay personas mayores de edad que quieren tener derecho a recibir ayuda para morir, aunque no estén gravemente enfermas, y hay desacuerdo entre los partidos políticos para defender un proyecto de ley en ese sentido, el Ministerio de Salud encargó un estudio para tener datos objetivos sobre el tema.

muerte asistida para mayores
Ilustración: Who Chooses.

Es interesante comentar esa buena costumbre de este país que hizo algo similar a mediados de los 90 cuando se discutía la eutanasia y el gobierno quería conocer cuál era la situación con relación a las diferentes decisiones médicas sobre el final de la vida. Pidió que se realizara una encuesta nacional a los médicos, previo acuerdo con el Ministerio de Justicia de que no habría sanción para quienes reportaran haber aplicado la eutanasia, entonces un delito, porque lo que necesitaban era saber lo que en la práctica estaba sucediendo.

De acuerdo con los datos que presentó Els van Wijngaarden, investigadora responsable del estudio “Perspectivas sobre las personas mayores con un deseo de muerte sin estar gravemente enfermas: las personas y las cifras”, unas 10,000 personas de 55 años o más –el 0.18% de ese grupo de edad– desearían poder acabar con sus vidas cuando las consideren completas, aun sin estar gravemente enfermas. Es importante subrayar que no es que la personas que expresan este deseo ya quieran morir; lo que quieren es tener la seguridad de que cuando lo deseen podrán hacerlo (El País).

Una de las maneras distorsionadas en que se divulgó la noticia fue afirmando que en Países Bajos se iba a empezar a repartir, entre las personas mayores de 70 años, una píldora para que pudieran suicidarse si así lo deseaban, sin requerir prescripción médica ni presentar un problema específico de salud. No es casual que la misma noticia comentara que este país es uno de los más afectados por banalización social de la muerte asistida (Mallorca Diario).

els investigadora de mayores
Els van Wijngaarden, profesora e investigadora.

Aun no se ha presentado un proyecto de ley en el que se establecerían las condiciones para ayudar a personas mayores de 70 que quieran morir. Un proyecto que, por el momento, sólo respaldaría el partido progresista D66, uno de los cuatro que actualmente forman el gobierno. Tampoco existe una pastilla letal para que las personas puedan usarla para morir de manera segura y sin dolor cuando así lo decidan, sin requerir la ayuda de un tercero, sea médico o no. Ciertamente contar con este medio sería ideal para muchas personas que han pensado que podrían llegar a encontrarse viviendo en condiciones indeseables y por eso mismo, hay organizaciones, comprometidas en defender el derecho de las personas a decidir el final de su vida, que están promoviendo la investigación para conseguir algo así.

La razón para hablar de una pastilla letal es que cuando a principios de los años 90 empezó la discusión sobre el derecho de las personas mayores de edad a decidir su muerte, se hablaba de la “píldora Drion”. Esto debido a que Huib Drion, quien fuera juez de la Suprema Corte de Justicia, fue el primero en defender este derecho argumentando que las personas debían vivir con la tranquilidad de saber que podían contar con los medios para morir cuando así lo desearan.  

¿Se deberían proporcionar los medios para morir a personas mayores? En Países Bajos la pregunta crucial es si debe darse esta ayuda también a personas mayores que no cumplen el criterio legal para recibir la eutanasia o el suicidio médicamente asistido por no padecer una enfermedad que les cause un sufrimiento intolerable. Desde luego, existen argumentos a favor y en contra de la muerte asistida tal como ya se permite en esa nación y en otros países, pero ahora imaginemos que hay acuerdo al respecto, y lo que debe decidirse es si hacerla extensiva a personas mayores de 70 años que quieren morir, aunque no estén enfermas.

La razón para responder afirmativamente es el respeto a la autonomía de las personas que quieren contar con esa opción; personas para quienes es importante poder decidir cuándo quieren dejar de vivir porque consideran que han completado su vida, pero necesitan los medios para morir bien. Se trata, dice Agnes Wolbert, directora de NVVE –la asociación holandesa que defiende el derecho a una muerte voluntaria–, de una decisión a la que algunas personas llegan tras una muy profunda reflexión y, al no contar con el apoyo que quisieran, buscan la muerte mediante suicidios violentos que supuestamente la sociedad holandesa quiere combatir. Además, de acuerdo a datos de una encuesta nacional, la mayoría de los holandeses apoya que las personas físicamente sanas que quieran morir, porque están cansadas de vivir, puedan hacerlo mediante la eutanasia (NVVE).

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Agnes Wolbert, directora de NVVE .

Uno de los argumentos en contra de permitir la muerte asistida a personas mayores es que en ocasiones el deseo de morir se explica porque viven en condiciones de soledad o con problemas económicos. En lugar de apoyar su deseo de morir, se deberían cambiar estas condiciones porque cuando las personas cuentan con redes de apoyo, su deseo de morir desaparece. Pues a veces sí y a veces no. Hay personas que quieren morir porque se sienten completamente dueñas de su vida y llega un momento en que ya no quieren vivir más; están rodeadas de gente que las quiere y tienen que pedirles que respeten su voluntad. La película francesa La última lección (La dernière leçon)[1] describe esta situación en que una mujer de 92 años, madre y abuela, comunica a su familia, el día de su cumpleaños, que ha tomado la decisión –congruente con lo que siempre dijo a lo largo de su vida– de terminar con su vida. Desde luego, viviendo en Francia no pretendía que el gobierno le garantizara el acceso a una eutanasia; ella misma tenía que conseguir los medios, pero sobre todo, el apoyo de su familia, pues al principio sólo uno de sus nietos entendía y defendía la libertad de su abuela.

¿Fue egoísta esa abuela? Se ha argumentado, en contra de que las personas mayores determinen el final de su vida, que sus decisiones afectan a sus familiares y deberían tomarlos en cuenta. Sin duda que alguien decida adelantar su muerte afecta a las personas cercanas porque la separación que implica la muerte duele. Ante la decisión de alguien querido que decide morir, se puede reaccionar con la indignación de que haya querido separarse de uno antes de tiempo o con el consuelo de haber respetado y apoyado a esa persona que quiso mantener el control de su vida hasta el grado de decidir su final.

Pero hablaba antes de las condiciones sociales y económicas que influyen en las decisiones de las personas mayores para morir. Ciertamente habría que mejorar esas condiciones para que las personas no se vean orilladas a preferir morir que seguir viviendo solas y desatendidas. Sí, hay que comprometerse con ello, pero mientras no se logre o, mejor dicho, reconociendo que seguirán existiendo limitaciones para lograrlo, la pregunta determinante en cada caso debe ser si la decisión de la persona que desea morir es clara y producto de una profunda reflexión que la lleva a decidir que prefiere morir. De la misma manera, se dice muy fácilmente que hay que poder volver a dar sentido a la vida de las personas que lo han perdido. Yo diría que está bien, si se puede, pero tampoco podemos pretender que tenemos la capacidad de hacerlo en todos los casos.

muerte asistida en holanda
Ilustración: Sean Chris S.

Nuevamente es oportuno recordar que las personas queremos diferentes cosas a lo largo de la vida y también al final. A unas personas, entre las que me incluyo, les interesa saber si van a poder elegir qué hacer con lo que les toque vivir –ya que muchas veces no se puede elegir lo que nos pasa–, y les da tranquilidad saber que tendrán la libertad para decidir dejar de vivir y poder hacerlo en las mejores condiciones. A otras no les interesa contar con esa opción.

Bienvenidas las diferencias, pero veamos cómo podemos respaldar ambas posiciones en sociedades laicas que respetan los derechos y libertades de los ciudadanos. En México nos falta mucho por hacer, pero es hora de empezar a acortar la distancia que nos separa ahora de Países Bajos en materia de reconocimiento y respeto de esos derechos.


Notas:
[1] Pascale Pouzadoux, Francia, 2015.


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Asumir la propia vida a partir de las aportaciones del budismo

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Todas las tradiciones espirituales tienen principios que contribuyen para dar sentido y dirección a la existencia humana. El aventurarse a conocerlas y comprenderlas incrementa el acervo cultural, disminuye el prejuicio que genera la ignorancia y proporciona elementos para una mayor calidad de la vida sin que ello signifique poner en riesgo la propia fe.

Una de las prácticas que influyen en nuestra época y con la cual co-existimos es el budismo. Una tradición con más de 2,300 años de antigüedad, cuya aportación principal está en proporcionar una guía clara, sencilla y profunda para enfrentar la existencia.

El fundamento del budismo se encuentra en cuatro argumentos para entender la realidad y resolver la vida adecuadamente conocidos como las Cuatro Nobles Verdades. Enseñanzas cortas, prácticas y de gran utilidad para todo ser humano decidido a contribuir por un mundo mejor y a obtener una mejor calidad de vida.

Las cuatro Nobles Verdades
1. La verdad del sufrimiento –Duhkha o Dukkha–

El sufrimiento es una constante en la existencia humana. Algunas personas la experimentan con mayor frecuencia o intensidad que otras, pero nadie queda del todo excento de su presencia. El budismo identifica siete causas del sufrimiento: 1) desarmonía entre la persona y las cosas materiales, 2) desarmonía entre la persona y los otros, 3) desarmonía entre la persona y su cuerpo, 4) desarmonía entre la persona y su mente, 5) desarmonía entre la persona y sus deseos, 6) desarmonía entre la persona y las opiniones, y 7) desarmonía entre la persona y la naturaleza. La raíz de todas estas discordancias de encuentran en el apego, la aversión y la desilusión que atan disfuncionalmente y generan desaliento.

sufrimiento y budismo
Ilustración: Nexos.
2. La verdad del origen del sufrimiento –Sumadaya–

En el budismo se entiende que la causa del sufrimiento se encuentra en el karma, es decir, por acciones cometidas con anterioridad por el cuerpo, la palabra y la mente. En esta tradición el karma es el efecto y solamente está asociado al aspecto moral, de tal forma que las acciones buenas generan karma positivo y las malas acciones karma negativo. Para explicar los casos en que esto no es comprobable, es decir, en el caso de personas buenas que sufren mucho y personas malas que son felices, hacen referencia simplemente al tiempo, como consecuencia de conductas en vidas pasadas para el primer caso o que aún no ha llegado el momento de pagar el karma negativo para el segundo.

3. La verdad de la cesación el sufrimiento –Niroda o Nirodha–

Explicar el cese, posiblemente sea el concepto más complicado en el budismo. Ciertamente la búsqueda última está relacionada con erradicar la transmigración de nacimiento y muerte para obtener la felicidad eterna, pero esto no impide disfrutar de la existencia relacional tanto material como afectiva, la práctica consiste simplemente en vivirla libre del apego, la aversión y las expectativas rígidas que generan desilusión.

4. La verdad del camino que conduce a la cesación del sufrimiento –Marga o Magga–

La cuarta y última noble verdad hace referencia al camino que es necesario recorrer para lograr el cese. Generalmente, este última verdad se asocia exclusivamente con el sendero óctuple, pero en realidad es más complicada e incluye mayores conocimientos y otras prácticas; sin embargo, una aproximación al sendero óctuple es suficiente para personas de otras tradiciones. Estos ocho pasos son: a) recta visión, b) recto pensamiento, c) recta palabra, d) recta acción, e) recta vida, f) recto esfuerzo, g) recta atención y h) recta concentración.

ensenanzas del budismo
Ilustración: The British Library.

a) Recta visión

La recta visión está relacionada con la percepción de la realidad y el juicio que se hace de ella. Implica la experiencia personal y la necesidad de mover el conocimiento, generalmente aprendido de otros, hacia la sabiduría y la correcta opinión que ocurre al comprender la existencia y lo existente desde su propio rostro, tarea de suyo complicada dada nuestra existencia condicionada.

b) Recto pensamiento

El recto pensamiento consiste en liberarse de los tres venenos que afectan el pensamiento, las elecciones y las acciones: la apetencia, la aversión y la desilusión.

c) Recta palabra

La recta palabra implica no mentir, no calumniar, no insultar y no hablar frívolamente.

d) Recta acción

La recta acción comprende no hacer daño a seres vivientes, no tomar lo que no es dado, no hacer mal uso de los sentidos, no tener una conducta sexual desordenada, no ingerir substancias que intoxiquen el pensamiento.

e) Recta vida

La recta vida incluye tanto evitar trabajos indignos –que afecten a terceros– como acciones concretas que promueven la salud personal, familiar y comunitaria tanto física como mentalmente.

f) Recto esfuerzo

El recto esfuerzo considera cuatro acciones concretas: 1) impedir que aparezca el mal, 2) erradicar el mal aparecido, 3) promover la aparición del bien y 4) sostener el bien ya existente.

mar de budismo.
Ilustración: Keith Negley.

g) Recta atención

La recta atención conlleva observar diligentemente las condiciones generales de la conciencia en un momento dado lo cual incluye al cuerpo, las sensaciones y el estado de la mente con el fin de reconocer que la mente precede, domina y crea las cosas, por ello es necesario conocerla, formarla y liberarla de aquello que la esclaviza.

h) Recta concentración

La recta concentración es la contemplación activa y deliberada de los pensamientos para desmontar patrones crónicos y proyecciones generadas por la mente.


Las aportaciones del budismo son una guía para asumir responsable y éticamente la propia vida independientemente de la fe que se profese. Implican decisión, esfuerzo y constancia para observarse a uno mismo, reconocer a las personas y la realidad como son, promover el bien y favorecer la construcción de una vida que valga la pena ser vivida.


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Observa con el corazón

Lectura: 3 minutos

He aquí mi secreto. Es muy simple:
no se ve bien sino con el corazón.
Lo esencial es invisible a los ojos.
“El Principito”, Antoine de Saint-Exupéry.

Para muchos esta frase es una de sus favoritas, pero ¿qué tanto lo hacemos?, ¿qué tan posible es ver con el corazón?

La neurociencia moderna ha estado haciendo algunos descubrimientos sorprendentes sobre el corazón humano. La idea de que podemos pensar con el corazón ya no es sólo una metáfora, sino que es, de hecho, un fenómeno muy real. La investigación en este campo está demostrando que el corazón es el principal centro de inteligencia en los seres humanos (Joseph Chilton Pearce).

Entonces estaríamos diciendo que literalmente hay un “cerebro” en el corazón, que podríamos llamar el “cerebro emocional”, pues está conectado a todos los órganos del cuerpo y nos permite expresar nuestras emociones.

Hay un diálogo entre nuestro corazón y cerebro del que no somos conscientes; ya se comprobó que nuestras emociones cambian los ritmos del corazón y afectan a nuestro cerebro. Todo en nuestra vida depende de nuestra respuesta emocional a cada cosa que nos sucede. Si nuestra respuesta es el miedo, nuestro mundo se cubrirá de miedo, así como nuestro cuerpo, si nuestra respuesta es el amor, nuestro mundo se llenará de amor.

tiras del corazon
Imagen: Pinterest.

Es fundamental tener respuestas emocionales positivas, sentirnos amados, aceptados, queridos, ya que esto afecta toda nuestra existencia. Podemos tener un nivel económico alto, un buen trabajo, un buen coche, casas, comodidades, pero si no tenemos por lo menos una persona que nos ame, de nada sirve lo demás, y no estamos exagerando, lo  que necesitamos es, buena comunicación, escucha atenta, mucho afecto, relaciones amorosas, movimiento corporal como el baile, contacto visual, sonidos amables y dulces, juegos divertidos, contacto de corazón a corazón.

¿Qué es lo que deseas? ¿Qué necesitas?

Necesitamos escuchar nuestro corazón y pensamientos, tenemos que ser capaces de traducir nuestras necesidades en palabras para comunicarlas y para que cuando los otros nos las digan podamos escucharlas y atenderlas.

Está demostrado que cuando escuchamos a nuestro corazón y lo atendemos, todo se armoniza y funciona mejor, pues éste posee una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas, que son aceptación, afecto, agradecimiento, alegría, amor, bienestar, diversión, entre otras. Para poder acceder a este tipo de emociones es indispensable liberarnos de las emociones negativas como el miedo, la angustia, el agobio, la culpa, de la necesidad de dominar a los otros, de la decepción, el estrés, la frustración. Debemos incitar y mantener emociones positivas.

casa de corazon
Imagen: Pinterest.

Y como ya te he dicho en otros de mis escritos, para lograr esto, el secreto está en verse, oírse y sentirse, o como dice Ken Wilber, en utilizar el testigo para escucharnos, observarnos y sentirnos, observar nuestras posturas, escuchar nuestros pensamientos, sentir nuestras emociones, sin juzgarnos, con el afán de aprender de nosotros y poder elegir las emociones positivas.

Debemos confiar en nuestra intuición y reconocer que el cambio no se encuentra en el mundo exterior, sino en mi mundo interior. En lo que pienso, en lo que siento y cómo eso se traduce en mi actuar.

Observa tu corazón, conoce y activa “el cerebro del corazón”, cultiva la capacidad de escucharte, abraza el silencio, contacta con la naturaleza, aprende formas de meditar, disfruta de tu propia compañía y conviértete en tu mejor amigo. El corazón no sólo es el centro del amor, también tiene una inteligencia superior.

No me creas, compruébalo por ti mismo.

Te abrazo de corazón a corazón.

Esto es para ti, que siempre estás del otro lado leyéndome.


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La felicidad y el sentido de la vida

Lectura: 3 minutos

La especialización de esta época, si bien ha llevado a un conocimiento y desarrollo nunca antes imaginado, también ha fragmentado el entendimiento de la realidad y de la persona misma con consecuencias concretas en todos los aspectos de la existencia.

La realidad se interpreta de forma aislada y la comprensión personal se entiende frecuentemente sin considerar las múltiples causas internas y externas que influyen en la vida diaria, o se hace exclusivamente cuando el equilibrio se rompe.

En este sentido, toda realidad humana, tanto física como psicológica, y/o espiritual, tiende hacia un mismo objetivo: la felicidad. Felicidad que se enmarca entre las grandes preguntas acerca del origen, sentido y finalidad de la existencia y que se desarrolla en tres irrenunciables tipos de relación: horizontal –con todo lo creado: personas, animales, plantas, cosas, etcétera–; vertical –con la trascendencia, que para los practicantes y creyentes de cualquier religión se entiende como Dios–; y hacia sí mismo –con la propia identidad–. 

Las tres dimensiones de la vida humana y los tres tipos de relación son igualmente importantes, se encuentran íntimamente relacionados y son corresponsables del estado particular y comunitario de cada uno de ellos. En efecto, la interrelación de la realidad integral de la persona, aunada a la naturaleza de su relacionalidad en las tres dimensiones son responsables de la calidad de vida y felicidad que experimenta.

barca de la felicidad
Ilustración: El Mundo.

Para el ser humano la felicidad es un aspecto fundamental en su existencia, por ello pasa la vida buscándola; sin embargo, usualmente la confunde con actividades agradables, relaciones afectivas, diversiones temporales, adquisición de objetos, momentos de compañía, metas a cumplir, estabilidad económica, placeres diversos, etcétera; desde luego, todo lo anterior es importante y genera cierto nivel de satisfacción, pero es insuficiente para lograr una felicidad profunda y duradera.

La felicidad no es un objetivo, es una actitud frente a la vida; es una capacidad a desarrollar que sostiene el gusto por vivir, contribuye a mantener la esperanza en momentos difíciles y, como vimos arriba, íntimamente relacionada por las tres grandes preguntas existenciales.

Para algunas personas, las preguntas por el origen y la finalidad de la existencia pueden carecer de importancia o les son suficientes los argumentos que recibieron en algún momento de su vida; para otras, son cuestiones altamente significativas, razón por la cual se viven de acuerdo a lo recibido o buscan explicaciones que les parezcan más lógicas a sus propios entendimientos. El sentido, en cambio, es mayormente significativo porque siempre acompaña la existencia independientemente de la reflexión e intención que acompañe su dirección.

Es decir, el sentido se vive durante toda vida, pero esto no significa que de suyo sea producto de una elección razonada y libre. De aquí la importancia de hacerlo consciente, autónomo e intencional para poder re-direccionarlo cuando la situación así lo amerite.

Sentido consciente

Para darse cuenta en dónde se está, para reconocer las circunstancias internas y externas que afectan la existencia en ese momento, para distinguir lo permanente de lo eventual, lo fundamental de lo efímero, lo propio de lo ajeno y lo inalterable de lo modificable, para elegir la dirección que se desea tomar en la vida o la actitud con la cual enfrentar la situación que se vive; en síntesis, para aplicar la oración de la serenidad tan repetida en reuniones de grupos de autoayuda: Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia.

sabotaje a la felicidad
Ilustración: Pinterest.

Sentido autónomo

Porque las consecuencias de la dirección tomada las experimenta la persona misma y son su responsabilidad; porque la autorregulación da libertad, sensación de autodominio y empoderamiento de la identidad.

Sentido intencional

Para encabezar la propia existencia en medio de la complejidad y dirigirla por senderos dignos y acordes con la persona.

La vida es compleja, con múltiples variables que interactúan simultáneamente, inesperada por más que se trate de prever, frecuentemente incierta, inevitablemente mudable e inexorablemente finita y, a pesar de ello, o precisamente por ello, impulsa a seguir existiendo porque la profundidad y la duración de la felicidad es posible en la medida que se acepta la realidad como es. Se busca integrar las tres dimensiones de la persona y se trabaja en la capacidad de establecer vínculos inteligentes, amorosos y sanos con todo y con todos.


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En España se discute la eutanasia

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En España se está discutiendo una iniciativa de ley presentada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que busca permitir la eutanasia. Es la tercera vez que se debate el tema en 20 meses y esta vez ha contado con el apoyo de todos los grupos legislativos a excepción del Partido Popular (PP) y Vox. La iniciativa ha recibido 201 votos a favor, 140 en contra y dos abstenciones.  Ahora debe ser revisada por el comité parlamentario de salud para pasar después al Senado y regresar a la cámara de diputados para la votación final. Se espera que pueda ser promulgada en junio.

De aprobarse esta iniciativa, podrán solicitar la eutanasia las personas que padezcan una enfermedad grave e incurable o invalidante –no necesariamente terminal–, que les cause un sufrimiento, físico o psíquico, insoportable. La eutanasia será aplicada por la sanidad pública, tanto en hospitales como en el domicilio del paciente, así como en centros privados. Los médicos podrán declararse objetores de conciencia.

Con esta ley, España sería el quinto país europeo que permite ayudar a morir a una persona que quiere adelantar su muerte para terminar con una vida en que predomina el sufrimiento. En Holanda, Bélgica y Luxemburgo se ayuda mediante la eutanasia –en que un médico aplica al paciente una dosis letal de medicamentos– o el suicidio médicamente asistido –en que un médico proporciona al enfermo los fármacos para que el mismo enfermo los tome y muera–. En Suiza, la ayuda se da mediante el suicidio asistido, con el cual, no los médicos, sino voluntarios de algunas organizaciones, ayudan a las personas, incluso a extranjeras, a poner fin a su vida.

muerte asistida
Ilustración: NPR.

En España, la mayoría de la población está a favor de la eutanasia –alrededor del 80%–, pero están en contra de ella los representantes de la Iglesia, así como los partidos conservadores. No es ninguna sorpresa que estas opiniones contrarias existan ni tampoco que las posiciones que desaprueban la eutanasia sean las conservadoras y se basen en creencias religiosas; lo que es necesario cuestionar es por qué ha prevalecido su influencia en la determinación de políticas públicas que son contrarias a lo que la mayoría de los ciudadanos quiere, una situación que se repite en muchos países.

Hay que reconocer que estamos ante un tema muy complejo y delicado. No es fácil legislar sobre una acción que consiste en causar la muerte y que, por lo mismo, parecería ir en contra de ese derecho fundamental que las diferentes sociedades hemos acordado respetar: el derecho a la vida. Por eso, lo primero que es necesario recordar es que es muy diferente que alguien vulnere este derecho y le quite la vida a otra persona que querría seguir viviendo –aquí sí podemos hablar de matar con toda la carga emocional que el término conlleva–, a que una persona decida que ya no quiere vivir porque su vida no sólo no le ofrece nada que pueda disfrutar, sino que cada día le aporta un sufrimiento que ya no quiere seguir padeciendo.

Para poder legislar sobre la eutanasia hay que tener muy clara la diferencia entre reconocer el derecho a la vida y pretender imponerlo como una obligación a quien ya no quiera vivir; también hay que establecer con mucho cuidado los criterios bajo los cuales se permitiría una acción que consiste en ayudar a morir, pues para nadie es ajeno que se trata de una ayuda muy especial. Esto también puede explicar que sean pocos los países que permiten una ayuda con la que tantas personas quisieran contar.

Espana y eutanasia
Ilustración: Adn Montavo Estrada.

Pero no creo que esta dificultad para establecer en qué condiciones se debe permitir la eutanasia, explique que no se respalde lo que la mayoría de los ciudadanos quiere en los diferentes países, pues es algo que tras estudiar y discutir se puede decidir, como ya lo han hecho otras naciones. Además la experiencia de estas ayuda a considerar cuáles son los criterios más convenientes, aunque cada jurisdicción termine regulando de acuerdo con su propia idiosincrasia. Por eso se puede pensar que hay algo más que explica que sean pocos los países que respalden la voluntad de las personas que quieren tener la libertad para decidir el final de su vida.

Tiene que ver con la intolerancia de muchos grupos para aceptar que las personas quieren diferentes cosas a lo largo de la vida y también al final de ésta, y que los deseos y decisiones de los individuos se basan en sus experiencias, creencias y valores. En sociedades plurales y laicas debe ser posible la coexistencia de las diferentes posiciones; que cada uno acepte que el otro puede ver las cosas de otra manera y tomar decisiones diferentes a las que uno tomaría, y lo importante es el mutuo respeto. Bienvenida la argumentación y tratar de convencer al otro del propio punto de vista, pero si esto no sucede, nadie tiene el derecho de imponer su propia posición.

Es importante analizar los argumentos que se han dado en España para oponerse a la iniciativa en discusión, identificar los puntos razonables y mostrar también los argumentos cuyo sustento es cuestionable, porque esta argumentación se repite en diferentes países cuando se discute, con algunas variaciones, la conveniencia de permitir la muerte asistida.

Lo primero que hay que reconocer, como defienden tanto el PP como Vox, es que las personas deben recibir cuidados paliativos para aliviar el sufrimiento que les cause una enfermedad. Es éticamente inaceptable que las personas quieran morir porque no se han reconocido ni atendido sus necesidades, sean estas físicas, psicológicas, sociales o espirituales. Es cierto que muchas personas que han pensado que estarían mejor muertas, cambian de opinión cuando reciben cuidados y mejora su calidad de su vida, lo que les permite esperar el final con tranquilidad, a pesar de vivir con muchas limitaciones. Algo que no sorprende, pues en general las personas prefieren vivir, a menos que las condiciones en que lo hacen les resulten indignas.

marcha por la eutanasia
Fotografía: Deporte y Vida.

Lo que no se vale es tergiversar las cosas y afirmar, como hace el PP, que lo que busca el PSOE con la iniciativa para permitir la eutanasia es ahorrar costos para no dar atención a los más vulnerables. O afirmar, como hacen este mismo partido y Vox, que defender la iniciativa significa despreciar el valor y la dignidad de las personas, en lugar de reconocer que lo que se busca es contar con una ley que respalde la decisión de las personas para morir, cuando así lo decidan, con la ayuda adecuada para tener una muerte segura y sin dolor.

Que se legalice la eutanasia, lejos de querer decir que no se respeta la dignidad de las personas que la desean, significa que se las reconoce como las dueñas de su vida. Esto incluye que puedan decidir cuándo ya no quieren vivir, porque a ellas, la forma en que su enfermedad las obliga a vivir les parece indigna. Por descontado se da que puede haber otras personas en una situación similar que quieran seguir viviendo. O enfermos que crean que Dios es el dueño de su vida y sólo a él le toca decidir su final. A ninguna de ellas les interesará pedir ayuda para que se adelante su muerte.

Da la impresión de que, a falta de argumentos convincentes, los legisladores que han expresado su posición para oponerse a la eutanasia inventan acusaciones falsas y se presentan como los únicos preocupados por las necesidades de los enfermos. Pero me puedo imaginar las palabras de una persona que considera haber llegado al límite del sufrimiento que puede soportar y prefiere morir; querrá decirles a estos legisladores que no la defiendan. En primer lugar, porque no es cierto que los cuidados paliativos pueden aliviar siempre el dolor físico o psíquico que padecen las personas, ni siquiera cuando estos se hayan desarrollado lo suficiente como para que todo mundo cuente con ellos. En segundo lugar, porque los legisladores los presentan como si fueran personas incapaces de decidir sobre su vida, a los que hay que proteger de lo que piden, porque a los representantes del PP y de Vox les parece inconcebible que una persona lúcida pueda tomar la decisión de morir. Resulta que sí, que alguien que ha reflexionado en la vida y en la muerte puede, precisamente porque ha valorado su vida, saber en qué condiciones ya no quiere vivirla.

Lourdes Méndez, de Vox, se ha referido en términos muy duros contra quienes promueven la nueva ley, acusándolos de enviar el mensaje a los enfermos que padecen un sufrimiento intolerable de que su vida no es digna.

Aunque aclara que sus argumentos no se apoyan en ideas religiosas, cuesta trabajo creerle, toda vez que inicia diciendo que proclama el valor y la dignidad de la vida, desde su concepción hasta la muerte natural, cuando desde hace años ésta ha sido la instrucción de la jerarquía católica para oponerse al aborto y la eutanasia. Una instrucción que, en lo que toca al extremo final de la vida, no tiene mucho sentido cuando éste sucede en un contexto de atención médica. La práctica de la medicina se contrapone de muchas formas a lo natural, a superar defectos congénitos o enfermedades que padecen las personas.

La defensa de la muerte natural en la atención médica equivaldría a dejar a la naturaleza hacer su tarea sin intervenir, lo que implicaría no evitar muertes prematuras que sí se justificaría impedir. Lo que debe importar es considerar siempre si una intervención médica va a ser benéfica o no. Y así como la medicina puede ayudar a prevenir, curar y dar calidad de vida, debe también poder usarse para procurar una muerte sin dolor si el médico está de acuerdo en que esto es lo mejor para el paciente que lo pide. La otra razón por la que cuesta trabajo creer a Lourdes Méndez que su posición no se basa en creencias religiosas, es porque termina su intervención en el congreso deseando “a quienes aprueben esta ley, que Dios los perdone”.

Todos estamos de acuerdo en que no debe ayudarse a morir a una persona que quiera seguir viviendo y que sería muy lamentable que personas que no desean morir se vean presionadas a pedir esta ayuda. Pero esto no ha pasado en ningún lugar en que se permite alguna forma de muerte asistida. Permitir la eutanasia en España lo único que hará será ampliar las opciones de las personas para decidir cómo quieren y cómo no quieren vivir el final de su vida. Quienes no quieran esta opción no tendrán que elegirla, pero las personas, para quienes contar con esta ayuda significará la liberación digna de una vida indigna, sí se verán muy favorecidos.

Y este avance debe ir acompañado, desde luego, de un mayor desarrollo de los cuidados paliativos, lo que de hecho se ha mostrado que sucede en los países en que se ha permitido la eutanasia o el suicidio médicamente asistido; esto sucede por la simple razón de que en esos lugares se da más importancia a la atención de los pacientes en la última etapa de su vida.

Fernando Cuesta
Fernando Cuesta (Fotografía: El País).

Por eso, termino mi columna con las palabras de Fernando Cuesta, un enfermo de esclerosis lateral amiotrófica español que dejó su testimonio antes de ir a Suiza a morir: “Que quien quiera viva, pero que nos dejen a los demás morir dignamente”.


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¿Cómo atraer el amor a tu vida?

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Seguramente has escuchado hablar sobre la ley de la atracción, ese tema que se puso de moda sobre la teoría de que podemos atraer lo que queramos sólo con pensarlo. Si esto es verdad, ¿por qué muchas personas que anhelan y piensan en tener pareja, en encontrar el amor, están solas y sin amor?

Parecería que no únicamente se trata de pensarlo, sino de convertirnos en aquello que deseamos. De ponerle la voluntad y la acción al pensamiento. Sí es cierto que los iguales se atraen, existe un refrán popular que lo avala: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

Si en tu entorno encuentras y convives con personas negativas, enojadas, o violentas, te invito a hacer un alto y revisar tus actitudes. ¿Estás enojado? ¿Eres violento? ¿Todo lo criticas? Una de las tareas más difíciles que tenemos como seres humanos es la de vernos a nosotros mismos, somos buenísimos para “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, pero si te atreves, si eres lo suficientemente valiente para “echarte un clavado” y mirarte, te prometo que “conocerse no es morirse”, al contrario, conocerse es la oportunidad de oro que tenemos para cambiar y convertirnos en la mejor versión que podamos de nosotros mismos.

conocerse a si mismo
Ilustración: Korn Ferry.

¿Quieres encontrar el amor? Conviértete en amor, elige el amor, apuéstale al amor. Muchas veces estamos llenos de miedos e incertidumbres con respecto al amor, es cierto que el amor tiene un lenguaje aparte, y parece que aunque podamos tener miles de títulos universitarios, académicos, o sabernos inteligentes en el tema del amor, podemos reprobar y sentirnos torpes sin herramientas.

Para convertirnos en profesionales y expertos de cualquier tema, tenemos que ensayar una y otra y otra vez, no hay camino fácil, no se nace siendo campeón de futbol y, sin embargo, escucho a personas decirme, “Con una ruptura amorosa es suficiente, ya no quiero más”, o también, “Todos los hombres son horribles”, porque la relación con uno no funcionó. “No se puede confiar en las mujeres”, porque una me dejó.

El amor, como cualquier otra actividad, se ensaya, se practica, se estudia, se ejercita. Desde la mañana nosotros podemos elegir nuestra actitud frente a la vida, yo decido si camino por ella con amor o con rencor. Nadie más puede tomar esa decisión por mí. Yo decido darle o no una nueva oportunidad al amor, abrirme a la posibilidad de establecer nuevas relaciones amorosas. ¿Da miedo? Claro que sí, pero vale la pena.

construir el amor
Ilustración: Hanna Barczyk.

Estoy convencida que es en la relación de pareja donde encontramos la mayor oportunidad de crecimiento, donde podemos realmente enfrentarnos con nuestros “dragones” y aniquilarlos.

Comienza siendo amable desde la mañana, agradeciendo lo que tienes y has logrado, ejercita muy frecuentemente tu sonrisa, acércate a personas positivas, con intereses legítimos de crecimiento y bienestar.

Estudia y aprende sobre la escucha atenta, la atención consciente, interésate por la vida de los otros, por conocer a las personas, por saber quiénes son.

Pero, sobre todo, conviértete en tu mejor amigo, se amoroso contigo, conócete y crece. Conviértete en amor y sin duda atraerás el amor a tu vida.

Esto es para ti, que siempre estás del otro lado leyéndome.


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