Música

Se entrega presea “Eugenio Trueba Olivares” al maestro José Suárez

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En la edición 48 del Festival Internacional Cervantino (FIC), la presea “Eugenio Trueba Olivares” se entrega al maestro José Suárez.

José Suárez estudió órgano en la Escuela Nacional de Música de la UNAM. En 1968 fue admitido en el Conservatorio de Música Santa Cecilia en Roma, donde estudió bajo la guía de los maestros Fernando Germani y Domenico Bartolucci.

En 1975 recibió el diplomado en Órgano y Composición. Participa regularmente en conciertos de música de cámara en México. Desde 2010 reside en Guanajuato. Ha participado en al menos 25 ediciones del Festival Internacional Cervantino.

El Gobernador del Estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, entregó la presea “Eugenio Trueba Olivares” al maestro José Suárez, de quien dice que existen suficientes motivos para ser merecedor de esta distinción. Pues se ha perfilado con gran ejemplaridad en el Festival Cervantino “por su gran calidad artística, su amplia participación en diferentes ediciones del festival y contribución al desarrollo musical de Guanajuato, además de su espíritu pedagógico”.

El premio entregado, hace honor al maestro guanajuatense Eugenio Trueba Olivares, uno de los pilares históricos del FIC: “Su amor por el teatro lo llevó a crear grupos artísticos que, con el paso del tiempo, dieron origen al que hoy es uno de los festivales culturales más importantes del mundo”.

Con este premio, el gobierno en conjunto con el Instituto Estatal de Cultura, se busca reconocer la trayectoria artística y las aportaciones a la grandeza del Festival.

Además del reconocimiento musical, José Suárez es reconocido por su generosidad y su gusto por la enseñanza.

Durante 32 años dio cátedra de diferentes materias musicales, además de haber sido maestro de piano y órgano en el Conservatorio Nacional de Música en la Ciudad de México.

Asimismo, el maestro ha participado en al menos 25 ediciones del Festival Internacional Cervantino, enriqueciendo con su talento y su capacidad artística el programa musical de este festival. “Por ello, es un gusto y un honor entregarle esta Presea, a quien incluso ha hecho de Guanajuato su casa, desde hace algunos años. Muchas gracias, maestro José Suárez, por seguir aportando a la juventud sus conocimientos y su amor por las expresiones artísticas”, expresó el Mandatario.

El maestro José Suárez agradeció a las autoridades estatales la entrega de este reconocimiento, y señaló la importancia que tienen las expresiones artísticas como la música y las artes en transformar la vida de las personas.


Sobre Daniel Barenboim

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Por las crónicas escritas en un par de periódicos nos enteramos de que Daniel Barenboim participó en Granada, España, en un recital parte de un festival benéfico en favor de la Cruz Roja española; que dadas las circunstancias sanitarias por las que transcurrimos en todo el mundo, tiene ingentes necesidades económicas. Decidió presentarse tocando las Variazioni Diabelli. El concierto que se llevó a cabo el 24 de julio, tuvo varios simbolismos. En 1950 había debutado en Buenos Aires tocando esta obra. En 1980 debutó en Granada tocando esta difícil obra de Beethoven que es todo un reto técnico e interpretativo; ese año resultó todo un éxito y ahora también constituyó un acontecimiento, aunque una parte (menor) de la crítica hizo notar que no tocó las variaciones en el orden tradicional y se le había notado fuera de ritmo quizá por el largo confinamiento al que todos hemos estado sometidos. Un concierto diferente que tuvo mucho público (a través de diversas vías) y fue emblemático por diversos motivos.

Barenboim nació en Buenos Aires en 1942 en el seno de una familia judía, sus estudios primarios los realizó en el Instituto Pestalozzi de Belgrano y empezó a estudiar música con sus padres (ambos destacados pianistas), y después a principios de los años 50 fue llevado a Europa donde inició estudios en el Mozarteum en Salzburgo, al tiempo estuvo con la famosa Nadia Boulanger en París. Inició sus estudios de dirección con Ígor Markévich y tuvo ocasión de estar con Wilhelm Furtwängler; hay quien comenta que de este último tomó la manera clásica de interpretar a Beethoven.

Daniel Barenboim

En 1952 ya debutó como pianista en París y en 1956 en Londres y Nueva York nada menos que con la orquesta bajo la dirección de Leopold Stokowski. Desde entonces toca como solista muchos conciertos al año por todo el mundo, especialmente en Europa y América. Sus primeras grabaciones datan de 1954, algunas han sido consideradas a través del tiempo como extraordinarias. Su carrera como director se consolida al ser invitado por primera vez por la Orquesta Filarmónica de Londres en 1967. Desde entonces ha tocado por todo el mundo y con todas las orquestas.

Entre 1975 y 1989 fue director musical de la Orquesta de París, tiempo en el que además de interpretar el repertorio clásico tocó muchas obras modernas; entre 1991 y 2006 fue director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago, y desde luego ha tocado con las orquestas más afamadas como la de Viena y Berlín, su orquesta más cercana es la Staatskapelle de Berlín, ciudad donde ahora reside. En 1973 inicio su carrera como director de ópera y ha participado en un amplio repertorio incluidas las obras de Wagner,que incluso ha tocado en el famoso festival de Bayreuth, Alemania. Todo esto sin dejar su carrera como solista al piano, al mismo tiempo que realiza muchas presentaciones cada año con un amplísimo repertorio, aunado a múltiples grabaciones. Además de la nacionalidad argentina que tiene por nacimiento, le han sido concedidas las nacionalidades israelí y palestina, y solicitó la española que le fue concedida.

Daniel Barenboim

Como si todo esto no fuera suficiente emprendió un ambicioso proyecto, lo hizo junto con el filósofo palestino Edward Said. Fundó la orquesta West-Eastern Divan. Una organización que se reúne en el verano con jóvenes músicos palestinos e israelíes para conjuntar una orquesta que sea símbolo de la posibilidad de trabajo colectivo entre jóvenes de dos naciones en graves conflictos. Los primeros años se reunió en Chicago y Weimar, pero desde 2002 lo hace en Sevilla donde tiene su sede, cada año se reúne con músicos jóvenes que inician su carrera profesional y que probablemente al ser miembros de la orquesta se les abre un panorama amplio y prometedor. Se realizan giras por todo el mundo siempre con éxito de público y de crítica. Con ello se demuestran varias cosas: que la capacidad musical de Barenboim es grandiosa; consigue que una orquesta de noveles alcance niveles superiores; se demuestra que los judíos y palestinos pueden lograr un proyecto musical juntos; y consiguen la orquesta sinfónica sea uno de los ejemplos máximos de trabajo en equipo.

Cada año los conciertos son exitosísimos, pero, creo, que destacan los de 2006 porque en Viena consigue una interpretación excelsa de la sexta sinfonía de Tchaikovsky, obligándolo a tocar tres ancores con toda la orquesta y, un poco a contrapunto, uno de ellos es el “Vals triste” de Sibelius, logrando una interpretación suave, melódica y maravillosa. En 2012, con motivo de los Juegos Olímpicos, dan un ciclo con Beethoven que resultó sensacional con el toque sobrio de Barenboim. En 2019 en Viena, en el Mozarteum, tocó la “Sinfonía inacabada” de Schubert y con Martha Argerich el “Concierto número 1º para piano” de Tchaikovsky que resultó excepcional. Cada año ejecutan más y mejores solistas gracias al prestigio que va adquiriendo la orquesta. En los últimos años ha tenido problemas con las subvenciones del gobierno español, a pesar de que además de los jóvenes israelíes y palestinos, desde hace un tiempo se incluyen jóvenes españoles, ha recibido ofertas cuantiosas para trasladar la orquesta a otros sitios, especialmente a Berlín, pero no lo ha hecho, no se sí porque el Al-Ándalus tenga un significado en el proyecto, sin embargo, a pesar de todo, el proyecto no sólo sobrevive, sino que crece con más y mejores conciertos cada año. Por este proyecto Barenboim y Said recibieron en 2002 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

Martha Argerich y Daniel Barenboim
Martha Argerich y Daniel Barenboim tocando el piano a cuatro manos.

Visita con relativa frecuencia Buenos Aires, hace poco más de un año lo hizo con Martha Argerich, otra argentina brillantísima que en la adolescencia se trasladó a estudiar a Europa y ha conseguido alcanzar niveles de excelsitud. Tocaron un concierto que dirigió él y ella fue solista al piano, los bises fueron totalmente diferentes porque lo que hicieron fue tocar obras para piano a cuatro manos, entre ellas seis estudios sobre un tema de Debussy, un absoluto éxito. Después hicieron un concierto tocando música para dos pianos, interpretaron desde la “Sonata K 148” de Mozart,hasta “La Consagración de la Primavera”, en una versión escrita para dos pianos por el propio Stravinski, un absoluto deleite.

Pero la gira no terminó ahí, el último día se presentaron con Les Luthiers, en una parodia sobre el Carnaval de los Animales de Camille Saint-Saëns, en donde podemos apreciar la imaginación y creatividad de los Luthiers, la capacidad interpretativa de Argerich y Barenboim al piano y que ambos conservan el típico acento porteño en su español. En otras visitas de Barenboim a Argentina ha grabado discos de tangos, alguno de los cuales, en mi opinión, se encuentran entre los mejores logrados en versión instrumental.

Daniel Barenboim es un gran músico, admirable, de los pocos que han podido conservar su actividad como solista y como director, con un repertorio amplísimo que incluye épocas y géneros diversos. Pero, ante todo, me parece, es un hombre virtuoso, generoso y gozoso.

Prácticamente todos los conciertos que menciono pueden verse y oírse libremente en YouTube, desde luego puede comprobarse en ellos la juventud de los atrilistas de la orquesta West-Eastern Divan y, por supuesto, disfrutarlos.


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Melodía sideral; ondas estelares hechas música

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Crean música transformando ondas que brotan de las estrellas VIDEO

Un video muestra la melodía sideral en la que crean música transformando las ondas que brotan de las estrellas en sinfonía.

La inmensa variedad de ondas que brotan de las estrellas no se puede limitar con el espectro visible, tampoco el infrarrojo, ni mucho menos con rayos X. Vale la pena acelerar un pocoalgunas de estas ondas para que sean perceptibles al oído humano, algo que ha comprobado el proyecto Starsounds al grabar un fragmento de lo que podría ser una sinfonía estelar.

La creación es del compositor y productor musical británico, Brian Eno, quien arregló las ondas acústicas a partir de la biblioteca de sonidos espaciales recabada hace más de una década por el astrofísico armenio-español Garik Israelian.

A esta banda sonora se ha añadido una visualización inspirada en las observaciones del Sol sincronizada por Paul Franklin y Oliver James, del estudio líder de efectos visuales DNEG.

El fruto de esta mezcla de aportaciones es un video que ha publicado esta semana la organización del festival internacional Starmus en su cuenta en YouTube. Parece haber sido sacado de una película de ciencia ficción, pero representa unas vibraciones mucho más auténticas de lo que se podría imaginar.

Según recuerda el sitio web IFL Science, los astrónomos registran estas vibraciones no solo para hacer música, como propuso Israelian, sino que las transportan al registro acústico y las estudian para sacar conclusiones sobre el tamaño, la edad y las estructuras internas de las estrellas de forma muy similar a como los geólogos miden el interior de la Tierra a partir de las ondas sísmicas y los terremotos

Gracias por la música

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La música hace bien. La sonoridad organizada, ese conjunto de notas y silencios que laten con una aritmética rítmica; que escuchamos con los oídos, sentimos en la piel, vemos como ráfagas de colores y, sobre todo, hace viajar a nuestro cerebro en el tiempo a una velocidad sólo equivalente a la del olfato cuando, en un microsegundo de aroma, destapa una escena perdida en nuestra memoria.

La música nos hace cantar, bailar, entristecernos, soñar despiertos y alegrarnos. Nos da energía, nos apacigua, nos induce al descanso, nos erotiza, acelera, incomoda, cansa y hace de puente afectivo con el cine, la danza y la literatura.

 Algunos tienen la suerte de poseer el talento y la disciplina para interpretarla y otros, más afortunados aun, poseen el don de componerla. Nosotros, la mayoría tal vez, no podemos hacer nada de eso, pero sin duda, tenemos un privilegio mayor, podemos elegir qué escuchar y, en esa búsqueda, encontrar el género del cual enamorarnos. Claro, como en casi todos los otros ámbitos de la vida, la fidelidad aquí también es difícil; la promiscuidad auditiva es una tentación permanente, el enamoramiento sucesivo se repite en forma cíclica. Hay amores tempranos y otros tardíos; descubrimiento permanente de nuevos subgéneros que hacen replantearse el por qué nos demoramos tanto en encontrar ese sonido único, esa voz, ese intérprete o ese compositor. Pasamos horas de horas escuchando y cantando una canción, tarareando una estrofa, moviendo nuestros dedos, repitiendo un acorde en el aire, buscando la tecla, el tambor o la cuerda imaginaria y pulsando nuestro estado de ánimo sobre ella.

gracias por la musica
Ilustración: MUTI.

El soporte importa muchísimo también. No es lo mismo la radio, el vinilo, el cassette, que el reproductor digital, el iTunes o Spotify, que, pese a todos sus intentos, jamás podrán “adivinar” lo que nuestra mente y corazón necesita escuchar, bailar o cantar.

Nos ponemos auriculares y nos dejamos llevar por la música. Abrimos las ventanas y nuestra canción se va de viaje a esos lugares que hoy no podemos visitar, nos vamos con ella, el cuerpo se mueve, estabiliza o queda quieto esperando que las notas, como una segunda piel nos cubran y protejan del presente. 

Una melodía hace que el pasado se vea y entienda de mejor forma, otra nos obliga a enfrentarlo con toda su intemperie y dolor, ésa otra nos vuelve a ese tiempo en que fuimos profundamente felices.   

Hay sonidos que nos dejan de pronto en el futuro, en un lugar maravilloso, nuevo, lleno de “normalidad”; de un momento a otro estamos rodeados de cientos, de miles de gargantas que cantan con nosotros, que celebran el triunfo de la vida.

viaje por la musica
Ilustración: Brad Cuzen.

De pronto también el silencio aparece, se nos hace necesario, nos recoge y ensimisma; también en ese lugar está el sonido, es dulce. El vacío tiene su propio latido.  

La música nos acompaña al dormir, comer, amar, trabajar o bañarnos; nos hace entrar en sintonía con el Otro con quien compartimos angustias y esperanzas. Cocinamos, pintamos y leemos con ella; pensamos e intentamos entendernos acompañados de su pulso; entonces somos capaces de alinear nuestra respiración y frecuencia cardíaca a cada una de las notas que percibimos. 

En tiempos de tanto ruido mental, de exceso de incertidumbre, de miedo y cansancio, la música hace bien.


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Julián Carrillo, revolucionario musical

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Por fortuna para América nada tenemos que reclamar los músicos europeos en esta revolución, pues todo se debe a un indio que desciende de los dueños del continente, dijo el gran director musical Leopold Stokowski sobre Julián Carrillo, mexicano universal nacido en Ahualulco, y desde 1933, Ahualulco del Sonido Trece, en San Luis Potosí en su honor. Nació el 28 de enero de 1875, del matrimonio de Pedro Nabor Carrillo y Antonia Trujillo, ambos de ascendencia indígena y fue el último de 19 hijos, lo que estaba al tenor del precepto bíblico de: “creced y multiplicaos”, que hoy se ve como gran amenaza frente al crecimiento desmesurado de la humanidad. No pudo terminar sus estudios de primaria, pero prosiguió con tenacidad los estudios musicales con maestros provincianos y nacionales, algunos de gran prestigio en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México.

Julian Carrillo, musico
Fotografía: El Siglo de Torreón.

El Sonido 13 fue su gran descubrimiento, el cual consistió en la existencia de sonidos más allá de la escala cromática de doce tonos, por lo que puede llamársele una revolución microtonalista que, desde el griego Terpandro –quien hace veintiséis siglos aumentó dos sonidos más a la escala pentafónica china– jamás se había rebasado dicho límite. Su hallazgo lo llevó a ser objeto de burlas de sus compañeros en el Conservatorio que lo apodaron el “Soniditos”; años después tuvo que ir al exilio a Nueva York, por haber sido director del Conservatorio en los gobiernos de Porfirio Díaz y Victoriano Huerta. Tal vez su mayor contradicción, según los críticos, fue haber estado en contra el nacionalismo revolucionario que privaba en México y la incomprensión a su metamorfosis musical en el mundo.

En vida recibió grandes reconocimientos en Europa, pero fueron menos en nuestro país. Cuando escuché, por primera vez su Poema Sinfónico Horizontes, quedé sorprendido, y sentí que los sonidos eran para alguna época espacial futura. En diversa ocasión pregunté a Mario Ruiz Armengol, gran compositor de las clásicas Danzas Cubanas y canciones populares, por qué me parecía extraña aquella música y me dijo en breves palabras que nuestro oído interior aún no estaba educado para oírlas y a eso se debía la confusión. 

Tuve la oportunidad de conocer a Don Julián en mis años juveniles en Saltillo, Coahuila, en una visita que hizo a la sala de redacción del periódico en el que yo trabajaba, a finales de la década de los cincuenta. Jamás lo volví a ver; pero el inefable destino, cuando ya residía en la Ciudad de México, me llevó a su casa en la calle Santísimo 25, del todavía sosegado pueblo de San Ángel, en una tarde del mes de abril de 1969, en compañía de mi gran amigo, Eduardo R. Blackaller (1938-2018,) pianista egresado del Conservatorio de Moscú, en la entonces Unión Soviética, quien mantenía gran amistad con Lolita Carrillo, hija de Don Julián, fallecido en aquella casa en 1965.

Ella, además de mostrarnos seis pianos que su padre mandó a construir en Alemania, apropiados para los nuevos tonos, nos ofreció, en el jardín, un delicioso café en una mesa redonda cuyo fino y largo mantel blanco, contrastaba con el verdor del acicalado césped. La conversación vino a caer sobre la muerte de su padre y al preguntarle cuáles habían sido sus últimas palabras me confió que, fiel a las creencias de los pueblos originarios de Mesoamérica, creía en que después de esta vida existe el más allá en que el espíritu pervive desde el mismo instante en que cesa la existencia terrena, para ir a las moradas que les tienen reservadas sus dioses y que con voz suave dijo sus últimas palabras: “me estoy desprendiendo”. Se hizo un gran silencio en ese momento, en que nos pareció que el espíritu de Don Julián nos hubiese rozado con sus alas musicales.


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Repensar la música en vivo durante la crisis sanitaria global

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18 de mayo de 2020.  El bajo operístico Günther Groissböck y la pianista Alexandra Goloubitskaia entran al escenario para interpretar un recital con obras de Schubert y Mahler. En el Teatro Estatal de Hesse, con capacidad para 1,000 personas, el público de aquella noche estaba conformado por menos de 200 espectadores, todos usando mascarillas y esparcidos puntillísticamente en las butacas. Después de tener su temporada oficial de conciertos cancelada por la crisis del COVID-19, éste sería uno de los primeros experimentos orientados a retomar las actividades musicales con la presencia del público en Alemania. El regreso a las presentaciones ocurre bajo un estricto protocolo sanitario,  que incluye desde limitaciones en la circulación de los asistentes en el espacio común y rígidas normas de distanciamiento social, hasta el requerimiento de datos personales y de contacto como condicionantes para la compra de boletos, con vistas a la detección y control de posibles contagios.

musica en pandemia
Audiencia del Teatro de Hesse en Wiesbaden, Alemania. Fotografía: The New York Times/ Gordon Welters.

La pandemia ha impuesto un punto de inflexión para el mundo de la música. Todas las músicas. Especialmente el acto de musicar en vivo, el que implica acercamientos, encuentros y una serie de intercambios físicos y afectivos, se ha estremecido. Las cuarentenas impuestas alrededor del mundo para mitigar el avance del coronavirus han roto amplias e interconectadas redes de creación, producción y distribución musicales, tanto locales como internacionales. En acciones remediales, instituciones, empresas y músicos se han apropiado de manera contundente de las redes sociales en un intento de no perder el contacto con sus públicos y rescatar parte de sus actividades. Una sobre oferta de videos y live streamings con interpretaciones musicales inundan las plataformas digitales. Algunos conciertos cuentan con excelente trabajo de producción y transmisión de audio y video, como el de Daniel Barenboim con un poco más de una decena de los músicos –cada uno con propio atril y manteniendo la distancia recomendada entre ellos– de la Ópera Estatal de Berlín, realizado a puertas cerradas con transmisión en vivo el pasado 8 de mayo.

Daniel Barenboim
Fotograma del concierto con Daniel Barenboim dirigiendo los músicos de la Ópera Estatal de Berlín (08/05/2020).

No obstante, la gran mayoría de las transmisiones son generadas desde el confinamiento, con baja producción técnica y limitada calidad de sonido. Aunque por otra parte, quizás  uno de los aspectos más atractivos de estos ejercicios alternativos de comunicación con el público, ha sido su capacidad para permitir que los artistas se muestren más reales y humanos. Este reinventarse en las redes sociales también ha propiciado a los músicos una interlocución mucho más directa con sus fans y seguidores, estrechando lazos afectivos, aunque virtuales. Mientras el lo-fi está en alta, en la medida que revela el mundo sin glamour, simple y cotidiano del músico, este acercamiento instiga a la vez una mirada voyerista sobre sus prácticas musicales, rutinas y espacio creativo.

A pesar de la conmoción inicial que estas transmisiones caseras ocasionaran al principio de la pandemia –como la de Chris Martin, músico de la agrupación inglesa Coldplay, el pasado 16 de marzo por Instagram–, la aparente saturación de la oferta de contenidos musicales en las redes no ha sido un paliativo suficiente para subsanar las pérdidas económicas en el sector, ocasionada por la cancelación de eventos, el cierre de espacios y por la poca perspectiva a corto plazo para la reprogramación de actividades artísticas presenciales. Aún más importante, además de su falta de efectividad para mantener a la extensa cadena de profesionales vinculada a los espectáculos musicales en vivo, los conciertos virtuales transmitidos a través de las redes sociales o plataformas digitales no parecen ser capaces de ofrecer una experiencia sensorial equiparable a la experiencia musical en vivo. Tanto artistas como públicos todavía buscan en el ritual colectivo el sentido mismo del fluir de lo sonoro en la retroalimentación del contacto entre sus cuerpos –y una infinidad de gestos y afectos– compartidos de manera presencial.

Éste es un tiempo sin precedentes para las artes escénicas en general y para la música en particular. El COVID-19 ha impuesto la necesidad de repensar los formatos de conciertos, shows, festivales y eventos masivos, lo que seguramente marcará un hito en la vida cultural y las prácticas artísticas del siglo XXI. Se impone un gran desafío que a la vez abre nuevas áreas de oportunidad para la transformación e innovación del sector. Y la dimensión de los cambios por venir y su impacto apenas empiezan a vislumbrarse.


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Conciertos en la CDMX en el mes del amor y la amistad

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La CDMX se llenará de conciertos en febrero, si eres amante de la música seguro querrás ir a más de uno, checa los que se darán cita los próximos días.

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Foto de “stubhub”

El mes del amor viene lleno de sorpresas, una de ellas es la gran cartelera musical para las siguientes semanas, desde conciertos de electrónica hasta ópera. Agarra tu cartera y elige los conciertos que no te puedes perder.

Javier Camarena – Palacio de Bellas Artes, Cuauhtémoc – 13 al 16 de febrero 2020

El tenor lírico mexicano, Javier Camarena, celebrará 15 años de trayectoria artística en el Palacio de Bellas Artes con dos galas: la versión en concierto de “La hija del regimiento” de Gaetano Donizetti. Estará acompañado de la soprano Rebeca Olvera como Marie y el barítono Josué Cerón como Sulpice. 

Carnaval de Bahidorá 2020 – Parque Acuático y Natural Las Estacas, 14 al 16 de febrero

La octava edición del festival que te hará bailar y gozar llegará encabezado por: Avalon Emerson, Baiuca, Bbymutha, Branko, Buscabulla, Channel tres, Chaos In The CBD, Combo chimbita, David August Presents The Life Of Merisi, Dengue Dengue Dengue, entre otros. Un fin de semana perfecto para compartir entre amigos.

Gloria Trevi – Auditorio Nacional, Miguel Hidalgo 14 y 15 de febrero

Con sus éxitos”Zapatos viejos”, “Con los ojos cerrados”, “La papa sin cátsup” y “Dr. Psiquiatra” la controversial cantante regresa al recinto de Reforma. Entradas disponibles desde $275 a $3,750 pesos.

María Daniela y su Sonido Lasser – El Plaza Condesa 14 de febrero

Una de las bandas de electro cumbia-pop consentidas de México, se estarán presentando el Día de San Valentín para poner a bailar a sus fans con “El tuviera no existe”, “Fiesta de cumpleaños” y “Miedo”.  Boletos aún disponibles en taquillas del recinto.

Backstreet Boys – Palacio de los Deportes, Granjas México 20 al 22 de febrero

La boy band más exitosa de los 90’s regresa a la CDMX para celebrar el lanzamiento de su nuevo disco “DNA”, con hasta el momento cuatro sencillos que estarán tocando para los fans mexicanos, sin dejar de lado sus canciones más emblemáticas: “I Want It That Way”, “Everybody (Backsteet’s Back)” y “Show Me the Meaning of Being Lonely”. Si te quedaste sin boletos, lamentamos decirte que el evento ya es “sold out”.

Alejandro Fernández – Auditorio Nacional – Miguel Hidalgo, 2 al 23 de febrero

Con más de 20 años de trayectoria, ‘El Potrillo’ vuelve al Auditorio Nacional el 21, 22 y 23 de febrero, como parte de su gira ‘Hecho en México’, donde entonará sus más grandes éxitos y al mismo tiempo presentará su nuevo material discográfico, del cual desprende “Caballero’, el primer sencillo.

Maroon 5 – Foro Sol – Granjas México, 23 y 24 de febrero

Adam Levine y compañía regresan a México después de tres años, para deleitar a sus fans con canciones como “She Will be Loved”, “Memories”, “Sugar” y “Moves Like Jagger”.

Creedence Clearwater Revisited – Palacio de los Deportes, Granjas México 27 de febrero

El Palacio de los Deportes se envolverá de nostalgia con la última presentación en México de quienes solían ser Creedence Clearwater Revival. Si quieres cantar a todo pulmón ‘Who’ll Stop The Rain’, “Proud Mary” y “Have You Ever Seen The Rain?”, no te lo pierdas.

Metronomy – Pepsi Center WTC, Nápoles 28 de febrero

La banda londinense liderada por Joseph Mount, regresará después de su presentación de 2017 en el Corona Capital, para tocar su nuevo material discográfico ‘Metronomy Forever’. Boletos disponibles de $460 a $950 pesos.

Foreigner – Palacio de los Deportes, Granjas México, 28 de febrero

La banda de rock con más de 40 años de trayectoria y más de 80 millones de discos vendidos en el mundo, regresa a la Ciudad de México para hacer retumbar el domo de cobre con ‘Just box Hero’, ‘Cold As Ice’, ‘Hot Blooded’, ‘Waiting For a Girl like You’, y el éxito mundialmente reconocido ‘I Want to Know What Love is’. Conciertos para bailar, cantar y hasta llorar, no faltarán este mes. Consigue boletos de tus conciertos favoritos antes de que se terminen. Busca tus boletos aquì

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Feliz Cumpleaños Bob Marley

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Bob Marley cumpleaños 75 y 40 aniversario de “Redemption Song”

El 6 de febrero de 2020 el ícono de la música, Bob Marley estaría cumpliendo 75 años y celebrando el 40 aniversario del clásico “Redemption Song”. En homenaje al jamaiquino su familia Island Records y UMe han comenzado a desplegar sus planes anuales bajo el título “MARLEY75”.

A través de un comunicado de prensa, la disquera Universal Music marca el comienzo de la celebración de “MARLEY75” para 2020 y habla del nuevo video oficial del tema “Redemption Song”, creado por los artistas franceses Octave Marsal y Theo De Gueltzl, con una impresionante animación con 2.747 dibujos originales con símbolos poderosos para amplificar la magnitud de las letras e importancia de la canción en el mundo de hoy.

Nesta Robert Marley nació en St. Anns, Jamaica, en 1945, pero murió a la edad de 36 años de un extraño cáncer, el 11 de mayo de 1981.

Marley nunca recibió en vida una nominación al premio Grammy. Sin embargo, fue en 2001 que recibió el Grammy Lifetime Achievement Award por sus contribuciones artísticas a la industria de la música. Marley cantó, sobre todo, desde el amor hasta la libertad y la autorreflexión.

Bob Marey pasó a la historia después de su muerte.  El célebre compuso “Redemption Song”, el famoso sencillo que logró posicionarse entre las 500 mejores canciones de todos los tiempos.

Gracias a su trabajo y diversos relanzamientos de sus más grandes éxitos por parte de las disqueras, el cantautor ha logrado generar 130 millones de dólares.