Ocio

¡Nunca más!

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En memoria de Bashir Shariff. Me descubrió en Roma y se despidió en Kuala Lumpur. ¡Descanse en paz! Mi amor a Zee y a los niños.

El 27 de enero es el Día Internacional del recuerdo de las víctimas del Holocausto. Creo que todo el año debiera serlo. Debemos aprender del pasado. Hay que prohibir el olvido. En el Yad Vashem de Jerusalén, en el Museo del Apartheid en Johannesburgo, en los memoriales en Riga, Auschwitz, Mauthausen; en el testimonio del Gulag soviético; en el recuerdo de los Laogai de la “revolución cultural” china, está la memoria, única defensa contra las bestialidades en las que nuestra especie incurre cíclicamente y “justifica” con las más terribles doctrinas.

 “La vida se detuvo ayer en Israel durante dos minutos en las calles, oficinas y escuelas, para rendir un tributo silencioso a los 6 millones de víctimas judías del nazismo, en el Día del Holocausto. A las 10 de la mañana (hora local) los coches, el tranvía de Jerusalén, los autobuses y también los peatones quedaron inmóviles durante 120 segundos para participar en este homenaje colectivo. Asimismo, todas las cadenas de radio y de televisión que difundían desde el miércoles testimonios, documentales y películas sobre el genocidio interrumpieron su programación. Cerca de 189 mil personas que lograron escapar del horror nazi viven hoy en el Estado Israelí” (La Jornada).

En el verso de Martin Niemöller –quien antes de ser pastor luterano fue comandante de un submarino en la Segunda Guerra y apoyó al nazismo en sus inicios– una voz que parece haber perdido la esperanza nos amonesta: Primero vinieron por los judíos / y no dije nada / porque yo no era judío. / Luego vinieron por los comunistas / y no dije nada / porque yo no era comunista. / Luego vinieron por los sindicalistas / y no dije nada / porque yo no era sindicalista. / Luego vinieron por mí / pero ya no quedaba nadie / para hablar por mí.

holocausto
Fotografía: La Vanguardia.

El silencio y la ceguera inducida o voluntaria casi siempre han ido de la mano de grandes atrocidades. Los bombardeos en Camboya; los campos de aniquilamiento del Khmer Rojo; las limpiezas étnicas en los Balcanes, en Burundi, en Etiopía, en Uganda; la política británica de tierra quemada en Sudáfrica; el Holocausto; la represión del pueblo palestino. En estos episodios, de entre una lista que llenaría cientos de páginas, el silencio y el ver hacia otro lado fue una constante. Las primeras noticias de los campos de concentración nazis fueron relegadas a pequeños espacios interiores por los editores del New York Times para no dar la impresión de que eran manipulados por la propaganda.

Pero desde 1933, en diarios locales de poca circulación, se dieron noticias que debieron haber sido como focos rojos. El 2 de abril de 1933 el Charleston Gazette publicó: “En Alemania, día de boicot contra judíos”, dando cuenta de movilizaciones nazis de camisas pardas que pintaron leyendas como “Peligro, tienda judía” y “Cuidado con el judío”, junto con calaveras y huesos cruzados, en comercios.

The Sheboygan Press del 27 de noviembre de 1935 llevó la nota: “Hitler asegura que Alemania es el dique contra el comunismo”, con declaraciones del canciller en el congreso de Núremberg que votó las leyes raciales que prohibieron el matrimonio entre judíos y no judíos y despojaron de derechos civiles a los alemanes con sangre judía. “Esta legislación no es antijudía; es pro alemana”, dijo el cabo demencial.

propaganda de los nazis
Fotografía: Jotdown.

“Ordenan cesar la violencia contra los judíos en Alemania” fue el titular del Edwardsville Intelligencer del 10 de noviembre de 1938. En la nota se lee que el médico estadounidense Lawrence K. Etter y varios noruegos, suizos y daneses, fueron llevados a la comisaría por tratar de tomar fotos y filmar a la turba nazi que se dedicó a destruir comercios y sinagogas, además de arrestar a miles de judíos “para protegerlos”.

En el Circleville Herald del 21 de febrero de 1941 apareció la información de que todos los judíos vieneses serían deportados a Lublin, Polonia, en doce corridas mensuales de trenes especiales. En Lublin se estableció el campo de concentración de Majdanek.

“Terror y muerte para judíos alemanes” fue el título del reportaje firmado por Pierre J. Huss en el Lowell Sun el 27 de enero de 1942: “Una noche pasé por la sinagoga de la Fasanen Strasse (destruida por los nazis en noviembre de 1938). Vi un conjunto de camiones y pensé que estarían instalado en las ruinas una batería antiaérea. En la oscuridad escuché gemidos y voces que daban órdenes. Regresé para averiguar. Por accidente me había topado con una de las primeras concentraciones de judíos en sus antiguas sinagogas para de ahí ser llevados a los guetos de Galicia. El sistema de Martin Bormann para liquidar a los judíos era tan eficiente como inhumano. Noche a noche alrededor de las 11, escuadrones volantes de la Gestapo salían por la ciudad para sacar de sus hogares a familias judías”.

noticias de los nazis
Fotografía: Pagespeed

El 29 de noviembre de 1943, The Gleaner dio cuenta de la masacre de siete mil judíos en Babi Yar, en las afueras de Kiev, en represalia por supuestos atentados contra las tropas nazis que avanzaban al Don y al Volga. “Los alemanes obligaron a prisioneros rusos a cubrir los cuerpos de los ejecutados. Muchos estaban vivos, de tal suerte que la tierra se movía en la fosa”.

Un año después, el Galveston Daily del 26 de noviembre anunció el reconocimiento oficial de las atrocidades: “Funcionarios estadounidenses describen asesinatos masivos de los nazis”. La nota es un testimonio de las condiciones en los campos de Auschwitz y Birkenau: “Es innegable que los alemanes han asesinado a millones de civiles sistemática y deliberadamente”.

El 30 de abril de 1945 en el Herald Press apareció la noticia de que el ejército estadounidense había liberado a 32 mil “muertos vivientes” en Dachau y el Gleaner del 21 de noviembre siguiente publicó a ocho columnas: “Comienza el juicio de los principales criminales de guerra nazis”.

Exactamente 70 años después, el martes 21 de abril de 2015, en Luneburgo, Alemania, Oskar Gröning, de 93 años, fue llevado ante un tribunal acusado de complicidad en 300,000 homicidios, como “contador” del campo de concentración de Auschwitz. El anciano pidió perdón a las víctimas, algunas presentes en la sala.

Juego de ojos.

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Comienzo desde el estado de Zacatecas

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Comenzar el año con nuevos retos siempre es importante, pero escribir en El Semanario, es desde luego un desafío intelectual, de disciplina, pero sobre todo, un ejercicio que pone a prueba las habilidades (o la falta de ellas) de comunicación; lograr describir el acontecer de Zacatecas con una visión objetiva, no es tarea sencilla. Sin duda, es un ejercicio que implicará gran esfuerzo, porque se busca comentar los sucesos tanto locales con visión nacional, como los nacionales con visión local y sus diversos efectos; intentar trasmitir la visión de lo que en la Ciudad de México denominan provincia o interior del país, implicará hacer de esta labor una sólida comunicación ciudadana y de ahí nuestro título: “Y así dijera mi compadre…” , tratando de guardar el sabor coloquial y provinciano que existe en Zacatecas y de cómo nos afectan los sucesos cotidianos a partir de las decisiones que se toman desde allá, la capital, o como dijera mi compadre, “la capirucha”.

La intención, entonces, será guardar un lenguaje parroquiano (así dijera mi compadre), con el propósito de encontrar los vínculos en la diversidad cultural de nuestro país, enfocándonos en los temas que se consideran de actualidad, o de relevancia para los ciudadanos zacatecanos, desde los programas sociales y sus implementaciones, hasta eventos locales que podrían tener interés nacional.

La participación en la búsqueda de conectar estas dos visiones de país nos permitirá empaparnos de los aconteceres de Zacatecas porque siempre hemos tenido un efecto en grandes temas nacionales (eso dijera mi compadre y muchos de por acá), ya que cualquier decisión tomada además de repercutir en el Estado, también, en la misma proporción, tiene incidencia en los habitantes de otras ciudades o la Ciudad de México.

vision de estado
Imagen: Panorama Cultural.

Para los ciudadanos que estamos lejos de la capital siempre es importante que los habitantes de la misma y los tomadores de decisiones sepan que, si bien los efectos no son inmediatos, sí tienen gran impacto y no como sucede en “la gran ciudad”, que al estar tan juntos pero tan distantes, no se aprecian ni son comunicados esos efectos en algún sentido, ni de los políticos hacia sus gobernados, ni de los ciudadanos hacia sus políticos, quedando sólo el voto como único canal de comunicación y dejando de lado la construcción de la ciudadanía en lo que debiera ser el paso inicial y sin la posibilidad real de una comunicación efectiva.

Lo anterior es distinto en Zacatecas, aquí existe mucha comunicación en redes, medios o a nivel personal, pero “extrañamente” el efecto es el mismo en los políticos: “no responden a esta comunicación”, lo cual nos obligan a implementar canales permanentes de participación ciudadana y burocráticos que hacen que se difumine la participación ciudadana en la actividad política, obligando a confundir ese trabajo.

capital de Zacatecas
Vista de Zacatecas (Fotografía: food and travel).

Parte de la intención con esta columna será comentar cómo se presentan estos ejercicios y la reacción de ambas partes. Así, en la medida en que entendamos que nos necesitamos mutuamente, es como nuestro país y entorno cambiará eficaz y positivamente, siempre entendiendo que las grandes transformaciones en toda sociedad son impulsadas por la participación ciudadana, nunca así por el interés “particular” de los burócratas.

Agradezco la oportunidad de trasmitir esta visión desde Zacatecas, esperamos enriquecer el debate y, principalmente, que nos ayude a tender lazos de comunicación entre todos los ciudadanos. Tanta ciudadanía cuanto sea posible, tanto gobierno cuanto sea necesario.

El silencio está muy sobrevalorado

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Cada día estoy más convencido de que hay una campaña o estrategia mundial, desde hace muchos años, para que no podamos expresarnos libremente y por ello se fomenta y promueve, por múltiples medios, el silencio.

Si bien creo que, en algunos casos, muy pocos, el silencio es fundamental, en la mayor parte de los quehaceres humanos, el silencio sobra y faltan las palabras, el diálogo, la comunicación, las preguntas y en algunos casos hasta el grito, el reclamo.

Es curioso cómo hay decenas, miles, y en realidad, millones (más de 149 millones) de entadas en Google y en Pinterest de frases o letreritos “muy lindos” definiendo, explicando, poniendo imágenes y sobrevalorando al silencio.

Hay obviamente muy buenos textos sobre el silencio y vale la pena leerlos, entre ellos destaco el de mi buen amigo y gran filósofo, Eduardo Garza, quien hace referencia en alguno de sus últimos libros de la Serie Gozo, sobre ocho formas de utilizar el silencio.

Pero como mi artículo no es sobre el silencio, sino al contrario, sobre por qué no debemos guardar silencio, pues dejo de hablar de él.

¿Por qué es muy importante dejar de guardar silencio y expresarnos? Les aseguro que el tema tiene muchas implicaciones físicas, químicas y emocionales en todos los seres humanos. Hay muchas investigaciones serias sobre el tema. Quien se guarda lo que tiene o quiere expresar, es muy probable que sufra una u otra enfermedad, en algunos casos “algo sencillo” como una úlcera, a temas mucho más complicados ligados al cerebro.

libertad de expresion
Imagen: ABC.

Es obvio, además, que en lo emocional y en lo espiritual, el hablar y expresarnos nos hace muy bien.

Ya sé que a estas alturas del artículo habrá gente que piense en la meditación, en rezar u orar y que esto se tiene que hacer en silencio: FALSO. Otra vez, nos han vendido que ésas son las únicas formas de hacerlo. Yo hago “meditación activa”, no me pongo en mi tapetito en la mañana, tarde o noche con música repensada o inclusive evitando que haya sonidos cercanos, con ropa cómoda y demás. Me parece que en muchos casos hay más show y se cuidan más las formas que el fondo.

La meditación activa que yo hago es caminar a paso acelerado viendo a mi alrededor y ubicándome en él, sintiéndome parte de mi entorno urbano o rural, en el campo o en la ciudad, sin música, oigo lo que sucede a mi alrededor y eso es parte de mi proceso. No me aisló, soy parte de… Y ya tomando esa consciencia me veo hacia adentro y tengo muchas reflexiones valiosas e importantes. Te invito a hacerla.

Las personas van por la vida con muchas dudas porque no se atreven a preguntar o a cuestionar algo que le dijeron, que le pidieron que hicieran, etc. No sé cuándo, ni por qué, en algún momento de nuestra historia se nos hizo creer que preguntar era malo, era de tontos. Por ello, en mis talleres, casi siempre pongo una lámina que me encanta y que dice “Más vale una pregunta pendeja, que un pendejo que no pregunta”. Y es curioso cómo gusta la lámina y lo que dice. Como anécdota les puedo comentar que, en un taller reciente, el grupo me pidió tomarse la foto al final de la sesión con esa lámina atrás, para todos acordarse de que muchos de los problemas que tenían eran por falta de una buena comunicación y por ende muchos se resuelven haciendo preguntas y no quedándose callados.

Fotografía: Tumblr.

Las parejas se aplican la “ley del hielo”. ¿Y con ella van a solucionar sus problemas? NO, es exactamente al revés como los van a solucionar: Hablando. Cada minuto que una pareja enojada entre ella no habla, sólo se hacen más grandes los problemas. Así de sencillo, por ello digo “hazlosencillo”.

En mi libro Políticamente incorrecto, notas de viaje tengo un capítulo relacionado a este tema y a la sobrevaloración que le damos a los dichos populares y ahora les comparto algunas reflexiones al respecto.

Un gran asunto es el de la sabiduría popular contenida en dichos, refranes, máximas. Como se han repetido por tanto tiempo, la gente se los suele creer, los asume como verdades absolutas. No se cuestionan, por ejemplo, si es cierto eso de que El que es perico (loro, cotorro) donde quiera es verde. Suponen que quien funciona en un lugar lo hará siempre en todas partes. Para empezar, si nuestra ave viajase al África es muy posible que sea devorada por alguna bestia y le quitaría de tajo la posibilidad de mostrar su verdor en esas tierras. Cuidado: si voy a otro entorno laboral podría ser un fracaso si no me adapto a las condiciones locales. Un consultor que repita su misma presentación en otro país, aunque hable el mismo idioma, podría ser una gran decepción ante sus nuevas audiencias. El contexto físico y social, la cultura, los referentes, las sutilezas del idioma, el ambiente socio-político, obligan a un análisis previo del nuevo entorno para actualizarse, para no perder vigencia, para seguir siendo verde, como el perico.

¿Han escuchado eso de Chango viejo no aprende maroma nueva? Claro que es falso. Hay muchísima gente que puede probar lo contrario. He visto a miles de personas en sus 50, 60 o 70 años de edad tomando cursos de capacitación. Seguro todos tienen o conocen a algún abuelito o tío abuelo que maneja con destreza su computadora, tableta o teléfono móvil inteligente, en vez de resignarse a matar el tiempo mirando telenovelas insulsas en casa.

buena comunicación
Imagen: maistreinamento.com.br.

Está también el dicho de que Hay maderas que nomás no agarran barniz, dando a entender que hay casos perdidos de gente que no puede cambiar, superarse y también es falso.

Me cansa, por otra parte, oír cómo algunos machacan con el trillado dicho de que El sentido común es el menos común de los sentidos. Jamás deberíamos reclamarle a alguien con esta expresión si no le hemos dicho qué esperamos de él/ella. Es que cada quién usa su sentido común personal, el propio. Se trata, pues, de una cuestión de expectativas. Caso parecido es el de los jefes que regañan a sus subordinados y les espetan cosas como “Es que no es lógico…”. A ver, momento, ¿lógico para quién? Todo es relativo.

Otro caso: muchos juran que es mejor quedarse callado que decir una tontería. Ya lo saben, hay infinidad de dichos que aconsejan cerrar la boca para no quedar mal. Bien, contra la sabiduría popular, yo sostengo que es mejor hablar, aprovechar la oportunidad, y decir algo.

Es muy malo el silencio cómplice: no hablar y nunca gritar, además de no cuestionar las injusticias, nos puede enfermar y producir muchos trastornos. Mucha gente se resigna a su situación y aguanta estoicamente las cosas. No hay nada como liberarse y decir y gritar nuestra verdad.

Cuál es tu favorita de Lanthimos, Parte III. Sacrificio del ciervo sagrado: desmantelamiento de la familia

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Baste decir que El Sacrificio del Ciervo Sagrado de Yiorgos Lanthimos ganó el premio Mejor Guion en Cannes 2017, para justificar la sugerencia de no perdérsela. El reconocimiento lo compartió con Nunca estarás a salvo de Lynne Ramsay pero, además, estuvo nominada al menos a una treintena de premios en otros festivales internacionales del mismo año y ganó Mejor Película en el Festival de Sitges.

¿Qué, o incluso a quién, estaríamos dispuestos a ofrendar con tal de restablecer el equilibrio roto en nuestro cómodo entorno acostumbrado? Como todos los que ha escrito el griego en colaboración con su compatriota Efthymis Filippou, dicho guion premiado plantea una situación que, aun si parece absurda, desata una serie de cuestionamientos en el espectador. Un hombre ha muerto quizá debido a la negligencia del cirujano cardiovascular que lo atendió tras un accidente (se trata de Colin Farrell, quien después de su participación en Langosta vuelve a ocupar un papel estelar con el director griego); llámese destino, justicia divina o algo que en todo caso no se explica, confiere al hijo del fallecido el poder de hacerse justicia a través de la pérdida que el culpable de la suya, es decir, el doctor, debe sufrir. En una lectura desde la mitología podría decirse que la arrogancia del médico atenta contra el universo divino, rompiendo la armonía entre éste y el de los hombres, y que para reinstaurarla de manera que garantice el funcionamiento de la comunidad humana es necesario resarcir a los deudos del fallecido por medio de un sacrificio.

Mucho se ha repetido erróneamente que la película de Lanthimos se basa en el mito de la tragedia, Ifigenia en Áulide de Eurípides, en la que se requiere que la joven sea inmolada por Agamenón, su padre, quien solicita el favor de los dioses para emprender la Guerra de Troya. En algunas versiones, la diosa Artemisa exige el sacrificio de la chica a cambio de un ciervo que le habían matado, en otras, el papel del animal es de ser sacrificado en lugar de la joven. En todo caso, según lo explica el mismo director, el título de la película surgió sólo cuando se dieron cuenta de que el guion tenía algunos paralelismos con la tragedia; fue entonces cuando consideraron interesante que el nombre de su obra evocara un pasaje milenario de la cultura occidental. Lo mismo pasa con las locaciones o los actores, para Lanthimos todo surge del guion: El tiempo que paso con Efthymis escribiendo trato de no pensar en nada más. Tengo que sentirme confiado en que tenemos una historia que funciona, después ya pensamos quién podría participar y dónde nos gustaría que tuviera lugar.

portada ciervo
Imagen: BTG.

En este caso se trata de Cincinnati en Estados Unidos, aunque no se dice porque poco importa. Los hechos se desarrollan en un ambiente blanco y aséptico que se repite entre un hospital privado de lujo, el lugar de trabajo, y la mansión donde vive el doctor Murphy con su esposa (interpretada por Nicole Kidman), su hija adolescente y otro más joven, Bob. Como en todas las cintas de Yiorgos, el ambiente físico coopera para causar en el espectador la sensación de extrañeza incómoda característica de su cine. Va de acuerdo con la actuación casi robótica; diálogos recitados monótonamente, verdades graves reveladas cono si fueran conjuros y sin ninguna emoción… sin embargo, intrigan tanto que el espectador no quiere perder la palabra ni el gesto que pudieran ser la clave del misterio.

No es sino hasta la segunda mitad de la cinta que Colin Farrell demuestra enfado; el joven “Martin” parece ser responsable de la enfermedad que acosa a los suyos. El actor Barry Keoghan cuenta que Lanthimos no le dio más que ese nombre como información sobre el personaje que debía representar. Sin embargo, el también protagonista en Dunkerke, logra en el caso de esta película, el reconocimiento de Mejor Actor de Reparto en el Irish Film and Televisión Award, entre otros premios y nominaciones en otros certámenes. Su personaje combina el sentimiento de inadecuación de la juventud con un poder terrible. Ingenuo y a la vez maléfico, encarna por sí solo uno de los temas que inspiraron a los guionistas: un adolescente en absoluto control de una situación aterradora.

Otra de las ideas presentes en el guion es la de los errores que se comenten en el mundo de la salud y el de la incertidumbre que viven los médicos, siempre inseguros de si son o no, igual que Dios, responsables de la vida y de la muerte. Pero, sin duda, el tema central de la historia es que cuando algo va mal revela las deficiencias en las relaciones; hay siempre un punto débil en la manera en la que estructuramos nuestra vida y afectos:  aún al interior de una familia, el afán del bienestar personal supera incluso al instinto de protección de la descendencia. Lanthimos quería “explorar” (palabra que utiliza constantemente) los conceptos de justicia, culpa, sacrificio y, sobre todo, a la naturaleza humana cuando alguien se enfrenta a un dilema. Como ha expresado, intentó generar un cuestionamiento sobre todos estos temas. Mi opinión es que la cinta consigue ampliamente ese objetivo.

La técnica del griego en cuanto a la dirección de actores parece ser la economía total de indicaciones. Dice que durante el rodaje está abierto no sólo a factores ambientales o climáticos sino a lo que cada actor aporta con su presencia. Deja fluir a la gente y a los lugares y observa cómo su guion va adquiriendo verdadera forma a la hora que es habitado. Anima a los actores a no pensar sino aproximarse a las situaciones a nivel inconsciente, sin buscar significados que ni él mismo conoce; les pide que no actúen y, así, no reflejen sus intenciones pues ésa es la forma natural de proceder. De todas maneras, como dice Kidman, los diálogos contienen su propio ritmo y, en palabras de Farrell, es imposible poseer el papel, “uno sólo dice las líneas y la magia emerge”. En el caso del Sacrificio del ciervo sagrado, antes de la filmación el director trabajó con el grupo de manera que se integraran como una familia, pero a través de actividades que nada tenían que ver con el argumento ni los diálogos de la película.

Personaje muy importante en esta cinta, la cámara de otro de sus colaboradores habituales, Thimios Bakatakis, participa como la “presencia otra” que le faltaba al guion, según el director. Aparece siguiendo a la gente; entra en cada plano arrastrándose como un reptil voyerista. Desde lo alto, hace ver más largos y estériles los corredores, más ominosas las escenas íntimas captadas desde una esquina inferior. El choque de planos cerrados y abiertos provoca claustrofobia, y una banda sonora excepcional completa la sensación de angustia. “Empecé a usar música para crear ambientes en, Langosta, mi película previa”, afirma el director griego, “y ahora se ha convertido en parte importante de mi trabajo. Mientras edito sigo descubriendo nuevas partituras e intento imaginar el efecto sonoro que darán a la película”.

sacrificio ciervo
Ilustración: The New Yorker.

El que predomina en el Sacrificio del ciervo sagrado es de una estridencia desesperante que recuerda a cintas como, Ojos bien cerrados y Odisea del espacio del director Stanley Kubrick, para las que el rumano György Ligeti, alumno de Bartók, compuso la música. Es el sonido antimelódico y obsesivo de un mal augurio, logrado con obras precisamente de Ligeti, Gubaildúlina, Christou… en intrépida combinación con el canto a capela de Kim (la actriz Raffey Cassidy en su papel de hija adolescente de la familia Murphy) interpretando Burn de la jovensísima compositora Ellie Goulding.

Por otro lado, en la cinta reaparecen elementos ya considerados constantes en la obra de Yiorgos: entrada en la acción a partir de escenas intrigantes que a lo largo del desarrollo se van aclarando; según afirma él, “lo dicho gradualmente es más interesante y propicia el compromiso del público”. Tampoco podían faltar los planos incómodos de sexo extraño, muy adecuados al universo del doctor Murphy: “El anestesista sí puede matar al paciente, el cirujano no”, dice en algún momento, imagino que en triste referencia a sus relaciones que se dan como bajo anestesia.

En mi opinión, otra constante en su obra es la abundancia de detalles que, si no aclaran, sí esbozan la complejidad del pensamiento de Lanthimos: “Tú no eres Dios” se escucha en la tele que proyecta El día de la marmota, película preferida de Martin y que insiste hacerle ver al médico; como primera secuencia en el Sacrificio del ciervo sagrado aparece un corazón latente y enseguida los guantes sucios de sangre que el cirujano tira a la basura… Uno diría que ningún diálogo, ninguna imagen son puestas al azar y aunque la insistente “exploración” de Lanthimos no le entregue –ni a nosotros– respuestas concretas, sí le abre vez con vez nuevas perspectivas. Para aprovecharlas como espectador mi sugerencia en este caso es rendirse ante la fascinación que despierta la película, si bien atentos a todo detalle, también dispuestos a recibir sus contenidos a nivel inconsciente.

Hablar de la planeación y los propósitos

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#Planeación #Propósitos

Cuando uno hace cualquier actividad, la que sea, hay algo de planeación. A veces ni siquiera nos damos cuenta de que, aunque sea por unos segundos, planeamos la actividad por hacer. Hasta en la improvisación más impremeditada hay algo de planeación, y es importante ser conscientes de ello.

¿Por qué hablar de planeación? Creo que es natural que, cuando empieza el año, la palabra se pone de moda. En muchas empresas hay “Juntas de planeación”, muchas veces incluso antes de que culmine el año anterior. Ligamos la palabra “planear” con temas financieros, empresariales o patrimoniales y nunca pensamos en planear las veces que llamarás o verás a tus padres, o que le dedicarás tiempo a ese hobby o pasión que tanto te alegra hacer. Tampoco planeamos cómo ser más saludables o conocer más cosas, etc. Como siempre, terminamos en los lugares comunes: “planeación financiera”, “planeación empresarial”; algunos a lo mejor planean sus viajes del año, aunque seguro son los menos, y otros, incluso, lo que leerán en un año.

Todos debemos hacer un alto en el camino para poner muy claro cuáles son nuestros propósitos. De ahí partir para poner prioridades y entonces, hacer nuestra planeación.

Cualquier planeación sin objetivo no tiene ningún sentido. Decían los clásicos que daba igual la ruta que te trazaras en un viaje si al final no conocías el destino. Todas son igual de malas o de buenas.

Propósito es destino. Es aquello que nos hace despertarnos y salir apresuradamente de la cama todos los días con pasión y alegría. Es aquello que nos llena el corazón y a lo que podemos dedicarles horas y horas de esfuerzo y ni siquiera lo sentimos porque realmente lo gozamos.

La vida sin propósito es más bien aburrida, tediosa y cuesta arriba. Hay claramente etapas de nuestra vida en que no tenemos claros nuestros propósitos y sobrevivimos, más que realmente vivir. Es importante entonces buscar propósitos e ir en pos de ellos.

Después de tener claro nuestro propósito o propósitos (se puede tener más de uno porque están alineados con nuestro propósito principal, pero tampoco tantos porque podemos confundirnos al llenarnos de muchas actividades en el día sin realmente satisfacer nuestra alma de alegría) lo que sigue es poner prioridades en las acciones que te harán llegar a ese propósito.

Enlistar lo importante y darles un orden a nuestras prioridades siempre nos ayudará a tener mucha claridad para poder lograr cualquier objetivo. Es bueno fijarse objetivos a corto, mediano y largo plazo, pero que siempre vayan alineados a nuestro propósito; y ahí es donde aparece la planeación. Es en la planeación, y en la revisión constante de la misma, en donde le vamos a dar forma a la resolución de nuestros propósitos. Ahí, en ese implacable documento, está lo que debemos hacer y no deberá salir de ahí hasta que se haga, por lo que entre más disciplinados y más responsables seamos en el cumplimiento de eso que planeamos, será mejor para llegar a ver nuestros propósitos hechos realidad.

Decía hace rato que la revisión de lo que planeamos es importante. La vida es dinámica, las formas de hacer las cosas que hoy funcionan puede que en unos años estén obsoletas. Incluso en ciertas cosas y con la transformación digital, muchos “cómo” cambian, no en años, sino en meses e incluso en semanas. Por lo que, lo que hoy planeaste hacer y que sería útil en cierto tiempo y espacio, probablemente ya no lo sea en otro; por eso es importante revisar la planeación de cómo llegarás a tus objetivos para así lograr tu propósito.

Los “qué” son nuestros propósitos, y esos son difíciles que cambien. Los “cuándo” son nuestras prioridades, y éstas pueden variar un poco más que nuestro propósito, aunque tampoco tanto. Es en la planeación, en los “cómo”, donde puede y debe revisarse en periodos más cortos, porque ahí sí puede haber variedad de hacer las cosas de formas distintas.

En cualquier caso y para lograr los sueños que cada uno tiene, lo que nunca ha cambiado en la historia de la humanidad es que hacer nuestro mejor esfuerzo, ser tesonero y ser creativos, ha sido siempre un común denominador de cualquiera que haya logrado su propósito; y sí, siempre acompañado de una buena planeación.

Que inicien el año con propósito y que cumplan cada una de sus metas para poder verlo cumplido.

En el 2020, a trabajar por la paz

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Inicia el año 2020 y, en consecuencia, la tercera década del milenio. Con ello se renuevan las esperanzas y expectativas en relación a lo que no ha podido hacerse y cómo conquistar nuevos espacios vedados por una diversidad de obstáculos que generalmente resultan de la falta de una planificación que permita el logro de los propósitos o metas que queremos alcanzar. Una de ellas, a mi parecer, es la impostergable necesidad de trabajar por la paz –en sus diversas dimensiones–, tomando en consideración que precisamente este 1º de enero se ha celebrado la Jornada Mundial de la Paz, iniciativa impulsada por la iglesia católica el 1º de enero de 1968 y que este año tiene como lema “La Paz como camino de Esperanza: Diálogo, Reconciliación y Conversión ecológica”.  

Creo que la imposibilidad humana para lograr una paz sostenible y duradera tiene sus orígenes en el inicio mismo del hombre, en tanto la latente incapacidad de llegar a acuerdos; así podemos observar en nuestra época, por ejemplo, cómo desde los hogares, son concebidos como microespacios a raíz de la falta de comprensión entre sus integrantes, hasta la dirección de la gestión estatal al promover y alentar políticas de ajuste y reajuste sectarias, como un macroespacio, que van en contravía al anhelo persistente de alcanzar esta especie de “presea” que se escapa por enrarecidas grietas de exclusión, marginación e injusticia.

paz y guerra
Ilustración: History Extra.

En mi opinión, la desigualdad es fuente de injusticia, misma que se convierte en una objeción precisa para construir una paz efectiva y duradera que a la postre serviría en la potenciación de los sectores creativos de nuestros hogares, sociedades y estados. A mi juicio, esto implica que la violencia de diverso tipo que se observó y vivió el pasado año en nuestros países, no contribuye más que a subyugar cuerpos y, en consecuencia, a ralentizar la posibilidad de ser mejores y alcanzar objetivos previamente definidos.

Comparto la visión de entender la paz como una necesidad de trabajar desde lo espiritual y particular de cada persona, hasta la necesidad de involucrarse con “el otro” en un diálogo fraterno para “apartar” todo aquello que desde los espacios comunitarios hace “daño” a la integración y a la resolución pacífica de los conflictos. De manera tal que para construir paz es necesario despojarnos de nuestros propios modos de concebir el mundo e integrar a los demás a ese diálogo en la composición del mismo.

En ese esfuerzo todos nosotros, los ciudadanos, la sociedad, podemos contribuir en la medida de que hagamos valer el derecho ajeno como si fuese el propio, lo cual tiene que ver con la empatía. El pontífice Mario Bergoglio “Francisco, acota al respecto que “la paz es un bien indivisible: es de todos o de nadie”. En conclusión, este 2020 como todos los demás años precedentes, se convierte en un escenario propicio para convertirnos en arquitectos de la paz. Hacia ella tenemos que bregar los seres humanos a pesar de cualquier resiliencia.

Esa montaña…

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Se atribuye a Simone de Beauvoir la conmovedora sentencia que explica la chatez y medianía tan extendidas en el espíritu humano: “Cuando alguien apunta a la luna, ¡hay imbéciles que sólo atinan a mirar el dedo!”

Por fortuna, no es infrecuente que la mediocridad de unos arroje luz sobre la grandeza de otros. En 1922 en una conferencia en Nueva York, George Mallory se enfrentó a una turba reporteril que exigía les explicara las verdaderas razones de su insistencia en llegar a la cúspide del Everest. Mallory estaba confundido y mortificado; quizá por su temperamento inglés, no lograba comprender la curiosidad gritonera de los gacetilleros.

Dos veces había intentado conquistar a la montaña y dos veces las inclemencias del tiempo y las dificultades del terreno habían frustrado su propósito. Finalmente alzó la mano para pedir silencio. Recorrió con la mirada fría de sus ojos azules al auditorio y dijo sencillamente: “¡Porque está ahí!”

montana Mallory
George Mallory y su equipo “Everest” (Fotografía: MountainWorld).

¡Porque está ahí! Con esa frase Mallory dio nombre al germen que dispara las grandes proezas. ¿Por qué llegar a la luna? ¿Por qué escribir esa novela? ¿Por qué buscar infatigablemente una nueva vacuna, un fármaco mejor, un combustible renovable? ¿Por qué enfrentarse al poder público o a las limitaciones personales para cambiar el estado de las cosas? ¿Por qué iniciar un doctorado cuando se está a tiro de piedra de la tercera edad? Estas y un millón de preguntas más tienen su explicación en el apotegma de Mallory, quien, fiel a sí mismo, en 1924 subió por tercera vez a la montaña y nunca volvió. Su cadáver congelado fue hallado cerca de la cumbre 75 años después, en 1999. Nunca se supo si falleció antes de llegar a su meta o de regreso. No importa. Su ejemplo es lo que vale.

El 1 de diciembre de 1955 en la ciudad de Montgomery, capital del racista estado de Alabama, una costurera negra de 42 años, Rosa Parks, decidió no ceder su asiento en el autobús a un patán blanco ni como le ordenara el patán conductor de la unidad. No hay registro de sus palabras, pero me gusta pensar que dijo: “¡No, no y no… y háganle como quieran… que ya me tienen harta!” No habrá faltado quien aconsejara, “Señora, quítese, no sea tonta, atrás están los lugares de los negros, no se arriesgue”. Pero Rosa Parks se mantuvo firme como la montaña. Presto llegaron los gendarmes y echaron a un calabozo a la peligrosa mujer. Acto seguido fue enjuiciada por “desobediencia civil”. Y esta sencilla determinación detonó uno de los más grandes movimientos por los derechos civiles del siglo, y convirtió a la costurera en un icono mundial.

montana rosa parks
Rosa Parks en el autobús (Fotografía: NBC News).

En México hay bizarros ejemplos de fortaleza espiritual. La montaña de Gaby Brimmer fue pasar su vida en una silla de ruedas a causa de parálisis cerebral . Sólo podía mover el pie izquierdo, y con esta gran capacidad –que todos los demás entendían por limitación– fue a la universidad, estudió literatura y se hizo poeta.

Escribía señalando las letras en una tabla con el dedo del pie. Elena Poniatowska supo de ella y escribió un libro con el que la dio a conocer entre la sociedad. Gaviota pudo dar conferencias y promover la causa de las personas con parálisis cerebral. Su vida fue llevada a la pantalla. Se creó un premio nacional de rehabilitación con su nombre y su ejemplo fue el motor para atender a muchos seres humanos antes condenados a vegetar en espera de la muerte.

Gaby murió el 3 de enero del 2000. En un poema había escrito: “Quiero morir en un día de invierno gris, feo y frío, / para no tener tentación de seguir viviendo. / Moriré en esa época del año, / porque de todo el mundo he recibido frío. / Quiero morir en invierno para que los niños hagan sobre mi tumba muñecos de nieve”.

Gariela Bimmer
Gariela Bimmer, escritora mexicana (Fotografía: Edured).

Nonagenario, enfermo y agotado el cuerpo, ya cerca de la muerte, Winston Churchill se presentó en la ceremonia de graduación de Sandhurst, su alma mater, para dirigirse a la nueva generación de cadetes. Durante la ceremonia estuvo dormitando. Cuando llegó el momento de su discurso, ese hombre que fuera “amo y esclavo de la palabra” y uno de los ingleses más conocidos de todos los tiempos, hubo de ser auxiliado hasta el podio desde donde, encorvado pero con el mismo fuego de siempre en la mirada, pronunció su último y, me parece, el más extraordinario de sus discursos.

“¡Jóvenes!”, dijo: “¡Nunca se rindan!”
“¡Nunca!”
“¡Nunca!”
“¡Nunca!”


Último molcajete de 2019…

¿Cansado de los lugares comunes? Me place poner a su disposición un adelanto de la sección “refranes” del Gran Libro para Gente Culta que alguien me hizo llegar:

~ Más vale plumífero volador en fosa metacarpiana, que segunda potencia de diez pululando por el espacio (más vale pájaro en mano, que cien volando).
~ Crustáceo decápodo que pierde su estado de vigilia, es arrastrado por el ímpetu marino (camarón que se duerme, se lo lleva la corriente).
~ A perturbación ciclónica en el seno ambiental, rostro jocundo (al mal tiempo, buena cara).
~ H2O que no has de ingurgitar, permítele que discurra por su cauce (agua que no has de beber, déjala correr).
~ Ocúpate de la alimentación de las aves córvidas y éstas te extirparán las estructuras de las fosas orbitarias que perciben los estímulos visuales (cría cuervos y te sacarán los ojos).
~ Al globo oftálmico del poseedor torna obeso el bruto vacuno (al ojo del amo, engorda el ganado).
~ Quien a ubérrima conífera se adosa, óptima umbría le entolda (el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija).
~ El rumiante cérvido propende al accidente orográfico (la cabra tira al monte).
~ No existe adversidad que por sinecura no se trueque (no hay mal, que por bien no venga).
~ La ausencia absoluta de percepción visual torna insensible al órgano cardíaco (ojos que no ven, corazón que no siente).
~ Al andar maltrecho aplicarle premura (al mal paso, darle prisa).
~ Cavidad gástrica satisfecha, víscera cardiaca eufórica (barriga llena, corazón contento).
~ Existe un felino en cautiverio (aquí hay gato encerrado).
~ El que embriológicamente es traído al mundo con el diámetro anteroposterior de la cavidad abdominal aumentado, no logrará reducir su contenido visceral por más intentos forzados extrínsecos de reforzar dicha pared en su infancia (el que nace barrigón, ni aunque lo fajen de chiquito).


Juego de ojos desea a sus lectores un 2020 lleno de salud, amor y prosperidad.

Juego de ojos.

La British Library: icono oculto de Londres

Lectura: 3 minutos

La Biblioteca Británica, ubicada junto a la estación de tren St. Pancras en Londres, donde llegan y salen los trenes del Eurostar que comunican la ciudad con París, entre otras ciudades del continente, preserva la colección nacional de publicaciones de contenido escrito y digital del Reino Unido.

El edificio en el cual es resguardada la colección, fue edificado por el arquitecto Sir Colin St. John Wilson durante 37 años, se inauguró en 1997 y representó el proyecto público más grande del Reino Unido del siglo XX.

Londres Antonio Prida
Antonio M. Prida en The Sir John Ritblat Galleries.

Aunque para poder tener acceso a su acervo de más de 150 millones de piezas hay que ser un “Registered Reader”, para lo cual se tiene que contar con un domicilio en el Reino Unido y seguir un procedimiento de registro, el público en general puede visitar las “The Sir John Ritblat Galleries” en la que muestran algunos de los tesoros que se conservan allí, que incluyen desde el manuscrito de Paul McCartney en el que esbozó la canción más importante de todos los tiempos, “Yesterday”, hasta manuscritos de Shakespeare y la Biblia de Gutenberg.

En dichas galerías hay una sala dedicada a la “Magna Carta”, uno de los documentos más famosos del mundo, que este año 2020 habrá de cumplir 805 años. Se trata del documento firmado por el King John en Runnymede en 1215, forzado por sus barones, para sujetarlo al imperio de la Ley y limitar su comportamiento arbitrario. Es considerado la piedra angular de la Constitución Británica y uno de los pilares del Estado de Derecho a nivel mundial, símbolo de las libertades individuales y de los derechos humanos.

En relación con las grandes religiones, en los tesoros de la biblioteca se exhiben, por ejemplo, los “Lindisfarne Gospels” del año 700 que constituyen la más antigua traducción al inglés de los Evangelios del cristianismo. También se puede observar la primera impresión del Nuevo Testamento en inglés, llevada a cabo en 1539 por William Tyndale en Alemania, en los tiempos en que ello estaba prohibido en Inglaterra. Se muestra el Codex Sinaiticus del siglo IV, siendo el manuscrito más antiguo que existe en el mundo del Nuevo Testamento completo.

Del judaísmo se exhiben varias copias de la Biblia hebrea que contiene la Torah o los Cinco Libros de Moisés, del siglo VII, así como un libro de oraciones del siglo IX, y un Código Legal Judío con normas de la Torah y del Talmud del siglo XI.

Sobre el islam se exhiben ejemplares antiguos del Libro Sagrado “Qur’an”, la Palabra de Dios revelada por el profeta Muhammad en árabe a través de la intermediación del Arcángel Gabriel, codificados en 651 y caligrafiados e iluminados en el siglo XIV.

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El Qur’an del Sultán Baybars.

Del hinduismo se exponen textos abstractos de filosofía como el “Brahmanas” y poemas épicos como el “Mahabharata” y el “Ramayana”, así como historias populares conocidas como “Puranas” que glorifican dioses individuales.

Muchas otras curiosidades pueden descubrirse en una visita a esta espléndida sala, como un volumen del “Leviathan” de Thomas Hobbes creado en 1651 para el Rey Carlos II; una carta de la Reina Victoria al Primer Ministro William Ewart Gladstone, de 1870, en la que coinciden en la necesidad de oponerse a la campaña en favor de los derechos de la mujer, así como la publicación de los poemas de William Shakespeare de 1640.

No se puede visitar Londres sin pasar por el icónico edificio de ladrillos rojos de St. Pancras para ver los tesoros de la British Library y al menos tomar una copa en el St. Pancras Renaissance London Hotel que queda al lado.