Religión

Transparencia Católica: el holocausto judío

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Una nueva era en la Iglesia Católica es anunciada por el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio. ¿Qué podemos esperar de esta nueva era? Seguramente un liderazgo impregnado de los valores propios de los jesuitas: verdad y libertad, emblemáticamente; mismos que impactan colateralmente en otras vertientes como la tolerancia, la austeridad; y la transparencia.

Un comportamiento institucional guiado por estos valores sin duda es un golpe de timón fundamental, necesario, urgente, inédito en la dirección de la fe de los 989 millones de personas que se reconocen así mismos como católicos.

Los gestos simbólicos del Papa Francisco han sido diversos, desde optar por no habitar en el Palacio Papal hasta realizar el lavatorio de pies de 12 presos y un bebé, en lugar de a cardenales, como parte del ritual del Jueves Santo previo a la Pascua.

papa francisco lavado de pies
Imagen: The Tablet.

Más allá de los símbolos, hay documentos que delinean las prioridades del papado de Bergoglio, destacadamente sus encíclicas: Lumen Fidei (29 de junio de 2013), sobre la fe;  Laudato si’ (24 de mayo de 2015), sobre el cuidado de la casa común; y Fratelli tutti (3 de octubre de 2020), sobre la fraternidad y la amistad social.

Un cambio de política fundamental es la decisión de abrir los archivos de El Vaticano al escrutinio público. Unos archivos cuyo contenido se encuentra cargado de mitos que, sin embargo, pueden arrojar luz sobre periodos controvertidos de la Historia.

Uno de los periodos más opacos de la historia de El Vaticano es sin duda, el papado de Pío XII (1938-1958). La apertura de esta sección del archivo secreto fue anunciada un año antes y fueron efectivamente abiertos al público a partir del 2 de marzo de 2020; sin embargo, el acceso fue nuevamente suspendido una semana después, como consecuencia de la pandemia de COVID-19.

Se acusa a Pío XII por guardar silencio o tener complicidad ante el holocausto judío a manos de la Alemania nazi. Por su silencio, algunos le llaman “El Papa de Hitler”; otros lo consideran un Santo, por salvar en secreto a miles de judíos.

Pero más allá de la especulación, el historiador alemán Hubert Wolf, quien tuvo efectivo acceso a los miles de expedientes del papado de Pío XII sostiene que “Hay muchas interrogantes, como: ¿Qué sabía el Papa sobre la matanza de judíos? ¿Cuándo se enteró? ¿Quién le informó? ¿Creyó lo que le dijeron?

papa de hitler
Imagen: El País.

Después de una semana de investigación documental, se puede afirmar que el Papa Pío XII tuvo conocimiento de lo que hacían los alemanes nazis con los judíos desde principios de la guerra. Personas comunes, políticos de otras naciones, sacerdotes, rabinos, arzobispos, católicos y ortodoxos, le informaban y pedían su intervención.

La decisión del Papa Pío XII fue mantener públicamente la neutralidad de la Santa Sede. Sin embargo, implementó una respuesta heterogénea que iba desde protestas públicas y discretas gestiones diplomáticas a nivel local hasta el refugio de judíos en iglesias, conventos, monasterios y edificios papales. Sólo como referencia, de los 10 mil judíos residentes en Roma en octubre de 1943; se sabe por fuentes judías que 4,714 perseguidos fueron refugiados en edificios de la Iglesia Católica.

El elemento ausente es la negativa de Pío XII a asumir una posición pública en contra del genocidio judío, como se lo solicitaban innumerables voces. Incluido el Embajador de Estados Unidos ante El Vaticano.

EN PERSPECTIVA, la semana de investigación documental del historiador alemán Hubert Wolf, es suficiente para esclarecer que la postura de Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial fue formalmente de neutralidad frente a los estados en conflicto; y respecto al holocausto judío de público, silencio. Sin embargo, a la postura oficial vino aparejada una estrategia heterogénea de apoyo a los judíos.

Estimado lector, es esto lo que sabemos hasta ahora. ¿Usted qué opina?


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Santa María de Guadalupe, ayer y hoy

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Era el mes de diciembre de 1531, diez años solamente después de la conquistada Tenochtitlan por los españoles, cuando la santísima Virgen se apareció al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac. Lo nombró su embajador ante el obispo, fray Juan de Zumárraga, para que le construyeran un templo, o mejor, como le dijo ella: “una casita”. La prueba de que las palabras de Juan Diego eran ciertas fueron las rosas que llevó en su tilma y la preciosa imagen que apareció dibujada en ella. La santísima Virgen es nuestra Madre. Toda la historia de Juan Diego y de las apariciones de la Virgen están fundadas en una constante y sólida tradición.

Mucha tinta ha corrido en los últimos siglos sobre este tema tan fascinante del acontecimiento guadalupano, como muchos así le llaman. Unos a favor y otros en contra. Unos “aparicionistas” y otros “antiaparicionistas”. Lo que nadie duda es que Guadalupe ha significado un antes y un después para la nación mexicana. Prácticamente aniquilados los poderes de los pueblos indígenas por el conquistador español, poco o casi nada quedaba de las expresiones que los pueblos originarios mantenían en sus comunidades. Sus dioses, ritos y demás ceremonias habían pasado, en caso de practicarlas, a la clandestinidad. La religión del conquistador se imponía por doquier. Los ritos religiosos ancestrales pasaban a un segundo término, dando lugar a la religión oficial traída por los conquistadores. Sin embargo, los planes de Dios eran otros para este pueblo que como bien dicen los textos litúrgicos invocando la misericordia de Dios: “has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe”.

maria y juan diego
Imagen: Pinterest.

Si bien el culto a la santísima Virgen de Guadalupe entre los pueblos originarios se va haciendo extensivo a lo largo de los años, antes de que así fuera, había surgido una nueva raza: la criolla. No cabe la menor duda de que esta nueva raza difícilmente se podía identificar con sus ancestros indígenas y menos con los conquistadores. Entonces, ¿con quién se podría identificar? Y es ahí donde entra María de Guadalupe, la nueva Tonantzin. No es el momento de hacer aquí una explicación de los rasgos y características de la imagen plasmada en la tilma de Juan Diego, pero de sobra son conocidos todos los elementos y símbolos de la cultura indígena que se hallan plasmados en la bella imagen. María de Guadalupe les da nueva identidad a aquellos surgidos del encuentro de dos razas. De ahí que no es difícil escuchar a muchos mexicanos decir: “aunque no soy católico, soy guadalupano”. Guadalupe es más que una “religión”. Es una síntesis del surgimiento de un nuevo pueblo.

Hay un texto en el evangelio de Lucas que siempre es bueno reflexionar porque resume el sentido de los inicios de nuestro caminar en la fe (Lucas 1,39-48). María, después de haber recibido el anuncio del ángel de que sería la madre del “Salvador” y enterándose de que su prima Isabel estaba esperando un hijo, se encamina presurosa a visitarla y ayudarla. El encuentro entre las dos mujeres es maravilloso y la escena conmovedora. Dos mujeres que conversan sobre lo que están viviendo en lo íntimo de su corazón. No cabe duda de que la vida cambia cuando es vivida desde la fe. María “saluda” a Isabel y su saludo llena de paz y de gozo a toda la casa. Hay muchas maneras de “saludar” a las personas. María trae paz, alegría y bendición de Dios, como lo hizo con Juan Diego, aunque en un primer momento tuviera dudas, algo normal en toda condición humana.

María e Isabel llamadas a colaborar en el plan de Dios. Las dos van a ser madres. No hay varones. Zacarías ha quedado mudo. José está sorprendentemente ausente. Son ellas las que ocupan toda la escena. Algo nos quiere decir todo esto en una sociedad “patriarcal” donde la mujer ha sido orillada y en muchos casos, esclava de tradiciones y culturas que nada tienen que ver con lo más sagrado de la persona: su dignidad. La imagen de María brilla con unos rasgos más genuinos que muchos otros que le han sido añadidos a lo largo de los siglos a partir de invocaciones y títulos alejados de los evangelios. Señalamos algunos de estos rasgos.

visitacion
Visitación de María a su prima Santa Isabel, Rafael en el Museo del Prado (1517).

María, “la madre de mi Señor”. Así lo proclama Isabel a gritos y llena del Espíritu Santo. Los primeros cristianos nunca separaron a María de Jesús. Son inseparables. De ahí arranca toda su grandeza. Dios viene a nosotros como uno más, se encarna en el seno de una mujer porque nos ama y quiere enseñarnos a vivir una vida plena (Juan 1,14).

María, la creyente. Isabel la declara dichosa porque ha “creído”.  María no es grande simplemente por su maternidad biológica, sino por haber acogido con fe la llamada de Dios a ser Madre del Dios por quien se vive, como le dice a Juan Diego. Ha sabido escuchar a Dios; ha guardado su Palabra dentro de su corazón; la ha meditado; la ha puesto en práctica cumpliendo fielmente su vocación. María es madre creyente.

María, la evangelizadora. Cuando hablamos de evangelización muchas veces pensamos en catecismo y doctrinas de la Iglesia. Pero no es eso únicamente. Evangelizar es llevar el proyecto de Jesús a los que más nos necesitan, es decir, los pobres, los desheredados del sistema, los parias de la sociedad. En otras palabras, evangelizar es humanizar. Donde María va se convierte en portadora de humanidad al llevar a su Hijo Jesús.

María, portadora de alegría. Ella ha sido la primera en escuchar la invitación de Dios: “Alégrate… el Señor está contigo”. El hombre y la mujer de fe son portadores de alegría. María comunica la alegría que brota de su Hijo Jesús. En una sociedad marcada por el desencanto y la frustración, hoy más que nunca, María nos invita a ser testigos gozosos en un mundo ensombrecido por el miedo y el dolor de la enfermedad que padecemos.

A veces pensamos que ser hombres o mujeres de fe es afirmar que uno cree en Dios y que cumple las normas que las religiones imponen, pero poco nos preguntamos en qué Dios creemos. Porque la fe es una actitud viva que nos mantiene atentos a Dios, abiertos cada día a su misterio de cercanía y amor a cada ser humano. De ahí que una manera de amar que hemos de recuperar en nuestros días consiste en “acompañar a vivir” a quien se encuentra hundido en la soledad, bloqueado por la depresión, atrapado por la enfermedad o, sencillamente, vacío de alegría y esperanza.

Credos: la certeza y el delirio, la duda y la fe

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Los niveles de certeza varían mucho y proporcionan diversos grados de validez y de impacto a una creencia. Kant distinguía tres clases: la opinión, la fe y la ciencia; pero esta distinción no sólo implica niveles de certidumbre, sino diferencias más generales de sentido. Quizás sea más sencillo distinguir grados crecientes de certidumbre entre la sospecha, la impresión, la opinión, la convicción, la obstinación, el dogmatismo y el fanatismo. El máximo grado de convicción ocurre en esta última y siniestra condición, pues el fanático se adhiere y se identifica tenazmente con sus creencias, rechaza cuestionarlas y por ellas puede exponer su vida o llegar a matar. Un polo opuesto del fanatismo podría ser la indecisión, la cual también suele engendrar dificultades, pues si el obstinado y el fanático se encuentran muy dispuestos a entrar en acción por sus creencias, el indeciso vacila. Aunque no determina a la creencia, la voluntad interviene desde la deliberación, hasta la decisión de actuar o no hacerlo.

Contra el fanatismo
Portada del libro “Contra el fanatismo” (2003) del escritor, periodista y pacifista israelí Amos Oz, Premio Príncipe de Asturias 2007.

En algún modo, la creencia entraña una inferencia de probabilidad y podría argumentarse que el opuesto del fanático no es precisamente el indeciso sino el escéptico (del griego skeptesthai: examinar), un calificativo del agrado de muchos pensadores, académicos y eruditos, en especial cuando se trata de la divinidad y de otras creencias religiosas. El escéptico no afirma ni niega: se abstiene de enjuiciar, duda y descree de algunas proposiciones que desde su perspectiva no tienen o no admiten demostración empírica. Pero también tenemos al agnóstico, término acuñado por el anatomista británico Thomas Henry Huxley, llamado “bulldog de Darwin” por su militancia evolucionista. El agnóstico (de a privativa y gnosos, conocer) es un escéptico especializado y radical, pues cree en verdades científicas pero niega que las proclamadas por la religión, la magia, el ocultismo y sus derivaciones tengan o puedan tener validez. Se ha dicho con frecuencia que el agnóstico es un ateo de clóset.

Los filósofos de la mente difieren en su concepción de la creencia como posible objeto de estudio, y, según el Diccionario de Filosofía de Stanford, se pueden distinguir tres posturas distantes o incluso incompatibles entre ellos. La primera, avalada por Jerry Fodor, es que el entendimiento de sentido común o de psicología popular es básicamente correcto en el sentido que las creencias son entidades mentales definibles y analizables, susceptibles y dignas de estudio empírico. La segunda tesis considera que, si bien la psicología puede probar causas de la conducta sin necesidad de postular creencias, este concepto, según Stephen Stich, tiene utilidad para hacer predicciones o para entender mejor las causas de las acciones, como lo propone Daniel Dennett. La tercera es la posición más severa, pues defiende que el concepto mismo de creencia es equívoco e imposible de analizar empíricamente, por lo que Patricia Churchland argumenta que debe ser evitado en todo proyecto científico que pretenda entender la mente y el comportamiento.

escepticismo
Ilustración de la página Skeptic (escepticismo en el sentido etimológico de análisis o indagación.

Ahora bien, la discusión filosófica ha ocurrido al margen de los métodos y análisis científicos que han logrado definir, inducir o medir creencias en la psicología cognitiva y analizar sus correlatos neurobiológicos mediante imágenes cerebrales. Por ejemplo, se conoce que cuando un sujeto afirma creer en un predicado particular, sea religioso o no, se activa su corteza cerebral prefrontal ventromedial. En la actualidad es posible mantener que la creencia es una categoría y capacidad cognitiva que puede ser abordada por diversas disciplinas, como la psicología, la lingüística, la narrativa, la religión comparada, la neurociencia o la fenomenología, de tal manera que esta amplia plataforma transdisciplinaria hace posible su abordaje y mejor comprensión. Michael Shermer, historiador de la ciencia y escéptico autoproclamado, ha analizado cómo las creencias nacen, se refuerzan, se retan y se extinguen en la política, la economía o la religión. Concluye que el cerebro humano está evolutivamente diseñado como un “motor de creencias,” de tal forma que las personas primero albergan una creencia y luego la respaldan con evidencias. Arguye que en el curso de la evolución esto fue ventajoso para detectar pautas previsibles de todo tipo y éstas, una vez determinadas, fueron insufladas de significados.

libros de escepticismo
Portada de “El cerebro creyente” y de “Cómo creemos” del estadounidense Michael Shermer, historiador de la ciencia y fundador de la Sociedad de Escépticos.

Por su parte, la psicopatología ha proporcionado nociones muy valiosas para el entendimiento de la creencia. El delirio es el caso más relevante, pues se ha definido como una falsa creencia y la literatura psiquiátrica ha descrito detalladamente delirios de control, de referencia, de persecución, de grandeza, de infestación o de celos. El gran psiquiatra y fenomenólogo existencialista Karl Jaspers consideraba a los delirios como patologías del sistema de creencias por estar enraizados de manera anómala y constituir certezas impermeables a la evidencia. Las cuatro alteraciones cognitivas del delirio serían la convicción sólida, la incorregibilidad, la imposibilidad y la ininteligibilidad. El o la paranoide cree firmemente que es acechado y perseguido, aunque se le pueda probar objetivamente que no es así, o demostrar la incoherencia o imposibilidad de la amenaza que siente. Algunos estudios indican que los pacientes delirantes presentan un sesgo en el razonamiento probabilístico consistente en buscar menos información para llegar a una inferencia. La relación entre el contenido de la creencia como un juicio consciente y la naturaleza de la realidad es relevante para el peliagudo tema de la verdad y que no corresponde elaborar en este momento.

libro
Portada de el libro “The God delusion” (“El delirio sobre Dios”) y su traducción al castellano como “El espejismo de Dios” del biólogo evolutivo Richard Dawkins, donde propone que creer en Dios es un delirio; ¿es acertada esta idea?

En The God delusion (“El delirio sobre Dios”) de 2008, el conocido biólogo evolutivo y analista de la ciencia, Richard Dawkins, aventuró que las creencias religiosas son delirantes pues no existen pruebas de la realidad de sus contenidos, empezando por la existencia de Dios y otros entres sobrenaturales. Sin embargo, no hay mayor similitud entre el delirio del psicótico y la convicción religiosa. Pareciera ser que Dawkins equipara toda creencia religiosa con la superstición, un tipo de creencia mágica, pero ésta tampoco podría siempre etiquetarse como delirante, porque no suele encuadrarse en una psicopatología personal, sino en una conseja compartida. A diferencia del delirio que invade la conciencia de quien lo padece, el creyente sincero de alguna religión organizada se adhiere voluntariamente y por medio del insight o la esperanza a creencias de amplio y largo arraigo que suelen estar argumentadas y debatidas por sus teologías. También en contraste con el delirio individual y subjetivo, la fe es comunal e intersubjetiva y se expresa en ceremonias públicas de rito y culto. Por lo demás, la duda es frecuente en la fe y, para algunos teólogos y pensadores, el estado de duda, preocupación e indagación sobre cuestiones trascendentales, es la actitud que mejor caracteriza a la fe.

Dado que toda creencia es provisional y tentativa, la disposición a revisar las propias creencias de acuerdo con nuevas observaciones, razones y evidencias es un signo de madurez. Es necesario el desapego o el desprendimiento de la persona en referencia a sus creencias para facilitar su valoración, verificación, rectificación o su cancelación. Esta actitud crítica e inquisitiva es propia de la labor científica para procesar las conjeturas metódicas denominadas “hipótesis de trabajo,” las cuales son creencias justificadas por la lógica y la evidencia para explicar una incógnita que deberán ser sometidas a pruebas, validaciones o refutaciones mediante la investigación y la experimentación empíricas.


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La Encíclica “Todos Hermanos”. Oportuno mensaje global

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Hace escasas dos semanas el Papa Francisco pronunció un excelente discurso en el 75 aniversario de la ONU, argumentando la necesidad de un nuevo multilateralismo. El fin de semana pasado, celebrando el día de los Franciscos, presentó su Encíclica Social Fratelli Tutti, en la que destaca la importancia de la fraternidad y la amistad social para construir un mundo mejor, más justo y pacífico, con el compromiso de todos los pueblos. Al mismo tiempo hace profundas reflexiones sobre las responsabilidades de los gobiernos y los diversos actores sociales que ofrecen alimento para la reflexión interna en todo país, incluyendo el convulsionado México nuestro de cada día.

Es un documento bien estructurado y actualizado que nos recuerda que todos los habitantes del planeta somos parte una misma familia humana globalizada e interconectada, donde sólo podremos encontrar caminos y soluciones juntos, para los retos políticos, sociales, económicos, sanitarios o ambientales. Un factor de inspiración que cita varias veces es el Documento sobre la Fraternidad Humana firmado por el Pontífice y el Gran Imán de Al-Azhar en febrero de 2019.

La Encíclica consta de ocho capítulos que aclara, están basados en sus propias reflexiones, pero recogen también documentos, cartas y opiniones de muchas personas y agrupaciones de todo el mundo.

El primer capítulo, “Las sombras de un mundo cerrado”, destaca las múltiples distorsiones del mundo contemporáneo: la manipulación de conceptos como democracia, libertad y justicia; la pérdida del sentido de lo social, marcada por el lucro y la cultura del consumismo; el desempleo, la pobreza, el racismo y aberraciones como   la esclavitud, la trata de personas, el tráfico de drogas y órganos, y “la cultura de los muros” que estimula la proliferación de mafias, alimentadas por el miedo y la soledad.

dualidad papa francisco
Imagen: Cassandra Meek.

El segundo destaca la necesidad de construir puentes con los olvidados y marginados a partir del ejemplo del Buen Samaritano. Todos somos corresponsables en la construcción de un mundo incluyente y en “reconocer a Cristo en el rostro de todos los excluidos”. Después de todo “la estatura espiritual de la vida humana está definida por el amor, que es siempre lo primero y nos debe llevar a buscar lo mejor para la vida de los demás. A partir de esa definición aborda la necesidad de la ética en las relaciones internacionales.”

El tercer capítulo, “Pensar y gestionar un mundo abierto”, actualiza el significado de los valores de libertad, igualdad y fraternidad; enfatiza la necesidad de promover el bien moral y el valor de la solidaridad; reitera la función social de la propiedad y recuerda que “los derechos humanos no tienen fronteras”.

Parte del segundo y todo el cuarto capítulo, “Un corazón abierto al mundo entero”,  están dedicados a los migrantes; plantea la necesidad de una nueva gobernanza mundial que otorgue importancia al diseño de estrategias y acciones concertadas de largo plazo para abordar la tarea pendiente de las migraciones internacionales, refugiados y los desplazamientos internos por pobreza, desigualdad, ausencia de salarios dignos y los que huyen de guerras, persecuciones, desastres naturales y  traficantes sin escrúpulos.

Los migrantes, señala, deben ser acogidos, protegidos e integrados. Hay que evitar migraciones innecesarias mediante la generación de empleos, salarios dignos y seguridad humana en sus poblaciones y países de origen. En los países de destino, se buscará el equilibrio adecuado entre la protección de los derechos de los ciudadanos y la garantía de acogida y asistencia a los migrantes. El Papa señala algunas “respuestas indispensables” y acciones concretas, particularmente para los que huyen de grandes crisis: desde concesión de visados hasta creación de corredores humanitarios con garantía de vivienda, seguridad y servicios esenciales. Lo crucial es una colaboración internacional para las migraciones que ponga en marcha proyectos de largo plazo de desarrollo solidario, más allá de las emergencias individuales.

Migracion y tolerancia
Imagen:Green European Journal.

El quinto capítulo se refiere “a la mejor política” que debe estar al servicio del bien común y conoce la importancia del pueblo, que requiere ser escuchado, como una categoría abierta, disponible para la confrontación y el diálogo. Éste es el “popularismo” indicado por Francisco, que se contrapone a ese “populismo” que atrae consensos para instrumentarlos a su propio servicio. Pero la mejor política es también la que tutela el trabajo, “una dimensión irrenunciable de la vida social” y busca que todos tengan la oportunidad para desarrollar sus capacidades y permitirles una vida digna.

Insiste que el mercado solo no puede resolver todo, aunque haya quien esgrima ese pobre dogma neoliberal, que propone siempre las mismas recetas y supone el mágico goteo como único camino para resolver los problemas sociales. El derrame no resuelve la inequidad, que es fuente de nuevas formas de violencia que amenazan el tejido social. Se requieren dos cosas: una política económica activa orientada a promover la inversión, la diversidad productiva y la creatividad empresarial; y una forma interna de solidaridad y de confianza recíproca, sin la cual el mercado no puede generar consumidores y cumplir su propia función económica.

La fragilidad de los sistemas económicos mundiales frente a la pandemia ha evidenciado que no todo se resuelve con el mercado y que la dignidad humana debe ser el pilar sobre el que se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos”. No aprendimos la lección de la crisis de 2007 que apuntaba a la necesidad de una economía ética que regulara la actividad financiera especulativa y la riqueza ficticia. Remendamos las instituciones y continuó el deterioro a favor del individualismo.

Hoy Francisco insta una reforma tanto en la ONU como en la arquitectura económica y financiera internacional –las Instituciones de Bretton Woods– para que, a 75 años de su fundación, se dé concreción real a “la familia de naciones”. Para evitar la tentación de “apelar al derecho de la fuerza, más que a la fuerza del derecho,” propone “fortalecer los instrumentos normativos y los acuerdos multilaterales porque garantizan el bien común mejor que los tratados bilaterales”.

El capítulo sexto, “Diálogo y amistad social”, destaca el concepto de la vida, como el arte del “encuentro” con todos en cada país, incluso con las periferias del mundo. El verdadero diálogo (siguiendo a Mandela y a Desmond Tutu de Sudáfrica) es el que escucha y permite respetar el punto de vista del otro e incorporar sus intereses legítimos. En esta óptica, los medios de comunicación desempeñan un rol clave; deben evitar sacar lo peor de nosotros y orientarse a promover el encuentro y la cercanía.

union social
Imagen: Eva van Passel.

El capítulo séptimo, “Caminos del reencuentro”, realza el valor y la promoción de la paz. Enfatiza su vinculación con la verdad y la justicia y su lejanía de la venganza. La paz es proactiva y tiene como objetivo la reconciliación y el desarrollo mutuo. “La guerra no es un fantasma del pasado, sino una amenaza constante, la negación de todos los derechos”. Con el dinero invertido en armamentos propone crear un fondo mundial para eliminar el hambre.

“Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo”, el octavo y último capítulo, reitera que la violencia no cabe en las convicciones religiosas, sino en sus deformaciones; condena las expresiones terroristas y las que llevan a hambre, pobreza, injusticia, opresión y discriminación.

La Encíclica concluye rememorando a Luther King, Gandhi, Tutu y al Beato Carlos de Foucauld, “el hermano universal”, que inspira al Papa Francisco.

Concluyo. Se trata de una Encíclica muy sólida y oportuna que aconsejo leer completa en sus 132 páginas y valorar para reconstruir la gobernanza mundial, pero también nuestras atribuladas sociedades nacionales. Este México polarizado, para comenzar, tan urgido de un diálogo efectivo y un reencuentro nacional.     


*Este artículo fue publicado por primera vez en el periódico El Financiero


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Lo sagrado y lo profano

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Lo sagrado y lo profano son dos vocablos asociados a las tradiciones religiosas que tienen relación con el tiempo, el espacio y los objetos principalmente. Dos términos opuestos que se colocan en los extremos de la existencia. El primero vinculado a la divinidad, el segundo a lo mundano que una vez definidos se establecen rígidamente y se mantienen como realidades absolutas; sin embargo, su existencia es de otro orden.

En efecto, la experiencia de vida humana es práctica y busca aquello que le es necesario para su existencia de acuerdo a su entorno y, al mismo tiempo, posee un impulso que le lleva más allá de sí misma, inclinándola a una relación de otro orden, la cual establece de acuerdo con el imaginario simbólico dominante en su entorno que comparte con sus contemporáneos.

Así, se reconoce como sagrado aquello que es digno de veneración por su carácter o relación con lo divino, y profano lo que se entiende como puramente secular, pero no porque tenga ese valor de suyo a diferencia de otras realidades, sino porque el ser humano le ha otorgado esa categoría.

sagrado
Imagen: Etsy.

En ese sentido, el descuido, la desconsideración, el desprecio, la indiferencia, el abuso, etcétera, que se desarrollan de forma personal o comunitaria sobre situaciones, entornos, objetos, animales, personas o naturaleza, son producto de comprensiones utilitaristas, arbitrarias y egoístas en donde lo otro es sólo un objeto de utilidad. Esto ocurre incluso dentro del ámbito de cualquier religión cuando ésta se ha vaciado de sentido.

Sin embargo, más allá de la visión utilitarista que podemos hacer de la realidad, todo, absolutamente todo, posee una significación que supera los límites estrechos con los cuales se aprecia y que provocan abuso. Cuando se descubre y se comprende esto, la vida humana alcanza en sus relaciones una dimensión trascendental porque les otorga una significación más allá de su propia necesidad, cuando contempla su maravilla, cuando venera su existencia y respeta su ser.

Es entonces cuando el ser humano se da cuenta que en realidad su comportamiento construye y alimenta tanto lo sagrado como lo profano. Cuando entra en el primer caso, su vida y la vida del otro se armonizan, crecen de acuerdo a la dinámica que corresponde, se penetran cada vez más en el misterio de la existencia y ambas partes se nutren más allá de la apariencia. Cuando opera bajo el segundo, ambas partes se deterioran, la insatisfacción domina el panorama, el sinsentido crece, sólo cuenta la inmediatez y la satisfacción propia y se destruye tanto la relación con lo otro. El punto neutro no existe, la conducta humana se mueve siempre hacia uno de los extremos, porque la vida siempre está en movimiento.

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Imagen: Brian Kershisnik.

Santificar o profanar superan por mucho el ámbito de lo religioso, aunque lo incluye. Moverse en dirección de lo sagrado genera una espiritualidad luminosa, que es la que generalmente entendemos como espiritualidad. Dirigirse en dirección de lo profano no es en sentido profundo moverse en el ámbito secular, es en realidad devaluar la existencia, tanto la propia como la ajena y eso alimenta la espiritualidad oscura, mejor entendida como carencia de espiritualidad.

Dirigir la vida hacia cualquiera de las dos direcciones puede ser un acto autómata, producido por una conciencia dormida que se deja llevar por influencias externas sin haber reflexionado más allá de la apariencia, o una conducta intencional impulsada por una conciencia despierta, que desea expandirse y crecer todo el tiempo porque reconoce que el límite se encuentra más allá de sí misma, en una totalidad de la que todo y todos forman parte.


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El Estado laico y la Virgen de Guadalupe

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Ciertamente que una “abrumadora” mayoría de mexicanos es católico, ciertamente también que eso es un derecho consagrado en nuestra Constitución Política. Entonces de igual forma, cada persona puede de acuerdo con sus convicciones religiosas, declararse guadalupana, o seguidora de la santa muerte o de Valverde, con eso no tengo problema. Nadie debemos de tener problema, pero otra cosa muy diferente es cuando la autoridad se declara guadalupana, con esto sí tengo problema, y todos deberíamos tenerlo.

En 1990 en el marco de la visita del Papa Juan Pablo II a México y particularmente a Monterrey, se instaló a un costado de una de las avenidas más importantes de la ciudad, la avenida Constitución, una imagen monumental de la virgen de Guadalupe.

La imagen forjada en acero tiene un peso aproximado de 10 toneladas y una altura de 13 metros. Pues bien, esa escultura fue derrumbada y sepultada en el lecho del río Santa Catarina en julio del 2010 por el huracán Alex, y ahora 10 años después con el paso del huracán Hanna, la imagen-escultura reapareció nuevamente.

virgen de guadalupe monterrey
Fotografía: Reporte Índigo.

Como buenos guadalupanos, decenas de regios se dieron cita en torno a la imagen de la virgen semi enterrada, unos se conformaban con verla, otros más con tocarla y algunos más recogían piedras cercanas a la imagen o bien agua estancada que consideraban como bendita, según reportaron los diferentes medios de comunicación local.

Hasta aquí la historia no tiene mayor trascendencia, pues como adelanté, cada quien puede creer en lo que desee, yo por ejemplo sigo creyendo en Tláloc y estoy convencido que las últimas lluvias en mi ciudad son producto de que él hizo caso de mis plegarias.

Nunca imaginé que mis rezos a un dios derivaran en la reaparición de una virgen, pero bueno, insisto en que cada quien le reza a quien quiere, en lo que sí no estoy de acuerdo, es que con recursos públicos nuestro guadalupano alcalde de Monterrey inmediatamente ordenó que cuadrillas de la Dirección de Servicios Públicos municipales acudieran a desenterrar a la virgen.

También con recursos públicos –hoy por hoy escasos, escasísimos– se gastó en grúas y transporte pesado para trasladar la imagen de la virgen a un taller en donde será reparada. No lo han dicho, pero sospecho que dichos costos también serán cubiertos con recursos públicos.

desvio de recursos
Imagen: Pinterest.

Eso sí que no se vale, menos en el momento actual, en donde cada peso del erario debería estar destinado al combate a la pandemia del COVID-19. No es correcto y es éticamente censurable que un funcionario público o varios –el alcalde, el director de servicios públicos y quién sabe cuántos más– estén desviando dinero para el rescate de una imagen que, como adelanté, pesa toneladas. No importa si son muchos los seguidores de esta virgen porque por más que sean no son la totalidad, por más que nuestro pueblo sea guadalupano, el mandato constitucional para los servidores públicos es que deben actuar bajo el principio de laicidad.

En realidad, lo que está haciendo el alcalde (et al.) es un delito, ya que está desviando recursos para una causa que no está y no debe estar entre las obligaciones de un Ayuntamiento.

Si fuéramos una sociedad que respeta la pluralidad, una sociedad verdaderamente democrática y laica, estas cosas no deberían de suceder. Lamentablemente, todo indica que nuestras autoridades son católicas, apostólicas, romanas y guadalupanas. Una pena, una vergüenza, ver este tipo de espectáculos.


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¿Quién creó a quién?

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¿Fue Dios al hombre, o el hombre a Dios?

Si pensamos que Dios creó el universo, entonces es lógico pensar que Dios creo al hombre después. Podríamos ir más allá y creer que, además, lo creo a su imagen y semejanza.

Pero, y si Dios no creo el universo, y la teoría del Big Bang es cierta, ¿entonces seguiríamos pensando que Dios creo al hombre?

¿Sería posible que en su afán de creer en algo a lo que no encuentra una respuesta simple, el hombre haya creado a Dios?

Pensemos por un momento, ¿quién es Dios?

el hombre y la creacion del mundo
Imagen: Getty Imagen.

Para responder a esa pregunta dependerá de la persona a la que le preguntemos.

Para algunos de nosotros Dios es el creador, el salvador, el rey de reyes, el que le da sentido a la vida, el guionista de nuestro destino… el amo supremo.

Para otros de nosotros, Dios no existe.

Las diferentes respuestas pueden depender del enfoque científico o religioso que se le de a la pregunta, o de la forma en la que la vida nos ha tratado.

Sin duda, resulta complicado creer en un Dios que permite que pasen cosas malas, o bastante sencillo, si creemos que es destino y que todo pasa por algo –aunque sea imposible de entender–.

creacion, origen de todo
Imagen: Getty Images.

Los seres humanos tenemos una inteligencia limitada y somos frágiles, por lo que a veces lo que no podemos entender con la razón, lo dejamos en manos de la fe.

La fe nos permite vivir más tranquilos y nos da esperanza de algo mejor. La esperanza, a su vez, se convierte en el motor que impulsa nuestra vida.

Si es que la esperanza es lo que nos mantiene vivos y es lo último que se muere, ¿entonces existe la posibilidad de que los hombres hayamos creado a Dios para darle sentido a nuestra existencia?


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Los aportes de los cinco pilares del islam al desarrollo espiritualidad

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Todas las tradiciones religiosas tienen aportes que contribuyen al desarrollo espiritual, así como a una vida personal y comunitaria mejor. Acercarse a conocer sus principios básicos de manera respetuosa elimina prejuicios surgidos de la ignorancia, genera ambientes de convivencia armónica y permite profundizar en la propia espiritualidad.

El islam, como toda tradición religiosa, tiene enseñanzas y principios valiosos para la humanidad entera. Entre ellos destacan los cinco pilares sobre los cuales está construida esta religión que deben cumplir todos los musulmanes a partir de la pubertad.

Testimonio de la unicidad de Dios y de la profecía de Mahoma (Sahada)

El primer fundamento de la fe islámica está en reconocer la existencia de un solo Dios y en la veracidad del mensaje de su profeta. La expresión de este testimonio en árabe dice “Atestiguo que no hay divinidad fuera de Dios, y que Mahoma es el enviado de Dios”. Esta confesión de fe acompaña al fiel toda su existencia y genera un sólido vínculo afectivo y de confianza.

pilares del islam
Ilustración: Feifei Ruan.
Oración ritual (Salat)

La liturgia musulmana se basa en cinco oraciones diarias que los fieles están obligados a efectuar: al-fajr al amanecer, al´zohr al mediodía, al-’asr a media tarde, maghreb al ponerse el sol y al-’asa por la noche. Además, los varones se reúnen en la mezquita los viernes por la mañana para orar y escuchar el sermón. También hay otras oraciones especiales para las grandes fechas del año y, en ocasiones diversas, como calamidades públicas o funerales. La oración se realiza en estado de pureza ritual para lo cual son necesarias las abluciones de agua en pies, manos, brazos, cara y cabeza; se hace siempre orientados hacia La Meca e incluye inclinaciones, postraciones y movimientos específicos de las manos.

La limosna o impuesto social (zakat)

El zakat es un tipo de diezmo destinado a los pobres o para aquellos que han caído en desgracia, se encuentran separados de sus fuentes de ingresos o están agobiados por las deudas. Es un impuesto de beneficencia que permite además financiar empresas de interés para toda la comunidad que ha funcionado como factor de solidaridad y de unidad. Los beneficios del zakat está dirigido exclusivamente para los musulmanes; sin embargo, la limosna del ramadán puede dedicarse a miembros necesitados fuera de la comunidad religiosa.

oraciones islam
Ilustración: Ellie Hodesdon.
El ayuno del mes del ramadán

El mes del ramadán recuerda la revelación del Corán a Mahoma por parte del ángel Gabriel. Se celebra el noveno mes del año lunar musulmán y consiste en ayuno de sólidos y líquidos, incluida el agua, prohibición de tabaco y relaciones sexuales durante el día. Por la noche el ayuno se rompe con cenas fraternas que se comparten con familiares, amigos y comunidad. Es un mes que recuerda a los ricos el hambre de los pobres, además de ser un contundente ejercicio de autodominio y ejercicio de la voluntad al resistir el hambre, la sed, la necesidad de fumar y las pasiones.

Peregrinación a La Meca

El sentido de la peregrinación es la remisión de todos los pecados anteriores. Está obligada una vez en la vida para todo musulmán adulto libre que tenga los recursos necesarios para llevarla a cabo sin descuidar los compromisos económicos con su familia y con la condición de que el trayecto sea seguro, es decir, que no esté amenazado por guerras, bandidos o pandemias. Durante la peregrinación el fiel recorre siete veces la distancia entre las colinas sagradas de Safa y Marua, da siete vueltas rituales a la Kaaba al principio y al final del trayecto y arroja piedras a tres pilares que simbolizan el demonio.

Las siete sencillas, pero profundas prácticas que sostienen el islam fortalecen la disciplina y el espíritu de los fieles, establecen un hondo vínculo con Alá, forman comunidad y promueven la solidaridad hacia los menos favorecidos.


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