violencia contra la mujer

8M: El corolario de una lucha que continúa

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Este lunes, como cada año, miles de personas –en su mayoría mujeres– salieron a las calles de las grandes ciudades del mundo a exigir un trato igualitario entre los géneros, al tiempo que exigen que cese la constante de violencia que se ejerce en contra de ellas. En nuestro país, se suma una exigencia adicional: la exigencia de protección en contra de la violencia feminicida y de las incesantes desapariciones de mujeres a lo largo del territorio nacional.

En los últimos años, pese a las descalificaciones y los esfuerzos comunicativos de las instituciones gubernamentales, lo cierto es que la violencia contra las mujeres ha escalado de forma considerable; más allá de la guerra de cifras. Según varias personas expertas en el tema, la violencia ha incrementado no sólo en número sino en intensidad, debido a que existe más conciencia y menos complacencia de quienes son víctimas de estas situaciones, por tanto, la respuesta machista e inhumana es, aumentar la agresión, violencia y su contundencia.

violencia feminicida
Imagen: Camila de la Fuente.

Como lo comenté en las colaboraciones anteriores, el funesto pacto patriarcal, esa complicidad silenciosa e irresponsable de la sociedad por tolerar e ignorar la violencia de género, producto de una desviación de valores que –a su vez– formó una cadena interminable prejuicios, convencionalismos y e imposición de roles, ha gestado de un caldo de cultivo propicio para que prolifere, de forma por demás grotesca y cínica en las estructuras sociales y culturales de las sociedades, un incremento considerable de actos de violencia que van desde la agresión psicológica, emocional y económica, hasta la más funesta de todas: la feminicida.

Ese silencio cómplice, ese “voltear hacia otro lado” ante situaciones que “se resuelven en casa”, han hecho que los agresores continúen utilizando el miedo como instrumento de control sobre otro ser humano, en especial contra las mujeres. Y no hablo sólo de aquellos que cometen el delito de Trata de Personas, sino también de esos familiares que, recluidos bajo la protección de los hogares, de forma constante y permanente, agreden a las mujeres, adolescentes y niñas que ahí habitan, las someten a través del temor, el menosprecio y el abandono. Ese pernicioso terrorismo familiar que, lamentablemente, forma parte del paisaje de las sociedades desde hace siglos y que las instituciones de gobierno jamás han observado ni atendido de fondo.

La protesta sirve de mucho para visualizar un problema, pero no basta la simple denuncia ni la visualización. Hace mucha falta hacer conciencia, sororizar, solidarizarse y, sobre todo, educar en valores de respeto, equidad y –aunque pareciera idílico–fraternidad.

violencia feminicida
Imagen: Público.

La humanidad está en un punto de quiebre que requiere evolucionar. Dejar atrás el egoísmo primitivo, la cosificación de las personas y la deshumanización, para abrir paso a una nueva era en la que entendamos que la equidad es el primer paso para alcanzar una justicia que, a la sombra de pactos perniciosos, tabúes y convencionalismos verdaderamente anacrónicos, nos condena a la irracionalidad y a la pérdida de la esencia humana.

Reencausémonos en la racionalización y alcancemos la máxima democrática de libertad, igualdad y fraternidad que, hace más de tres siglos nos propusimos como parte del perfeccionamiento de las personas.


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COVID-19 incrementa otra crisis: la violencia contra las mujeres

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Las violencias de tipo familiar, económica, psicológica y sexual se fueron al alza en muchas de las mujeres de distintas partes de la República Mexicana durante el 2020. La pandemia de COVID-19 visibilizó una crisis que siempre ha existido y que el confinamiento llenó de fuerza: la de género.

Y es que con instituciones gubernamentales débiles y agresores desde el hogar, miles de niñas y mujeres quedaron desamparadas. Los aumentos en feminicidios, desapariciones, violaciones y agresiones de pareja van mucha más allá de lo que medios de comunicación e Internet pintan. ¡Hay muchas regiones del país que siguen silenciadas!

Durante el Foro “Radiografía de la violencia contra las mujeres en México” se dieron a conocer los resultados de la campaña “Distancia segura y sin violencias por una nueva normalidad sin violencias”. Es decir, un movimiento organizado por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) y la Red Nacional de Refugios (RNR).

La campaña se realizó entre los meses de septiembre del 2020 y febrero del 2021. Su principal objetivo consistió en contribuir a que las niñas, mujeres o familiares de desapariciones y feminicidios tengan un mayor acceso a la justicia si son víctimas de cualquier tipo de violencia.

Así fue como la jornada de este 1 de marzo, diversas colaboradoras del proyecto contaron los resultados de su experiencia en algunas regiones del país. Por medio del foro transmitido en Facebook, dejaron plasmadas muchas de las bases que el Gobierno Federal debe tomar para empezar a actuar.

Foro “Radiografía de la violencia contra las mujeres en México”. Fuente: Cuartoscuro.

En el encuentro virtual, Paula Sánchez Mejorada Ibarra, co-directora de Católicas por el Derecho a Decidir, explicó que con la campaña “Distancia segura y sin violencias por una nueva normalidad sin violencias” se logró brindar 530 asesorías a mujeres de 22 estados de la República. La beneficiadas registraron entre 1 y 76 años, con lo que quedó comprobado que la agresión no discrimina edades. Pero, vayamos por partes.

Desapariciones de adolescentes al alza

Alejandra Cartagena del Comité de América Latina y del Caribe para la defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) y quien estuvo a cargo de la zona occidente del país, identificó un aumento de la desaparición de mujeres adolescentes entre 15 y 19 años.  Asimismo, fue testigo de un aumento considerable de las violencias digitales y sexuales. 

No obstante a lo anterior, lo que descubrió Cartagena es que la mayor parte de las víctimas desconocían sobre el seguimiento de sus denuncias. Incluso, advirtió que muchas de ellas no cuentan ni con las mínimas condiciones para ser atendidas.

De acuerdo con la representante de la CLADEM, los hallazgos de la campaña servirán para que las autoridades reconozcan los Derechos Humanos de las mujeres víctimas de violencias en México.

Alejandra Cartagena del Comité de América Latina y del Caribe para la defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM)

Crecen violencias familiares, sexuales y desapariciones

Violeta Sabás del Observatorio de Violencia Sexual y de Género en Aguascalientes, descubrió un aumento de las violencias familiares, sexuales y de desapariciones a lo largo de la pandemia de COVID-19. Desde su experiencia, las mujeres recurrieron con mayor incidencia a métodos para pedir ayuda tales como las líneas del 911.

En otra dirección, Sabás apuntó que muchas mujeres sufren de desinformación sobre el avance de sus investigaciones. Explicó que los centro de justicia registran una sobresaturación de casos que perjudica directamente al avance de las indagatorias.

Violeta Sabás del Observatorio de Violencia Sexual y de Género en Aguascalientes

Chiapas: un estado acostumbrado a la crisis

Para Martha Figueroa Mier de Mujeres Libres COHEM, Chiapas es una entidad que ya está acostumbrada a las crisis. No obstante, comentó que la pandemia del virus SARS-CoV-2 evidenció las grandes desigualdades sociales y económicas.

Figueroa Mier explicó que a lo largo de campaña, descubrió un incremento de la violencia doméstica. Como parte de ello, habló de que los agresores aprovecharon el contexto para separar a los hijos de sus madres.

Asimismo, comentó que aumentó la desaparición de niñas y jóvenes para trata de blancas. Incluso, advirtió que cuando se lograba localizar a las menores, algunas de ellas preferían no volver a sus casas.

Por si fuera poco, la representante de Mier de Mujeres Libres COHEM señaló que la carava migrante acrecentó la violencia en el sur. De dicha forma, expuso que las mujeres migrantes eran detenidas aún con documentación o que los conflictos armados también estuvieron presentes en algunas regiones de Chiapas.

Martha Figueroa Mier de Mujeres Libres COHEM.

2020: uno de los años más violentos para niñas y mujeres

Daniela de la Red Nacional de Refugios expresó que el 2020 ha sido uno de los años más violentos para las niñas y mujeres del país. En su organización incrementaron hasta en un 39 por ciento las solicitudes de apoyo.

Otro de los datos alarmantes de la Red consistió en que 4 de cada 100 mujeres denunciaron intento de feminicidio. Asimismo, Daniela expuso que el 75 por ciento de las víctimas han sido agredidas por su pareja o expareja.

Lo peor de todo es que ante datos tan crudos, la RNR descubrió grandes niveles de impunidas. Esto, sobre todo porque las instituciones criminalizan a las víctimas y además hacen caso omiso a las acusaciones previas de cada agresor.

Daniela de la Red Nacional de Refugios.

Finalmente, el proyectos “Distancia segura y sin violencias por una nueva normalidad sin violencias” es una prueba más de que la COVID-19 encrudeció la violencia contra las niñas y mujeres. Lo ideal sería que este tipo de campañas rebasen las barreras de una enfermedad desigual y tenga efecto en todos los grupos sociales de México, especialmente el de las autoridades.

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Violación, acoso sexual y violencia familiar suben en la CDMX en 2020

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A lo largo del año 2020, los delitos contra las mujeres al alza en la Ciudad de México (CDMX) fueron la violación, el acoso sexual y la violencia familiar. Así lo informó esta tarde Ernestina Godoy Ramos, fiscal general de Justicia de la capital del país.

Durante el informe de la Alerta de Violencia contra las Mujeres en la Ciudad de México, Godoy Ramos explicó que del 2019 al 2020 los delitos de violación crecieron en un 2.6 por ciento. Mientras tanto, el acoso sexual se fue arriba en 13.3 por ciento y el de violencia familiar en 5.4 puntos porcentuales.

No obstante, del lado contrario los crímenes que redujeron su incidencia durante el año pasado fueron los feminicidios (-8.3 por ciento), los homicidio dolosos (-19.8 por ciento) y el abuso sexual (-22.7 por ciento). Asimismo, las lesiones dolosas (-25.6 por ciento), el secuestro (-68 por ciento) y la trata de personas (-38.3 por ciento).

Un dato más alentador es que de enero del 2020 a enero del 2021, únicamente creció en 64 por ciento la incidencia de faltas contra la intimidad sexual. Ello responde en gran medida a que en noviembre del 2020, se aprobó la llamada “Ley Olimpia“. Es decir, el marco legal que tipifica y sanciona el acoso, hostigamiento o difusión de contenido sexual en internet de niñas y mujeres.

El incremento de casos en algunos delitos y la baja de otros se da en medio de la contingencia sanitaria de la COVID-19. La medida “quédate en casa” puso en evidencia nuevas urgencias en materia de género y dejó ver que en muchas ocasiones, ni el hogar es un espacio libre de violencia.

Precisamente por la gravedad del asunto, es imprescindible que las agresiones de género se aborden desde la mayor sensibilidad y empatía posible. En el caso de la Ciudad de México, el hecho de que quienes estén a cargo del tema sean mujeres, ayuda un poco más a conocer la realidad del sexo femenino en el país.

Fiscal Ernestina Godoy. Fuente: Cuartoscuro.

Importancia de que violencia de género se trabaje por mujeres

Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la CDMX, es un ejemplo de que el combate a la violencia contra las mujeres cobra más relevancia si lo encabeza una mujer. Y es que aunque sea en el discurso, la funcionaria ha mostrado una mayor preocupación por la problemática, esa que el mismo presidente de la República ignora.

Uno de los puntos aplaudibles para Claudia Sheinbaum Pardo es su interés por combatir la agresión contra las mujeres en la entidad que lidera. En este sentido, desde el pasado 25 de noviembre del 2019 optó por declarar alerta de género frente a la exigencia de varias organizaciones sociales.

Aunque falta un largo camino para que las niñas y mujeres de la capital del país sean libres y estén seguras, la disposición del Gobierno de la CDMX da un poco de esperanza. Además, la aprobación de Leyes como Olimpia o Ingrid están dejando plasmadas problemáticas que antes simplemente estaban silenciadas.

Informe de la alerta de género en la CDMX. Fuente: Cuartoscuro.

En su informe de este jueves, Claudia Sheinbaum anunció que a partir de ahora cada 25 de mes, dará un informe sobre los avances que ha tenido la alerta de género en la CDMX. Explicó que tener dicho mecanismo, implicó tomar medidas a nivel jurídico y social.

Con lo anterior quedó demostrado que en el escenario de una administración liderada por una mujer, la violencia de género es más importante. Todo lo contrario, con lo expuesto con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su conferencia matutina de este 25 de febrero, advirtió que desconocía el significado de cuando las mujeres le pedían terminar con el “pacto (patriarcal)” y nuevamente tiñó al feminismo con pinceladas políticas.

Ley Ingrid y otros avances en la CDMX

El pasado martes 23 de febrero, el Congreso de la Ciudad de México aprobó el dictamen conocido como ‘Ley Ingrid‘. Se trata de las modificaciones al marco legal que permiten sancionar a cualquier funcionario que difunda información o imágenes de los procedimientos penales de una persona.

Cabe señalar que la nueva normativa surgió del caso de Ingrid Escamilla. El 9 de febrero del 2020, la joven fue víctima de un feminicidio perpetrado por su pareja sentimental. No bastando eso, las fotos de su cuerpo fueron filtradas y difundidas en medios de comunicación y redes sociales. Ahora, a poco más de un año, su caso dejó huella en la CDMX.

Además, desde diciembre del 2019, entró en vigencia la Ley Olimpia en la capital del país. Por medio de las modificaciones legales que contempla, una persona que cometa algún delito contra la intimidad sexual de otra, puede pasar de cuatro a seis años en prisión.

De acuerdo con Sheinbaum Pardo, también las ‘lunas’ han jugado un papel importante en materia de género. Se trata de la unidades territoriales de atención y prevención de la violencia contra las mujeres.

Claudia Sheinbaum. Fuente: Cuartoscuro.

La Ciudad de México ha sido escenario de casos fatales como el de Ingrid Escamilla o el feminicidio de la pequeña Fátima Aldrighetti. Sin embargo, a diario las niñas y mujeres están inseguras en la calle, el transporte público, los centros laborales y hasta los hogares. Que las autoridades lo reconozcan y valoren es un gran avance, pero todavía falta fortalecer a las instancias jurídicas y tirar el machismo que inicia desde las autoridades de primer nivel.

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Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía: El violador eres tú: son los policías, los jueces, el Estado, el Presidente. Hoy más que nunca “Un violador en tu camino”,  el himno feminista creado por mujeres chilenas en el año 2019, tiene sentido para México. Y es que el Primer Mandatario Andrés Manuel López Obrador demostró con un “ya chole” que su Gobierno legitima la violencia de género. 

Durante la conferencia matutina del 18 de febrero, el Jefe del Ejecutivo respondió que “ya chole” a los cuestionamientos por la candidatura al estado de Guerrero de Félix Salgado Macedonio, acusado de la violación de cinco mujeres. La declaración hizo quedar al líder de la autollamada Cuarta Transformación como cómplice de la agresión que duele a millones de  mujeres mexicanas. 

“Como dicen algunos ‘ya chole’, que porque van hacer una campaña en los medios. Que el Reforma, El Universal, los programas de radio…pontificando, sentenciando, juzgando. Nosotros padecimos eso durante años, ataques tras ataques. Cómo no voy a estar desconfiado”, dijo el funcionario.

De acuerdo con López Obrador, el caso de Salgado Macedonio no es de su competencia. Sin embargo, aseguró que todas los señalamientos en su contra forman parte del tiempo electoral que el país está viviendo. ¿Y las víctimas dónde quedan?

No hay lugar para ellas. Ni las manifestaciones de jóvenes enfurecidas ni las calles pintadas de morado en Guerrero, han sensibilizado al Presidente de México. Todo lo contrario, esta mañana reafirmó su postura e insinuó que detrás de las acusaciones levantadas por víctimas como Basilia ‘N’ en contra de Salgado Macedonio, existen linchamientos y campañas políticas. 

Protestas feministas contra el Presidente López Obrador. Fuente: Cuartoscuro.

“Ya chole” con la violencia contra las mujeres

Ingrid Escamilla Vargas fue asesinada con gran saña el 9 de febrero del 2020 por su pareja sentimental. No bastando el feminicidio,  su cadáver fue expuesto en redes sociales y medios de comunicación sin consideración alguna. 

Fátima Aldrighetti Antón, niña de siete años de edad, desapareció el 11 de febrero del 2020. Días después fue hallada sin vida y con signos de violación y tortura. 

Ana Paola, adolescente de 13 años, fue víctima de feminicidio el 2 de abril del 2020. Lo más absurdo es que el delito se cometió en su propio hogar en Nogales, Sonora y en medio del confinamiento por la COVID-19. 

Ilustración de Ana Paola. Fuente: SDP.

¡Ya chole con la violencia contra las mujeres! La lista podría continuar durante largas líneas, porque Ingrid, Fátima y Ana Paola son la representación de millones de víctimas. Con base en los datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en México se reportan 10.5 feminicidios por día. 

Sumado a lo anterior, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 66 de cada 100 mexicanas de 15 años o más, han sufrido por lo menos, un tipo de agresión a lo largo de toda su vida. 

Los datos  demuestran también, que los espacios seguros no existen para gran parte del sexo femenino. Según datos del organismo, el 43.9 por ciento de las mujeres ha sido víctima de violencia por parte de su pareja sentimental. Mientras tanto, el 53.1 por ciento lo ha sido por actos de personas desconocidas. 

A su vez, los principales delitos contra la mujer son el abuso sexual (42.6 por ciento de las carpetas de investigación existentes) y violación (37.8 por ciento de las carpetas de investigación existentes).  Ambas situaciones, además de provocar daños físicos, son fuente de afectaciones emocionales que van de la desconfianza hasta el miedo, ese que ahora recorre las venas del país. 

Homenaje a Ingrid Escamilla. Fuente: Cuartoscuro.

Ya chole con la defensa a los agresores 

Con su indiferencia y falta de intervención, el Presidente López Obrador está defendiendo a los agresores. El caso de Félix Salgado Macedonio resulta especialmente importante porque es aspirante a una posición de poder, y de llegar a ser gobernador de Guerrero, lideraría el delito y la impunidad. 

Y es que aunque el Jefe del Ejecutivo defiende que los problemas del país deben separarse de la “politiquería”, hay que recordar que él es el primero que los junta. Prueba de ello, son las acusaciones que ha hecho sobre que detrás de los movimientos feministas hay actores políticos en contra de su administración.

Otra de las grandes contradicciones del Primer Mandatario es el decir que está en contra de la violencia, pero con su omisión la ejerce. Incluso, ha pedido a las agrupaciones feministas manifestaciones pacíficas, aún cuando hay impunidad para los delitos contra las mujeres. 

Sus desestimaciones a los feminicidios o al incremento de la violencia en el hogar en medio de la pandemia, únicamente refuerzan que la autollamada Cuarta Transformación no es tan incluyente. López Obrador debe tomar en cuenta que como Jefe de Estado sus palabras pesan y por ende, no debe arrojarlas tan fácilmente. 

Pese al debate, la lucha feminista tiene toda la razón y corazón de ser. El derecho a una vida libre de violencia va más allá de no ser violada o golpeada. En este sentido, implica el que las niñas y mujeres puedan estar en su hogar, centros laborales, espacios de recreación o hasta transitar por las calles de su ciudad, sin temor a ser agredidas o invalidadas por razón de género.

Protestas feministas contra registro de Félix Salgado Macedonio. Fuente: Cuartoscuro.

Finalmente, duele que las autoridades mexicanas no vean como prioridad el atender la violencia. Sin embargo, duele más que el mismo Presidente de la República desestime la agresión y que con ello, represente a un gran sector de la población que sigue ciego a la crisis que protagonizan las mujeres desde tiempos inmemorables. 

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Mujeres con derecho a vivir sin violencia

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Mariana, 24 años, recién egresada de medicina, fue abusada sexualmente, lo denunció y la asesinaron. ¿Qué más se puede decir en un país donde asesinan en promedio a diez mujeres al día? ¿Y qué mencionar cuando se es una de cada diez que sí se decide a denunciar? La cultura del “para qué denuncio si luego no pasa nada”, nos ha sumido en un abismo. Así como escribo sobre el caso de Mariana, pude haber expuesto sobre Fátima, Ingrid, Claudia, Esmeralda, Laura, Janette y la lista es interminable. ¿Quién recuerda cuando la colectiva SJF escribió el nombre de más de 3 mil víctimas de feminicidio en la plancha del Zócalo capitalino? En aquella ocasión, esos nombres de mujeres víctimas fueron dados por la organización Data Cívica y representaban los asesinatos contra mujeres registrados solamente en 2019.

No murieron, las mataron. Y ya ha corrido mucha tinta en leyes, códigos, tratados, convenciones, pero este cáncer parece nadie pararlo y sigue carcomiendo a nuestra sociedad desde sus pilares, que somos las mujeres.

Es célebre el triste caso González y otras vs. México, mejor conocido como “Campo algodonero” cuya sentencia fue emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (IDH) el 16 de noviembre del 2009, y representa un antes y un después para el Estado mexicano cuando de violencia de género se habla. La insoportable situación de las muertas de Juárez no podía seguir sufriendo de la indiferencia de las autoridades mexicanas y se recurrió a las instancias internacionales. En dicha sentencia la Corte IDH condena al Estado mexicano como responsable en la desaparición y ulterior muerte de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, cuyos cuerpos fueron hallados en un campo algodonero de Ciudad Juárez el 6 de noviembre de 2001. El análisis y estudio de esta sentencia cobra relevancia jurídica y social, ya que en los argumentos esgrimidos por la Corte IDH se determina lo que debemos entender por violencia de género, sus causas, características, consecuencias y las medidas que el Estado mexicano debe adoptar para evitarla y castigarla.

vivir sin violencia
Imagen: La Quinta Ola.

En México, nuestra Constitución, máxima ley, expone que mujer y hombre somos iguales en el artículo cuarto, mas esto no nos libra de muertes injustas que se siguen día tras día. Hemos llegado a tener una Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero no disminuyen los feminicidios.

Falta mucha información para que podamos vislumbrar cuando el peligro nos acecha de cerca. No siempre se anuncia, pero en la gran mayoría de casos, los perpetradores son gente cercana a la víctima, lo que nos permite aseverar que con mayor información, las mujeres podemos detectar cuando estamos en riesgo. Y para ello, el Instituto Politécnico Nacional elaboró inteligentemente un violentómetro en el que se nos despliega toda la gama de actitudes y hechos que dan testimonio fehaciente de la violencia que se puede ejercer contra la mujer: bromas hirientes, chantajear, mentir, engañar, ignorar, ley del hielo, celar, culpabilizar, descalificar, ridiculizar, ofender, humillar en público, intimidar, amenazar; controlar o prohibir: celular, mails, redes sociales, amistades, familiares, dinero, lugares, apariencia, actividades; destruir artículos personales, manosear, caricias agresivas, golpear “jugando”, pellizcar, arañar, empujar, jalonear, cachetear, patear, encerrar o aislar, amenazar con armas u objetos, amenazar de muerte, forzar a una relación sexual, abuso sexual, violar, mutilar, asesinar.

derecho a vivir sin violencia
Imagen: Dante de la Vega.

Ayer caminaba por calles de Iztacalco y vi un hombre corpulento jugando a las “luchitas” con una joven quien le seguía la corriente en actitudes. No pude evitar acercarme y comentar que ni de broma se debía agredir a una mujer; hizo como que me pegaba y soltó una carcajada mientras yo seguí mi camino. La verdad me dio tristeza que vemos nuestra situación mexicana de un machismo exacerbado, y la mayoría de las veces, no hacemos nada por detener esa costumbre.

Mujer que me lees, padre de mujeres, hermano de mujeres, habla del tema. Ejemplifiquen para que se entienda bien. Muchas cosas que hemos vivido tantas veces, no son cosa normal, por más veces que ya se hayan repetido. Tenemos que identificar todo aquello que debemos erradicar y luchar por desaparecerlo; sean hechos o actitudes. El caso campo algodonero debe constituirse como un recordatorio constante y permanente de la existencia de la violencia de género en nuestro país y de las irreparables consecuencias de no adoptar a tiempo las medidas necesarias para su erradicación.

Mujeres, las más afectadas en el aumento exponencial de la violencia familiar en la CDMX

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La pandemia ha hecho que pasemos mayor tiempo en nuestros hogares, este confinamiento ha derivado en un aumento en las denuncias de violencia familiar en la Ciudad de México de más del 70%

En la base de datos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ) se tiene registro de 29 mil 465 víctimas en carpetas de investigación por violencia familiar

Este número representa un aumento del 72% con respecto a las 17 mil 078 víctimas de violencia familiar en carpetas de investigación en 2019.

El mes de 2020 en que más víctimas se registraron fue en marzo con 2 mil 971, pero en el segundo semestre del año hubo 16 mil 071 víctimas en total en la Ciudad de México, lo que representa el 54% de todo el año.

En sí el número impactante, pero se puede pensar que duramente el primer semestre se pudieron presentar un mayor número de casos debido a que víctimas y victimarios convivieron por mayor tiempo a causa del confinamiento que se estableció por la pandemia. 

Seguramente, lo anterior tenga sentido al revisar el porcentaje de la llamada ¨cifra negra¨, la cual hace referencia a los delitos no denunciado o que no se les abrió una carpeta de investigación y por consiguiente no aparecen en las cifras oficiales. 

De acuerdo con México Evalúa, en 2019 la cifra negra se ubicó en un 93.2% y señalan que sólo se inició el 10% de investigaciones de delitos de violencia familiar.

En la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública realizada por el Inegi, la razón principal por la que las personas no realizan su denuncia es por ¨pérdida de tiempo¨ con un 32%, seguida de ¨desconfianza a la autoridad¨ con un 17%.

Mujeres, quienes más sufren la violencia familiar 

Mujeres, las más afectadas en el aumento exponencial de la violencia familiar en la Ciudad de México
Fotografía: Justicia México

De las 29 mil 465 víctimas en carpetas de investigación en la FGJ, el 75% de ellas son mujeres (22,016), pero, lamentablemente, no es una estadística nueva en cuanto a la violencia contra la mujer en la capital del país, en 2019 también estuvo por encima del 70%.

Lo que debería de preocuparnos en este sentido es la impunidad que existe en el país, esto hace que, al no haber sentencia a los victimarios, se logre perpetuar el delito

De acuerdo con la Organización México Evalúa, en su Modelo de Evaluación y Seguimiento de la Consolidación del Sistema de Justicia Penal, SESNS, en México se registró un índice de impunidad del 92,4%.

El índice de la Ciudad de México es del 97,7%, ubicándola como la cuarta entidad con el sistema de justica más impune, sólo por detrás de Sinaloa, Guerrero, San Luis Potosí respectivamente. 

Estos datos hacen sentido con los presentados por el Índice Global de Impunidad, en donde ubica a México como uno de los países con mayor impunidad a nivel mundial.

De hecho, de 69 países evaluados a nivel mundial, México ocupa el puesto 60 en cuanto a la estructura de su sistema judicial y el puesto 45 en cuanto a protección de Derechos Humanos.

Mientras no se le dé la relevancia necesaria a este problema y no se genere una confianza entre las autoridades y el pueblo en general se desencadenarán más y más delitos que nunca serán denunciados, aumentando la altísima tasa de impunidad que hay en nuestro país. 

Violencia digital: un monstruo que ataca a mujeres en el anonimato

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De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el 2019 alrededor de 9.4 millones de mujeres mexicanas sufrieron ciberacoso, una de las tantas manifestaciones de violencia que se pueden experimentar a través de internet. Por si eso no fuese lo suficientemente alarmante,  la mayor parte de los casos se encarnaron en jóvenes de entre 18 y 30 años y con agresores cercanos a ellas. 

Pero vayamos por partes, la ONU entiende por violencia digital a:

“todo acto que se comete y expande a través de medios digitales como redes sociales, correo electrónico o aplicaciones de mensajería móvil, y que causa daños a la dignidad, la integridad o la seguridad de las víctimas.”

Bajo esta definición, las niñas y mujeres del mundo se encuentran expuestas a una serie de acciones que podrían generar consecuencias emocionales, físicas, psicológicas y hasta la muerte. Entre las expresiones más recurrentes se encuentran el acoso, la extorsión, el desprecio, el monitoreo, el acecho, el robo de identidad y por supuesto, el abuso sexual.  

Sin embargo, no hay que perder de vista que detrás de cada número y situación, hay nombres de víctimas que desean gritar sus experiencias, pero por temor callan. Ingrid y Azul son dos grandes ejemplos de esas chicas que por mucho tiempo guardaron para sí mismas la sensación que deja el miedo  de ser perseguida o violentada. 

Ciberacoso en México. Fuente: ONU.

Ingrid: un caso que traspasó pantallas

Ingrid es una chica de 15 años de edad que cursa el tercer año de la secundaria. Antes de que la pandemia del virus SARS-CoV-2 atacara al país, la adolescente fue víctima de una experiencia “que no le desea a nadie” dado el miedo y angustia que le generó. Y es que aunque fue tras pantallas conectadas a internet, lo cierto es que la joven vivió en carne propia lo que muchos se imaginan solo en programas de televisión: el acoso digital

Un día como cualquier otro, Ingrid recibió una solicitud de mensaje en la plataforma Messenger. Desde una cuenta de Facebook totalmente falsa —dado el nombre de “jugo de manzana”, una fotografía difusa y París como lugar de residencia— la estudiante se percató de que un extraño sabía todos sus movimientos e, incluso, tenía conocimiento de la escuela a la que iba. 

Sin  que Ingrid cruzara palabra con el perfil de la red social, el sujeto  comenzó a visitar su institución educativa a bordo de un carro rojo.  ¡Pero, eso no fue lo peor! La joven tuvo acceso a imágenes de las partes íntimas del agresor, esas capturas que no le pidió a nadie y que sin embargo un desconocido decidió enviar. 

Por miedo al “no me creerán” o “pensarán que yo las pedí”, Ingrid no dijo nada a nadie. No obstante y tal como lo pintan en las telenovelas dramáticas, las cosas subieron de tono y el agresor cibernético rompió definitivamente la privacidad de la menor de edad. 

Resulta que una tarde, Ingrid recibió una fotografía de su vivienda con el mensaje “Te espero fuera de tu casa en 20 minutos”. El contenido le alarmó tanto que decidió contarle a su mamá, quien desde su trabajo y por vía telefónica, le recomendó marcar al 911.  

Mientras conseguía contactarse con la línea de emergencia, la adolescente recibió un texto que decía “Has pasado tu límite de tiempo” y más tarde uno protagonizado por una imagen de su balcón con la leyenda “¿Quieres que salte?”. Ese día llegó la policía y no hizo nada, como tampoco lo hicieron las autoridades cuando Ingrid y su mamá intentaron levantar una denuncia. 

Llegó el último día de clases para la joven y con ello también el fin de sus encuentros con el sujeto. Desde entonces, desapareció el perfil de la red social y es como si nadie hubiese violentado a Ingrid. Tal situación debido a que la agresión estuvo clara para la chica de 15 años, pero fue menospreciada por la justicia y quedó fuera del registro de Facebook, esa plataforma que permite el delito en anonimato. 

Para Melissa García Meraz, Doctora en Psicología Social por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el tema de la violencia virtual es extremadamente amplio. Esto, sobre todo porque depende en gran medida de quién es el agresor y de qué forma comete actos violentos.

De acuerdo con la Doctora, según estudios realizados a nivel internacional los principales victimarios son los hombres, mientras que el papel de víctimas recae más en las mujeres. La especialista agregó que el nivel de vulnerabilidad incrementa en México debido a toda una serie de sesgos culturales. 

“Hay mucho sesgo hacia mujeres que son de un tono de piel más oscuro, que son adultas, que tienen alguna enfermedad. Sesgamos la información, puestos laborales, oportunidades, becas y demás”, dijo García a El Semanario.

Frente al ya de por sí complicado panorama para el sexo femeninoGarcía Meraz resaltó la importancia que tiene el estudiar las formas de agresión por medio de internet. Advirtió que si bien se sabe que las mujeres sufren más acoso callejero que los hombres, es necesario descubrir de qué forma estos mecanismos se pasaron al terreno en línea. 

Sobre ello, la psicóloga de la máxima casa de estudios explicó que las niñas y mujeres pueden sufrir violencia digital por medio de gente extraña que acosa y hostiga. Pero también advirtió que la coacción puede quedar en manos de personas cercanas tales como el novio, el papá, el amigo, etc. Ese es el caso de Azul.

 

Doctora Melissa García Meraz. Fuente: Facultad de Psicología de la UNAM

Azul: de la agresión a la independencia

¿Qué significa ser mujer, joven e hija de padres divorciados? Pareciera que en México es un sinónimo de vulnerabilidad a la violencia. Ejemplo de ello es Azul, una chica que con solo 16 años de edad ha sido víctima de agresión física y digital, no solo por desconocidos, sino por miembros de hasta su propia familia. 

La joven que habita en el Estado de México compartió a este medio, su experiencia con personas que violentaron su intimidad y que incentivaron su búsqueda a la independencia aún siendo menor de edad. Actualmente, Azul vive con una amiga, trabaja con un tío y dejó inconclusa su carrera técnica como laboratorista química, pero para ello pasó varios obstáculos que representan parte de la realidad mexicana. 

Y es que los padres de la adolescente se separaron cuando tenía 12 años de edad, por lo que ella y sus hermanos se quedaron a vivir con su mamá. Luego de un tiempo, la señora decidió emprender una vida amorosa y  se mudaron a la casa de su nueva pareja. 

Para no hacer la historia larga, el padrastro de Azul la acosó e intentó abusar sexualmente de ella el pasado mes de abril. Aunque la chica se lo contó a su madre, la señora decidió seguir en la casa del agresor, situación que fue intolerable para la víctima.  Fue así, como dejó su hogar materno y buscó a su papá sin comentarle el escenario que enfrentó. 

Después de vivir un periodo con su padre, la menor de edad volvió a ser protagonista de agresión. Resulta que por falta de dinero, su propio progenitor ofreció a Azul con un señor ya mayor de los 40 años, con el que salió en un par de ocasiones sin gota de consentimiento.  

¡Las cosas no pararon en eso! Por si fuera poco, la menor de edad comenzó a sufrir amenazas a través de redes sociales. Con la sospecha de que se tratara de uno de los hijos de su padrastro, la joven recibió fotografías de ella misma saliendo de su casa o de lugares que frecuentaba. 

Bajo la anterior situación y llena de pavor, Azul jamás inició un proceso jurídico en contra de la pareja de su madre. “No quise porque las amenazas eran muy horribles hacia mí  y hacia mi familia, entonces no hice nada”. 

Con el paso de los días el papá de Azul se enteró de que la muchacha fue víctima de violencia sexual y las cosas cambiaron definitivamente. Entre amenazas de su progenitor a su expareja, la joven decidió huir con su novio, pero ni así se escapó de los escenarios pintados en escalas grises. 

Resulta que su papá dirigió sus amenazas a la joven de 16 años y a su pareja juvenil. Sin un rumbo fijo y con temor hasta de caminar por las calles, Azul lleva un mes viviendo con una adolescente de su misma edad, pero con las cadenas que la atan al acoso digital. 

Con la ausencia de atención psicológica y una lenta asesoría jurídica, la adolescente que quedó marcada por personas que supuestamente la aman, sigue siendo víctima de agresores virtuales. Tanto familiares como extraños no pierden la oportunidad de hacerle propuestas sexuales tras una pantalla o incluso llenar sus fotografías de comentarios sobre su cuerpo, esas intervenciones que no dejan de ser atentados que llegan al alma.

Agresores y consecuencias

La experiencia de Azul es una representación que deja claro que la violencia digital puede tener más de una fuente. Por ello, la doctora García Meraz hizo hincapié en que si bien se puede recibir agresiones por parte de perfiles desconocidos, también están presentes en las relaciones afectivas cercanas. 

Según el testimonio de la Doctora, una de las manifestaciones más frecuentes de la violencia en internet se materializa en el noviazgo. La profesora de la UNAM explicó que la línea entre un acto afectivo y uno de control es muy delgada. Por ende, advirtió que  las parejas suelen tener confusión. 

La psicóloga social expuso que existen conductas de control que ya se normalizaron en las relaciones amorosas juveniles. Entre las más frecuentes señaló la realización de llamadas y mensajes constantes con el fin de conocer la ubicación de la pareja o el envío de capturas de pantalla sobre otras conversaciones.  

“Los agresores pueden ser personas conocidas como el novio, el amigo, el familiar, pero también, gente desconocida… Puede ser que un día te levantes y encuentres el mensaje de alguien haciéndote una propuesta tremenda o que te levantes y veas un mensaje de tu pareja diciendo ‘ayer te vi conectada en la noche y no me estabas hablando a mí’”, advirtió la psicóloga.  

Sobre las consecuencias en ambos casos, García Meraz apuntó que hay grandes similitudes. En las situaciones donde los victimarios son seres queridos, señaló que las afectaciones van desde la sensación de “no saber qué hacer” hasta episodios de risa, llanto, preocupación, tristeza, enojo,   y vergüenza. 

Por su parte, cuando se trata de agresores desconocidos, la profesora de la Facultad de Psicología advirtió que abunda el sentimiento de culpa. Señaló entonces, que las víctimas se hacen preguntas como “¿por qué a mí?, ¿qué tengo en mi muro?, ¿fue la fotografía que subí?  y una larga fila de etcéteras. 

Sin embargo, en ambos casos —tanto en inmediatos como ajenos— las niñas y mujeres que sufren violencia digital podrían desarrollar toda una serie de afectaciones emocionales a largo plazo. Entre las más sobresalientes, la Doctora destacó la desconfianza, la ansiedad, la depresión y los pensamientos suicidas. 

De acuerdo con la Doctora en Psicología Social, México carece tanto de sistemas de justicia que brinden seguridad al género femenino, como de esquemas médicos que garanticen salud mental en la población. 

Precisamente por ello,  Melissa García Meraz afirmó que la responsabilidad de erradicar las agresiones en internet debe compartirse entre el Estado y los individuos. Comentó que por parte de la Federación se requiere de un combate real a los sesgos poblacionales, mientras que en las familias se necesita de un reconocimiento más estricto de lo que podría ocurrir en el mundo digital. 

La investigadora y docente resaltó sobre todo la necesidad de que cada individuo realice una introspección personal de sus comportamientos en la red. Es decir, hizo un llamado a que todos los días cada persona se cuestione qué actividades sí haría o no haría fuera del anonimato que otorgan las plataformas digitales. 

“Una parte importante es señalar que existe este problema y que se necesitan muchas acciones de tipo gubernamental que ayuden a frenar y prevenir las situaciones de violencia. Pero, otra parte es la forma en que los individuos podemos ir sembrando poco a poco”, apuntó la Doctora

Con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tan sólo en el año 2019, 36.4 por ciento de las mujeres mexicanas que usaron internet, fue víctima de ciberacoso. Ingrid, esa joven atemorizada por un total desconocido fue una de ellas en el 2020 y Azul sobrepasó los niveles de afectaciones virtuales. ¿Hasta cuándo se tomará importancia a los derechos digitales? Esos que según la Doctora García Meraz ayudarán a navegar en la red de manera sana,  sin temor a ver o descargar cosas que hagan sufrir a las mujeres. 

¿Cómo denunciar violencia digital? Fuente: Instituto Nacional de las Mujeres.

Una historia que indigna

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El fin de semana, tres días después de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, vi un documental estremecedor relacionado con ese tema que me llevó de la sorpresa a la tristeza para terminar instalado en la indignación. 

Es una historia del México real, contada en formato de documental, reconstruida cronológicamente por un grupo de mexicanos que se estrenó en octubre pasado en la plataforma Netflix. 

Se llama “Las tres Muertes” de Marisela Escobedo y la narración devela que la realidad supera por mucho a la ficción cuando se trata de procurar e impartir justicia en México.  

Aborda con magistral profundidad el caso de una mujer que, de los roles de empresaria, enfermera y madre, se ve obligada a convertirse en una de las activistas sociales con causa más intensas, representativas del feminismo e incómodas para la autoridad, tras la desaparición, asesinato y ocultamiento de los restos de su joven hija. 

marisela escobedo
Imagen: Eréndida Derbez.

La protagonista, originaria de Ciudad Juárez, Chihuahua, frente a la insensibilidad de la autoridad, no le queda más que investigar la muerte de su hija, perseguir al culpable, localizarlo en otro estado y llevarlo ante la justicia, pero el feminicida, aún confeso, es liberado por un tribunal de Chihuahua.

Todo el trabajo que debería hacer la policía de investigación especializada, lo hace la madre agraviada de la víctima, pero de nada le sirve.    

Entonces la madre emprende, otra vez y con el apoyo de dos de sus hijos, una nueva lucha titánica para tratar de llevar al feminicida confeso a la cárcel, de donde nuca debió salir. 

Como parte de su lucha para visibilizar el caso, decide manifestarse sola, con contingentes feministas y organizaciones sociales en las calles de la Ciudad de México, Ciudad Juárez y Chihuahua denunciando la aberración jurídica y en busca de diálogo con la autoridad. 

Pero la historia da un vuelco inverosímil: el feminicida ahora es cómplice del Cártel de Los Zetas, organización criminal que lo protege y que, como sucede siempre, opera en contubernio y bajo el amparo de las más altas autoridades municipales, estatales y federales.

No obstante, el incondicional amor de madre no la arredra y continúa su lucha para que no quede impune el asesinato de su hija.

Como un recurso desesperado ante la imposibilidad de volver a detener al asesino de su hija, ahora cobijado por una poderosa y sanguinaria organización delictiva, Marisela se instala en plantón permanente, día y noche, en una casa de campaña frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, en un rincón de la macro plaza.       

Aunque el caso se convirtió en emblemático de los feminicidios, por respeto a quienes desconozcan el desenlace de la historia, no lo contaré en esta colaboración para animarlos a verlo.

Lo que sí subrayo, es que ojalá y lo vea mucha gente para que confirme el grado de corrupción e impunidad que prevalece en el delito de feminicidio en México, bueno, la verdad es que en toda la cadena de justicia.

marisela escobedo
Imagen: Tomatazos.

El documental es de una crudeza impactante, la que se logra al estar armado con escenas reales, testimonios y entrevistas a la propia Marisela Escobedo, sus hijos, autoridades que intervinieron en el caso, activistas, notas de prensa y videos originales de los hechos y manifestaciones    

Hoy, hay alertas de género, leyes de avanzada, tipificación del delito de feminicidio, fiscalías e institutos especializados para la defensa, protección y acompañamiento de las mujeres.

Sin embargo, todos los días asesinan en México a 12 mujeres, cuatro de ellas niñas o adolescentes, y el 97% de estos delitos sigue impune. 

Vea el documental “Las tres Muertes” de Marisela Escobedo y entenderá las causas de tanta injusticia. Ojalá y este fragmento de la realidad llevado al cine, ayude a que se acaben los flagelos que más lastiman a los mexicanos: la impunidad y la corrupción. 


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