Adriana Murillo

Proyecciones de Hacienda inviables sin inversión privada

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Sin inversión privada será imposible cumplir con metas de crecimiento económico 2021, pues, a pesar del incremento del 4.8 por ciento en el Paquete Económico comparado con el de 2019, el recorte del 5.5 por ciento a entidades federativas obstaculizará las altas expectativas de Hacienda, así lo estima Sergio Ambudia Mello, Vicepresidente en Derecho Energético de la CONCAMIN.

“Hay un enorme escenario de incertidumbre, la tasa fija bruta de inversión privada ha bajado y creo que vienen momentos muy complicados para el país y sobre todo porque el petróleo no es una alternativa,” indicó.

En entrevista con El Semanario, Ambudia Mello reconoció que si bien el Paquete Económico 2021 es responsable al ser conformado con base a una conciencia de austeridad, la realidad a la que se enfrentará México el próximo año le presenta una serie de retos como la baja recaudación por el cierre de empresas, lo que sumerge a la economía en una gran incertidumbre y obliga a considerar otras medidas que permitan alcanzar las proyecciones de crecimiento y el cumplimiento cabal de las metas en los Criterios Generales de Política Económica.

“A partir de la pandemia, las cosas van a ir mal, la recaudación va a ir mal, seguramente habrá cierre de empresas, seguramente habrá poca inversión privada,” consideró el abogado de la CONVAMIN. “Habrá que ser muy imaginativos para ahorrar en lo que se pueda,” añadió.

La Secretaría de Hacienda parte de la ausencia de ingresos para la conformación del Paquete Económico, medida que acredita a la dependencia como responsable; sin embargo, no resuelve los problemas de fondo, por lo que abrir la inversión al sector privado sería más que una opción, una necesidad.

“Sin inversión privada las expectativas de crecimiento son muy pobres, está planteando 4.6, no hay forma,” estima Ambudia.

La inversión pública estará enfocada en dar viabilidad a los proyectos de infraestructura estrellas del Presidente Andrés Manuel López Obrador: la refinería de Dos Bocas, el corredor transístmico, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya; proyectos que absorberán casi la totalidad de la capacidad de inversión del gobierno.

Las expectativas de crecimiento económico para México no han sido las más favorables desde el inicio de la Austeridad Republicana. Con el nacimiento de un nuevo modelo con López Obrador las inversiones del sector público sufrieron un freno abrumador para el ya lastimado proceso de crecimiento que venía manejando el país desde sexenios anteriores con crecimientos promedios de entre el 2 y 3 por ciento.

Ante este panorama, la revisión de expectativas de crecimiento por parte analistas llevó a México a sufrir recortes graves para el cierre del año que, a inicios del 2020, levantaron alerta sobre una posible baja en la calificación crediticia del país. Mientras los analistas consultados por Banco de México estimaban en mayo una contracción del 7.27 por ciento al cierre del año, peor que la estimación del 7.10 por ciento de abril, en la última revisión empeoró al 8.8 por ciento, con recuperación del 1.3 por ciento en la tasas de crecimiento para 2021 y, en el mejor de los escenarios, un rebote del 5.6 por ciento.

Por su parte, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), reveló el 15 de julio las proyecciones de crecimiento para la segunda mayor economía de América Latina, empeorando su pronóstico en comparación a su revisión publicada el 21 de abril pasado, la Comisión estimaba una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de México de 6.5 por ciento. Mientras que la OCDE, en su última revisión de septiembre ubicó a México como el tercer país con peor pérdida en su economía entre los países miembros del G20.

Si bien, Ambudia Mello reconoce que existen factores que permiten apostar a la viabilidad de la inversión como la generación de empleos, la inversión privada, el crecimiento local, el patrocinio o subsidio a productores y cadenas productivas locales, que pueden generar dinamismo económico; “hay todavía muchas dudas sobre su viabilidad.”

Por tal motivo, hace un llamado a prestar particular atención al comportamiento de la inversión privada y considerarla como una opción insustituible.

La apuesta del Gobierno por el T-MEC

En reiteradas ocasiones el Presidente López Obrador ha insistido en considerar al nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como el gran atractivo para la inversión privada y un salvavidas que rescata al país de la incertidumbre.

Sin embargo, el documento recién salido del horno y puesto a la mesa del comercio, guarda una serie de dudas que poco a poco irán surgiendo y podrían complicar el optimista panorama del Gobierno.

“Yo creo que el T-MEC no ha sido razonablemente analizado. Entró en vigor en julio (2020) y creo que hay poca exploración teórica sobre lo que implicó. Muchas de las cosas que se firmaron están todavía pendientes; el tema de la competencia, el tema laboral, que hoy por hoy no hay un cumplimiento adecuado y hay muchos compromisos que ahí se establecieron,” consideró Ampudia Mello.

“Si se cumplen sin duda serían un factor de inversión, pero creo que por lo pronto vamos a tener ahí un pasivo importante en cuanto que podamos adecuar nuestras instituciones al cumplimiento de las obligaciones que en los términos del tratado ahí están establecidas como lo laboral, la competencia, las empresas de propiedad del estado y la propiedad industrial; son los factores que hay que cuidar,” concluyó.

Crisis en Semarnat; ejemplo de barbarie en la 4T: Gabriel Quadri

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La Secretaría de Medio Ambiente ha sufrido tres cambios en su liderazgo en tan sólo dos años y, para Gabriel Quadri de la Torre, el Gobierno minimiza los riesgos que esto implica para el combate a la pandemia del COVID-19, la defensa del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático y los acuerdos internacionales que México ha firmado sobre el tema.

“Es una tragedia en todos sentidos, en primer lugar, por el desmantelamiento de las instituciones ambientales, recortes presupuestales capacitantes y de personal, recortes también en puestos operativos que imposibilitan la actuación cotidiana de dependencias ambientales y son decisiones contrarias al interés público e incluso a acuerdos internacionales,” estima Gabriel Quadri de la Torre, excandidato presidencial (2012) y ambientalista.

El diagnóstico ambiental hecho por la misma Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semnartat) en abril de 2020 sobre la pandemia de la COVID-19 revela una crisis en la salud ambiental y sanitaria que implica una emergencia biológica y ecológica.

El entonces titular de la Semarnat, Victor Manuel Toledo, señaló que la dependencia ya venía trabajando en proyectos en las regiones más contaminadas del país en colaboración con organizaciones sociales y la Secretaría de Salud, en apoyo a las comunidades más afectadas; sin embargo, ha reconocido las limitantes y retos que ha enfrentado por la reducción en el presupuesto a la dependencia.

Los recortes presupuestales que ha sufrido la Semarnat, como otras dependencias del Gobierno Federal, han derivado en la desaparición o mutilación de órganos internos como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), entre otros.

En entrevista con El Semanario, Gabriel Quadri de la Torre, político economista y ecologista, ha señalado que la política de austeridad del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador imposibilita el funcionamiento de las instituciones ambientales y adopta medidas que desmantelan de manera fragante y abierta la política ambiental que México construyó por décadas.

“La política energética del régimen está orientada a la promoción de los combustibles fósiles, lo cual va en contra del acuerdo de París sobre el cambio climático y a los compromisos que ha asumido México en esa materia,” aseveró el político y condenó que el propio Gobierno ha impulsado proyectos que violan la legislación ambiental omitiendo lo que dice la legislación. “Sus proyectos absurdos como es el caso del Tren Maya, Dos Bocas o el Aeropuerto de Santa Lucía, han violentado de manera abierta las legislaciones en materias ambientales y además con toda impunidad,” añadió.

Para Quadri de la Torre la falta de agenda y visión del Gobierno de López Obrador se evidencia al no tener ningún tipo de planteamiento ni proyecto en materia ambiental, además del desmantelamiento derivado de los recortes presupuestales escudados en la llamada austeridad republicana y la redistribución del gasto a favor de los sectores más vulnerables.

“Todo esto es para liberar recursos y destinarlo a proyectos absurdos, para subsidios clientelares. La divisa de este gobierno es acabar con bienes públicos, con servicios públicos, con la protección institucional y sustituir todo con una relación directa y personal entre el Presidente y la gente,” apuntó.

“Estamos ante un gobierno que no tiene visión, ni racionalidad, que ignora, desprecia y acomete en contra de los temas ambientales y no sólo eso, sino que ataca a las organizaciones ambientalistas como lo ha hecho desde el púlpito presidencial en las mañaneras. Es algo nunca visto,” añadió.

“Es algo verdaderamente inusitado, vergonzoso, trágico, lo que está ocurriendo y bueno, es parte de todo el proyecto de destrucción institucional que es la esencia de este Gobierno y estamos pagando las consecuencias de haber elegido a un populismo ignorante, a un populismo autocrático que tiene como única finalidad sustituir bienes públicos y servicios públicos por una relación directa, pecuniaria, entre el Presidente y la población,” consideró el excandidato presidencial.

“Los mayores riesgos es el abandono y destrucción de las instituciones, la ingobernabilidad, la ilegalidad, la impunidad, la devastación de los ecosistemas naturales,” dijo. “Entonces es la barbarie, lo que estamos viendo en materia ambiental,” añadió. 

Los cambios en la Semnarnat han estado teñidos de polémica. En mayo de 2019, Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, primera titular de dependencia en el Gobierno de la 4T, presentó su renuncia al verse involucrada en un escándalo mediático por solicitar a una aerolínea detener el despegue de un vuelo comercial por intereses personales.

El más reciente cambio en la Semarnat fue la salida de Victor Manuel Toledo como titular de la dependencia, por complicaciones en su salud. Sin embargo, semanas antes de su renuncia, Toledo había sido involucrado en escuchas donde acusa al Gobierno de López Obrador de tener contradicciones y ser objeto de obstaculizaciones en el manejo de su agenda ambiental.  El tercer cargo en la dependencia fue asumido el pasado 2 de septiembre por María Luisa Albores, quien dejó la Secretaría de Bienestar.

La política chiapaneca, egresada de la Universidad Autónoma de Chapingo y con estudios especializados en economía social por la Universidad Iberoamericana de Puebla y la Universidad de Mondragón, España, ha formado parte del comité ejecutivo estatal del partido fundado por López Obrador desde el 2012 y ha sido cobijada por la 4T como miembro del gabinete presidencial y en 2020 se convirtió en la tercera titular de la Semarnat.

Sin embargo, para Gabriel Quadri las credenciales de Albores González no son suficientes para enfrentar los retos en materia de medio ambiente.

“Es una persona que no tiene experiencia, ni capacidad, ni preparación. Simplemente se destaca por su fidelidad al régimen, por su lealtad a la autocracia populista que sufre México en estos momentos, además eso demuestra el desorden y el caos que hay en materia institucional ambiental,” estimó el político.

Para el expresidente del Instituto Nacional de Ecología (1994-1997) el panorama en materia ambiental en México es catastrófico y las acciones del Gobierno Federal son “una barbarie,” por lo que la única solución es hacer un frente político y social para crear un frente opositor contra el Ejecutivo.

“Lo único que podemos hacer como ciudadanía es movilizarnos y apoyar a los partidos políticos de oposición para ganar la Cámara de Diputados en 2021 y después de ahí pensar en la revocación de mandato, es la única forma porque no hay manera con un gobierno autocrático y populista, psicopático no hay manera de dialogar o intervenir.”

“De no lograrse, en materia de medio ambiente sería catastrófico, porque lo que haría, lo siguiente es que convoque el gobierno a una Asamblea Constituyente como en Venezuela y esto sería irreversible,” estimó.

Estados doblados por pandemia y recortes

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Presupuesto de Egresos 2021 y el recorte a los estados: retos y realidades

En medio de la crisis sanitaria sin precedentes que ha paralizado las actividades productivas en todo el país, los estados y municipios se enfrentan a un nuevo reto con la reducción a sus ingresos establecido en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación que, manteniendo su línea de austeridad en 2021, castiga uno de los bastiones del presupuesto para las entidades federativas.  

“Ahora (los estados y municipios) tienen un problema serio porque, primero los ingresos petroleros bajaron, se han reducido de manera significativa y además hay toda una orientación para refinar, no para vender, la renta petrolera no va a ir orientada a obtener ingresos presupuestales sino a refinar. Esto obliga a los estados a ser un poco más racionales,” señala Sergio Ampudia Mello, Presidente del Consejo Directivo del Grupo Promotor de la Cámara Nacional de la Industria Energética.

El duro golpe que han recibido los estados y municipios viene de la reducción del 6.4 por ciento establecido en el Presupuesto de Egresos 2021 para el Ramo 28, lo que reduce los ingresos de gobiernos estatales en un 5.5 por ciento.

Si bien las entidades federativas siempre han estado muy castigadas en sus presupuestos, salvo en tiempos de auge petrolero, ahora tienen que enfrentar un serio reto que los obligan a replantear sus gastos, tomar decisiones más racionales y buscar opciones que incrementen su liquides.

El panorama no permite suponer que el 2021 será un año fácil para los gobiernos locales. Los estragos de la pandemia del COVID-19 se agudizarán en los próximos meses y las prioridades del Gobierno Federal se imponen en la distribución del gasto.

Pareciera que con la decisión de Hacienda a los gobernadores se les cierra el camino; sin embargo, existen algunas opciones que podrían considerar.  En entrevista con El Semanario, Sergio Ampudia Mello recordó la propuesta que el Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo a los gobernadores sobre la reestructuración de sus deudas “de tal manera que puedan obtener como fuente de repago algunos ahorros de las deudas históricas que tienen tanto estados como municipios.”

“Yo creo que hay una solución ahí en la reestructuración de adeudos, para obtener liquides que les pueda servir para atender otras cosas,” apuntó.

La crisis energética, un problema gordo para los estados

Si bien la pandemia del COVID-19 arroja retos a vencer y obliga a los estados y municipios a tomar medidas urgentes para combatir y contener la propagación del virus, otros factores llaman la atención y encienden focos rojos principalmente en los estados de la frontera norte de México.

“Al final del día el segundo componente de presión para la Hacienda municipal y estatal es la energía y CFE no tiene la capacidad de entregar energía asequible y barata, van a tener que enfrentar sus problemas como puedan,” estimó Ampudia

El también Vicepresidente en Derecho Energético y Sustentabilidad de la Comisión Jurídica de la CONCAMIN destacó que los gobiernos locales deberán desarrollar agendas estatales que les permitan resolver sus problemas y ahorrar en otros conceptos, especialmente en caso de energía. “Yo creo que el anuncio es que cada quién se rasque con sus propias uñas.”

Para el experto en derecho el Gobierno Federal no midió los riesgos que una reducción al Ramo 28 implicaría para los estados y municipios, conformando un Proyecto de Presupuesto de Egresos basado en nociones de austeridad numérica sin planteamientos cuantitativos. “Por supuesto, en los problemas de energía yo creo que ni siquiera está en el escenario de consideración de la secretaría de Hacienda. Creo que simplemente desconocen que este elemento es vital para las entidades federativas y las entidades federativas ya que están oponiendo a política de energía de la federación,” apuntó.

“Se va a volver interesante, salvo sin duda en los estados del sureste mexicano que son esencialmente petroleros, los del norte van a tener que empezar a resolver sus problemas con base en inversiones y decisiones en donde participe el capital privado, es la única forma de resolverlo a pesar de que la política energética plantee otra cosa,” añadió.

El brillo del campo en medio de una oscura pandemia

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El dinamismo del campo mexicano no ha dejado de destacar en medio de la crisis generalizada que derivó de la pandemia de la COVID-19 y las medidas adoptadas por el gobierno a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), como la distribución oportuna del programa Producción para el Bienestar, permiten cosechar buenos frutos al cierre del primer semestre del 2020 con un incremento anual del 0.3 por ciento en el sector, cifras superavitarias en la Balanza Comercial de productos alimentarios y un alza del 31.5 por ciento a tasa anual en las exportaciones.

Los datos favorables en el sector primario se deben principalmente a la intervención oportuna del gobierno mexicano para contener los efectos de la crisis que se agudizó en el primer semestre del año y mientras otros sectores se paralizaban durante la Jornada Nacional de Sana Distancia, el agropecuario adelantó los apoyos a productores para mantener el nivel de producción local y no frenar su ritmo hacia la meta de autosuficiencia alimentaria de al menos el 80 por ciento del consumo para el cierre del sexenio.

En entrevista con El Semanario, el subsecretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Miguel García Winder, expuso el panorama real del campo mexicano, sus proyecciones y las medidas para establecer a la agricultura como un salvavidas en medio de la tormenta, las cuales implicaron trabajar de la mano con el sector privado y los gobiernos estatales para asegurar la continuidad de la siembra; vigilar las cadenas de suministro para garantizar el abasto de alimentos; la colaboración directa con los bancos de alimentos y mantener sin alteración el comercio internacional.

En consecuencia, la Sader informó que la balanza comercial de productos agroalimentarios de México registró un incremento al primer semestre del 2020 del 19 por ciento, lo que equivale a un superávit para el periodo de referencia de siete mil 462 millones de dólares.

Por su parte, el Banco de México indicó que, con base a cifras de la dependencia federal, las ventas agroalimentarias al exterior tuvieron un repunte de 4.26 por ciento –en su comparativo anual— para ubicarse en los 20 mil 683 millones de dólares.

Autosuficiencia alimentaria, prioridad en medio de la pandemia

El campo se convirtió en una de los principales puntos de restauración de la Cuarta Transformación, acaparando la atención de programas sociales del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador con miras a la autosuficiencia alimentaria, un escenario utópico en sexenios anteriores.

Con altibajos, uno que otro descalabro, pero paso a paso logrando sus objetivos de impulsar el desarrollo del país, en su segundo año de mandato, el presidente López Obrador se enfrentó a su peor escenario, un virus procedente de China que paralizó las economías, modificó los procesos productivos y llevó a la sociedad al confinamiento.

Los temores de una crisis sin precedentes llegaron a ser una realidad, con el desplome del empleo, el ingreso y las actividades productivas, lo que alimentó los temores de un incremento en los niveles de pobreza y un desabasto de alimentos.

Sin embargo, “cuando hay crisis, la agricultura siempre da la cara” y si bien la pandemia ha evidenciado las fallas estructurales que ya existían en términos generales en la sociedad, el dinamismo en el sector agropecuario inyecta al país una esperanza de recuperación, abasto y dinamismo económico.

El sector primario fue uno de los considerados como esenciales durante la pandemia y la Jornada Nacional de Sana Distancia, por lo que no frenó actividades y mantuvo su dinamismo y producción incluso por arriba de lo esperado.

Al inicio de la pandemia la orden presidencial fue clara: mantener el sector vivo, trabajando y produciendo. “La dinámica agrícola de producción primaria no se puede parar porque va asociada a ciclos naturales que de si alguna manea los hubiéramos perdido pues el año que entra o a finales de este año o en un periodo de seis, ocho meses, hubiéramos tenido una verdadera catástrofe alimentaria.Afortunadamente los productores, campesino e industriales continúan trabajando y tenemos un crecimiento y la agricultura es pilar de desarrollo”, indicó García Winder a El Semanario.

El miedo por el desabasto de alimentos

Pero la situación de crisis generalizada que atraviesa el país nubla la vista de al menos el 70 por ciento de la población que, de acuerdo a Encuesta de seguimiento de los efectos del covid-19 en el bienestar de los hogares mexicanos (ENCOVID-19) realizada por académicos de la IBERO, guarda la preocupación de registrar dificultades en el acceso a los alimentos durante la pandemia.

Al respecto, el subsecretario de la Sader señaló que si bien el impacto más importante de la COVID-19 se reflejará en la capacidad de acceso, esto no se relaciona con el abasto de alimentos, sino con otros factores como las afectaciones en el ingreso por el desempleo.

“El impacto más importante del COVID va a ser en la capacidad de acceso. al tener desempleo, al tener grandes sectores afectados y pasar de un ingreso formal al ingreso informal y precario, eso va moviéndolos a la pobreza. La gente no va a tener recursos para comprar el alimento y de eso habla la pobreza alimentaria,” apuntó.

García Winder explicó a El Semanario que a pesar de que México ha mantenido sus niveles de producción y ha registrado una caída en sus importaciones, el desabasto de alimentos no depende sólo de la producción, sino a la falta de ingresos para adquirir el alimento y a las medidas restrictivas de acceso al comercio internacional que algunos países han adoptado en tiempos de la pandemia.

“El sector primario productivo continua activo y produciendo en nuestros niveles. En el caso de México la caída de las importaciones hay que analizaras en dos sentidos. Primero, que el campo mexicano sigue produciendo y que se está produciendo un poco más en algunos sectores, cárnico, leche, huevos. Por otro lado, siempre se ha mantenido una política de comercio internacional transparente, porque es un elemento importante para la alimentación; sin embargo, la prioridad ha sido darle atención a los productores mexicanos para que ellos puedan ganar los espacios en el comercio tanto en los mercados nacionales como internacionales,” señaló. “Si, va a haber más pobreza alimentaria pero fundamentalmente será debido a la falta de ingreso, no a la falta en producción.”

Para el funcionario mexicano, una cosa es el sentimiento de la gente y otra la realidad que se vive y aclaró que la seguridad alimentaria se integra por cuatro componentes y un quinto que está en proceso de integración:

  1. Disponibilidad de alimentos. Una función del sector primario, más lo que pueda entrar por importaciones.
  2. La continuidad en el alimento. Que pudiéramos encontrar alimento disponible todo el año, esto tiene que ver con las cadenas se suministro
  3. Acceso. Que la gente pueda acceder a este alimento y aquí es donde se refleja la preocupación de las personas, más en el acceso que en la disponibilidad.
  4. Cómo se usa en el grupo familiar. puedes tener un alimento disponible, con acceso seguro, pero se utiliza mal
  5. Alimento nutritivo, que no dañe la salud

De estos puntos, la Sader se encarga de la disponibilidad y el abastecimiento. Sin embargo, el acceso a los alimentos se integra por dos componentes: cuánto tiene la población para gastar y cuanto es el costo de la producción.

En tiempos de la pandemia, “la gente tiene menos ingreso y en proporción gasta más en comida y cualquier cambio en comida y en alimentos les representa un esfuerzo mayor y de ahí que se refleja en el sentimiento de temor de que no van a poder comprar sus alimentos,” dijo García Winder.

En el campo no existen las habichuelas mágicas

“Cuando se cosecha es porque se sembró, se regó, se cultivó la tierra, y se esperó el tiempo suficiente para que la semilla eche raíz, crezca el árbol y cosechar su fruto”.  Este fragmento del libro “Cuentos De Este Siglo,” encaja perfecto en este contexto. Y es que nada se da por arte de magia.

Lograr la seguridad alimentaria en México es una labor que implica atender varios aspectos. Para garantizar la producción de alimentos el gobierno intensificó la entrega de apoyos directos del programa Producción para el Bienestar, con lo que contribuyó a la autosuficiencia alimentaria durante la pandemia.

Se estima que este año maíz, frijol, trigo y arroz incrementarán sus cosechas, en conjunto, en 7.2 por ciento respecto de lo obtenido en 2019. El monto dispersado representa dos mil 243.6 millones de pesos más que lo registrado en la misma fecha de 2019. La razón es que este año Agricultura atendió la instrucción presidencial de apresurar la entrega de apoyos para afrontar la crisis económica y sanitaria por la pandemia de COVID-19, refirió el directivo de la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria.

Los esfuerzos se enfocan para que al final del sexenio se alcance la autosuficiencia alimentaria en los granos básicos que al menos se produzca el 75 por ciento de lo que consumimos.

“Para eso tenemos que transformar el crecimiento de la productividad agrícola, tenemos que alcanzar un crecimiento de al menos un 2 por ciento la productividad y tener que lograr que México se ubique entre la octava y novena potencia agroalimentaria a nivel internacional,” indicó el subsecretario de la Sader.

Cosecha de resultados

Los frutos de las medidas adoptadas por el gobierno mexicano en el sector primario durante la pandemia se dejan ver en el segundo trimestre del año. En su reporte sobre actividad económica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indicó un crecimiento a tasa anual del 1.5 por ciento del sector, siendo el único con cifras positivas durante los meses de mayor afectación por la Jornada Nacional de Sana Distancia.

Las cifras respaldan las recientes declaraciones del secretario de Agricultura, Victo Villalobos Arámbula quien calificó al sector como “eje central en la recuperación económica del país.”

En el marco del foro virtual “Cultivando nuestro futuro”, el titular de la Sader destacó que desde la perspectiva del sector agropecuario y pesquero de México, y con base en el comportamiento de sus índices de crecimiento, hay la confianza de que el rubro agroalimentario será una palanca esencial para la recuperación económica del país, en la etapa pospandemia.

“Si bien estas noticias (de crecimiento) nos alegran, no nos distraen en el compromiso del Gobierno de México de seguir trabajando para superar los retos que aún enfrenta el sector rural, como la pobreza, aumento de la demanda de alimentos de una población creciente o el desarrollo sostenible en el campo nacional”, subrayó.

“Mientras el Estado cumple su responsabilidad en la generación de bienes públicos y establece condiciones para la inclusión y la sustentabilidad, el trabajo con otros actores se facilita y alinea su contribución a un sector agropecuario y pesquero con un futuro próspero que necesita de todos”, añadió.

Para este año la expectativa de producción del sector agropecuario, pesquero y acuícola es de 237 millones 755 mil 306 toneladas. En el agrícola, se prevé aumento de 5.1 por ciento; en el pecuario, 2.8 por ciento, y en el pesquero y acuícola, 2.6 por ciento.

Cuarentena obligatoria; la crisis de los que viven ‘al día’

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Cierre de comercios por coronavirus en México, tiene efecto en la economía familiar

No todo mundo se puede dar el lujo de quedarse encerrado en casa y no salir a trabajar. El 56.3 por ciento de la población ocupada en México trabaja en el sector informal, es decir, 56 de cada 100 mexicanos y una gran mayoría ‘vive al día’, es decir, los ingresos que genera diariamente son los que utiliza para subsistir.

La mañana del lunes 23 de marzo entró en vigor la orden gubernamental de cerrar establecimientos comerciales en la Ciudad de México por el confinamiento al que se ha obligado por la pandemia del coronavirus covid-19, que ha cobrado la vida de más de 15 mil personas a nivel mundial.

El comerciante que desde las 5 de la mañana se alista para ofrecer desayunos, jugos, café o algún otro tipo de alimento a las afueras del metro de la Ciudad de México, dueños y empleados de establecimientos comerciales que día a día recaudan recursos económicos para poder suplir sus necesidades básicas y que no cuentan con un salario mensual o las posibilidades de ahorrar lo suficiente como para suspender sus actividades productivas.

El gobierno de la Ciudad de México estima que la medida de confinamiento por la contingencia sanitaria y la suspensión de actividades pueda durar hasta el 16 de abril, tiempo en el que las economías familiares se verán fuertemente afectadas ante la ausencia de ingresos.

Pero el dilema de la cuarentena está siendo adoptada no sólo en México, sino en la mayoría de los países afectados por la pandemia del coronavirus.

A nivel mundial alrededor de 2 mil millones de personas trabajan en el sistema informal y requieren realizar actividades laborales diarias para sobrevivir.

Desde vendedores ambulantes, trabajadores agrícolas eventuales, oficios, profesionales autónomos y empleados de pequeñas y medianas empresas; son los más afectados por el cierre de establecimientos comerciales a causa de la pandemia.

Para muchos, la cuarentena obligatoria es un privilegio de clases, en donde sólo los que tienen la posibilidad económica de vivir sin trabajar durante al menos quince días y hasta un mes, pueden sobrevivir a una cuarentena.

Para muchos, dejar de trabajar implicaría dejar de comer. De acuerdo con datos de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el 60 por ciento de la población económicamente activa trabaja en el mercado informal, para los que un confinamiento total en casa representa una cuestión de vida o muerte para ellos y sus familias.

La situación es crítica en los países emergentes y en desarrollo que concentran el 93 por ciento del empleo informal. En América Latina, por ejemplo, hay 130 millones de trabajadores informales, con México como país líder del ranking.

Las condiciones de informalidad, además, no abarcan solamente a los ambulantes. Ellos son los más evidentes porque trabajan en las calles, a la vista de todos. Pero también están las personas que laboran por su cuenta y que cobran por servicio, desde empleados agrícolas, pintores, albañiles, carpinteros, estilistas, modistas y electricistas, pequeños comerciantes y profesionistas considerados como clase media en muchos países pero que, en realidad, están a un paso de engrosar los indicadores de pobreza. Entre ellos se incluyen periodistas, camarógrafos y fotógrafos “free lance”, editores y libreros con negocios pequeños e independientes de las grandes firmas; productores de eventos culturales que fueron cancelados por la pandemia; y técnicos, actores y actrices a los que les suspendieron programas de televisión, obras de teatro y espectáculos.

Cero crecimiento y el cambio de modelo

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Caída del PIB en México 2019 y los otros datos de AMLO

Los pronósticos de crecimiento económico para México en 2019 se cumplieron. La actividad económica no sólo sufrió de estancamiento, sino que registró la primera dolorosa contracción en diez años.

Mientras los números no asombran a los analistas económicos, las dudas sobre el cumplimiento de un crecimiento al 4 por ciento prometido Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al inicio de su gobierno se intensifican incluso en sus más fieles seguidores.

Por más que la lupa económica quiera encontrar datos positivos en el primer año de gobierno de AMLO, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ensombrecen la creencia de que “la economía va muy bien”.

Sin embargo, a pesar de la contracción económica y las dudas sobre la inversión en 2020 la retórica en Presidencia no cambia y, entre risas frente a periodistas, asegura que “él tiene otros datos”.

Pero ¿cuáles son los otros datos del presidente?

La economía moral del presidente marca la línea de su modelo e insiste que los parámetros de medición del crecimiento deben ser revisados y considerar aspectos que calculen el nivel de bienestar que su gobierno está generando en el país.

“Ya se esperaba, pero están cambiando los parámetros para medir si tenemos bienestar en México. Como tengo otros datos, puedo decirles que hay bienestar. Puede ser que no se tenga crecimiento, pero hay desarrollo y hay bienestar”, insistió AMLO al ser cuestionado sobre la caída del PIB en 2019.

Para el presidente, los parámetros del modelo que rigió la política económica de México durante los últimos 30 años, no permiten medir el nivel de bienestar e insiste que el crecimiento poco crecimiento registrado en esos periodos se acumuló en unos pocos sectores de la población.

“No me importa mucho porque crecer puede significar que haya más dinero en unas cuantas manos”, dijo. “Es necesario que haya una mejor distribución del ingreso y que los beneficios lleguen a todos. Eso es lo que me tiene tranquilo, porque abajo hay más capacidad de compra, no hay crisis de consumo,” insistió.

“Me importa mucho la economía familiar. No es fácil después de 31 años de dominio de un modelo económico medir de otra forma, tomar más en cuenta el bienestar, el desarrollo.” – López Obrador.  

Agridulce sabor económico en el primer año de AMLO

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Economía mexicana en el primer año de gobierno de AMLO

El primer año de gobierno de AMLO está lleno de claroscuros. En temas económico, la economía mexicana está estable, pero sin crecimiento.

Las percepciones y los análisis económicos en torno al primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) son dispares y mientras unos reconocen la estabilidad que se ha logrado a pesar de los choques externos y la incertidumbre interna, otros destacan la recesión técnica a la que se adentró México en el primer semestre de su gobierno.

En gobiernos anteriores, México había mantenido una economía con crecimientos promedio de entre el 2 y 3 por ciento al final de cada sexenio.[1] Estas cifras, según analistas, estarían por arriba de las proyecciones de crecimiento económico con el gobierno de AMLO, el cual, en los tres primeros trimestres de administración ha mantenido un crecimiento “cero” con índices de haber caído en una recesión técnica en el primer semestre del 2019.

Para el cierre de 2019, la estimación oportuna del INEGI para el cuarto trimestre del año, reveló una contracción del 0.1 por ciento del PIB, la primera caída de la economía mexicana en diez años.

Los números no mienten y la economía mexicana pareciera ir de mal en peor con la administración de López Obrador; sin embargo, hay entusiastas que defienden el modelo adoptado por el nuevo gobierno y auguran otro panorama para el cierre del sexenio.

¿Cuáles son las buenas señales?

El Instituto Mexicano de ejecutivos de Finanzas (IMEF) destacó que el primer año del gobierno de AMLO contó con elementos destacables que mantuvieron finanzas públicas sanas y variables macroeconómicas estables, en reacción a la disciplina fiscal, el manejo y el respeto de la autonomía del Banco de México, así como la búsqueda de un mecanismo alternativo y contracíclico que permitieran sanear las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex)

Para Fernando López Macari, presidente del IMEF, otro aspecto aceptable del primero gobernó de AMLO son el impulso de políticas públicas a favor del combate a la pobreza, la atención del desarrollo en el sureste mexicano y la estrategia de combate a la corrupción.

Si bien el gran ausente del 2019 fue el crecimiento económico, el cambio de modelo en el nuevo gobierno no deja de ser esperanzador al mantener estables variables como la inflación y el tipo de cambio.

El salario es otro punto a destacar. En la administración de López Obrador se logró un incremento salarial el cual abona a mejorar el bienestar de la población menos favorecida, además de incluir en los programas una pensión universal para los adultos mayores.

Pero ¿por qué Mexico no crece?

Uno de los detonantes del crecimiento económico es la inversión en proyectos de infraestructura, ya que permite la reactivación de las industrias, incrementa el empleo formal y la recaudación fiscal.

En el primer año de gobierno de AMLO, la inversión privada sufrió un freno en seco. Eventos desacertados para los empresarios, como la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM) y la presunta cacería en contra de evasores fiscales, fueron dosis directa de incertidumbre.

Los recortes al presupuesto que nacieron de la mano de la Ley de Austeridad tampoco fueron bien vistos por el sector privado, acostumbrado a obtener jugosos contratos gubernamentales. Todo esto, aunado a hechos políticos como la Ley Bonilla y la equiparación de los delitos fiscales a delincuencia organizada, han sido alimento directo a la incertidumbre, el peor enemigo de la inversión.

En el primer año de gobierno de AMLO, México sufrió de nulo crecimiento y fue hasta la última semana de noviembre que el gobierno federal presentó su Plan Nacional de Infraestructura que, si bien ha sido aceptados por los distintos niveles empresariales, no deja de “llegar tarde” desde el punto de vista fiscal, ya que en temas económicos el freno se verá reflejado en la recaudación que se dejará de percibir en 2020 por la inactividad del 2019.

Lucha contra la corrupción, el arma secreta

A pesar de los datos que arroja el análisis económico, parece que a López Obrador lo que menos le preocupa es el cero del crecimiento.

Para el presidente, el punto clave para mantener el nivel de crecimiento al menos en los parámetros en los que cerró 2018, es la lucha que ha comenzado contra la corrupción, principalmente contra el robo de combustible y que ha destapado una cloaca de redes de operación en donde están involucrados funcionarios públicos, empleados de Pemex, empresarios y por su puesto el crimen organizado.

Otro punto clave para impulsar el crecimiento señalado en el modelo de “economía moral” impulsado por el gobierno federal, es el incremento de consumo desde la economía familiar.

Las Becas del Bienestar han sido programa clave en la redistribución del Ingreso y, de acuerdo con estimaciones y los “otros datos” del presidente, el consumo interno directamente en tiendas locales permitirá un despertar de la base poblacional menos favorecida.

Al cierre del primer año de gobierno de AMLO, parece que los analistas y el gobierno están jugando a las vencidas al revelar sus proyecciones de crecimiento; pero, a pesar de los “otros datos”– que apuntan a que “México está feliz, feliz, feliz” – la realidad es que técnicamente México no crecerá al dos por ciento anual como lo espera el presidente.


[1] Carlos Salinas, el PIB creció en promedio del 4 por ciento, con trampolines artificiales que cobraron factura en el llamado “error de diciembre”. Ernesto Zedillo enfrentó un derrumbe del 6.4 por ciento del PIB con crecimiento promedio del 3.4 por ciento. Vicente Fox enfrentó la caída del 0.4 por ciento por la contracción de la economía de Estados Unidos en 2001, pero logró un crecimiento del 2.3 por ciento. Felipe Calderón enfrentó la crisis global del 2009 con una caída del 5.3 por ciento del PIB, logrando una recuperación del 3.5 por ciento de crecimiento promedio al cierre de su sexenio. Finalmente, Enrique Peña logró un crecimiento del 2.17 por ciento y una fuerte devaluación del peso durante su sexenio.

TLCAN ¿un sueño vuelto pesadilla para México?: Los errores y el precio que se está pagando

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“Cuando en este país todo se hacía mal, crecíamos del 6 al 7 por ciento. Hoy que todo se hace bien, cuando crecemos al 3 por ciento, hay fiesta en casa”. Antonio Gazol.

Entrevista Noviembre 2017

Pareciera que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos vino a desestabilizar la economía mexicana, pero no es así. Las políticas e iniciativas del magnate republicano sólo vinieron a remover las aguas y mostrar el empantanamiento en el que se encuentra el comercio internacional de México.

Si bien el culpable de llevar a revisión el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es Donald Trump, el riesgo de la derogación del acuerdo muestra la vulnerabilidad de la economía mexicana y destapa los errores que por décadas México ha cometido.

El panorama catastrófico que se vislumbra para la economía del país ante un escenario en donde desaparece el TLCAN, tiene un origen y México es el gran culpable.

En entrevista con El Semanario, Antonio Gazol Sánchez, catedrático de la UNAM y experto en economía internacional, destacó que la economía no ha registrado los beneficios que prometió un acuerdo comercial como el TLCAN y adjudica el resultado a la falta de política industrial en México y la inadecuación al modelo.

El problema está en el cambio, de cómo no supimos cambiar lo que llaman el modelo, de una economía protegida a una economía más abierta y ese es el precio que estamos pagando,” señaló el subdirector de Planeación de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La media de crecimiento desde los años 80 a la fecha está en el 2.0 y 2.5 por ciento, tasa muy por debajo de lo registrado en la época de los 40, cuándo México crecía al 6 ó 7 por ciento. Sin embargo, esto no se traduce en que el país deba regresar a las políticas proteccionistas y a la sustitución de importaciones que rigió la economía en ese tiempo, pero si hace un llamado a reflexionar en los errores cometidos y los hechos por corregir.

“Cuando en este país todo se hacía mal, crecíamos  del 6 al 7 por ciento. Hoy que todo se hace bien, cuando crecemos al 3 por ciento, hay fiesta en casa”, destacó Antonio Gazol.

Un error recurrente es considerar que México abrió su economía cuando ingresó al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés)  en 1986. Gazol Sánchez aclara que debido a que el país había abierto su economía, fue que se concretó su entrada al GATT, acto con lo que se formalizó una economía abierta en México.

Desde su apertura comercial México cometió una serie de errores que están surtiendo efecto y en 2017 los resultados se exponencían ante el riesgo de la desaparición del TLCAN.

Los errores

México creyó que abrir su economía pondría solución a distintas adversidades a las que se enfrentaba; sin embargo, mantuvo una distinta orientación de la política económica en donde dejó de lado el fortalecimiento de su economía interna y la creación de cadenas productivas domésticas.

“Todavía seguimos padeciendo la lamentable frase de un exfuncionario que dijo: `la mejor política industrial es la que no existe´. Si por Política Industrial se entiende como proteccionismo es que somos ignorantes”.

La falta de política industrial en México resultó en una ausencia de cadenas productivas en la economía interna, dejando al TLCAN sin efecto positivo para el país, más allá del incremento de las exportaciones.

Otro gran error de México ha sido el destino de su comercio exterior, algo particularmente grave que ha contribuido a la mayor concentración geográfica del comercio mexicano. “No se trata de no aprovechar la vecindad con un mercado tan importante como el estadounidense, pero de ahí a concentrar todo o casi todo en un solo mercado, va contra cualquier lógica.”

“Un empresario medianamente informado y responsable, sabe que parte de su éxito depende de la diversificación del riesgo.”

México no fue mejor después del TLCAN

En el gobierno de Salinas de Gortari, se presentó al TLCAN como el mecanismo que iba a impulsar la actividad económica y llevar a México a niveles óptimos de crecimiento, además se dijo que “con el TLCAN exportaremos mercancías y no personas. Ocurre que exportamos mercancías y personas.”

Para Antonio Gazol, el gran “pecado” del TLCAN es que no cumplió con esa meta. “Seguimos con esos mediocres crecimientos del 2 y 2.5 por ciento, cuando bien nos va. Ese es el efecto del TLCAN, lo demás es literatura barata.”

“(A México) le fue muy cómodo la cercanía con Estados Unidos. Y si, México exporta mucho más que antes del TLCAN, pero para exportar un dólar tiene que importar 60 ó 70 centavos. El contenido importación de lo que se exporta a crecido enormemente. No se ha hecho nada para integrar cadenas productivas internas,” indicó Gazol Sánches, académico de la Facultad de Economía de la UNAM.

Si bien los efectos del TLCAN a la economía mexicana no fueron los esperados, el problema no es culpa del acuerdo, sino la falta de aprovechamiento de los beneficios con una política industrial y comercial que fuera más allá de la simple suscripción de tratados, una serie de estímulos para mejorar la credibilidad y confianza de la iniciativa privada.

Las consecuencias

La dependencia económica de México con Estados Unidos por la concentración geográfica de sus exportaciones, llevó a la renegociación del TLCAN a crear una atmósfera de incertidumbre afectando el comportamiento de toda la economía en su conjunto.

“El hecho de que desaparezca el tratado o cambie radicalmente en contra de los intereses mexicanos, genera incertidumbre e inquietud y entonces piensan que viene una debacle.”

De terminar el TLCAN, “el efecto de un proceso especulativo sería muy grave, muchos inversionistas retendría inversión, habría menos empleo, desequilibrios internos muy serios.” Una recesión de tamaño tal, que México no sería capaz de enfrentar.

¿La solución? La realidad es que el tiempo no se puede retroceder y lo que no se hizo en 23 años no se puede remediar hoy.

“Ya tardaron mucho en hacer el plan B, ese es el problema. México ya está tarde. La política debía de haber sido orientada a diversificar la política exterior.”

“Yo mañana empezaría a exportar a otros países a depender menos de Estados Unidos.”

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